¿Por qué lo habré aceptado? Quiero decir, sé que todo el día anterior fue caótico, fue horrible y un mar de emociones complicadas que nunca pensé experimentar ni como hombre ni como mujer. Sin embargo, ahora que despierto más tranquilo y con energía, no puedo evitar sentirme arrepentido por todo lo que hice anoche desde que llegué a casa de Lauren.
Al mirar mi mano izquierda me siento sucia y avergonzada, pues no importó lo mucho que intentará comportarme bien en el cuerpo de Lauren, al final sucumbí por un momento a sus bajos deseos e hice algo que quizás no debería haber hecho. No, definitivamente no debí haber hecho eso, sin embargo lo disfrute, hacer eso se sintió muy bien, por mucho que odie reconocerlo, hacer eso se sintió muy bien.
Si algo bueno pudiera rescatar de haber hecho eso antes de dormir, es que ahora me siento mucho mejor, aunque sea humillante de admitirlo, tocarme a mi misma un poco me hizo sentir más relajada, me hizo sentir un poco más tranquila y contenta, fue la recompensa perfecta que necesitaba después de un día tan cargado de emociones como lo fue ayer, y la mejor parte de todo es que no tuve alguna clase de consecuencias.
Recuerdo que cuando Lauren se robó mi cuerpo, no solo me chantajeó con fingir ser ella una semana para devolverme mi cuerpo, esa vieja mujer también me advirtió de un efecto secundario: los deseos que una mujer de su edad puede tener. El segundo día cuando me bañaba sentí algo muy parecido a lo que sentí anoche, pero esa vez pude evitarlo al meterme en el agua fría de la regadera. Anoche no pude evitar consentir a este viejo cuerpo, y pensé que pagaría graves consecuencias, lo cual no sucedió y me hace creer que la Lauren solo me estaba asustado.
-Supongo que su broma realmente funcionó, estuve muy preocupado al comienzo pero ahora que ya hice eso; o bien me quería asustar la madre de Giselle, o quizás yo soy más fuerte que esa tontería suya de impulsos femeninos-
Murmuraba mis pensamientos con tranquilidad mientras me maquillaba, haciendo uso de cosas muy básicas que vi a mi novia hacer cientos de veces y que ahora estaba imitando, teniendo resultados mejores de lo que esperaba.
Para mi sorpresa este cuerpo recordaba como maquillarse, haciéndome sentir contento y satisfecho con el resultado que podía ver frente al espejo; apenas tenía labial, base y rubor junto con un delineado sencillo en mis ojos, sin embargo ese pequeño rato que me tomé para maquillarme me hizo sentir mejor, en especial cuando terminé y me admiré en el espejo.
Una vez que estaba listo mi maquillaje, comencé a buscar un atuendo perfecto para la ocasión donde saldría de casa un rato sin que nadie se enteré de esto. Sé que no es malo salir, además que no lo hago por gusto, no del todo, pero para volver a la normalidad debo recuperar esos libros que anoche dejé atrás, pero que hoy un amable joven decidió traerme hasta mi temporal hogar.
-Anoche di un montón de problemas por no vestirme de manera adecuada.... aprendí de mis errores, y aunque no me da ilusión usar esto, será lo mejor... siempre y cuando pueda abrocharlo...-
-Lamento la espera-
Dije al salir de mi mansión, donde un nervioso joven no dejaba de verme con asombro por mi aspecto.
-Señorita Lauren... no se preocupe... luce estupenda-
Susurró el chico, algo que me hizo poner los ojos en blanco y dedicarle una pequeña sonrisa.
-¿En serio? No hice la gran cosa, muchacho, pero gracias-
Además del ligero maquillaje que hice esta mañana, cepille un poco el cabello de Lauren para que no me diera tantos problemas, y para evitar estar en alguna situación como la de anoche; esta vez elegí un vestido corto y ajustado de mezclilla, me daba un poco de vergüenza usar una falda tan corta pero anoche estuve en una situación delicada por mi largo vestido, así que dejar a la vista mis piernas a cambio de evitarme problemas era un precio que estaba dispuesto a pagar, por no decir que aún con lo ajustado que es el vestido, también es muy ligero y cómodo; también hice otro cambio importante al usar tacones esta ocasión, anoche y está mañana estuve practicando como caminar en estás cosas y les he tomado el truco, así que combinar el vestido con los tacones no solo me hacía lucir mejor, lo más importante era prevenir meterme en más problemas; quizás no sea lo más elegante para una mujer, pero si llego a cansarme de los tacones, en mi bolso metí unas sandalias muy femeninas y cómodas que también lucen bien con el vestido; de muy mala manera tuve que aprender de mis errores, y para no exponerme a nada desagradable nuevamente, hoy me tuve que esforzar un poco más en ser una buena mujer.
