Mi ex novia se había dedicado por mucho tiempo a posar con poca ropa para ganarse la vida, algo que realmente no me molestaba, quizás fue un poco raro descubrirlo al principio pero ella fue honesta al decirlo por lo que decidí confiar en ella antes de iniciar nuestra relación.
Se podría decir que nuestro mayor problema como pareja comenzó cuando ella no estaba conforme con el dinero que generaba en sus fotos o vídeos, cada vez quería más dinero, e incluso si mejoraban sus ganancias, aún así quería ganar más. De esa forma, empezó a hacer contenido a mis espaldas, con mayor frecuencia, personas y cosas con las que no me sentía muy cómodo, intente hablarlo con ella, pero siempre desestimaba como me sentía y toda idea que pudiera decirle. Al final no tuve más remedio que romper con ella, a pesar de lo insatisfecho que me sentía de alejarme, no parecía haber un mejor resultado, ya que ella prefería el dinero que estar conmigo, lo cual sinceramente me dolió.
De cualquier forma, intenté terminar las cosas de buena manera con ella y estaba listo para llevar a su apartamento algunas cosas que utilizamos en más de una de sus grabaciones; había un montón de maquillajes, de ropa sensual y erótica, además de un atuendo que siempre me emocionaba cada vez que ella lo utilizaba; se trataba de una peluca bicolor negra con rosa, una tiara con cuernos negros, lencería negra de encaje junto a una faja para acentuar su figura y unas botas de tacón; ella tenía atuendos mucho más elaborados o sugerentes, pero por alguna razón este siempre fue mi favorito y mi ex ya ni se molestaba en llevarlo a casa, todo el tiempo lo dejaba conmigo para cuando pasábamos la noche.
Sin importar cuantas veces lo mirará dejaba de encantarme, era un atuendo fascinante para mi, y aunque mi novia todo el tiempo se lo ponía para seducirme, ahora que tenía su ropa en mis manos, desprendía algo completamente nuevo y emocionante para mí.
De un momento a otro la idea de utilizarlo me había invadido, no podía pensar en otra cosa, incluso dejé el traje de lado para intentar distraerme, pero en todo el día, no pude quitarme de la cabeza que me gustaría utilizarlo.
Cada que vez pensaba en eso me reía de forma estúpida por la mera idea de vestir algo así, trataba de decir que me vería ridículo, que sería un bicho raro y que una idea tonta no era motivo suficiente para desechar mi orgullo como hombre. Sin embargo, no importaba cuantas veces me repitiera esas palabras, simplemente no podía deshacerme la idea de pasar el rato por mi cuenta mientras usaba ese atuendo erótico de mi novia una vez antes de devolvérselo.
Cuando llegó la noche, me encerré en mi habitación, cerré persianas y revise de forma minuciosa toda mi habitación para estar seguro de que nadie podría ver lo que haría en la intimidad de mi alcoba. Me sentía ridículo al pensar en lo precavido que estoy siendo, ni siquiera cuando lo hacía con mi novia era tan detallista, pero por lo que estaba a punto de hacer, no tenía que verse nada de dentro hacía fuera y viceversa. Eso también era emocionante, me moriría de vergüenza si alguien me descubriera, lo cual lejos de evitar que me vistiera con la lencería de mi novia, solo me motivaba más y más a hacerlo.
Una vez que me aseguré nadie pudiera verme, me desnude por completo y tras pensarlo unos minutos más, empecé a ponerme el lindo conjunto que mi ex novia me había dejado; la peluca fue algo difícil pues nunca antes había utilizado una, pero después de algunos intentos, me sentía satisfecho por como se me veía; la tiara oscura fue sencilla de colocar y me ayudó a sujetar mi peluca en su lugar; la faja era muy apretada pero servía de maravilla para darme una silueta femenina que aprovechaba por completo; después me puse el sostén que lamentablemente no pude llenar, era de esperarse ya que no tenía tetas enormes como mi ex, pero la sensación de usar su sostén e imaginar como se sentiría tener pechos tan grandes nadie podría hacer que la olvidará; finalmente lo que más esperaba había llegado, sintiendo como la sueva y ajustada tanga se deslizaba por mis muslos hasta llegar a mi trasero, metiéndose entre mis mejillas y siendo insuficiente para contener a mi emocionado amigo de abajo; lo último fueron las botas que me tomaron más de un intento para mantener el equilibrio por los enormes tacones, lo cual una vez conseguí, me hacía sentir fabulosa.
En el momento que terminé de vestirme, di unos torpes pasos hasta llegar a mi espejo, donde toda la adrenalina y emoción que sentía estalló al ver mi reflejo.
Me veía como toda una chica; con el cabello más largo de lo que jamás había experimentado, con una linda cintura gracias a la faja, con piernas largas que se veía increíbles por los tacones y con un atuendo tan lascivo que delataba mi verdadero sexo en la parte baja. Quizás mi compañero era lo único masculino en mi en esos momentos, pero si lograba ocultarlo, cualquiera podría pensar que en realidad son una chica pervertida y lasciva, una idea que me encantaba.
Puede que este atuendo en especial no se vea perfecto en mi, después de todo no tengo las mismas medidas que mi novia, pero verme usar esta ropa, me llenaba de emoción y deseo de intentar usar más prendas como estas, verme bonita e intentar decir cosas coquetas, algo que empecé a hacer frente al espejo.
Ahora entiendo porque a mi novia le gustaba tanto usar estas cosas y dedicarse al contenido para adultos, lo que veía en el reflejo no me gustaba, me encantaba, y quería ver mucho más de mi de esta forma, una que nunca pensé experimentar pero que ahora no quiero parar de probar y conocer.
Al pensar en ello, mi mirada se dirigió a la caja llena de cosas de mi novia que se supone iba a entregar hoy, algo que pospuse para el día de mañana y que ahora pienso que quizás mi ex no se de cuenta si faltan algunas cosas; tal vez un maquillaje se pierda, o algo de su lencería no esté conmigo, además que está peluca que llevo puesta en definitiva se quedará en mis manos; tengo dinero como para comprar mis propias cosas, pero ¿Dónde quedaría lo emocionante? Tal vez más adelante me anime a comprar cosas para mí, sin embargo, quedarme ropa de mi ex, es mucho más excitante.
Está decidido, no sé como le explicaré a ella pero este atuendo no pienso devolverlo, quiero disfrutarlo y seguir modelándolo cada noche, quiero volverme buena en esto y la arrogante idea de volverme tan buena que todos pienses que soy una chica, no deja mi cabeza. Estoy segura de que si me lo propongo puedo hacerme pasar por una chica linda sin problemas, quien sabe, puede que algún día sea la competencia directa de mi novia en esas páginas para adultos, sería una justicia poética que ella me dejará por dinero, y que al final yo terminé siendo más popular y gané más dinero de lo que ella pueda conseguir, la hará retorcerse y arrepentirse por haberme dejado.
Por ahora me estoy dejando llevar por la emoción, solo el tiempo y mi esfuerzo dirán si puedo volverme una verdadera amenaza para el negocio de ella, o por el contrario, tal solo será un hermoso recuerdo y pasatiempo que habré ganado al dejar a mi malvada ex novia.
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