Los rayos del sol que entraban por mi ventana y llegaban hasta mi rostro fueron lo que me despertó para otro aburrido día en mi nueva vida, una que yo misma elegí y que tarde más tiempo en decidir, que el tiempo en que me arrepentía de mi propia decisión.
Todo comenzó hace unas semanas después de discutir con mamá, ella dijo que yo era tan irresponsable y caprichosa que parecía una bebé, a lo que conteste que si de verdad parecía una, que me tratará como a una bebé para que sus tratos tan molestos hacía mi al menos valieran la pena. En ese momento pensé que sería divertido, cuando menos iba a hacer que mamá se enoje con mi provocación, y si en serio la hacía enojar seguramente me iba a castigar con lo que yo misma sugerí, ser una bebé, algo que inocentemente no pensé que podía ser tan malo.
Tal como imaginé, mis provocaciones me hicieron ganar un castigo donde mamá decidió que yo sería una bebé hasta que aprenda la lección, que sea más responsable, que sea madura y agradecida, por no decir que también debía disculparme y ser más respetuosa de ahora en adelante, junto con muchas palabras que ignoré hasta el momento donde mamá se puso en acción.
Esa misma noche decidí darme una ducha, que al terminar, me di cuenta que no había llevado mi pijama conmigo al baño. Está bien, me cubrí con la toalla y fui directo a mi habitación, donde descubrí que mamá se tomaría muy en serio este castigo que comenzó en el momento más vulnerable para mí.
Al entrar en mi habitación me di cuenta que mi cama había sido reemplazada por una enorme cuna, que mi ropa fue sustituida por mamelucos, faldas, blusas y vestidos muy infantiles, el mueble donde guardaba mi maquillaje había desaparecido por una mesita de cambio con pañales y talco, además que otro mueble donde dejaba mi celular, videojuegos y hasta mi dinero había sido cambiado por juguetes y peluches. Por donde lo viera, ya no parecía la habitación de una adolescente, mi cuarto fue convertido en un cuarto para bebés, y antes de que pudiera protestar, mamá ya estaba dando su siguiente movimiento.
Sin importarle lo que decía, mamá me cargó hasta la mesa de cambio, donde me quitó la toalla y comenzó a vestirme a su gusto; levantando mis piernas para ponerme un montón de talco entre las piernas y el trasero, después deslizo un pañal rosado por debajo de mí y lo cerró, terminando de vestirme al ponerme un mameluco con estampado de unicornios.
Me sentía tan desnuda y avergonzada, mamá no se tentó el corazón al castigarme de una forma tan humillante, haciéndome vestir ropa de bebé como parte de su castigo.
Ni siquiera pude levantarme sin su permiso ya que ella era sorprendentemente fuerte, logrando sentarme en la mesita de cambio para cepillar mi cabello y peinarlo en dos coletas.
Mientras mamá cepillaba mi cabello, también me explicaba más detalles sobre mi castigo, donde yo pase de tener 23 años, a tener 3 años. Dejando de lado la vergüenza, pensé que no podía ser tan malo, al final del día ser su bebé implicaba que yo no debía preocuparme de nada porque mamá se encargaría de todo. Y en eso tuve la razón, pero al decidir escuchar las palabras de mamá, me di cuenta que la situación sería mucho más intensa y peor a cada instante.
La idea de disfrutar este castigo se desvaneció al momento de oír las reglas que habrían todo este tiempo, y que de no obedecer sería castigado. Recibir nalgadas como castigo no sería tan malo, pero todo lo que tenía en mente mamá sin duda fue motivo de preocupación.
No puedo caminar sin sujetar la mano de mamá, solo puedo gatear o pedir que me lleve en brazos, no puedo comer "comida de niños grandes" así que solo como papilla y sus derivados, tampoco puedo comer cosas picantes ni golosinas, además que no hay teléfono, ni videojuegos, si quiero ver la televisión, leer o escuchar música, deben ser del canal infantil o cosas aprobadas por mamá, para jugar solo tengo mis peluches y muñecas, además que mamá decide todo sobre mí; la hora de dormir y despertar, en que hora es el desayuno, la comida y la cena, que visto y como peinarme, incluso tengo que pedir permiso para ir al baño porque si no le digo a mamá, me veo obligada a ensuciar mis pañales.
Antes de empezar este castigo, pensé que sería divertido no tener responsabilidades ni obligaciones, pero ahora que lo estoaba viviendo la cosa era mucho peor de lo que jamás imaginé, es agobiante, es asfixiante vivir de está forma y cada que rompo una regla, se añaden días de castigo a mi cuenta. El castigo empezó por una semana, luego fueron dos semanas y a estas alturas, tengo un par de meses por delante viviendo como una niña pequeña y dependiente de su madre.
Intenté revelarme a la fuerza más de una ocasión pero mamá es más fuerte que yo, deteniéndome "mis rabietas" en pocos minutos hasta convertirlas en llanto y humillación, cuando ella me pone sobre su regazo para azotarme el culo con una tabla de madera hasta hacerme llorar y mandarme al rincón por horas a reflexionar. En más de una ocasión intenté salirme del rincón de castigo, lo cual me hizo ganar más azotes en mi trasero y que mamá me vigilará ahí por horas si era necesario. La última vez que me azotó me quede tres horas de pie con el culo ardiendo y la mirada contra la pared, oí que mamá veía su teléfono y se entretenía con otras cosas, pero cada vez que intentaba voltear, un azote más sobre mi trasero me hacía volver la mirada contra la pared.