-Sé que ya lo había preguntado, señorita Lauren pero ¿Usted en serio está bien?, ¿Ayer no le hicieron daño?-
Aquella pregunta era incomoda de responder sin importar lo muy bien intencionada que fuera, el chico era torpe y honesto, lo cual era bueno y problemático a partes iguales, por lo que intentaría tener paciencia con él. Por no mencionar que sigo en deuda con él.
-No me llames "usted", eso me hace sentir vieja. Y no, ayer no me hicieron daño gracias a ti, en serio que estoy agradecida contigo-
Aunque me pareció raro decir que no quiero sentirme vieja, pensé que fue una queja genuina de está vieja mujer, a la cual no le quise prestar mucha atención para seguir hablando con el chico.
-¿Qué hay de ti, muchacho? Te llevaste una buena paliza por mi culpa, y aún después de eso sigo dándote problemas, ¿De verdad estas bien?-
El chico negó con la cabeza y puso una gran sonrisa al momento de responder.
-Para nada, usted no tuvo la culpa de nada, señorita Lauren. No debería ser un problema que una mujer se vista con lo que le gusta, así que no piense que es su culpa, señorita Lauren-
Su respuesta me sorprendió, por alguna razón me pareció extrañamente madura y sensata, haciéndome pensar que yo no hice nada malo con mi elección de ropa el día de ayer. Incluso ahora usé algo diferente al sentirme culpable e intentar protegerme, lo cual es completamente diferente al pensamiento del chico que no cree que yo haya tenido la culpa por como iba vestida.
-Además solo fueron unos golpes; tengo moretones y el cuerpo adolorido pero poco más; incluso lo que yo sangre fue poco y la mayoría era sangre de ese sujeto problemático que la molesto-
Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro al sentirme más tranquila, era un alivio saber que el chico no tenía fracturas o heridas graves, hasta la sangre que se veía ayer era mínima de él, así que conocer que se encuentra mucho mejor de lo que cualquiera podía esperar me llenaba de genuina tranquilidad.
-Es buen escuchar eso, Matt. Deberías estar descansando en casa, y en cambio te tengo aquí perdiendo el tiempo-
De nueva cuenta el joven negó con entusiasmo ante mis palabras, las cuales rechazó sin dudar.
-Para nada, señorita Lauren. No es una perdida de tiempo poder ayudarla, anoche sus libros quedaron en segundo plano por todo el escandalo, pero aquí los tiene, espero lo disfruté-
Con una enorme sonrisa en el rostro el joven me entregó una enorme bolsa con todos los libros que había dejado atrás anoche, por toda la conmoción los había olvidado hasta llegar a casa, y para mi fortuna, no tuve que volver al centro comercial para recuperarlos.
Anoche cuando Matt me escribió, le dije que me encontraba bien, le agradecí por haberme salvado y sugerí que podría ir a visitarlo al centro comercial para ver como se encontraba y recuperar mis libros. Para mi buena suerte, Matt fue egresado del hospital a las pocas horas, diciendo que tenía unos días del trabajo por su "lesión laboral" y sugiriendo que él podía traerme hasta mi hogar todos los libros a cambio de pagar sus horas laborales; eso hizo todos mis planes mucho más fáciles, dándole mi dirección y prometiendo que no le pagaría las horas de trabajo, le pagaría el mes completo; que de algo sirva la fortuna de esta vieja mujer.
Tal como acordamos, Matt llegó a mi hogar poco después del medio día, e incluso así lo hice esperar al despertarme hasta tarde y tomarme más tiempo del esperado en vestirme para el día de hoy.
