domingo, 27 de agosto de 2023

Vieja tradición

Créditos a quien correspondan.
Mi nombre hasta hace poco era Hajime, siendo de los mejores guerreros en mi familia tenía un dominio espectacular con mi katana con la cual salía al mundo para cumplir misiones de alto nivel de manera exitosa cada una de las veces.
Al menos hasta mi última misión donde todo salió mal, donde caí en una emboscada por parte de muchos otros guerreros sin honor que querían acabar con mi vida. Pude defenderme frente a muchos de estos, no tenía la intención de caer solo, pero como imaginarán la ventaja numérica favoreció a mis oponentes que tras mucho tiempo, al fin fueron capaces de acabar con mi vida.
Sin embargo, en mi clan no morimos tan fácil, tenemos algo característico, una vieja tradición que se usa cuando alguno de nosotros cae en combate o antes de lo previsto. En mi caso cumplí ambos requisitos como para traerme a la vida una vez más.
Fue algo difícil según parece, encontrar mi cuerpo les llevo mucho más tiempo de lo que esperaban y este no se encontraba en el mejor de los estados, haciendo así que los sabios del clan cambiaran un poco los planes sobre como regresarme a la vida.
Cuando el ritual acabó, sentí como si despertará de un sueño profundo, sentándome en donde estaba a la par que notaba mis cambios y recibía algo de ropa por parte de los sabios al ver que todo había funcionado. El cuerpo de joven guerrero que tenía ya no podía ser usado y el único que fueron capaces de usar para albergar mi alma de nuevo era el de una chica pelirroja, con grandes dotes físicos y más juventud de la que poseía en mi viejo cuerpo pero con nulo conocimiento en la espada.
Debo admitirlo, saber que tendría que empezar de 0 con el dominio de mi arma, además de ahora seguir las costumbres y tradiciones de una mujer de clan; como la vestimenta debida, labores del hogar y servir a los guerreros como quisieran al regresar de sus viajes complicaba más todo el proceso, reduciendo mi tiempo de entrenamiento el cual ya era difícil como para sumar que mis pechos no dejan de rebotar todo el tiempo entorpeciendo mis movimientos o que mi cabello en ocasiones me bloquear la vista y aunque la ropa puede ser más cómoda a la hora de pelear por lo poca que es no protege tanto como la que antes usaba, sin mencionar que es una tortura para el uso cotidiano al atraer las miradas de ciudadanos u otros guerreros que quieren verme en su cama como a cualquier otra o incluso más por mi juventud y lo raro que es ver una guerrera.
Aún así, no decepcionaré a mi clan y en cuento me adapte a ser Owari, la nueva y joven guerrera del clan cumpliré mi venganza, junto con los objetivos que deje pendiente, añadiendo ahora que según mi desempeño podría dejar mi katana para se una bailarina o sacerdotisa del templo. Deseo con todo mi ser que esas misiones no me sean otorgadas, pues a pesar de mi cuerpo femenino mi espíritu de guerrero sigue ardiendo, pero de igual forma si me debo volver una sensual bailarina o una servicial sacerdotisa, ese espíritu de guerrero se calmará y me hará aceptar un destino de mujer en mi clan si es necesario.
Créditos a quien correspondan.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario