-No puede ser, no importa cuantas veces se lo diga, a Víctor no parece importarle lo mucho que odio que deje su ropa tirada por todos lados-
Un largo suspiro salió de los labios de la joven con cabello oscuro al apenas salir de su habitación y encontrar un desastre habitual por el pasillo hasta la habitación de su compañero de cuartos.
-Él debería comportarse más como un caballero, está compartiendo departamento con una chica después de todo, soy una dama, y a él poco parece importarle-
La joven decepcionada y acostumbrada a está situación tomó el cesto de la ropa sucia para poner ahí toda la ropa de su compañero Víctor, un chico tranquilo y decente en la mayoría de cosas, siendo su enorme excepción los malos hábitos que tiene para su ropa sucia. Puede que fuera un cliché, pero tal como en las caricaturas, Víctor era el tipo de chico que dejaba su ropa sucia en el suelo o tirada en cualquier lugar para distinguirla de la ropa sucia que todavía podía utilizar con algo de desodorante extra, y una vez que no quede nada "limpio" para utilizar, meter todo de golpe a la lavadora.
Valeria, su joven compañera de cuartos odiaba ese mal hábito de Víctor, pero al darse cuenta que él no lo dejaría de hacer, hay ocasiones donde Valeria simplemente recoge todo el desorden para hacer algo al respecto; a veces lavando toda la ropa como acto de buena voluntad, en otras ocasiones lanzando todo a la habitación del chico, y solo cuando está furiosa con él, Valeria lanza toda su ropa por la ventana o el cesto de basura que tenga más cercano para que el chico tenga que recogerlo y disculparse con ella; para la buena suerte de Víctor, Valeria estaba de buen humor, y solo recogió su ropa para meterla en la lavadora.
-No puedo creer que tenga costumbres tan desagradables, ¿No se siente sucio o no le da asco? Entiendo que lavar puede ser un fastidio, pero me parece mucho peor estar sucio o con mal olor... y usar mucho perfume o desodorante no me parece la mejor opción-
Murmuraba para si misma la chica al recoger toda clase de ropa de su compañero, caminando con calma hasta el cuarto de lavado sin dejar de cuestionar los comportamientos de su amigo.
-¿Valdrá la pena volver a hablar con él? Con algo de suerte al ver su ropa limpia al menos me de la razón, no es mi intención chantajearlo... solo que sería muy lindo de su parte tener más consideración, algo que podría suceder al ver que limpie toda su ropa. Y si no funciona, volverá a dejarla en la basura-
Pasando de opciones amables y cariñosas, a algunas ideas un tanto cuestionables, Valeria pensaba como abordar la situación con su compañero de piso, metiendo camisetas y pantalones a la lavadora hasta que tomó algo distinto que la hizo sonrojar.
-Vamos, no me digas que incluso reciclas esto-
En las delicadas manos de Valeria, había unos calzoncillos de Víctor que antes habrá recogido de uno de los tantos montones de ropa, y que ahora al separar por colores y prendas, pudo sostener en sus manos por primera vez una prenda más íntima de su compañero de piso.
-En serio... no puede hacer algo tan anti higiénico como repetir esta ropa; es tan vulgar y sucio; definitivamente tengo que tener una conversación con él, no me gustaría tener que cambiar acuerdos sobre nuestro departamento pero si debo de hacerlo...-
La joven de largo cabello estaba realmente en conflicto, disgustaba y preocupada por la situación, al mismo tiempo que se daba cuenta de una extraña inquietud dentro de ella, que no desaparecía, por no decir que iba en aumento con cada segundo.
-Sí... sí, supongo que debo de hacer eso, yo intenté ser amable, él fue quien me dejó sin ninguna otra opción... yo... yo tendré que rebajarme a su nivel para solucionar nuestro problema con su ropa-
Valeria se esforzaba por mantenerse tranquila, concentrada en buscar una solución al problema para mejorar las cosas con su compañero. Sin embargo, una creciente ansiedad se empezaba a apoderar de ella, comenzaba a sudar y a ponerse más roja, sin dejar de sostener la ropa interior de su compañero que en poco tiempo, no solo estaría sosteniendo.