Desde entonces no he pensado en revelarme nuevamente, y cada que tengo una idea sobre huir, disculparme o hacer lo que sea para que mamá termine con mi castigo, yo misma soy quien se arrepiente de solo pensarlo y trato de concentrarme en alguna de mis nuevas actividades para alejar esas absurdas ideas.
Puede que de cierta forma sí me haya liberado de esas responsabilidades tan molestas y de hacer lo que mamá quería. Sin embargo, ahora mamá directamente hace las cosas por mí y me obliga a hacer lo que ella quiera; ella me baña, me peina, me viste y me cambia los pañales, también me carga, me da de comer en una sillita alta, me da leche tibia en biberones y me hace eructar, juega conmigo un rato o me deja ver caricaturas de princesas, para que apenas llegadas las 7 de la noche, ella me mete en mi cuna de la que no puedo salir sin ayuda.
Con respecto a mi pañal, odio admitir que he tenido que usarlo varias veces. Mamá de repente "olvida" que el baño está cerrado con llave y "hay cosas más importantes que hacer" justo cuando quiero ir al baño. En ocasiones hago mi mejor esfuerzo para soportar y esperar a que mamá abra el baño para mí... en otras ocasiones, sin importar mis esfuerzos, he tenido que usar mis pañales, a lo que mamá es quien me limpia y me cambia por ser su "bebita apestosa". La primera vez me tiré al suelo y comencé a llorar, no podía creer la humillación a la que me estaba sometiendo, sin embargo a estas alturas, he comenzado a acostumbrarme a usar mis pañales.
Ahora que lo pienso, mamá hace trampa con los pañales, ya que después de que ella me mete a la cuna no tengo permiso para salir al baño, forzándome a usar mis pañales y que ella los cambie cuando yo grité por su ayuda, o en su defecto, cuando amanece y ella viene a despertarme.
En definitiva ser una bebé no resultó tan divertido como yo esperaba, mamá en serio se las arregló para darme un castigo ejemplar que nunca quiero volver a experimentar, y por mucho que le ruegue que me perdone o que termine el castigo porque ya aprendí mi lección, ella sigue diciendo que soy una mocosa malcriada consentida y que ella será quien decida cuando termina mi castigo.
Lo peor de todo esto es que comienzo a creer que mamá tiene razón, los últimos días he dejado de protestar cada vez más y me doy cuenta de cada vez que cometo un error, hago un berrinche o que simplemente mamá tiene razón. Incluso me di cuenta que nunca me disculpe por todo lo que hice, haciéndome sentir que me merezco usar esta ropa y que me trate como una mocosa hasta que algo en mi mejore. Algo que siento no va ocurrir próximamente.
Con todo el tiempo libre que tengo ahora como bebé, he podido reflexionar mucho, dándome cuenta de cada vez más errores míos que supongo debo enmendar antes de volver a la normalidad. Es lo malo de despertar antes que mamá, me da la oportunidad de pensar en todos mis errores hasta que mamá despierte y me saque de mi cuna. Justo ahora no tengo idea de que hora sea, mi noción del tiempo se ha estropeado un poco por la dependencia con mamá, quien quizás siga enojada conmigo por lo de hace unos días.
En un descuido de mamá, encontré un poco de maquillaje en su bolso, y decidí maquillarme y pintarme las uñas para matar tiempo, disfruté mucho de hacer eso después de semanas completamente libre de esmalte y pinturas, pero a juzgar por la expresión molesta de mamá, ella no estaba nada contenta. Su castigo fue diferente está vez, me quitó el maquillaje y para mi sorpresa me dejó el esmalte de uñas. Sin embargo, todo el tiempo que me duré el esmalte en las uñas, son los días que estaré castigada sin televisión y con una hora más en la cuna. Intenté negociar que me diera nalgadas, me enviará al rincón o castigara de otra forma pero su decisión fue final.
Anoche me fui a dormir muy temprano, y por ende, hoy estoy despertando casi de madrugada, sin poder dejar de pensar que está seguirá siendo mi vida por las próximas semanas, siendo la bebé de mami que es cuidada con recelo, además de siendo castigada de forma estricta para no volver a ser una mocosa malcriada cuando crezca. Aunque ella diga eso, verme con el cabello atado en coletas, con mameluco y pañales, no es que me haga sentir adulta ni lo vaya a sentir en mucho tiempo, quizás incluso después de mi castigo no deje de sentirme como una mocosa malcriada que fue castigada de una forma ejemplar por su mamá.
Quizás nunca deje de ser una mocosa que dependa de su mamá y también quiero que mamá venga ya, quiero ir al baño y no ensuciar mi pañal, mi estomago ha comenzado a rugir y sé que nada bueno pasa después de eso, estoy más que lista para soltarme a llorar y que venga mamá.
Rayos, pensar en que debo llorar y gritar por ayuda de mi madre es haber caído muy bajo, ella en serio me jodió con este castigo que yo misma provoque, pero no tengo de otra más que seguir soportando sin volverme loca, de lo contrario mi castigo se prolongará y nunca seré capaz de olvidar lo aburrido y difícil que es ser una bebé.
Créditos a quien correspondan. |
ABDL Historias. Esta a sido de las mejores. Gran trabajo
ResponderBorrarMe alegra que le haya gustado, de mi lado disfruté mucho al escribirla.
Borrar-Nero.
Me encantó demaciado la historia cada una de las historias abdl son únicas
ResponderBorrarMe alegra mucho saberlo, Chimada. En un comienzo no estaba muy segura de publicar sobre este tema, pero me hace feliz ver que lo disfrutan, lo cual me da más motivo para seguir escribiendo.
Borrar-Nero.