En cuanto me aseguré que él estaba realmente bien, fue que me sentí más tranquila como para pedirle mis libros, dejando la bolsa en la sala de estar y saliendo con mi bolso de donde entregué un fajo de billetes.
-Señorita Lauren, no hace falta que me de tanto dinero, pensé que solo estaba bromeando, no puedo aceptar ese dinero-
Dijo el chico dando un paso atrás y viéndose sorprendido por la cantidad de dinero que estaba dispuesto a pagarle por su ayuda.
-No te preocupes, Matt. Esto no es nada, tómalo como una compensación por tu tiempo de ayer y por haberme salvado el día de ayer, si fuera honesta, debería darte aún más dinero por salvarme el día de ayer-
-Señorita Lauren, no la salve porque necesitará el dinero, solo hice lo que creí correcto. De verdad que no necesito ese dinero-
Sus palabras eran amables, parecían ser sinceras, lo cual solo me hacía sentir aún peor a mi.
-Sea el motivo que sea, mereces una recompensa, así que toma esto-
Intenté darle el fajo de billetes pero él retrocedió, incluso puso sus manos detrás de su espalda para hacer más difícil que tomará el dinero, también pensé en meter el dinero en sus bolsillos pero eso ya sería más que inapropiado de mi parte, por lo que recordando a mi Giselle tuve una idea que modifique ligeramente.
-¿Vas a dejar a una dama con la mano estirada? Eso es muy grosero, Matt-
Ante esas palabras Matt reaccionó, mordió el anzuelo por completo, lo cual solo me motivo a seguir adelante.
-Incluso si no lo hiciste por dinero, sigues mereciendo una recompensa, ¿Vas a rechazar mi regalo?, pensé que tú eras un buen chico-
Más de una vez mi novia intentaba sobornarme o chantajearme actuando de está manera, solo que ella lo hacía de forma bromista antes de cambiar el tema o resolver el problema por su cuenta. Sin embargo, en mis cuerpo y condición actual, jugar la carta de ser una "pobre e indefensa mujer" era lo mejor que tenía, y que sin duda estaba dando resultados en el chico.
-Señorita Lauren, aprecio mucho su intención.... solo que yo....-
Solté el suspiro más pesado que pude para opacar sus palabras, tratando de soportar la humillación al poner una expresión triste para el chico antes de decir.
-Está bien, está bien, sé que debe ser desagradable deberle un favor a una mujer vieja como yo-
-¡En lo absoluto!-
Escuché cuando ahora fue él quien me interrumpió a mi, con la cara sonrojada pero con la mirada llena de determinación, recordándome un poco al día anterior cuando lo vi haciéndose con la victoria de su repentino combate por protegerme.
-Usted... quiero decir, tú no eres una mujer vieja en absoluto... con todo respeto, me parece una mujer hermosa... y espero que lo que vivió ayer no le impidan seguir siendo la grandiosa mujer que usted es-
Sus palabras estaban cargadas de sentimiento y determinación, solo perdiendo un poco de su encanto cada que se corregía a si mismo sobre como llamarme, aún así fue un comentario muy acertado que me hizo sonreír.
-Ya veo...¿Significa entonces que lo aceptarás?-
Pregunté al extender el dinero hacía el chico, quien tras suspirar lo aceptó.
-Muchas gracias, señorita Lauren-
-No es nada, muchacho. Ahora a casa a descansar-
El chico susurró esas palabras mientras guardaba el dinero en su bolsillo, yo sonreía con satisfacción y me despedía para entrar de nuevo a mi hogar, hasta que Matt habló una vez más, soltando una propuesta descarada justo para mí.
-D-disculpe... d-disculpe, señorita Lauren... acabo de conseguir un dinero extra... me... me preguntaba si usted.... me preguntaba si ¿le gustaría salir a comer?-
Este tipo es increíble y no en un buen sentido. Matt debe ser más joven que yo en mi verdadero cuerpo, y aún más joven que Lauren, debía tener la mitad de mi edad en mi cuerpo original y ser unas tres veces más joven que Lauren, por no mencionar que es un manojo de nervios conmigo, y aún con todos esos desperfectos, tuvo lo necesario para invitarme a una cita con el dinero que yo acababa de darle.
