lunes, 5 de agosto de 2024

Mi vida como... una princesa

-Ha~....ah..uh...Mukuro-
    Intenté decir sin que mi voz se oyera débil ni temblorosa, con poco éxito por la situación.
-Sí, mi ama-
-Huh...¿Podrías dejar de hacerme esto cada mañana?-
    Pregunte aún con la voz temblorosa, refiriéndome a lo que mi "nueva" maid me hacía estando encima de mi. Todos los días cada mañana ella me despierta y desnuda, para ponerme boca abajo y sentarse encima de mí, regalándome una hora de los masajes más eróticos y relajantes que jamás imagine experimentar. Cada día que despierto y gracias a las manos hábiles de mi sirvienta, Mukuro me hace sudar, me hace estremecer y también jadear por lo extremadamente bien que se siente "una simple manera de darme los buenos días", según sus propias palabras. Sin embargo, y por mucho que disfrute de está situación, también me siento culpable de lo que estoy viviendo, debido a que yo no soy la verdadera ama o señorita de Mukuro.
    Mi nombre es, o al menos era, Peter. Yo era un estudiante en mi último año en la universidad, algo realmente agotador pero que disfrutaba, en especial porque en cuanto saliera de la escuela, podría comenzar a trabajar en el sitio donde hice mis pasantías. Honestamente era como un sueño, tener un trabajo bien remunerado apenas terminar la escuela era una fantasía hoy en día, incluso tenía la posibilidad de mudarme a un apartamento cercano a mi nuevo trabajo. Solo que tenía una ligera preocupación.
    Supongo que no soy tan bueno estando solo, puedo hacer lo que sea necesario, pero al pensar en que mudarme me alejaría bastante de mi familia y amigos, era algo que me asustaba bastante. No era que no los volviera a ver nunca, solo que estar todo el tiempo en una casa sola, tener que tomar todavía más responsabilidades o tener que hacer viajes más largos para estar con quienes siempre han estado cerca de mí, no era algo que me emocionará bastante.
    "Si tuviera algo de compañía, sería mucho más fácil" recuerdo pensar más de una vez previo a tomar mi decisión, lo cual solo era un pensamiento, pues por mucho que me gustaría algo de compañía en un nuevo capítulo de mi vida, no podía arrastrar conmigo a mi madre o mi hermano, tampoco a mis amigos ni a nadie más. A pesar de como me sentía, no quería ser egoísta.
    "Sería mucho más sencillo si comenzará de 0" fue otra idea extravagante que tuve y rápidamente descarté pues por muy sencillo que pudiera sonar empezar como una persona nueva, tampoco estaba dispuesto a abandonar todo lo importante que tenía detrás.
    "Para prácticamente ser un adulto, quiero todo como un niño" un pensamiento más que recurrente cada que tenía una idea como las dos anteriores, y que siempre sucedían sin falta y en el mismo orden cuando intentaba aclarar mis ideas al caminar por el parque cerca de casa.
    El parque era enorme, con varios espacios para practicar distintos deportes, relacionarte, o tal y como yo hacía, simplemente caminar por una de las enormes zonas verdes por deporte o despejar tu cabeza. En mi caso pertenezco a ambos grupos dependiendo el día.
   Durante uno de mis habituales recorridos entre el pasto y los árboles, una pequeña flor llamó mi atención; era morada con rosa y azul, además tenía espinas, por no mencionar que era la única en su estilo cerca de ese lugar. Me atrevería a decir que conocía muy bien el parque, y después de tantos años visitándolo, podía estar seguro de lo exclusiva que era esa flor.
   Recuerdo pensar que era hermosa y totalmente fuera de lugar, por lo que intenté llevarla a mi propio jardín en casa; evite sin problemas sus espinas, quitando cuidadosamente la tierra para ver sus raíces y una vez que la separé, levanté cuidadosamente la peculiar planta con satisfacción.
