viernes, 26 de julio de 2024

Paciente 035

    Recién llegaba a mi turno en la prisión por la mañana, tenía que darme prisa y cambiar mi ropa por el uniforme del lugar para que la jefa no me vuelva a regañar por llegar tarde, tengo que dar una buena imagen si quería continuar con este empleo, el cual sin importar lo peculiar que pueda ser, es el único sitio donde me han aceptado después de intentar buscar trabajo durante meses. Pensé que trabajar aquí sería algo temporal mientras conseguía algo mejor, y después de varios meses de trabajo, sigo sin encontrar algo mejor.
    Como sea, estaba terminando de desnudarme para ponerme el uniforme cuando algo llamó mi atención, un sonido tan peculiar y difícil de ignorar que no me importo correr semi desnuda con tal de averiguar donde y que es lo que provocaba dicho sonido; si el sonido era lo que yo imaginaba, era de máxima prioridad anotar la hora en que el evento sucedía, y de fallar en esa labor, no solo podría ser mi despido, también me haría responsable de arruinar el experimento que se está llevando a cabo en la prisión.
-Menos mal que vine corriendo, parece que el paciente 035 al fin se ha rendido-
    Decía al observar detenidamente a través de la ventanilla en la puerta, contemplando con asombroso como una hermosa mujer de grandes pechos y cabello rubio comenzaba a masturbarse, abriéndose de piernas descaradamente mientras un par de sus dedos se movían desenfrenadamente en su entrepierna, dejando caer distintos fluidos desde sus piernas hasta el suelo, comenzando a soltar lascivos gemidos y jadeos al ritmo que sus dedos y caderas se movían, todo un hermoso y sucio espectáculo digno de apreciar cuando ella se rendía al deseo de auto complacerse.
-Pene...quiero un enorme pene...quiero ser una esposa obediente...también puedo ser una madre...solo dame tu enorme pene todo el tiempo...todo el tiempo....por favor-
    Repetía de forma desesperada, casi suplicante al ritmo que ella misma intentaba darse un poco de placer con sus dedos cada vez más húmedos y chorreantes.
-Así que al fin se ha quebrado, parece que la jefa ganó la apuesta, pensé que él tardaría más tiempo pero cayó muy rápido, no me cabe duda de que la jefa tiene buen ojo para este trabajo-
    Hablando a solas y viendo de reojo a la chica, tome su ficha de identificación para rellenar la actualización correspondiente sin que ella siquiera notará mi presencia por lo ocupada que estaba consigo misma.
-Paciente: 035, nombre: Kyle, nombre clave: Kenya, actualización: Hace 8 días con 17 horas y 35 minutos, el paciente procedente de la prisión fue seleccionado como el paciente número 035 del proceso de reeducación y cambio de sexo mediante la nueva idea de reformar a los criminales, quedando hasta entonces bajo proceso de observación. Su reeducación fue severa, se mostró hostil al cambio de sexo por lo que se sometió a la fuerza y durante 3 días quedó encerrado en "el cuarto de reforzamiento", finalmente el cuarto día regresó vistiendo ropa de mujer, con actitud más obediente y una menor agresividad física, aunque permanecía siendo agresivo de forma verbal. El quinto día parecía nerviosa, como si buscará algo pero se vistió por su cuenta y continuó su día de forma silenciosa. Dicho comportamiento continuó hasta el día de ayer donde intentó seducir a uno de los guardias nocturnos, quien al darse cuenta de ello se retiró y notificó a la doctora en jefe. Hoy, al octavo día, 35 minutos después de iniciado el turno nocturno, se ha encontrado a la paciente 035 mastur... dándose placer a si misma en sus nuevas zonas femeninas como lo son sus pechos y su vagina por primera vez que se tenga registrada-
    Por un momento olvidé que yo estaba medio desnuda, o más bien, directamente no me importaba al estar tan concentrada en ver el comportamiento de la 035 y anotar sin parar mis palabras dentro del expediente que cada paciente tiene en este lugar.
    La paciente 035, o por su nombre clave Kenya, se masturbaba con intensidad, desde sus espaldas no podía ver bien pero sin duda una de sus manos estrujaba uno de sus pechos, mientras la otra mano tocaba con fuerzas su entrepierna, las piernas estaban bien abiertas y parecía tener algo en la boca para reducir el sonido de su voz.
-Parece que lo disfruta, podría jurar que lo hace con más deseo que yo, hasta es un poco contagioso-
    Admití al sentir como mis piernas temblaban y un hormigueo invadía mi cuerpo, tan solo de verla, yo también quería hacerlo pero tenía que aguantar hasta que mi turno terminará si no quería un castigo ejemplar por parte de la jefa. Al menos debía anotar todo lo relevante sobre este primer evento de la número 035 y dar "el estímulo" necesario para la siguiente fase del experimento antes de intentar algo conmigo misma de forma menos vulgar y llamativa que esta pobre causa perdida.