-Lo siento, Matt. Como puedes ver no tengo un automóvil, entonces necesito ayuda para moverme, una mujer de mi edad no debe estar sola por las calles, ¿sabes?-
Una vez más usé mi carta de vieja mujer para liberarme del chico, quien no estaba listo para rendirse de inmediato.
-N-no vine caminando. Papá me prestó su auto así que podemos usarlo-
Hice lo posible para no reírme de Matt, pues su idea me parecía adorable, era todo un joven puberto que aún dependía de sus padres para algunas cosas, y con ello tuvo el cinismo de invitar a comer a una mujer bastante mayor que él.
-Papá te prestó su auto, ¿Cuál es el auto de papá?-
La idea era sencilla, decir que ese tipo de autos no me gustaba, tal vez darle la mentira blanca de pensarlo para la próxima ocasión o hasta darle más dinero para que me dejará tranquila. No obstante, la burlona sonrisa de mi rostro desapareció al saber que auto conducía Matt.
-Es un Mustang Boss 429-
-¿Perdón?, ¿Un que?-
-Ah... es un auto clásico... Quiere decir que el auto es antiguo pero valioso, no lo puedo usar todos los días pero pensé que está ocasión... donde ayudaba a una clienta, era un caso especial-
Por un momento me sentí ofendida, olvidando por completo mi actual identidad para responder.
-¿Con quién crees que estás hablando? Por supuesto que sé que es un auto clásico, no necesito que me lo expliques-
Matt estaba sorprendido por mi respuesta, incluso yo, pero como el fanático de los autos que soy me sentí ofendido de que pensará no conozco un auto tan bueno como ese. El detalle, justo ahora no soy Mathius, y a nadie se le pasaría por la cabeza que una mujer en sus 50 años podía ser una conocedora de autos clásicos, un problema del cual tendría que librarme justo ahora.
-L-lo siento, muchacho. Mi padre manejaba uno de esos autos, eran autos modernos y elegantes en su época, ahora son autos clásicos, el tiempo no se detiene, ¿No es así?-
Tras esa mentirita piadosa, el joven parecía más tranquilo, incluso se veía un poco emocionado al preguntar.
-¿Le gustan los autos, señorita Lauren?-
A pesar que toda mi hombría quería gritar que sí y cuanto amaba los autos, tenía que disimular mi emoción, comportarme como una dama, una dama que suspiro y respondió.
-Un poco-
El chico sonrió con alegría, mostrando las llaves de su auto prestado antes de volver a preguntar.
-¿Entonces acepta salir a comer y dar una vuelta? Prometo que la traerá hasta casa cuando usted lo diga, señorita Lauren-
-Supongo que salir un rato no estará mal-
Créditos a quien correspondan. |
Tomé mi bolso de mano con todo lo necesario para está salida, cerrando bien las puertas y rezando por no estar cometiendo un error con está pequeña distracción que solo hacía por poder subirme en un auto clásico con el que siempre soñé.
-Por aquí, señorita-
Me decía el joven Matt al abrirme la puerta del copiloto, la única otra puerta en este increíble modelo de auto. Moría de ganas por poder conducir yo misma, sin embargo cuando vi al chico tan atento conmigo, tuve que fingir una sonrisa y conformarme con ser la pasajera, ya que está vieja mujer no maneja.
Una vez que entre al auto y me puse el cinturón, el chico entró y comenzó a manejar, sé que no era mi momento más femenino como Lauren pero oír el motor de este auto, ver lo perfecto que es en la carretera, la pintura en excelente estado, el interior con las mínimas modificaciones; aceptar la invitación de este chico era una tontería por completo, pero si con ello podía conocer este majestuoso auto, valía la pena hacer cientos de tonterías más.
El vieja fue tranquilo, el chico iba despacio a lo que yo le pedí más de una ocasión subir la velocidad aunque fuera unos segundos, cada que él me obedecía y sentía mi largo cabello moverse por el viento, una gran sonrisa llena de satisfacción aparecía en mi rostro.