   Ese día decidí mudarme al departamento cerca de mi inminente trabajo al otro lado de la ciudad, llevando conmigo todo lo que pude incluyendo mi maravillosa adquisición floral para comenzar un nuevo capítulo de mi vida, uno el cual descubrí venía con muchas letras pequeñas que nadie podría anticipar desde el primer momento en que desperté.
    Si tuviera que destacar el cambio más importante que he sufrido no sabría cual poner por encima del otro: no sé si es más impactante haberme convertido en mujer, o si es más impactante haber conseguido una leal sirvienta de alguna forma. Todo lo que puedo decir con seguridad, es que tras haber despertado el primer día en mi nuevo apartamento, lo hice como una hermosa mujer albina que tenía sobre de ella una poco expresiva sirvienta pelinegra que me masajeaba tal como ahora.
-Negativo, ama Petra. Usted necesita despertar todos los días en óptimas condiciones y sin ningún estrés, por lo que un masaje y un baño son la manera idea de comenzar "con el pie derecho" sus mañanas-
    A pesar del pánico o mis protestas, tal como hace ahora, Mukuro permaneció tranquila al explicarme como "nunca dejaría de cuidar de mí".
    El primer día fue el más sorpresivo y por mucho, dejando de lado que desperté con un cuerpo distinto a mi cuerpo de hombre, está chica de edad similar a la mía simplemente entró a mi habitación, me desnudó, me masajeó y comenzó a cuidar de mí tal como haría una sirvienta... una bastante intensa podría decir. Por mi parte, intenté echarla, insultarla, negociar o cualquier cosa que pudiera darme información de ella o de mi situación, a lo que no deja de repetir "Esto fue lo que se te concedió por tu deseo de la vida anterior".
   Desde entonces ha pasado una semana "normal", donde nadie salvo está sirvienta, es capaz de recordar quien era yo en realidad. Para todo mundo yo siempre he sido Petra, siempre he sido una chica y todos mis recuerdos o fotos o lo que sea durante toda mi vida, son exactamente los mismos con la diferencia de que ahora soy mujer. 
    Por un momento llegué a pensar que quizás fue un sueño o una rara alucinación, pero Mukuro sabe que yo era hombre, ella me lo dijo sin más explicación desde que la conocí, y tras una semana viviendo con ella, no he podido sacarle más información. Por supuesto que yo tengo mis propias teorías, pero quizás Mukuro sea la única persona en el mundo capaz de darme la verdad sobre que fue lo que me sucedió.
-Mukuro... apenas es lunes... el fin de semana hiciste todo por mí...ah.... además todavía no empiezo a trabajar. Aunque valoro mucho tu dedicación, no necesito de esto... por el momento...-
    Una vez más intente detener a Mukuro con palabras, pero tal como ha ocurrido toda la semana, ella sigue con su labor pulcra y sistemática, casi como una máquina.
-Negativo otra vez, ama. Mantenerla en un estado óptimo y relajado implicar no cambiar la rutina, por ende, seguir cuidando de usted tal como he hecho, es la solución ideal-
    Hablar con Mukuro era extraño, era lógica a más no poder, aunque sus acciones fueran irreales, no dejaba de sorprenderme lo contradictoria que puede ser ella, pero si le preguntas a ella: "No es ilógica o irracional, y no entender eso, denota una falta de comprensión en sus acciones", en otras palabras, lo que ella hace y dice es lógico a pesar de que no pueda parecerlo para otras personas.
-¿Al menos podrías decirme cómo llegaste aquí?-
-Por la puerta, naturalmente-
    Su directa y decepcionante respuesta solo me hizo suspirar para intentar reformular mi pregunta.
-Me refiero... ah... me refiero a ¿Cómo llegaste a mi departamento?-
-De la misma manera, ama. Usando la puerta-
    Las manos suaves, pequeñas y maravillosas de Mukuro sobre mi espalda me hacían estremecer, y casi que no podía enojarme con ella en estos momentos, pero en un esfuerzo de romper con este ciclo de preguntas donde ella responde sin decírmelo lo que quiero oír, se me ocurrió.
