-Nico ¿Qué has hecho?-
-Te bese, Camie-
-Es obvio que me besaste aun siento tus labios y la saliva sobre los míos... pero ¿Por qué?-
-Porque creo que me gustas-
Me respondió con su lenta y pausada forma de hablar, dándome ganas de que la tierra me tragara por lo vergonzoso y sorprendente que resultó este momento construido desde el repentino atrevimiento de Nico.
Hace ya unos días mi amiga Nico pidió un deseo lanzando una moneda a un pozo de deseos que encontró de casualidad en su camino a casa, ella no es muy buena socializando y por esa razón al encontrarse el pozo de los deseos, Nico pidió tener una mejor amiga en quien confiar, una chica muy linda con quien llevarse, alguien para salir de compras, maquillarse juntas y hacer todas esas cosas que nunca había logrado ya que no tenía una amiga tan cercana ni el valor de hacer esto con alguien más. Yo era su amigo, pero como un chico, había cosas que ella no se sentía tan cómoda de intentar hacer conmigo.
Ese mismo día, Nico y yo salimos a ver una película, una muy buena por cierto, pero que terminó por ser completamente opacada por lo que descubrimos una vez que las luces de la sala se encendieron.
-Carlos ¿Qué te paso?-
Me pregunto mi querida amiga con una expresión llena de sorpresa y tratando de bajar la voz después de haber gritado mi nombre.
-¿Cómo que “que” me paso? ¿De qué estás-
Cuando respondí a Nico me di cuenta que mi voz era tan dulce y aguda como la de una chica, para luego bajar la mirada y ver mi cuerpo; tenía falda y el resto del uniforme escolar femenino, pechos pequeños y cabello castaño. Sin tener idea de porqué me pasó esto, descubrí como mi cuerpo se volvió el de una chica, pero antes de que pudiera entender algo, Nico se me adelantó.
-Fue mi culpa….no debí de pedir ese deseo….-
Apenas estaba soportando la sorpresa de verme a mi mismo como una estudiante cuando Nico dijo eso en voz baja y empezó a llorar como si ella fuera quien me hizo esto o como si hubiera lastimado a alguien en el proceso, por lo que dejando mis preocupaciones de lado, decidí acariciar su cabeza y abrazarla para que se calmara y me dijera todo lo que sucedió.
-En conclusión: según tú, puede ser que me volví una chica por tu deseo de tener una nueva mejor amiga. Nico, eres tan tonta cuando quieres, perfectamente podría presentarte algunas amigas o acompañarte a hablar con quienes quisieras, pero tuviste que pedir este deseo... lo cual realmente no creo que haya sido malo, ni que te haga responsable de lo que me sucedió. Seguro debe haber alguna otra explicación-
-Lo siento mucho, Camie-
-¿Camie?-
-Sí... pensé que sería algo raro llamarte Carlos mientras seas una chica y fue lo primero que se me ocurrió... perdón por eso también-
Intentando comprender la culpa que sentía mi amiga y que la situación que estábamos pasando era complicada, solo suspiré y decidí aceptar el nombre que ella me eligió.
-Esta bien, Nico. Soy Camie por ahora, pero tengo que volver a la normalidad, ¿Lo entiendes?-
Ella de nuevo al borde de las lágrimas me respondió subiendo y bajando la cabeza para decirme que sí. La tonta y torpe Nico no lo hizo con malicia, sé que ella tiene buen corazón pero su timidez no la hace destacar tanto como a ambos nos gustaría. Y por esa misma razón, después de tomar mucho valor, fue que decidí hacer un pequeño favor a mi amiga antes de buscar la forma de volver a la normalidad.
-Pero como el pozo no se va ir a ningún lado y el deseo parece ser reversible ¿No te gustaría que fuera tu mejor amiga por unos días?-
Los ojos llorosos de Nico se llenaron ahora de confusión, sin ser capaz de creer mis palabas hasta que las repetí para ella.
-¿Perdón?-
-Lo que oíste, Nico, ¿Te gustaría que me quede unos días como una chica para ser tu mejor amiga?-
-¡Gracias!, ¡gracias!, ¡gracias!, ¡gracias!-
La respuesta de Nico fue inmediata, ella estaba muy contenta, con una sonrisa inmensa que se hizo presente en ella mientras me abrazaba y aceptaba mi oferta para cumplir con su deseo de tener una mejor amiga aunque sea por unos días.
Debo decir que fue un reto al comienzo, todo eso de andar con falda o ir al baño de niñas me tenía por sorpresa, pero ir de un lado a otro con mi amiga me mantenía distraído o más bien distraída de la mayoría de retos que podía implicar vivir como una chica.
Después del cine me llevó a una manicura donde pudimos hablar por mucho tiempo, luego me buscó algo de ropa de acuerdo a sus gustos y me explico como usarla para estos días como chica, fuimos a comer a su sitio favorito, luego a los juegos y finalmente me quedé a dormir en su casa, me presentó a su madre como su nueva amiga, quien se sintió muy feliz de ver a su hija con una amiga tan cercana y que no fue problema para la mamá de Nico abrirme las puertas de su casa y tener una pijamada de chicas, la primera para mi como una mujer, y la primera pijamada en la que Nico ha participado.
