Joder, pero si fui una idiota todo este tiempo, de haber tenido una idea de que todo esto es lo que me pasaría, habría dejado de resistirme hace mucho tiempo.
Mi mejor amigo, Marcus, es un tipo enorme que se dedica a poner tatuajes a todo el que así lo quiera; desde una pequeña flor o dedicatoria en alguna parte del cuerpo, hasta tatuajes tan grandes y completos que parecen una obra de arte cubriendo todo el brazo, espalda o parte del cuerpo de la persona.
Sin embargo, de entre todas sus opciones, había un tipo de tatuaje mucho más caro que el resto y que muy pocas personas llegaban a solicitar, por no decir que yo nunca había visto que coloque alguno de esos tatuajes a nadie, los que llama, tatuajes Tg.
Básicamente son tatuajes comunes y corrientes tal como el resto, su única y vital diferencia del resto es que estos tatuajes logran hacer que tú cuerpo cambie de sexo, así que si eres hombre y te haces un tatuaje de estos, terminas como una mujer con un excelente tatuaje y viceversa, si eres una mujer terminas como un hombre con un buen tatuaje que puedas presumir.
Sonaba algo absurdo, incluso discutí con mi amigo para que me dijera que es lo que hacía tan especial a esos tatuajes, ya que no había forma de que con algo de tinta cambiaría por completo el cuerpo de una persona.
Fueron meses donde discutimos el tema, o más bien, yo discutía el tema y buscaba la verdad mientras mi amigo se reía y juraba que decía la verdad, lo cual me llevo a una sola alternativa para averiguarlo.
Fue así que decidí hacerme uno de esos dichosos Tatuajes Tg, cosa que mi amigo dudó en hacer y de lo cual intento convencerme aún más de que yo cambiaría de opinión, por desgracia ya estaba decidido en hacerme una de esas cosas. Su último intento de persuadirme fue decir que el cambio de sexos es permanente, y quitar el tatuaje o hacer otro no me volvería a la normalidad, algo que respondí de forma sencilla al amenazar con denunciar su tienda por discriminación.
Está por demás decir que el ambiente se volvió muy tenso y que nuestra amistad pudo llegar a un punto de inflexión, pero ante tal amenaza, mi amigo solo suspiró y bajó la persiana de su tienda para poder hacerme el tatuaje que le pedí.
Hay personas que piensan muy detalladamente sus tatuajes y el significado de cada uno, por mi parte, solo pensé que unas flores en mi brazo se verían bien fuera hombre o mujer, lo que más me importaba era acabar con la broma de mal gusto que hizo mi amigo.
Me quite la camiseta, me recosté en su silla y después de que él limpiará mi brazo, comenzó a tatuarme; sentir la aguja entrar cada vez en mi cuerpo y como dejaba la tinta en mi piel era algo doloroso, adormeciendo todo mi cuerpo en una cálida sensación que me generaba ganas de irme a dormir... y también ganas de estar en los brazos de alguien.
No quería prestarle mucha atención, pero mi cuerpo se sentía cada vez más somnoliento y caliente, tanto que deje de pensar y de preocuparme por el tatuaje, solo me quede quieto sobre la silla con la cabeza llena de pensamientos indebidos de mi estando con varios hombres.
Cuando reaccione, mi tatuaje ya estaba terminado al igual que mi cambio de sexo; mi cabello se volvió de un rojo intenso, con pechos grandes y una cintura delgada; además del más claro y evidente cambio en mi entrepierna, dejando una linda y rosada vagina donde antes estaba mi pene.
No podía creer el cambio tan evidente que había sufrido mi cuerpo, y antes de poder hacer algo, mi nuevo cuerpo ya se estaba arrojando a los brazos de mi amigo que hizo el tatuaje; sin dudar le empecé a restregar mi nueva feminidad, abrazándolo con pasión e intentando besarlo por todo el cuerpo; él era alto y musculoso, con un olor asombroso y cientos de cosas más que nunca antes habían cruzado por mi cabeza, pero que ahora que puedo verlas, no puedo ignorarlas ni dejarlo ir, quiero que me haga suya, algo que pedí a gritos de forma descarada.
Para mi total sorpresa, mi amigo aceptó de inmediato, de una forma que parecía estar acostumbrado a esta situación, como si supiera que algo como esto pasaría, y que aún si era su amigo y que hasta hace pocos minutos yo era un hombre no le importó para tomarme como a una mujer.
Me hubiera gustado pensar el porqué de esa situación pero no podía, no podía pensar en otra cosa que no fuera hacerlo con mi amigo, quien se desnudo y tomó asiento en el sofá para que lo hiciéramos y que yo tuviera mi primera vez como mujer.
Con tan solo ver su enorme pene, mi vagina estaba más que lista, y aunque no tenía experiencia, hice lo mejor que pude para sentarme encima suya y comenzar a sacudir las caderas como loca, a la par que mi amigo me sujetaba y azotaba el culo para seguir con mi primera vez como mujer.
No puedo decidir que es más impresionante, si el enorme tamaño de la verga de Marcus, o el hecho de que aún siendo mi primera vez teniendo sexo como mujer estaba cabalgando casi por completo a esa bestia que me hacía temblar de pies a cabeza.
Todo gracias a este bello tatuaje Tg que me convirtió en mujer y desde ahora, la íntima amiga de Marcus puesto que con nuestra primera vez teniendo sexo llegamos a un acuerdo placentero para ambas partes.
En lugar de pagar con dinero los tatuajes que me convirtieron en esta bella mujer, decidimos que puedo pagar con mi cuerpo durante los siguientes 3 meses por 3 veces a la semana de este tipo de encuentros.
Me pareció divertido y más que perfecto aceptar esta propuesta donde más que un simple tatuaje, también se volvería un grabado en mi piel como signo de propiedad de mi atractivo y vigoroso Marcus, quien no planea dejarme descansar durante los próximos meses hasta dejarme bien llena con su semen en mi vagina, boca, cuerpo, trasero y cualquier sitio mío que él quiera marcar.
No tienen idea de cómo disfrutaré esta nueva vida que dio inicio por un tatuaje muy especial.
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