Juan y Luis eran un par de chicos revoltosos conocidos por todos en la ciudad gracias a sus travesuras que hacían a todo el mundo, lo cual por si fuera poco, iba de la mano con ser malo estudiantes que solamente molestaban al resto, los distraían o intimidaban de alguna forma nada especial, lo típico de los bulíes por decirlo así.
Muchas de sus víctimas soportaban sus maltratos para que Juan y Luis se quedaran tranquilos, la otra opción era confrontarlos y hacerlos enfurecer, provocando así que los chicos los ataquen y molesten todavía más a manera de venganza. De igual forma la gente que se veía afectada por sus bromas como lanzar globos con agua, ponerles el pie para que caigan o incluso engañarlos para arruinar su día de alguna forma, se iban acostumbrando a gritar improperios a los jóvenes mientras veían como ellos salían corriendo de un lugar para planear su próxima maldad.
Pero todo eso debía de tener un fin, y un punto de quiebre para hacer algo en contra de ellos, algo tan grave que no se pudo ignorar por las autoridades o vecindario, tal como lo fue el día que intentaron robar a una señora todo el dinero que había ganado durante el mes. Por fortuna para ella un par de policías detuvieron a los jóvenes impidiendo el atraco que intentaron realizar con una pistola de juguete.
Por desgracia para ellos eso era un crimen mayor, que aún si no pudieron realizar y aún si no tenía balas la pistola, no le restaba la gravedad al asunto de un par de chicos problema que estaban a cortos pasos de volverse criminales en potencia. Un simple regaño para después dejarlos ir no iba a bastar está ocasión, está vez tendrían que cumplir la condena en la cárcel, o más bien, en el reformatorio por ser menores de edad.
No obstante del procedimiento habitual que se hacía al detener a un joven, está vez ambos chicos resultaron ser los candidatos perfectos para probar un programa que llevaba meses en desarrollo; ambos chicos cumplirían su condena al ser participantes del programa de "Rehabilitación y reformación para los jóvenes criminales".
El nombre es bastante intuitivo, y que de funcionar en estos primeros chicos en esta pequeña ciudad, se buscaría extenderlo al resto del país y muchos más. Después de todo, ya había un programa similar en las cárceles que se utilizaba con los delincuentes mayores de edad y cosecho un enorme éxito y aprobación. Por lo que implementar un programa similar en jóvenes criminales o en camino de serlo, podría ser un enorme beneficio, algo tan tentador que con este par de sujetos de prueba a la mano, no se pudo rechazar.
La forma en que estos programas funcionaba ya era muy conocida: los chicos pasan por un proceso de feminización y re educación para re insertarlos en la sociedad y que cumplan una función más que perfecta de acuerdo a su nuevo cuerpo, además que la diferencia hormonal entre chicos y chicas era abismal y ahora en lugar de querer realizar actos violentos o delictivos su cuerpo desearía sexo.
Ambos chicos se negarían al momento o incluso antes de escuchar que es lo que se les haría, por eso simplemente no se les aviso y un día en su celda, ambos fueron obligados a caminar a una parte del laboratorio oculto en el edificio para atarlos a una camilla y en lo que ellos maldecían exigiendo ser liberados, los doctores solamente les pusieron un tatuaje en su cuerpo parecido a una pegatina y tras unos minutos comenzaron los efectos.
A Juan el tatuaje se le grabo en la piel de su pectoral que en pocos segundos empezó a crecer hasta volverse unos senos de muy buen tamaño, por no decir exagerados, atrapado en una prenda similar a un baby doll y un traje de baño de color azul y con un adorno de estrella justo en la parte más baja del escote que tenía.
Su culo creció de golpe al punto que la ropa que llevaba no cubría todo su trasero y dejaba una muy buena imagen de lo apretado que estaba el atuendo justo ahí. También sus caderas y piernas ensancharon de una forma que muchas mujeres podían envidiar tener, dejando un buen trozo de piel a la vista antes de seguir con unas calcetas azules y tacones altos que solo hacían resaltar más su belleza.
Por último, sus rasgos fáciles cambiaron, se volvieron más delgados y atractivos, incluso un poco de rubor aparecía en sus mejillas, con una lengua experta en muchas cosas y por lo cual ahora la conocerían como "Reina" a la chica de un cabello castaño muy suave con ojos rojos y una hermosa corona de reina que mostraba su estatus en la calle, puesto que ahí estaría mucho tiempo.
No lo haría sola, Luis recibió su tatuaje en una de sus piernas haciendo que la transformación empezará de abajo hacia arriba al contrario que su viejo amigo, quien ahora es su compañera de trabajo.
Sus muslos eran más delgados en comparación a Reina pero sus pechos se veían un poco más grandes sin importar estar aprisionados en ese atuendo que parecía mucho más un traje de baño, con un buen trozo de tela faltante en medio de los senos para hacer una hermosa figura de corazón que mostraba las carnes de la rubia.
Sus calcetas y tacones eran a juego de su ropa, no era tan revelador como el atuendo de su amiga y en vez de portar una corona tenía el cabello amarrado en una coleta. Sin embargo no significaba que "Ceci" fuera inferior, usabas sus pechos con gran habilidad además de su trasero, el cual tenía un hueco en forma de corazón igual que en sus pechos para que todos pudieran ver lo mucho que la chica tenía bajo ese atuendo ajustado, y sobre todo que podían usar dichos espacios cuanto quisieran.
Con los tatuajes cumpliendo por completo su feminización al lavarles la cabeza, ahora el par de chicas no tienen idea de que alguna vez fueron chicos problemáticos, más bien ellas siempre han sido chicas sucias que aman a los chicos problemáticos, rebeldes, más jóvenes, más viejos, más fuertes o débiles, mientras tuvieran algo entre las piernas y les llegarán al precio, cualquiera podía usar a una de las dos excelentes prostitutas que aparecieron de repente en la ciudad. Ambas dejaron tanto placer y marca en cuestión de unas noches que sin dudar nadie más se preocupó ni preguntó qué fue de Luis y Juan que desaparecieron misteriosamente algún día del reformatorio.
Las ahora trabajadoras nocturnas aman profundamente su vocación que además de satisfacerse así mismas y a otros, ellas dan parte de sus ganancias a los científicos del reformatorio para poder financiar su excelente proyecto y así que en pocos meses hubiera, gracias al aumento del presupuesto por parte de las chicas, una gama amplia de opciones atractivas para los jóvenes criminales de todas las ciudades. Puesto que todas merecen una segunda oportunidad como ellas, ambas amigas serían las pioneras en buscar dichos resultados para la rehabilitación de todos esos potenciales criminales que serán convertidos en sensuales mujeres que aporten y sean de ayuda para la sociedad desde ahora.
Créditos a quien correspondan. |
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