viernes, 23 de agosto de 2024

Mi mayor secreto

-Me pregunto ¿Qué debería usar está vez?-
    Me decía llena de emoción y alegría al despertar hasta tarde, siendo lo primero que mire mis enormes pechos dentro de mi babydoll más sugerente y favorito, quizás era algo pequeño para mi talla, pero eso lo hacía más emocionante, dejándome disfrutar de mi cuerpo en su máximo esplendor al sentir como la tela de encaje transparente se pegaba contra mi cuerpo.
    Mi pijama era un babydoll negro de encaje; una sola pieza que apenas resistía el peso de mis pechos copa G, bajando por toda mi cintura con un encaje sugerente y sensual, llegando hasta mi cintura donde comenzaba mi tanga, que tal como el resto de está prenda, se adentraba en mi piel dándome una sensación de lo más placentera y emocionante; anoche me pareció lindo usar unas medias por lo que bajo mi babydoll me puse un liguero rojo y llamativo para mantener las medias en su lugar, además de combinar con los lindos lacitos rojos que tenía mi atuendo; con esta ropa me sentía tan lasciva, tan joven, femenina y perfecta; salir a la calle de está manera era algo bastante tentador, pero para poder disfrutar de mi vida cómodamente, hay algunos deseos míos que debo reprimir, así que prefiero disfrutar de lo más íntimo de mi cuerpo para cuando estoy a solas en mi hogar.
-Aunque, usar ese mini vestido negro que compré hace unos es muy tentador-
    Aquel vestido era de látex, tan ajustado que debía aceitar un poco todo mi cuerpo para entrar en el atuendo, y definitivamente todo el esfuerzo valía la pena al ver el resultado, pues aquella perversa prenda hacía que me viera 10 años más joven de lo que soy en realidad.
-Por dios, ¿Quién pensaría que buscaría verme más joven tan pronto?, pensé que tenía muchos años por delante antes de intentar lucir más joven de lo que realmente soy. En mi defensa, hace un mes tenía 27 años, ahora tengo 53 años... por no decir que antes yo era un hombre recién casado y ahora tengo el cuerpo de mi suegra-
    Decir esas palabras me hizo sonreír, recordando lo intenso que han sido estos últimos meses de mi vida, de mis vidas, desde aquel accidente.
    Hace exactamente dos meses mi nombre era Paul, un hombre recién casado con su amada esposa Akane, misma esposa que tenía a una madre llamada Akame, quien era una suegra de pesadilla en toda regla. No quiero ser exagerado, pero cada que recuerdo a Akame, no puedo recordar ni un solo buen momento con su presencia. Tampoco quiero ser grosero pero ella era una maldita, era una vieja y maldita bruja desgraciada, nunca perdía la ocasión de humillarme o avergonzarme frente a todo mundo, por no decir que siempre que ella podía y estábamos a solas, me decía que yo no era lo suficientemente bueno para su hija, jurando que sería cuestión de tiempo para que ella me dejará y buscará a alguien mejor.
    Muchas veces intente hablar de ese tema con mi esposa, una causa perdida, pues cada ocasión sin fallar Akane me respondía "Mi madre puede ser dura pero estas exagerando, ella te quiere a su propia manera" y más tonterías de ese estilo que realmente me hicieron cuestionar si casarme con ella había sido la mejor decisión, pues al elegir entre su madre y su esposo, aún con toda la evidencia, ella elegiría a su madre sin dudar.
    El punto de quiebre en toda está situación surgió cuando la vieja señora Akame regresó de unas vacaciones lujosas, normalmente mi esposa va en el auto por ella, pero está vez tenía una emergencia en el trabajo por lo que me suplicó que fuera por su madre. Yo realmente no quería hacerlo, solo acepté por mi esposa, y aún así, apenas llegar al aeropuerto me arrepentí de mi decisión.
    En cuanto la mujer me vio puso los ojos en blanco y fue grosera conmigo, me obligó a cargar todas sus maletas, a meterlas en el auto e incluso abrirle la puerta, cosas que no tuve más remedio que soportar para no tener problemas con mi esposa cuando llegará a casa.
    Por desgracia para todos, no conforme con todo lo que mi suegra me estaba haciendo, a mitad del camino decidió que yo no sabía manejar, exigiendo que siguiera las calles que ella me decía, cosa que al negarme, la hizo armarse de valor para intentar tomar el volante en plena carretera. Traté de mantener la compostura, pero esa señora estaba loca, y sin importar todo el esfuerzo que puse, nos terminamos estrellando.
    Cuando me desperté lo hice totalmente confundido y adolorido en un hospital, donde lo primero que pude oír fue "Buenos días, señora Akame. Me alegra que por fin haya abierto los ojos". Con horror me mire en el reflejo de una ventana, dándome cuenta que estaba en el cuerpo de mi suegra, y la enfermera que me vio despertar, se tomó varios minutos haciéndome compañía para tranquilizarme antes de explicar que fue lo que sucedió.
