Rastros, ropas y personas mágicas

-No puedo más con esto, no puedo concentrarme. La maestra está acabando conmigo a fuego lento-

Suspiraba con tristeza y pesadez al decir esas palabras, sin poder decidir si pensar o dejar de pensar un rato, ya que ninguna de esas opciones parecía llevarme a algún lado.

Ya que estoy a solas, me seguiré quejando un rato.

-Últimamente la maestra no para de darme misiones, ni siquiera he terminado una cuando ya tengo 5 o 6 más esperando a que las complete. Por no mencionar que cada ocasión son más difíciles-

Al decir esas palabras volví a suspirar, tomando mis cartas y comenzando a barajarlas.

-¿Cómo espera que encuentre ese sitio en primer lugar? Sé que debo mejorar con todos los asuntos mágicos, pero mi forma de aprender y la forma de enseñar de la maestra son polos opuestos-

Sé que la maestra es bien intencionada, solo que en estos momentos donde me asigna misiones, es más que evidente lo diferente de nuestros estilos en todo sentido.

Su mejor idea para encontrar aquel lugar, fue darme un montón de vagas direcciones y decirme que use mi magia cuando lo vea necesario. No me parecía el mejor método, pero no pude negarme a su petición, así que llevo algunas semanas divagando en búsqueda del lugar donde proviene la magia.

-Toda magia deja un rastro, las personas más conocedoras de la materia pueden encubrirse muy bien, pero un novato ni siquiera sabe que la magia deja huellas-

Ahora que lo pienso, de esa forma fue que la maestra me encontró cuando era pequeña; yo usaba magia y maldiciones sin preocuparme demasiado, y aunque he mejorado mucho con el pasar de los años, nunca he tenido la oportunidad de ver rastros mágicos.

-Supongo que esa es la razón por la que la maestra me mandó-

Ella es mucho más poderosa en todo aspecto, incluso presumía de saber la ubicación exacta de hacía donde tengo que ir, por lo que enviarme a mi a investigar podría ser su forma de darme más experiencia con estas cosas. Eso, o que simplemente ella tenía pereza de resolverlo por cuenta propia.

-Sea como sea, me pregunto si tengo lo necesario para... ver.... los...-

Caminaba, hablaba y barajaba mis cartas, estaba lista para detenerme y hacer una pequeña predicción del futuro para orientarme mejor. Sin embargo, una sutil neblina rosada se veía entre mis pies.

-Esta no es mía-

Susurre al darme cuenta de la neblina, levantando la mirada para ver que dicha neblina rosada se extendía y cobraba más fuerza en una dirección hacía la cual comencé a caminar.

-¿Así se veía el desastre que dejaba a mi paso cuando niña? Es vergonzoso de pensar-

Con cada paso que daba adentrándome en la neblina, su color, intensidad y densidad aumentaban, al punto que mis pies se perdían entre la neblina y me costaba más trabajo caminar sin preocuparme de golpearme con algo.

-Me siento contenta de poder ver los rastros mágicos como mi maestra... pero algo no me deja estar tranquila-

Sí, podía ver el rastro de magia, sin embargo, no era el rastro mágico que estaba buscando.

Mi misión era encontrar un rastro mágico naranja o negro, en un lugar del cual todavía estoy a varios días de distancia. No tiene sentido, este rastro mágico es completamente distinto: una intensa y densa neblina rosada, de la cual sale onomatopeyas, arcoíris y pequeñas criaturas procedentes de cuentos de hadas; lo que veía y lo que la maestra me pedía eran cosas completamente distintas.

-No pensé encontrar otra persona mágica en el camino a mi misión... ¿Qué debería hacer?-

Pregunte en las puertas de una enorme casa, de donde no solo salía la neblina, también salían gritos y cosas rompiéndose. Entrar ahí sería problemático, pero ignorar un evento mágico de este tipo sería igual o peor de problemático, así que mi mejor camino a elegir, era el evidente.