-M-Mukuro... te ordeno que me respondas de forma detallada y precisa ¿Cuál es el motivo por el cual te convertiste en mi sirvienta y vives conmigo?-
    La pregunta era un poco más formulada que de costumbre, y aunque no me gustaba darle órdenes a la sirvienta, muchas veces eso la obligaba a responder de una forma distinta. Puede que no cambie mucho su comportamiento, pero al menos me permite hablar un poco más con ella.
   Mukuro no respondió de inmediato, como pocas veces desde que la conocí, parecía estar pensando seriamente una respuesta que la hizo esbozar una ligera sonrisa.
-Porque usted me tomó y me lo ordenó, señorita Petra-
  Al escuchar esas palabras intenté levantarme para mirar a Mukuro, buscar más explicaciones, pensando en que era lo siguiente que podía preguntar para llegar a mi ansiada respuesta. Un plan que falló antes de comenzar pues con la fuerza necesaria, Mukuro me hizo volver a recostarme mientras sus manos tocaban puntos tan sensibles de mi cuerpo, que no podía oponerme a ella.
-Señorita Petra, usted sabe que no se puede levantar durante los "buenos días", y notó que está preocupada. Recomiendo encarecidamente dejar ese tema para después, de lo contrario, tendré que comenzar de nuevo con su masaje y retrasaremos todo su día-
    Toda esa palabrería elegante de Mukuro era su forma de decirme "no", ella puede negarse a todo tipo de cosas pero nunca utiliza la palabra "no" ante alguna de mis ordenes.
-Mukuro... si te obedezco y me relajo en el masaje, ¿aceptarías responder mis preguntas sobre el tema en otro momento? Responde, es una orden-
-Por supuesto, ama. Si usted colabora, lo menos que puedo hacer yo es apoyarla y obedecer todas sus solicitudes-
    Me respondió sin ninguna duda en su voz, ni mucho menos en sus manos que paseaban por lo alto de mi espalda hasta llegar a mis hombros, una zona especialmente tensa como mujer gracias... a mis nuevas medidas.
-Entonces es una orden: voy a colaborar contigo y relajarme para que tú respondas de forma coherente y apropiada para mi todas las preguntas que tenga sobre tu llegada a mi vida, y sobre mi cambió de sexo, ¿alguna objeción a lo que dice tu ama?-
   Pude ver de reojo como Mukuro negaba con la cabeza sin descuidar su delicada labor sobre mi espalda.
-Estoy a su completa disposición, ama Petra. Si es una orden debo cumplirla, y si usted pone de su parte, será todo un placer tener esa conversación más adelante. Por ahora y para cumplir esa orden posterior, me tomaré la libertad de enfocarme en hacer mi primera labor del día. Apreciaría dejar las palabras para después. Brazos arriba.
    Conteniendo un jadeo obedecí a Mukuro, quien daba más ordenes que yo sin importar quien era la que realmente estaba a cargo. Algo de lo que no me puedo quejar realmente, ya que ella aceptó hablar de lo sucedido una vez que termine con sus deberes diarias inamovibles.
-Señorita Petra, ¿Puedo hacer una recomendación?-
-Si quieres usar sobre mi ese ungüento extraño yo me rehusó-
    Mi sirvienta negó con la cabeza antes de responder.
-No me refería a eso, mi ama. Es una recomendación para nuestra futura conversación-
    Oír eso me hizo intentar mirar a Mukuro y cambiar de posición, lo cual ella de nuevo no me permitió.
-Si falla en su labor de relajarse y estar quieta. Me temo que yo fallaré en responder sus preguntas-
    Me reprendió con tranquilidad.
-Lo siento... por moverme y por interrumpirte, Mukuro. Adelante, me gustaría escuchar tu recomendación-
    Pensaba en que clase de idea o sugerencia podría tener ella, todos mis pensamientos giraban en torno al masaje, el baño o las actividades del día de hoy, por lo que oír la verdadera recomendación de Mukuro me tomó por sorpresa.