Durante nuestro recorrido el nerviosismo de Matt fue desapareciendo al hablar de autos, el chico aún tenía mucho que aprender pero no estaba equivocado en lo que sabía, solo que para su desgracia se topó con un experto en ellos, quien le intentó compartir todo lo que sabía sin dejar de sonar como una dama, algo genuinamente raro y complicado dado que el tema no era la cosa más femenina. Por fortuna el chico no hizo ninguna pregunta sobre porque yo sabía tanto de autos, haciendo que nuestro paseo se sintiera un poco como la conversación de dos viejos amigos que se ponían al día.
Cuando finalmente llegamos al restaurante, Matt se bajó del auto para abrirme la puerta como todo un caballero con su cita, lo cual me hizo cobrar consciencia de algo que no había notado hasta ahora. Salir con Matt no estaba en mis planes, de hecho hasta rechacé sus intentos más de una ocasión, entonces ¿Por que me puse este vestido, tacones y maquillaje? Se supone que me quedaría en casa para leer los libros y volver a la normalidad, y si eso iba a hacer, ¿Por que me vestí tan linda? No... no entiendo porque hice eso, pero hice de lado esos pensamientos cuando el joven me abrió la puerta del auto.
Tratando de ignorar esa inquietud en mi corazón, y la sensación de que estaba haciendo algo inapropiado, sonreí y tomé la mano del joven para salir del auto y entrar al restaurante donde él me acomodó la silla donde tomé lugar para pasar lo que esperaba fuera un buen rato.
Sintiéndome un poco cómoda con todo esto, y pensando que nadie podía verme, decidí consentirme en el restaurante al pedir un lujoso corte de carne en termino medio, junto a una costosa botella de vino. Una vez más no era mi momento más femenino, pero si lograba ahuyentar a Matt con todo lo que comía, quizás también me estaba librando de un lindo problema a futuro.
-¿Qué tu no vas a beber?, ¿Tus padres te regañan?-
Pregunté de manera burlona al escuchar que Matt pedía una soda junto con el mismo corte de carne que yo elegí.
-No suelo beber a menudo, menos ahora. Prometí llevarla a casa con bien, así que no pienso beber ni una gota de alcohol, usted beba por mí-
Por lo regular yo era el conductor designado, y si mis amigos o Giselle querían beber, quien se mantenía sobrio para manejar era yo, así que era lindo estar del otro lado de la moneda está ocasión.
-Entiendo, entonces te tomaré la palabra, muchacho-
La cena resultado ser maravillosa; al comida estuvo deliciosa, el vino estuvo espectacular, por no decir que la compañía de Matt no estuvo tan mal; el chico intentaba ser amable todo el tiempo además de intentar conocer un poco más sobre mí, sin embargo me mantuve al margen, evadiendo todas esas preguntas tanto como me fuera posible, su intención era buena pero no podía decirle como me sentía, ni hablarme mucho de mi vida y ni siquiera podía contarle como me sentía por el temor de hablar demasiado y hacer que el joven sospeché que había algo extraño con Lauren.
En lugar de concentrarme en mi, hice que el chico me contará de su vida; averigüe que está en su último año de universidad, trabaja en la librería durante sus vacaciones, sueña con tener un montón de autos clásicos, formar una familia y tener una esposa amorosa a la cual cuidar. Sus sueños son lindos, por no decir que son cursis, son los típicos sueños ambiciosos de un chico, después de todo con sus 20 años de edad, no podía esperar menos.
Pasar el rato con Matt no era tan malo, y mientras conocía más del chico, también le daba consejos, supongo que pude ver en Matt un poco de mi mismo cuando joven... pensarlo de esa forma, en especial con este cuerpo me hacía sentir como un vejestorio, sin embargo las buenas intenciones de Matt podían ser mejor desarrolladas por lo que toda la cena hablamos de él; le di consejos para la universidad, a que se podía dedicar una vez que terminará sus estudios, además de darle ánimos y que con esfuerzo podría lograr grandes cosas; también le aconseje meterse al gimnasio, pues en mi experiencia las mujeres disfrutan más de hombres con un poco de musculo ya sea por lo guapos que se ven o que se sientan protegidas; cuando hablé de que le gustaba a las mujeres Matt se veía especialmente atento, si tuviera una libreta a la mano no dudó que él se hubiera puesto a escribir todo lo que yo decía en base a mi experiencia con el otro sexo.
