-¡Vamos! ¡Gime más fuerte! ¿No eras un hombrecito? ¿No muy machito? Responde-
-No...señor...no lo soy-
Dije con una quebrada voz, sintiendo como mi culo ardía, y lo hacía aún más tras otra nalgada del profesor que me hizo gemir más fuerte que hasta ahora.
-No eres ¿Qué?-
-Un machito...señor...no soy un hombrecito...-
Tuve que decía con humillación.
-¿Qué eres entonces?-
-La nenita de la clase-
Un grito de alegría, junto a silbidos y aplausos sonaron al unísono tras mis palabras. No me gustaba decirlo pero era la verdad, y desde que llegué a esta escuela día con día me volvía más una putita para el resto de la clase.
Mi nombre antes de entrar a esta escuela era Cody, fui transferido después de muchos problemas que cause en mi colegio anterior. Me la pasaba molestando a mis compañeras de clase por el simple hecho de que me parecía gracioso, y aún con muchas llamadas de atención nunca lo deje de hacer hasta que fue muy tarde, cuando cruce 2 líneas que en definitiva no debí haber cruzado.
La primer línea es que hay una diferencia abismal entre molestar y acosar, algo que ahora entiendo y que ahora sé que fue lo que hice al bajar la falda de una chica frente al resto de la clase provocando burlas, sorpresa y hasta comentarios perversos por todos en el salón. Sin embargo, esta chica era la hija del director que cansado de mi conducta, convenció a mis padres de transferirme a un internado masculino para no presentar cargos y ser expulsado por todo lo que había hecho. La respuesta fue rápida y obvia, por lo que en pocos días ya estaba llegando al colegio masculino "Estelas del mañana".
No me gustaba la idea de estar entre puros hombres, lo divertido era estar rodeado de chicas lindas y sumisas, pero si iba estar solo con hombres apenas llegar iba a demostrar quien mandaba. Un rotundo fracaso.
En cuanto llegué a mi nueva escuela, quise intimidar al primer chico que vi, quien apenas ponerse de pie ya me había hecho retroceder. Resulta que era el líder del club de boxeo, el tipo más fuerte del aula y sobre todo, el hermano mayor de la chica a quien baje la falda en mi colegio anterior.
Suplique para que no me golpeara pero él y sus amigos parecían tener otros planes, y entre todos les bastaron unos minutos para desnudarme y empezar a vestirme con el uniforme femenino de mi antigua escuela.
Era tan humillante, lo más humillante que jamás me había sucedido y que apenas iba a comenzar, sin que yo pudiera hacer algo al respecto, pues aún con todas mis fuerzas, uno solo de estos chicos podía inmovilizarme, y al ser un grupo, jugaban conmigo a su voluntad.
Me pusieron calcetas largas y zapatillas de chica, unas bragas blancas de algodón que me apretaban y una falda tan corta como para un reporte disciplinario, después me pusieron un sostén que me quedaba vacío, seguido de una blusa, un moño y un abrigo femenino. Por último arreglaron mi cabello, no es muy largo pero si que pudieron ponerle broches y pasadores para peinarlo, ordenando que empezará a usar maquillaje y esas ropas de ahora en adelante. Pregunté que pasaría si me negaba, a lo que respondieron que ellos se encargaría de vestirme con mi uniforme correcto todos los días en el salón antes de comenzar las clases.
Me disculpe y pregunte que si hacían eso como venganza por lo que yo le hice a la hermana de este tipo, y aunque admitieron que si se estaban vengando, también me dijeron que les hacía falta una señorita que pudiera satisfacer tanto a alumnos, como maestro y hasta algunos padres de familia. Yo era el más pequeño, el más débil, el más indefenso, y hasta era el que más parecía una chica, por lo que mi castigo no era no poder estar con chicas es la escuela, mi autentico castigo sería ser la única chica en la escuela dentro de un colegio masculino y mi nuevo nombre sería Lisa.
Obviamente me negué pero eso poco les importó y antes de que comenzará la clase ya se habían encargado de reventarme el culo a azotes de sus pollas contra mi trasero. Pensaba que mi primera vez sería con una chica tendida a mis pies pero no, mi primera vez fue conmigo con las piernas abiertas y de espaldas al pupitre mientras un tipo que no conocía me llenaba el culo con su verga y luego con su semen, después de él siguió otro, y luego otro, y uno más, siendo el último en jugar con mi cuerpo mi nuevo propio profesor, quien una vez terminó dentro de mí, me hizo saber que pasaría de ahora en adelante.
Cómo ya se me había dicho, yo sería la mujercita de todos esos hombres de verdad. Por lo tanto mis clases serían particulares y distintas a la de los hombres, de igual forma no se me trataría como uno, sino como una señorita.
Vestir el uniforme femenino era solo el inicio, para las clases de gimnasia debo usar bloomers femeninos, para la clase de natación debo usar un bañador de una pieza o un bikini blanco y por último, para mi taller obligatorio que es gimnasia artística y ballet, debo usar un leotardo rosado.