    Me dijo que tuve un accidente en auto con mi yerno, y aunque nuestras vidas no estaban en riesgo, yo había sido la primera en despertar después de unos días en el hospital por lo que tomaron mi testimonio de lo que sucedió, donde decidí decir que todo fue por una falla en el auto que mi yerno no pudo controlar. Realmente no sabía porque mentía, quizás por temor a las consecuencias que yo pudiera tener, pero mi mentira fue tomada por la verdad que más adelante tendría consecuencias.
    Después de unos días más en el hospital yo fui dada de alta, saliendo de la clínica con algunos medicamentos y un cuello ortopédico para la recuperación en mi viejo y temporal cuerpo.
    Por otra parte, mi verdadero cuerpo se quedó más días en el hospital, aunque no tenía nada roto o herido de gravedad le tomó más tiempo despertar, y cuando despertó, montón un escandalo. No pude presenciar nada de lo que sucedía pero sí que pude escucharlo de las enfermeras y "de mi hija", quienes hablaban de un paciente masculino que tras un choque de auto parecía estar delirando o con afectaciones graves en el cerebro, ya que desde que despertó y hasta el momento jura que el cuerpo donde ella está no es su verdadero cuerpo, suplicando porque la devuelvan a su propio cuerpo de mujer.
    Tal como imaginé, la señora Akame y yo intercambiamos de cuerpos de alguna manera. Probablemente sucedió en el accidente, pero no lo puedo asegurar. De algo que sí estoy segura, es que mi yerno fue declarado mentalmente inestable en estos momentos, por lo que su estadía en el hospital se ha vuelto más larga de lo que a cualquier persona le gustaría, mientras que yo fui egresada del hospital, recomendando ampliamente evitar el contacto con mi yerno en estos momentos ya que podría empeorar su condición al verme. Así que he obedecido esa indicación todo este tiempo.
    En realidad no pensé que las cosas acabarían de esta manera, a mi tampoco me hacía feliz haber cambiado de cuerpos, perder a mi esposa y acabar con el viejo cuerpo de esta mezquina mujer. Sin embargo, aún con el pasar de los días no revelaba mi secreto, nunca le dije a nadie del hospital la verdad, y apenas he tenido algunos minutos con mi esposa, ya que ella está completamente enfocada en recuperar la salud de su marido, algo que acepté dando un paso al costado para quedar al margen.
    Una vez que salí del hospital fingiendo ser la señora Akame, sin mi cuerpo, sin mi esposa y sin un trabajo, me di cuenta que solo tenía una enorme casa y una herencia multimillonaria de mi difunto marido; Akane me dijo que su padre había ganado mucho dinero y que al morir dejó casi todo a su madre, sin embargo, ahora que podía revisar sus cuentas bancarias, no podía creer la absurda cantidad de dinero que ese hombre le dejó a una terrible mujer; si sacaba todo el dinero podría llenar una alberca con billetes y monedas tal como en las caricaturas, y ser consciente de ello fue muy tentador.
    Así los días pasaron, con "mi hija" cuidando a "mi yerno" en el hospital, mientras que yo me relajaba y disfrutaba de todo lo que quisiera; había olvidado lo bello que es el silencio en casa, pues siempre estaba discutiendo con mi suegra entrometida o con mi mujer que defendía a su madre; también me encantaba despertar hasta tarde envuelta de cobijas sin la necesidad de trabajar; y comprar cualquier cosa que quisiera sin detenerme a mirar el precio me daba un placer que no quería dejar de experimentar; la vida era bella de está manera, ser una mujer no era tan malo, y aunque mi aspecto no me agradaba tanto, con dinero eso también podía cambiar.
    Tras un mes viviendo como Akame, decidí que quería sentirme un poco más joven, y sobre todo, quería verme diferente a la que una vez fue mi esposa; mi largo cabello con algunas canas recibió el tratamiento más caro que encontré y un tinte castaño precioso que me hacía ver de maravilla; contrate a una maquillista que viene casi todos los días para dejarme hermosa; además he pagado masajistas, diseñadores de moda, entrenadoras y todo lo que podía imaginar para verme mejor de lo que jamás imaginé; nunca pensé que lo diría, pero al verme en espejo cada mañana con mi lencería, en serio que la señora Akame es una mujer hermosa como pocas, y todo gracias a mi por supuesto, yo fui quien dedicó su tiempo y su dinero a verme como una mujer sexy y hermosa a pesar de su avanzada edad.
-¿Qué pensará mi hija al verme así? Estoy segura que pensará me volví loca o que el choque también me afecto-
    Me decía mientras tocaba y sacudía mis enormes pechos, los cuales con dinero, hice casi el doble de grandes de lo que eran en realidad. Sí, mi transformación física este último mes fue un gasto millonario del que no me arrepiento, en especial porque apenas se nota en la cuenta bancaria. En mi cuenta bancaria.