Entre la comida y nuestra conversación, las cosas comenzaron a tomar un aire distinto... no podía explicarlo muy bien, pero Matt parecía más lindo que el día anterior, comportándose como todo un caballero conmigo y yo fingiendo el rol de una dama.
Cerca del final de la cena, no supe muy bien que pasaba por mi cabeza, solo supe que una de mis manos se unió con la de Matt al decir.
-Muchas gracias por la invitación, me la he pasado de maravilla-
-No es nada, me alegra mucho que haya aceptado mi invitación y disfrutará de la cena, señorita Lauren... espero no sea la última ocasión-
En esta ocasión, sin importar lo directo que fue el chico, sus palabras no lograron sorprenderme. Con todo lo que el joven ya había dicho y hecho desde que lo conocí, yo comenzaba a acostumbrarme a que él fuera un chico descarado que intenta tener mi atención, logrando su cometido casi en toda ocasión.
-No lo sé, yo...-
Hasta ahora no le había prestado atención a los susurros y miradas, desde que me convertí en esta vieja pero bien conservada mujer, toda clase de comentarios se escuchan detrás de mi. Esta ocasión no fue distinta, solo que no se centraban en mí únicamente.
-¿Escuchaste eso, amiga? El chico la llamó "señorita", y se están tomando la mano-
-Sí escuché, yo pensando que era una madre con su hijo, y resulta que solo es una pervertida-
Los rumores en una mesa cercana no se hicieron esperar, haciéndome sonrojar por primera vez en el día y darme cuenta de lo lejos que estaba llegando toda está situación el día de hoy.
En teoría solo saldría por una comida rápida con este chico para no volver a verlo, pero en su lugar llevo horas con él dándole consejos y aconsejándolo para que sea un hombre mejor, también nos reíamos, hablamos de autos, me dio la oportunidad de beber todo lo que quería para luego llevarme a casa, y en mis intentos de hacerlo ver más varonil, yo estaba actuando cada vez más femenina. Esto no podía seguir así, y aunque fue vergonzoso, los rumores que decían esas viejas mujeres me hicieron volver a la realidad sobre todos mi errores del día de hoy.
-No lo sé. no creo que sea buena idea, Matt. Además se está haciendo tarde y debo volver a casa-
Fue mi respuesta al alejar mi mano de la suya, algo que solo hizo reír a las mujeres detrás de mi, dándome prisa en tomar mi bolso para pagar la cuenta e irnos cuanto antes mientras ellas seguían hablando.
-¿Oíste? Dice que ya es muy tarde, tal vez el niño debe llevarla al asilo-
-¿Quién tendrá el toque de queda primero?, ¿El niño o la vieja?-
Ambas mujeres se burlaban descaradamente de mi, y por alguna razón me dolía.
Hasta ahora me han molestado, tocado, humillado, avergonzado, chantajeado y muchas cosas más que no son para nada lindas, y he estado bien con todo eso, dando mi mejor cara para seguir fingiendo ser Lauren. Sin embargo, está vez no podía forzarme a sonreír, no podía ignorar sus palabras, y no podía dejar de sentirme mal ante sus maliciosos comentarios con respecto a mi edad y la edad de Matt.
-¿Podrías llevarme a casa?-
Pregunté con calma a Matt, dando lo mejor de mi para fingir una gran sonrisa y seguir intentando ignorar a las mujeres que cada vez eran más escandalosas a mis espaldas, murmurando sus chistes crueles para después reírse en voz alta.
Yo quería terminar de forma elegante y discreta todo este problema, Matt por otra parte, quería hacer todo lo contrario.
-Abuelitas, no deberían reírse tan fuerte, ¿Qué tal si se les salen los dientes?-
Ese comentario de Matt hizo que el restaurante se llenara de silencio por un momento, las mujeres dejaron de reír, yo estaba sin palabras y algún que otro comensal hizo lo posible para no estallar en risas ante el comentario que hizo Matt poniéndose de pie y señalando a las mujeres.
-Matt.... no hace falta que hagas esto, está bien, solo hay que irnos-
Dije para intentar tranquilizar a mi acompañante, algo que las avergonzadas mujeres no dejarían pasar por alto.
