jueves, 22 de agosto de 2024

Mi inocente hermanita

-Me tienes que estar jodiendo, no voy a hacer esto, no saldré a la playa todo el día con este cuerpo-
    Decía la pequeña chica pelinegra escondida debajo de una palmera en la playa, tratando de negociar conmigo algo que simplemente no iba a pasar.
-¿Por qué no? Creí que te gustaba, al menos lo suficiente como para poder engañar a mi hermana-
    Ante mi respuesta, la chica de cabello oscuro no supo muy bien que decir, dándome la oportunidad perfecta para seguir hablando.
-La chica tiene un buen cuerpo, sus piernas y cintura especialmente, incluso su traje de baño le favorece bastante, es una lindura pero personalmente mi hermana es mejor, aun si no lo fuera, no hay excusa que te valga haberla engañado en este viaje, idiota. Ella te invitó a este paseo y tú se lo agradeces yendo a revolcarte con otra chica como si nada, lo peor es que lo intentaste en la misma habitación donde yo estaba dormida, ¿Qué tan bajo puedes caer?-
-Creí que estabas con tu hermanita, no pensé que me descubrieras-
    Ante la débil excusa que puso el chico, yo solo suspire y traté de contener mi enojo sin dejar de reprenderlo por las idioteces que hizo en tan poco tiempo.
-¿Se supone que eso me debe consolar? Me quedé a dormir porque yo manejé todo el camino hasta la playa y mi calma se vio interrumpida por tus indecencias. Sin embargo, una buena hermana siempre está preparada, y como siempre tuve mis sospechas de que eras un idiota, compre algo para castigarte cuando fuera necesario-
-¿Te refieres a esta pulsera?-
    Me preguntó levantando su mano derecha la cual llevaba una pulsera que compré hace tiempo y que podía servir como un premio o un castigo a quien se lo colocará. En caso de este bueno para nada, era un castigo muy apropiado por haber molestado a mi hermana.
-Exacto, esa pulsera sirve para poseer el cuerpo más cercano que tengas y para tu buena suerte, la persona más cerca de ti era esa chica con la que te acostaste, ¿Al menos sabes su nombre?-
    Pregunté de forma arrogante con las manos en la cintura, esperando su respuesta la cual vino acompañada de un suspiro.
-Ni idea, creo que empezaba con "S"; Samantha o Susana...o creo que Sarahi-
-Entonces te llamaremos Sarahi, y como te dije; si quieres que te quite el brazalete para volver a ser un hombre, tendrás que buscar un hombre con quien pasar todo el día en la playa y obedecer todo lo que él te diga; de lo contrario no solo te quedaras como Sarahi por siempre, sino que también yo te dejaré en este lugar para ver como rehaces tu vida como una chica. Gracias a mi, tú sueño de vivir en la playa también podría volverse realidad-
    Mis palabras eran mezquinas y burlonas, no intentaba ser amable con el idiota que engañó a mi hermana, y ya que me estaba tomando el tiempo de hacer justica por cuenta propia, me aseguraría de castigar y humillar lo más que pueda a este perdedor que dejé atrapado en el cuerpo de una pequeña chica a quien ahora acaricio el cabello para seguirlo provocando.
-¿Y qué pasará con tu hermana? Ella se estará preguntando de mi ausencia-
    El enojo del novio de mi hermana era evidente cuando me hablaba, pero él no tenía más remedio que soportar cualquier cosa que yo hiciera o dijera, incluso si intentaba involucrar a mi hermana, no dejaría que él se salga con la suya.
-Me parece un poco hipócrita que hasta ahora te preocupes por ella, y ni siquiera lo haces por ella, es por ti. Pero de cualquier forma ella no te salvará, iremos a un tour lejos de aquí para no tener que verte, de hecho ella me debe estar esperando así que no me hagas perder el tiempo-
    Le explique y me di media vuelta para empezar a caminar hasta sentir su pequeña mano de la joven alrededor de mi muñeca para suplicar una vez más. 
-¡Por favor! No me dejes aquí, fue un accidente, ¡un simple error!-
-No, el único error fue haberte traído aquí y dejar que jugarás con mi hermana menor, ella en serio está enamorada pero al final de este viaje se va enterar de que la engañaste, de ti si es que vuelves a ser hombre, o de mi cuando no te llevemos de regreso. Y ahora que lo pienso-
    Sin decir más, tomé el largo cabello de la chica para peinarlo en dos coletas laterales que le daban un aspecto más tierno e inocente o ridículo según la perspectiva. 
-No te vayas a quitar tus coletitas, Sarahi, es un punto adorable para que los chicos te noten o que te sujeten como tú hacías con está perra que metiste a nuestro cuarto de hotel, ¡Nos vemos!-
    Con eso dicho salí corriendo sin ocultar mi diversión por lo ocurrido, al fin ese idiota tenía un poco de escarmiento por meterse con mi hermana y pasara lo que pasara, al final del viaje no tendría que volver a ver su cara porque soy hay dos resultados: uno donde fue castigado por mi y confiesa su engaño provocando que mi hermana lo bote, o el segundo caso donde se queda a vivir aquí como Sarahi. Al final del día, yo salgo ganando y cobro justicia por mi inocente hermanita.
Créditos a quien correspondan.

2 comentarios: