sábado, 18 de enero de 2025

Una noche maravillosa

    Oh, por dios, no puedo creer que mi novio me haya hecho pasar la mejor noche de mi vida.
    Desperté envuelta en sus fuertes brazos que me sujetaban por la parte más esbelta de mi cintura, con sus piernas enredadas con las mías y dejándome sentir todo su ser a espaldas mías, siendo sus labios los que me despertaron con muchos cosquilleos al besar mi cuello.
    Ya era cerca del medio día cuando desperté, así que después de un rato de besos y abrazos entramos juntos a la ducha, él limpió todo mi cuerpo de forma apasionada, lo cual me lleno de motivación para ponerme más íntimo con él, pero mi novio educadamente me rechazó, prometiendo que la espera valdría la pena en su debido momento. Lo cual de mala gana tuve que aceptar.
    Una vez aseada, me puse un lindo coordinado, un vestido, tacones y maquillaje para salir a comer de forma romántica con mi pareja, él me llevó a un restaurante elegante donde el tiempo se nos pasó volando con tan solo nuestra agradable compañía, algo sencillo pero magnífico y que no sentía hace mucho tiempo.
    Pero lo mejor recién estaba por comenzar cuando llegamos a nuestra habitación, y es que enserio, mi hombre me hizo cosas que no tenía idea de que podía disfrutar tanto hasta volverme loca de placer y hacerme sentir que yo siempre quería ser su mujer.
    Al principio tomé la iniciativa como antes hacía, yendo al baño para quitarme mi vestido y ponerme un atuendo mucho más apropiado para la ocasión, un atuendo negro con el que sabía mi novio enloquecería y que me sentía orgullosa de poder usar para él.
    Sin embargo, nunca imaginé que al apenas verme bien vestida para él, mi novio se iría sobre mí, poniéndome contra la pared para acariciar mi cuerpo mientras me besaba profundamente hasta quedarme sin aliento, me hacían sentir tan sumisa, tan complaciente, tan bien que simplemente continúe recibiendo con amor todo lo que él me lanzaba de forma apasionada.
    Llamarlo "Daddy" le encantaba, y en poco tiempo levantó una de mis piernas con su brazo y comenzamos a hacerlo, la segunda vez fue también contra la pared pero me dio la vuelta y tuve que poner mis manos por encima de la cabeza para no golpearme contra el muro ante cada uno de sus intensos movimientos.
    Después de llegar a mi límite en más de un par de ocasiones, las piernas me temblaban tanto que fue imposible seguir de pie, así que mi novio me llevó hasta la cama donde continuamos, añadiendo ahora un pequeño antifaz a mis ojos al que rápidamente entendí su utilidad.
    Todo era oscuro, quería ver a mi novio y me moría de la emoción por saber que es lo que me haría, pero aquel antifaz que me dejaba sin visión ni forma de prevenirme, le agregaba una nueva y retorcida emoción a la experiencia que compartía con mi pareja, quien no dejaba de dominarme y jugar conmigo a su completa voluntad.
    Sentí mis piernas separarse y pensando en lo que vendría, me quedé quieta al sentir como un marcador entraba en contacto con mi piel, con mis muslos internos precisamente, haciendo una marca en ellos por cada vez que lo habíamos hecho y que como era de esperarse, cada vez fue aumentando con el pasar del tiempo.
    Mis pechos desnudos fueron su siguiente punto, jugó tanto con mis pezones que los sentía arder y cuando por fin los dejó, sus dedos pasaron a mi zona baja de nuevo. La sensación era mayor que antes, no sabía si era por todo lo anterior o por el hecho de tener vendados los ojos, pero fuera lo que fuera, me sentía de maravilla y no quería otra cosa más allá de continuar con este encuentro.
    El sexo comenzó de nuevo, cediendo mi cuerpo al placer en cuanto mi novio se movió; primero él encima mío, luego me volteo y continuó en una de mis posiciones preferidas, después de eso él me cargo para que yo me sacudiera encima de él, y  le siguieron un montón de pociones a las que me rendí tanto que perdí la cuenta de los orgasmos, dejando para mañana saber esa información, confiando plenamente en que todas las marcas a lo largo de mi cuerpo fueran un indicador de todas las veces que terminamos juntos mi amado novio y yo.
    Cuando creía que la noche no podía mejorar, lo hizo, mi novio también me había preparado una sorpresa que siempre había querido probar, y después de hacerme esperar bastante por ella, al fin era el momento de intentarlo.
    Él me cargó hasta un lugar firme, probablemente el suelo o una mesa, diciendo que me pusiera en cuclillas, cosa que obedecí y de inmediato sentí como un vibrador encendido entraba en mi cuerpo. 
    Por simple y placentera reacción intenté levantarme pero me fue imposible, escuché unos candados cerrarse y sentí como el metal rodeaba mis extremidades; desde hace mucho quería experimentar algo así y mi pareja al fin me lo cumplió, encadenando mis brazos y piernas a algún lugar para que no me pudiera mover ni dejar de sentir ese inmenso placer dentro de mi cuerpo; siendo el toque final un collar puesto alrededor de mi cuello con el cual mi novio me marcaba como su propiedad, aunque siendo honesta desde que empezó la noche, al fin era de él.
    Después de eso, acepté absolutamente todo lo que ese auténtico hombre me hiciera para sentirme mujer, fue glorioso; juguetes, azotes, besos, palabras, marcas y todos los agujeros a los que antes se me había negado, pensé en solo usar mi vagina pero estando atada con un dildo en ese lugar, estuve feliz de ofrecerle otros lugares a mi novio. El de abajo dolió un poco, pero tras un par de veces lo pude disfrutar más, y en cuanto a la entrada de arriba fue más sencillo de gozar, aunque la sensación de estar inmóvil, ciega y sin poder hablar fue complicada, todo eso ayudó a sentirme aún más sensible de lo que ya estaba para mi hombre.
-Ah, es todo amor, ya no aguanto-
    Oí decir a mi novio después de un lapso tan largo que me hizo perder la noción del tiempo y a su vez darme cuenta de lo sudada y pegajosa que estaba por todo mi cuerpo producto de la intensa noche que estaba por acabar.
-¿Entonces se terminó?-
    Pregunté sintiendo un beso en mi frente y cómo levantaba mi rostro con su mano, aunque todavía no podía verlo ni moverme libremente por todos los juguetes que llevaba encima mi cuerpo.
-Yo no puedo más, así que me iré a la cama, pero tú te quedarás aquí hasta que yo me despierte. No te preocupes por estar aburrida, antes de dormir te pondré algunos juguetes más para que no te sientas sola-
    Todo mi cuerpo se emocionó ante esas palabras, yo quería seguir con esto y él se aseguraría de ello por varias horas más, dejándome aún más excitada de pensar lo divertido que sería estar sometida por todos sus juguetes y suplicando por su presencia mientras mi querido novio simplemente dormía ajeno de lo que yo quería.
    Para ese punto ya escuchaba entre mis propios jadeos como él buscaba más cosas y poco a poco las ponía cerca de mi, pero antes de ponerlas en mi cuerpo, él preguntó:
-¿Estás feliz con el cambio de cuerpo? Si lo estas, podríamos quedarnos así para siempre-
    Simplemente pude sonreír y decir.
-No hay nada que me hiciera más feliz que quedarme así, amor-
    Respondí con total sumisión, intentando imaginar en la oscuridad donde estaba mi pareja por el sonido de su voz, sintiendo su mano sobre mi mentón, acariciándome como si fuera su mascota, lo cual solo me motivo a llegar más lejos en nuestra relación que mejoró infinitamente después del cambio de cuerpos, el cual parece, ambos estamos muy contentos de volver un cambio permanente.
-Buena chica-
    No podía verlo, pero estaba segura de que mi novio tenía una enorme y burlona sonrisa en su rostro al tenerme sometida de esta manera y a su completa voluntad. Natural, pues después de haberme opuesto tanto al intercambio de cuerpos, ni yo mismo pensé que me volvería tan loca y disfrutaría tan desesperadamente el placer como mujer.
    Después de cambiar de cuerpos nuestra relación mejoró, nuestros sentimientos se volvieron más intensos, el sexo se volvió maravilloso, y finalmente me siento lista para aceptar por completo la vida de mi novia y que ella se quede con la mía, así yo puedo ser la amada y sumisa esposa que felizmente obedece a su hombre.
    Por lo que una vez aclarados nuestros sentimientos, nuestros más profundos deseos y lo que más queremos a partir de ahora, todo estaba decidido, nos quedaríamos con el cuerpo del otro por el resto de nuestras vidas, consolidando de esta forma nuestro intenso amor, y dejándome a mi por el resto de esta maravillosa noche hundida en el placer de estar en está posición y disfrutar la vida que me pertenece ahora.
Créditos en la imagen.

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