-¡D-deberías escuchar a tu madre, muchacho!-
-¡Querrás decir a su abuela! Aunque no me extraña que la ignores, se nota que no sabes nada de respetar a los adultos, chico insolente-
Respondieron las mujeres, a lo que con una fingida expresión de sorpresa Matt hizo una reverencia, todo parecía serio por un momento, hasta que de nuevo el chico abrió la boca.
-Eso es cierto, lo lamento mucho. Mis padres me enseñaron que no debo ser grosero con los muertos... ¡Ah!, ¿Qué ustedes no han muerto?, ¿En serio siguen vivas? Mi culpa, con tanto maquillaje y dientes amarillos o faltantes, pensé que habían muerto hace tiempo, ancianas-
Un par de carcajadas resonaron en el restaurante, incluso pude ver como un cliente escupía por la nariz y por la boca el agua que estaba bebiendo, ahora todas las miradas en el restaurante estaban sobre las mujeres que revisaban su maquillaje e intentaban ocultar sus dientes.
-¿Se burlan de la señorita Lauren por su edad? Como si usted fueran más jóvenes o bellas que ella; sus canas, arrugas y verrugas no les ayudan. Ahora que lo pienso, ¿Son zombies o brujas? Porque muy normales no se ven-
Los comentarios en contra de las mujeres no se hicieron esperar, al parecer se estaban burlando de otros clientes antes que yo, y ahora que ellas eran el foco de atención, ninguna de las dos sabía donde esconderse.
-La señorita Lauren es una hermosa mujer, segura y hermosa, y quizás soy algo joven a su lado, pero si ustedes dos están juntas, es porque no hay hombre joven o anciano que las soporte, par de brujas. A mi, ni aunque me pagaran las invitaría a cenar, menos hacer algo más-
Un par más de hombres y hasta mujeres salieron a respaldar al chico, que paso de humillar a las mujeres, a darme un montón de elogios frente a todo el restaurante, algo que me hizo sonrojar y sonreír a partes iguales.
-La señorita Lauren es hermosa por dentro y por fuera, podría ganarse el corazón de cualquier persona con solo conocerla o verla sonreír, a diferencia de ustedes que son horrendas por fuera y por dentro, y solo causar temor de quien las mire. La señorita Lauren es aplastantemente superior a ustedes dos en todo sentido-
Ahí estaba otra vez, ese chico joven pero seguro, imprudente pero valiente, un pequeño caballero que salía en mi rescate, algo que ya se le estaba haciendo costumbre al chico, y que a diferencia del día anterior, hoy genuinamente pude disfrutar. Matt no era tan malo después de todo.
Finalmente tras tanto escandalo las mujeres quisieron volver a responder pero algunos empleados junto al gerente salieron de la cocina para controlar la situación, donde Matt actuó antes de pensar una vez más.
-¡Lamento las molestias!, ¡Muchas gracias por la cena y buenas noches!-
Matt dejó el dinero en la mesa, tomó mi mano y salimos a toda prisa del restaurante; yo apenas podía caminar por los tacones, mi ajustado vestido y las risas incontrolables de lo que acababa de vivir; aún así sujete mi bolso con fuerza y dando lo mejor de mi, corrí con Matt hasta el auto antes de meternos en más problemas.
-A las mujeres no les gusta que sus chicos sean unos brutos, escandalosos ni ser avergonzadas en público-
Le reprendí al chico que antes de que se pudiera disculpar, yo volví a hablar.
-Pero también nos gusta que nuestros chicos nos cuiden de vez en cuando. Fue muy vergonzoso, pero muchas gracias por salir a mi rescate, Matt-
Créditos a quien correspondan. |
En el camino a casa Matt no dejaba de hacerme reír con más chistes sobre esas mezquinas mujeres o contándome historias más alocadas que ha hecho en su joven vida, debo admitir que es más alocado de lo que parece, y aunque intentaba reprenderlo cada tanto, no podía dejar de reír y de mostrar respeto y asombro ante todas sus historias.
Así que cuando llegué a casa, dejando que su auto se estacionará en la entrada del garaje, deje salir un largo suspiro. No estaba tan casada todavía, no era un suspiro de cansancio, era un suspiro al saber que este divertido día como Lauren estaba por terminar.