Los días pasaron de forma rápida y divertida, y fue exactamente igual de maravilloso para ella como el primer día que me convertí en chica. No puedo negar que yo también me estaba divirtiendo con toda está experiencia, pero no pensaba quedarme así por el resto de mi vida.
Así que un día mientras hablábamos en el cuarto de Nico, le dije que fue muy divertido todo esto de ser mejores amigas, pero era tiempo de buscar el pozo de los deseos para volver a la normalidad. Para ese momento pensé y me preparé para las posibles reacciones de Nico ante mi deseo de volver a la normalidad; pensé que ella se pondría triste, que lloraría, que pediría que me quede como mujer un poco más e incluso que se mostrará agradecida y me acompañará al pozo sin causar alguna escena; sin embargo, nada de lo que pensé pudo prepararme para la verdadera reacción de Nico, quien se pondría de rodillas ante mi, que me tomaría de la barbilla y de un momento a otro, ella decidiera darme un enorme beso en el que nuestros suaves labios se unían a la par que su lengua entraba en mi boca explorando todos los rincones que esta tenía. No estoy muy seguro de si mi cuerpo se entregó a ese beso o fui yo quien no quiso terminarlo, pero nuestra unión duró varios segundos hasta que quedamos sin aliento, siendo Nico quien nos separó dejando un hilo de saliva que iba desde mi boca hasta su lengua.
Con toda la vergüenza del mundo por lo que ella hizo, le pregunté porqué lo hizo, y una respuesta obvia pero increíble para mí fue la que salió de sus labios.
-N-no es verdad, no puedo gustarte, se supone que soy tu amigo-
-Lo siento, ni yo lo entiendo mucho, creo que estoy un poco confundida. Siendo Carlos eres maravilloso y me gustaría tenerte siempre a mi lado, eres mi querido y más especial amigo, pero me siento atraída por Camie, quiero que este conmigo siempre, quiero que sea más que una amiga para mi incluso si mi amistad con Carlos se arruina en el proceso-
-Vamos, Nico. No puedes estar hablando en serio-
Le dije para intentar convencerla de que todo lo que siente lo está malinterpretado y que la situación en verdad estaba llegando muy lejos.
-No lo sé, es la primera vez que siento esto por alguien pero es por ti, Camie. Sé que mi deseo es muy egoísta, y aunque me duela estoy dispuesta a que vuelvas a ser Carlos si eso te hace feliz pero ¿Podrías pensar sobre quedarte así para mi? Han pasado días y nunca te has quejado en lo absoluto de nada, creo que también te gusta ser mujer. No te obligaré a quedarte de esta forma si no es lo que quieres, solo te pido que lo pienses, si en serio quieres ser Carlos te doy las gracias y lo aceptaré, pero si quieres quedarte como Camie y llegar más lejos también sería muy feliz cuidando de ti-
Ella no lloró, no tartamudeo, su voz no temblaba ni parecía nerviosa. En definitiva Nico estaba avergonzada, pero estaba llena de determinación al confesar su sentimientos de una forma para la que nunca me pude preparar, y que al haber oído, sinceramente me cuesta mucho trabajo saber como responder.
-Nico, yo no sé qué decirte. Me tomaste por sorpresa con ese secreto... pero te prometo que lo pensaré con una condición-
-¿Cuál condición?-
El silencio lleno la habitación por un momento, después de pensarlo tampoco me creía la condición que yo quería poner para pensar en el deseo de Nico. Sin embargo, estuviera mal o no, fue la condición que decidí poner para este asunto.
-Un beso, quiero que me des otro beso para estar segura de lo que siento, nunca pensé que con lo tímida que eres pudieras hacerlo tan bien y quiero volver a sentir tus labios con los míos. Quiero otro beso-
Repetí sintiendo mis mejillas arder un poco y mirando como una cálida sonrisa aparecía en el rostro de mi amiga.
-Si con eso consigo enamorar a la princesa y que se quede conmigo, lo acepto-
-¡No te pongas exagerada o me iré en este momento!-
-Lo siento, lo siento, es solo que sonaste justo como una princesa que caerá enamorada con el beso de su verdadero amor, sería super romántico que eso sucediera-
Su explicación solo me hizo sentir aún más apenada por toda la situación, y Nico solo sonrió un poco más al preguntarme.
-¿Estas lista?-
Asentí con la cabeza ante su pregunta, viendo como cada vez más mi pequeña amiga se acercaba a mis labios uniéndolos con una extraña mezcla de cautela y atrevimiento que me hacía temblar al sentir como jugaba su lengua con la mía, mientras nuestros labios se unían y con este mar de sensaciones, sentimientos, dudas y confusiones debo ponerme a pensar en qué es lo que quiero hacer ahora con mi vida a partir de ahora y si quiero volver a ser su amigo Carlos, o si vale la pena quedarme como Camie y volverme algo más que una amiga para Nico.
Créditos a quien correspondan. |
Me gusto mucho. Bonito final que deja a la imaginación
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