jueves, 27 de junio de 2024

Las exigencias de Stella

Hace mucho tiempo, cuando todavía era un niño, yo solía molestar a un chico muy frágil y tímido, siempre le decía que parecía una niña y lo humillaba por eso hasta hacerlo llorar. Cuando crecimos, él se cambió de escuela, volviendo a encontrarnos en la preparatoria algunos años después sin siquiera imaginarlo.
Sin embargo, en todos los años de ausencia mutua él cambió un montón, de hecho ni siquiera lo reconocí la primera vez y pensé que era una chica más del instituto pero resultó no ser así; según los rumores del colegio, había un joven recién ingresado que se vestía como mujer, algunos incluso decían que estaba iniciando el proceso para cambiar su sexo, proceso que podría iniciar una vez terminada la preparatorio ya que para ese entonces tendría la edad necesaria para el cambio tan drástico que él quería.
Esa joven alta, de cabello rubio, uñas pintadas, un buen trasero y pechos falsos, resultó ser la misma persona a la que molestaba todo el tiempo cuando era un niño, y si antes lo molestaba un montón solo por verse como chica, ahora que se vestía como chica y quería ser una chica, fui mucho peor en contra de él.
Pero todo tiene un precio, y el mío era bastante alto por tantos años de abusos que él había soportado y que finalmente decidió no soportar más.
-Stella, no más, ya no puedo más, me está destrozando-
Pedía en un desesperado intento de no meter más en mi ano ese enorme consolador. Yo estaba de rodillas sacudiendo con torpeza mi cuerpo en un intento de meter esa cosa en mi pero sin mucho éxito, sintiendo como apenas la punta se empezaba a deslizar.
-¿De qué hablas? Lo estás haciendo mal, tienes que abrir más las piernas y mover las caderas, observa-
Dijo mi compañera que cabalgaba con experiencia un dildo de mayor tamaño que el mío, logrando que entrará sin tanto problema.
-Así como lo haces te pondrás más apretada y será más difícil que entre, igual si te azotan con fuerza te vas a tensar y apretaras más, aunque yo ya tengo algo de experiencia para hacerlo o evitarlo-
Una nalgada suya me enseñó la veracidad de sus palabras, sintiendo al momento como mi cuerpo se estremecía y envolvía con mayor fuerza el dildo de plástico que intentaba meterme sin mucho éxito. Ella por su parte era muy diferente, azotándose sola con ambas manos y aun dominando el miembro falso como toda una experta.
Esta mañana cuando iba al colegio, encontré a "Stella" en mi camino, pensé que podía molestarla y él igual lo pensó, y apenas me vio, empezó a correr en dirección opuesta a mi.
Pensé que lo estaba dominando, que yo estaba cazando a mi presa pero él resultó mucho más listo, y en cuanto lo atrape en un callejón sin salida, Stella sacó una pistola de su bolso y me disparo.
Todo fue tan rápido que no pude evitarlo, fue tan rápido que la idea de que moriría llegó muy tarde, pero para mí mala suerte aquella bala más bien era un sedante que me hizo caer dormido y al despertar estaba en el departamento de Stella, con el cabello peinado en coletas, con una mini falda y tanga de donde sobresalía mi pene, junto a una diminuta blusa escotada que dejaba a la vista mis pechos, pezones y abdomen.
Todo fue un plan de Stella quien como venganza por burlarme de su deseo de ser mujer, me había convertido en una mujer o algo así.
Le exigí que me devolviera a la normalidad pero él me dijo que yo era normal, que las niñas trans también son normales y que por mucho que me hubiera burlado de ellas, ahora yo era una.
Suplique como nunca había imaginado, casi estaba de rodillas pidiendo que revirtiera esto, cosa a la que se negaba profundamente. También lo amenace pero ambos sabíamos que no podía valerme de mi fuerza en estos momentos, lo mismo si intentaba escapar, con este cuerpo y sin ayuda, ni siquiera podía volver a mi propio departamento. 
Pasaron varias de las horas más largas de mi vida donde me tuve que comportar como una chica, como una amiga de Stella hasta que la convencí de darme otra oportunidad a cambio de haberme humillado toda la tarde junto a ella. Algo que Stella pensó en aceptar si cumplía con algunas de sus exigencias:
1-No volver a molestarla nunca jamás, 2-Hablarle en femenino y tratarla con el respeto que no sólo cualquier mujer, sino cualquier persona se merece y 3-Pasar todo el día con ella haciendo lo que ella diga.
Esas son las tres condiciones que debo de aceptar si quiero volver a ser un hombre, aunque estoy cuestionando toda mi hombría al intentar meterme el dildo en el trasero tal como Stella lo quería y me enseñaba.
-Ah...¿P-por que debo meterme esto?-
Pregunté abriendo aun más los ojos al sentir que el dildo se deslizaba en mi interior otro poco.
-Por qué quiero darte la experiencia completa, aunque si prefieres que llame a unos amigos o que yo misma lo haga, no tengo problemas de ayudarte-
Su risa era maliciosa pero parecía ir en serio y lo único peor que tener un pene enorme de plástico en mi agujero, sería tener un enorme pene de verdad en mi trasero; quizás no sean tan grandes como este ridículo dildo pero la idea de que un tipo me tome por las caderas y me meta su cosa es aterradora, incluso ahora que estamos desnudas "jugando" puedo ver que Stella tiene el suyo más grande y no quisiera tener eso adentro.
-O-olvídalo... seguiré tratando de meterme esta cosa...-
-¡Bien dicho, niña! Puedes domarlo y una vez que este dentro, solo sacude las caderas o dale sentones hasta que te vengas. Cuando acabemos de jugar te prestare algo de ropa y saldremos a dar la vuelta, te pondré tan bella que te robaras las miradas de todos los chicos que te vean-
-N-no bromees con eso....-
-No bromeó, es lo que haremos y si quieres volver a ser un chico, antes de acabar la noche tendrás que haber besado al menos a 10 chicos, la mejor forma en que pueda ayudarte es hacerte ver realmente linda-
Me dio un beso en la mejía y enseguida sujeto mis hombros para deslizarme otro poco, haciendo que ya casi entrará todo su juguete a mi cuerpo, haciendo un lio en mi cabeza en el proceso.
De solo pensar que es el comienzo me aterra, pero si quiero volver a ser un hombre y no una niña, debo cumplir cada una de las exigencias de Stella. 
Créditos a quien correspondan.

4 comentarios:

  1. Has una parte dos por favor

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    1. Gracias por comentar, anónimo. Solo que esta historia la pensé de una sola parte, si usted tiene una sugerencia interesante, podría pensar en hacer una segunda parte.
      -Nero.

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  2. Pues no pensé en mucho pero que tal que la intente dejar así por una semana o que ya no quería regresarla a la normalidad pero lo dejo más a ti

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    1. Si queda en mí, dejaría la historia así. Gracias por su comprensión.
      -Nero.

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