Mis clases son diferentes, no tengo permiso de tomar las mismas clases de los chicos entonces muchas de mis clases todos los días son: cocina, costura, economía doméstica, moda, maquillaje, baile y por supuesto "mi tiempo especial" como la muñequita de toda la clase, quienes cada que pueden o quieren vienen a divertirse con mi cuerpo para hacerme mejorar...algo que debo de admitir, han logrado hacer.
Con cada día que paso aquí me he vuelto más una chica, por mi cuenta o de forma obligatoria, es casi imposible de oponerme pues no hay nadie en la escuela que no esté de acuerdo en tratarme de esta forma, hasta yo empiezo a creer que fui tan idiota como para merecer ser tratado como una mala señorita.
Así fue como empecé a obedecer, a verme y sentirme aún más como si fuera una chica.
Un día le pedí ayuda una maestra de gimnasia para hacerme perforaciones y empezar a usar aretes, gracias a mis clases empecé a depilarme todo el cuerpo y usar un maquillaje que me hacía lucir aun más como una chica, también comencé a ponerme uñas de acrílico o decorarlas, mi ropa interior dejó de ser la de una niña para ser la de toda una nenita, y mi comportamiento cada día se vuelve más femenino, como demuestro ahora frente a toda la clase.
-Muy bien, ¿Y como te llamas?-
-Mi nombre es Lisa, señor-
-¿Y que hace una señorita aquí? ¿Acaso busca que se la follen todos los hombres de la institución?-
-Así es...señor....como la nenita que soy...mi obligación es satisfacer a cada uno de los chicos que me acosAH-
Una fuerte nalgada resonó en mi trasero interrumpiendo mis palabras mordiendo la manga de mi abrigo para intentar disimular mis gemidos.
-Pobre tonta, ellos no te están acosando, solo juegan contigo por ser tan hermosa, ¿No es lo mismo que un idiota llamado Cody dijo al "jugar" con la hermanita de uno de estos chicos?-
Comentarios vulgares y obscenos se dirigían hacia mi, al menos a mi antiguo yo, por lo que no podía hacer más que soportarlos, al igual que soportar los duros azotes que me brindaba mi profesor frente a toda la clase. Se suponía que hoy por primera vez desde que llegué, podría tomar una clase como si fuera un chico pero en lugar de ello mi profesor se ha dedicado a comprobar si mis clases especiales han funcionado o no; primero teniendo sexo conmigo, y ahora azotándome mientras me hace "un examen" delante de toda la clase para poner a prueba que tanto he cambiado o no.
-Muy bien, por último, ¿Qué es esta patética cosa entre tus piernas? Parece estar dura pero es diminuta, ¿Qué es?-
-Es mi antiguo pene, señor...no lo utilizo desde que llegue aquí...-
-¿En serio eso es un pene? Es tan pequeño y patético, aun más por estar duro a pesar de ser solo eso-
-Lo sé...señor... Por eso me he vuelto una nenita femenina que no lo utiliza...pero que al tener penes de auténticos hombres...no puedo evitar que se emocione un poco-
-Ya veo, esa fue una buena respuesta y como recompensa te ganaste esto-
De repente el profesor se agachó y sentí como ponía algo en mi pene, apretando lo aún más de lo que ya estaba hasta dejarlo encerrado. Baje la mirada para ver de que se trataba, una rosada jaula de castidad en la cual mi pequeño pene estaba atrapado.
-¡Listo! Con eso, tu patético pene no molestara-
-Cierto...muchas gracias...señor...así me siento mejor-
Un par de nalgadas más resonaron con mi trasero, junto con una gran presión en mi pequeño y enjaulado pene pero no me molestaba, mas bien todo lo contrario, ya que no soy mas un machito, soy la nenita de la clase y como la nenita que soy, debo de verme de lo mas linda para que los chicos puedan follarme felizmente.
Los días del idiota de Cody molestando a sus compañeras terminaron, ahora soy Lisa, la única chica del colegio masculino y por lo tanto, la única encargada de mantener a estudiantes y maestros felices usando mi femenino cuerpo, ser una buena mujer es lo menos que puedo hacer después de todo lo malo que he hecho.
En cuando termine mi examen, seguro que acabará la clase y deberé complacer a todos los que me ven, luego iré a cambiarme para natación con los chicos por primera vez donde seguro los provocare para usar mi cuerpo, por último tengo mi clase de ballet donde todos irán a verme y seguro me felicitaran a su manera cuando acabe la clase. Hoy será un día muy ocupado.
Pero no me molesta, de ahora en adelante, me esforzaré más cada día en ser Lisa, la mejor estudiante que este colegio, y de la cual profesores y alumnos recordarán cada detalle de su femenino cuerpo, después de todo eso es lo que soy, lo que siempre debí ser y que en este colegio me enseñaron a entender.
Mi vida estudiantil como Lisa será la mejor.
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