-¿Por qué?, ¿Por qué estoy pensando en hacer eso? Sería humillante, sería degradante, yo soy una chica y definitivamente moriría de vergüenza si Víctor o cualquiera me viera hacer eso-
Sus palabras estaba cargadas de intensas emociones, en las cuales la humillación cada vez era más superada por la emoción y deseo de utilizar esa ropa de su compañero de cuartos.
Valeria se repetía una y otra vez en la cabeza que no debía de hacerlo, lo inapropiado que sería, lo humillada que se sentiría y que sin importar cuanto se bañará, no dejaría de sentirse sucia si hacía eso de vestirse con la ropa de su amigo. Dentro de ella había un enorme conflicto acerca de esos calzoncillos, los cuales sin entender muy bien la razón, quería utilizar con una enorme desesperación que al final la venció.
-Me siento tan sucia... tendré que bañarme por horas después de esto-
Se decía con la voz temblorosa por tantos nervios y vergüenza la chica, quien quitándose su linda lencería rosa, se colocó en su lugar una camiseta de tirantes blanca de su amigo junto a sus boxers de color azul, provocando en ella un cambio aún mayor del que imaginó.
-¡Joder! Supongo que no puedo culpar del todo a ese idiota, está ropa es mucho mejor que esas estúpidas braguitas de encaje-
Hablando con una emoción desconocida, una voz más dura y áspera, junto a palabras que ella nunca utilizaría, Valeria se mostraba muy diferente a si misma, dejando sus modales de lado para reemplazarlos con una actitud cuestionable incluso entre hombres.
-Yo... yo me siento mejor que nunca, lavar la estúpida ropa puede esperar, ¡Eso es trabajo de una mujer!, tengo mejores cosas que hacer que jugar a ser una jodida sirvienta-
El cambio de actitud en Valeria era tan radical que cualquiera podría darse cuenta de ello, pues en solo unos segundos, ella comenzó a hablar, comportarse y actuar de una forma tan distinta, y de la cual parece no darse cuenta, o en su defecto, no encontrar ningún problema en verse como un hombre digno de otra época.
-Hablando de perras-
La joven que actuaba peor que muchos hombres, notó algo interesante en el suelo; su propia ropa interior que se quitó para ponerse la ropa de Víctor, sonriendo de forma retorcida mientras olfateaba sus bragas y sostén.
-Creo que ya sé que haré hasta que esa perra llegué a lavar la ropa y me ayude a estar más tranquilo, con lo buena que está, es una lástima que todavía no me la haya cogido. Con algo de suerte la llevaré a mi cama esta misma noche, y si no, dentro de algunos días ella encontrará sus braguitas con un recuerdo-
Con una sonrisa sádica y burlona, la joven hacía un gesto muy distintivo de los hombres al mover su mano entre sus piernas mientras que la otra mano estrujaba, jugaba y acercaba para olfatear la ropa interior de la chica, su antigua ropa interior.
Entre risas y comentarios cuestionables, la refinada Valeria había dejado por completo esa actitud de lado para encerrarse en la habitación de Víctor y hacer las mismas cosas que hacía el chico cuando cerraba con llave su habitación.
Muy interesante la historia me gusto siento que podría dar para más
ResponderBorrarAlgo bastante fuera de lo habitual para romper la rutina, espero la haya disfrutado, Chimada. Y si esta dispuesto a quedarse sin petición por una segunda parte de está historia, hágamelo saber.
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Aunque me encantaría ver en lo que termine creo que mi petición me encantaría más.
Borrar-chimada.
Ya veo, entonces le recomiendo estar al pendiente los próximos días por aquí, Chimada. Quizás vea algo que le sorprenda.
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Interesante esta historia!
ResponderBorrarNi que lo diga, gracias por comentar, 222.
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Puntos extras por usar mi nombre real. Graciiiiiaaaaaas.
ResponderBorrarMe encanto. Muchas muchas gracias, Tal como la imagine
Vaya, el destino puede ser muy caprichoso a veces, ¿No lo cree, V? Me alegra mucho que disfrute de su petición, fue lindo escribir algo distinto a lo habitual.
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