Una vez que Matt se estacionó, bajó del auto para abrirme la puerta, extendiéndome su mano para ayudarme a salir y caminar hasta la puerta.
Era una lástima, después de disfrutar por primera vez este viejo cuerpo, me sentía triste de que la noche tuviera que acabar con el chico llevándome hasta mi hogar, sé que era un poco egoísta pero ojala se quedará un poco más, quería estar un poco más con él, después de todo solo con Matt he podido hablar un poco y sentirme apoyada desde que soy Lauren. No quería que se fuera, no quería quedarme sola tan pronto, y muchos pensamientos más daban vueltas en mi cabeza mientras el joven sujetaba mi brazo para ayudarme a caminar hasta la puerta de mi temporal mansión.
Maldición, no quiero que esto termine, no quería sentirme sola en está semana tan difícil, y haber bebido tanto vino no me ayudaba, haciéndome sentir peor que de costumbre, con la cabeza dándome vuelta y toda clase de deseos contradictorios pasando por mi cabeza.
-Fue muy divertido salir con usted, señorita Lauren. Pude conocerla mucho mejor, sus consejos en autos y mujeres me ayudaran mucho, ¡Y hasta pude discutir con unas viejas molestas!, ¿Qué mejor cita en el mundo puede haber?-
La tonta broma de Matt me hizo sonreír, deseando oír más de sus chistes malos toda la noche a pesar de estar en la entrada de mi mansión.
-Me hizo muy feliz salir con usted, señorita Lauren. Que tenga buena noche-
Cuando Matt dijo eso yo cerré los ojos un momento, esperando algo más de él, lo que sea, cualquier pretexto me servía para no parecer tan desesperada por su atención y su afecto. En mi cabeza no paraba de gritarle al chico: quería que me preguntará si podía pasar la noche, que si le invitaba un café, si era muy tarde.... hasta un beso, un abrazo... o solo que tocará mi mano, cualquier cosa me valía para invitarlo a entrar, pero mi idiota caballero se portó de manera impecable hasta el final, despidiéndose al sacudir su mano y con una gran sonrisa, esperando a que yo entrará a casa antes de irse.
Espero unos momentos más con los ojos cerrados pero él no hizo nada, lo cual solo me hizo sentir más avergonzada de esperar algo de un chico.
Me di media vuelta, busque en mi bolso las llaves, silencie el teléfono que no dejaba de molestar desde el camino a casa, abrí la puerta y gaste todo el tiempo que pude para que Matt intentará un último movimiento, algo que simplemente no sucedió.
-Tonto muchacho, ¿en serio tengo que darte una última lección?-
Pregunte sin esconder mi molestia, rompiendo la calma de Matt por completo, dando un par de pasos hacía mi con preocupación.
-¿Una última lección? Perdone señorita Lauren, ¿A que se refiere?, ¿En que me equivoqué?-
Dude por un momento, solo por un momento pensé que estaba llevando las cosas demasiado lejos. Sin embargo, bastó con mirar la expresión preocupada del muchacho para saber que hacía lo correcto.
-¿¡Señorita Lauren!?,¿¡Qué está haciendo!?-
Me preguntó lleno de vergüenza el chico, intentando cubrirse los ojos, aunque fallaba miserablemente ante sus deseos de mirar lo que tenía en frente, algo imposible de ignorar especialmente para él.
-No debes hacer rogar a una dama por más atención. Que te quede de lección, chico, si te hubieras arriesgado un poco más, yo no tendría que estarme humillando frente a ti por un poco de tu atención-
Explique con calma, dando lo mejor de mi para que la vergüenza no me dominará por completo y preguntar.
-Ya que tú no lo hiciste lo haré yo, pero que te quede claro que está será la primera y última vez, más te vale no titubear al responder... así que, ¿Te gustaría pasar la noche aquí?-
Jajajaja me encantó como se desarrollo todo!! Ese Matt tiene suerte xd
ResponderBorrarYa quiero el siguiente cap Xd
En serio me alegra que alguien la haya disfrutado, porque me tardé mucho editando de última hora para que Blogger no se enoje conmigo....
BorrarEl próximo capítulo viene el siguiente sábado.
-Nero.