-Todavía no tengo noticias de ella, su marido sigue siendo un problema-
    Hablaba para mi misma frente al espejo, tomando diferentes tangas, sostenes, faldas y vestidos para intentar decidir que usaré el día de hoy, algo de gusto propio y atención a la moda he aprendido con tantas diseñadoras trabajando para mí.
-¿Cuando hablamos por última vez? Creo que fue hace 3 o 4 días, y por lo que recuerdo parece que su marido esta bien físicamente, pero mentalmente sigue diciendo que es Akame, por lo que podría pasar un tiempo largo cuidando de su salud mental-
    Casi que podía sentir lastima por mi esposa, pero no, aunque a veces extraño su compañía, no dejo de recordar todas las veces que me dio la espalda, incluso sin que ella lo sepa sigue prefiriendo a su madre con quien ahora está casada al ella haberse quedado atrapada en mi cuerpo.
    También casi que siento lastima por la maldita bruja de Akame, si ella no fuera tan testaruda quizás podría fingir ser yo, o buscar una forma de demostrar que intercambiamos de cuerpos, pero si ella le está hablando a los médicos como me hablaba a mi, solo logrará que la encierren para siempre en alguna institución mental.
-Es gracioso, siempre supe que estaba loca pero ¿Acabar en un psiquiátrico? Hasta me parece poético-
    Sabía que reírme era mezquino pero no me importaba, muchos años ella fue mezquina conmigo, tratando de arruinar mi relación con su hija y de destruir mi reputación con todo quien me conocía, algo que debo admitir ella logró. Por desgracia para ella, la vieja señora Akame se quedó atrapada en mi cuerpo, su hija que siempre la cuidó cada vez está más cansada de lo que le sucedió "a su marido", nadie confía en él porque se volvió loco, y ni siquiera tiene idea de que estoy haciendo con su vida y su cuerpo. En ocasiones me gustaría llegar al hospital y mostrarle mi cambio de imagen, solo para hacer que termine de enloquecer o algo así al ver lo distinto que tengo su antiguo cuerpo, pero creo que ya esta sufriendo lo suficiente.
-Además, no lo hice por ella, lo hice por mí-
    Me recordé al elegir un conjunto de lencería rojo que deje en la cama junto a un mini vestido bastante alejado a la ropa tradicional que ella usaba, en realidad ni siquiera mi esposa usaría algo así, pero yo me siento hermosa y sensual vistiendo de está forma, no voy a parar solo por lo que dirán las otras personas.
-Todo esto se trata de mi-
    Me susurré una vez más al recordar lo más importante de todo: yo ya hice las paces con esa mujer, no le tengo cariño pero ya no la odio, ya no tengo que pasar todo el día estresado por su presencia, ya no debo discutir con mi esposa por todo lo malo que su madre me hacía, tampoco debo preocuparme por dinero ya que tengo toda la vida resuelta para hacer lo que me plazca, y ya que mis emociones están mejor, y mi aspecto está mucho mejor, creo que es el momento oportuno para partir.
-Siempre quise conocer Brasil, Alemania e Inglaterra, tendría que trabajar muchos años para conocer uno o dos días solo uno de esos tres lugares... pero ya que estoy sola y mi hija está muy ocupada con su marido que no me puede ni ver, parece el momento perfecto para irme de viaje-
    Empecé a enviar mensajes a cada uno de mis empleados, informando que a partir de la otra semana no estaría en el país hasta nuevo aviso. También avisaría a mi hija, justo antes de tomar mi vuelo al país que decida conocer primero.
-Akame salía de vacaciones todo el tiempo, si de verdad quiero fingir ser ella, supongo que no tengo más remedio que irme por unos meses-
    Una sonrisa grande y brillante apareció en mi al pensar todo lo que podría hacer, todos los sitios que podría conocer y lo bien que me la podría pasar de vacaciones por mi cuenta dejando atrás todo lo que alguna vez me dio problemas. Simplemente era maravilloso, y esperaba que al vivirlo, fuera mucho mejor.
    Por ahora, me concentraré en empezar a reservar vuelos de primera clase y hoteles de lujo, juntando mi ropa favorita en maletas, ¡Además de preparar todos esos trajes de baño que estuve comprando! Si voy estar en Brasil, lo menos que puedo usar serán mis tangas brasileñas.
-De solo pensarlo ya me estoy emocionado. Aprovecharé mi dinero al máximo, y compraré recuerdos de cada lugar para mí, para mi hija y para mi yerno.... será fantástico-
    Comenzando a cambiarme mi babydoll por la provocativa ropa del día de hoy, yo, Akame, estoy emocionada y motivada está última semana en casa antes de irme de vacaciones por el mundo sin mirar atrás, sin preocuparme por mi vida pasada y sin tener idea de cuando regresaré.
Créditos a quien correspondan.

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