-Se sospecha que su nerviosismo y su búsqueda de "algo" finalmente se concreto al darse placer a si misma, desde ahora la paciente 035 se volverá aún más sumisa y obediente con un gran apetito sexual, eso será una buena noticia para quien desee adquirirla como esposa o como madre. En el caso de esposa, también se notifica que la mujer ya es capaz de lactar en grandes cantidades, además que se comenzará de inmediato la siguiente etapa del experimento para mejorar sus habilidades de satisfacción sobre si misma y sobre su futuro comprador-
    Cuando escribía, decía en voz baja cada cosa que anotaba, tratando de brindar el mayor detalle posible para que la observación y re educación fueran un éxito, la paciente 035 ya se ha aceptado como mujer y como Kenya, además que todo lo que se logre o no con ella servirá como investigador para el resto de cientos de pacientes que tenemos en este lugar, incluso si de forma individual se vuelve un fracaso, será un avance importante para la investigación. En especial ahora que podía comenzar la siguiente fase de pruebas.
-Por favor...alguien ayúdeme...quiero sentir más placer...quiero tener un hombre conmigo...-
    Decía la número 035 con un tono tan suplicante que era difícil de ignorar, registrando por algunos minutos más la intensidad con la que se masturbaba y cuantas veces ella había llegado al clímax sin quedar completamente satisfecha, continuando con el acto de auto placer sin descanso.
-¿Será que se excedieron con ella en el cuarto de castigos? Debería reportarlo en el expediente para que lo tomen en cuenta. Ya tengo una idea: tras más de 35 minutos de observación de inicio del acto de auto satisfacción, la paciente 035 aún no queda satisfecha, una posible causa de ello podría ser el exceso de tiempo en el cuarto de castigo o quizás una anomalía hormonan durante su transformación. Estos comentarios quedan como futuras referencias para la investigación, y después de revisar al resto de pacientes, se volverá a supervisar el comportamiento de la número 035-
    Con eso escrito en el reporte y aceptando que está mujer no bajaría el ritmo, pulsé uno de los botones del panel de control para iniciar la fase 2 del experimento mientras yo iba por algo de ropa antes de seguir el registro de ella y del resto de prisioneras.
-Y pensar que antes yo era un prisionero más como todos ellos, pero por alguna razón, fue de los pocos casos donde tras ser convertido en mujer, la jefa me utilizó como una más de sus empleadas que vigilan a sus antiguos compañeros de celda. Puede que haya perdido mi cuerpo verdadero, pero mi feminización está siendo mucho más amable de lo que cualquiera de mis compañeros está viviendo-
    Al ver el deplorable estado de Kyle, recordar que alguna vez fue uno de los hombres más fuertes de la prisión es muy contrastante; aquella mujer que rogaba por un pene y se masturbaba sin parar era alguien de temer antes de este experimento, donde él ha sido uno de los mayores afectado por obra de la jefa y su dichoso proceso de re educación para criminales.
-Un regalo viejo amigo, que lo aproveches-
    Cuando volví a mirar la celda de Kyle, o mejor dicho Kenya, ella estaba montando con deseo y alegría un juguete con forma de torso y entrepierna de hombre, y de la misma forma que ella se satisfacía de forma intensa y salvaje con sus dedos, ahora lo hacía apretando los enormes pectorales del juguete y azotando con fuerzas sus caderas contra la grande y dura entrepierna de plástico que serviría de práctica para cuando ella tenga un marido o un amante al que deba tener contento todo el tiempo.
-Supongo que será una larga noche para ambas, Kenya. Date prisa y terminar con esto, que mientras tú o cualquiera de las otras chicas se masturbe, yo debo vigilar todo lo que hacen sin poder disfrutar de lo mismo-
    Quejándome del otro lado de la celda aislada, no tenía más remedio que mirar con frustración como la paciente número 035 disfrutaba intensamente de mi regalo mientras yo tomaba notas y cualquier registro útil que pudiera servir para los proyectos de re educación de nuestra implacable jefa.
Créditos a quien correspondan.

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. ¿Algo fuerte quizás? Espero que sí porque esa era la idea. Es un concepto que he tenido en mente desde hace mucho pero que no le he terminado de dar la continuidad que me gustaría.
      -Nero.

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  2. ¿Y que pasa con los otros 34 pacientes?

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    1. Excelente pregunta que más tarde responderé, después de todo no podría haber experimentos con un solo sujeto de prueba ni una sola metodología.
      -Nero.

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