-Responder ahora sería sesgado y erróneo, por lo que aconsejo reflexionar y responder de forma apropiada más tarde. Con eso dicho, me gustaría recomendar que piense como responder a la siguiente pregunta: ¿Usted no está disfrutando su vida como una princesa?- 
    La pregunta de Mukuro fue algo que no había pensado, que me hizo preocupar y tensarme un poco, lo cual intenté controlar sin mucho éxito ya que ella siguió hablando.
-Presumir me parece inapropiado, sin embargo no es una exageración llamar a mis servicios "los mejores" o palabras más triviales como "dignos de la realeza". Prácticamente soy la sirvienta definitiva, y usted lo está disfrutando. Por lo tanto, no entiendo esa necesidad de preocuparse innecesariamente por su cuerpo pasada, por su vida como Pete, y esos pequeños cambios que tuvo que pasar para que eventos prometedores aparecieran en su vida. Tal como sucedió conmigo-
    Las palabras de Mukuro escondían algo detrás, ella definitivamente sabía algo más de todo lo que me sucedió, y quizás me estoy equivocando pero no parece negarse a ese conocimiento. No del todo.
-Mukuro... acaso tú...-
    Estaba por hacerle una pregunta más, estaba por pregunta si ella no entendía como me sentía, o que parte no comprendía. Si yo suponía lo que Mukuro creía, me atrevería a decir que mi sirvienta no comprende porque quiero recuperar mi antiguo cuerpo. Ella se estaba perdiendo de algo, y al intentar comprenderlo quería que yo pudiera explicarlo para ella.
    Al menos eso era la idea que tuve y que buscaba confirmar con ella, algo que no podría suceder hoy debido a mi fallo.
-Ama, usted está más tensa que el día que la conocí. Por desgracia, cuidar de su cuerpo es un evento más importante que la conversación que tiene en mente. Le aconsejó pensar en ello después, ya que en estos momentos, habrá otras prioridades que atender-
    Explicó de forma compasiva mi sirvienta, de quien no podía confirmar ni negar, que me había hecho preocupar a propósito para posponer la conversación.
-Mukuro.... ah... ah... lo prometiste-
    Intenté protestar sin controlar del todo mi cuerpo cuando Mukuro se concentró en hacerme relajar nuevamente.
-Y usted prometió relajarse, algo que falló, y que por ende rompe nuestra promesa por el día de hoy. Sin embargo, mantengo mi palabra de responder a esa conversación, el día que usted pueda cumplir su parte y me permita ayudar a que se relaje, mi señorita Petra-
    La explicación de Mukuro era sencilla, tan sencilla y honesta que hasta un niño lo podría entender, y que siendo completamente justos, ella tiene razón en que yo fallé el día de hoy, dejándome la oportunidad de volver a intentarlo el día de mañana.
-M-Mukuro... tú eres una-
-Señorita Petra, le recomiendo encarecidamente que se relaje y se mantenga en silencio. A menos claro, que desee comenzar con sus "buenos días" por tercera vez está mañana-
   Mukuro es tan buena a la vez que complicada, todavía no puedo lidiar bien con ella pero estoy seguro, o segura, de que algún día del mañana lograré sacarle la verdad a mi sirvienta para que yo pueda volver a la normalidad y le diga adiós a este cuerpo y está vida como de princesa.
Créditos en la imagen

4 comentarios:

  1. Creo que esta historia tiene mucho potencial! Realmente espero que haya una segunda parte :)

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    1. Muchas gracias por comentar, anónimo. Todavía tengo cosas que mejorar, pero sin duda me gustaría hacer de está historia una mucho más extensa y a su propio ritmo. Espero la disfrute llegado el momento.
      -Nero.

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  2. Me encanta, el misterio y la narración son geniales. Buena historia

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    1. Me hace muy feliz que piense eso, Paula. Con está historia intentaré hacer muchas cosas, espero que salga bien y que la disfruten.
      -Nero.

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