-¿Eh? ¿Por que no me contesta? Maestra, usted siempre desaparece cuando estoy en aprietos.....-

Para escapar de la responsabilidad intenté llamar a mi maestra, quien como era su costumbre, no cogió el móvil para decirme que debo de hacer. Traté de llamarla un par de veces más pero el resultado era el mismo, no había ni rastro de ella, por lo que decidir esto me tocaba a mi.

-No quiero hacerlo... ya tengo muchos problemas como para agregar uno más.... ¿Debería seguir la misión e ignorar esto o debería encargarme de este problema y posponer la misión?

Lo pensé en silencio unos minutos más, desviando la mirada de aquella hermosa y lujosa casa de donde provenía la magia.

-Supongo que será lo mejor-

Dije para convencerme de mi solución, y sin poder quitarme de la cabeza. 

-¿Dónde y que está haciendo mi maestra? Espero no este en problemas...-

Un estornudo rompió con el silencio en la cortina detrás del pequeño escenario montado en la tienda de una peculiar bruja. La bruja había estornudado sin motivo, algo a lo que no le quiso prestar más atención debido a su gran espectáculo a punto de comenzar.

-Esto es genial, tuve que esperar meses hasta tener la oportunidad de presentar mi gran creación. Dia siempre se mostró en contra de esta idea pensando que era polémica y escandalosa, ¡Que tonterías! si es una idea mía, naturalmente será gloriosa, hoy es el día que se lo demostraré-

Hablando de una forma tan orgullosa que rozaba la arrogancia, y con la emoción desafiante de hacer algo con lo que no estaba de acuerdo su aprendiz, la más grandiosa bruja jamás vista subió al escenario.

-Damas, caballeros y valiosa clientela que visita nuestra tienda. Siéntanse honrados ante mi presencia, porque tal y como siempre hago, traigo una grandiosa idea-

A diferencia de otras ocasiones, y a diferencia de su querida aprendiz, la bruja daba un espectáculo rápido y conciso, llevando consigo lo mínimo al escenario, aunque incluso para ella, parecía ser poca cosa lo que tenía está ocasión.

-Saben que yo siempre he sido honesta con todos y todas ustedes, está vez no es la excepción. Lo primero que diré está ocasión: demuéstrenme que tan depravados son-

Las duras y sádicas palabras de la mujer no se hicieron esperar mientras ella dejaba una enorme caja negra con rojo en una mesa justo al alcance del público y visitantes de la tienda.

-No hay explicación más simple para este evento: hay 14 tipos lindos y perversos objetos para elegir, de los cuales no pienso dar la menor pista para su decisión, así que aténganse a las consecuencias de lo que vayan a hacer y agradezcan que hice más opciones que de costumbre-

Acercándose lentamente a la caja, pasando su mano sobre la misma como una cazadora sobre su presa, la bruja se deleitaba levantando y bajando sutilmente la tapa de aquella caja para que especularán su contenido mientras ella terminaba de anunciar.

-Lo que sí voy a decirles es que no hay cambios ni devoluciones, una vez que elijan alguno de estos objetos, darán inicio a una nueva vida, ¿Qué clase de nueva vida llevarán? Bueno, quizás puedan hacerse una idea según su elección; se dice que "eres lo que vistes" así que me tomaré esas palabras como algo literal para este evento-

Después de eso, la bruja lanzó la tapa de la caja para hacerla desaparecer, alejándose del lugar al mismo tiempo que los clientes se acercaban para revisar el contenido.

-Tomen la que más les gustes, un regalo de mi parte aunque ya saben las consecuencias, y como es habitual, en los próximos días podrán descubrir con mayor detalle que tipo de vida vivirán a partir de su decisión. Pero ya que me siento amable, si levantan en alto y anuncian su fetichista elección, yo les daré una pista antes de hacer el anuncio oficial-

Con la bruja disfrutando de la atención y ansiosa de ver la respuesta de quienes participaban en el evento, no tenía más que unas palabras para su amada clientela.

-Buena suerte-