Maldición ¿Cómo es que pude terminar de esta forma tan patética? No soy más un hombre, ahora soy una chica. Peor aún, ni siquiera soy una chica ordinaria, soy una maldita chica vaca que no puede moverse libremente ni pensar por su propia cuenta, con este cuerpo y en esta manera todo lo que puedo hacer es obedecer a ese tonto granjero quien ahora es mi dueño, mismo que me obliga a salir de "paseo" para que todos sus clientes puedan verme. De esa manera todos los clientes sabrán de que clase de chica vaca salió esa leche, que por desgracia para mi, parece ser de las preferidas por todos en el pueblo debido a su sabor delicioso y cremoso cuando está recién exprimida. Ese es uno de los motivos por el cual el dueño me obliga a salir por todo el pueblo con él ofreciendo "mi producto", otros motivos por las cuales me arrastra con él es para castigarme e intentar disciplinarme a base de la humillación, algo que por desgracia a veces da mejores resultados de los que me gustaría reconocer.
Todo esto sucedió tan de repente que todavía me cuesta creer que es la realidad, puesto que antes de que pudiera procesarlo, yo me había convertido en está extraña semi humana.
Recuerdo que yo iba de regreso a mi departamento muy tarde por la noche, agotado de tanto trabajo y deseando poder empezar de nuevo en alguna otra compañía o empleo. Cuando de repente la inmensa oscuridad de la noche se iluminó por unas farolas por encima de mi cabeza, las cuales a su vez reflejaban algo muy brillante en el suelo.
Al agacharme para recoger ese objeto brillante me sentí decepcionado al ver que solo era una tiara, que por muy brillante que fuera, no me parecía fuera algo valiosa ni mucho menos algo que de lo cual pudiera sacarle provecho. Por desgracia, esos pensamientos en contra de la tiara cambiaron de un momento a otro.
Cuando me di cuenta que solo era una tiara para chicas, la arroje al suelo nuevamente y seguí con mi camino, o al menos esa era mi intención hasta que mi cuerpo se paralizó y todo se volvió aún más negro de lo que ya era.
No me dolía el cuerpo ni un poco, pero de igual manera no podía mover ni una de mis extremidades ni aunque fuera un poco, estaba completamente paralizado en la oscuridad sin poder ver completamente lo que le ocurría a mi cuerpo y a mi ropa.
En medio de la inmensa oscuridad pude ver un poco y sentir como mi ropa caía al suelo haciéndose añicos hasta quedar desnudo por completo, y en cuanto toda mi ropa desapareció, las cosas solo fueron a peor.
Pude ver como mis caderas crecían, se estaban ensanchando y tomando una forma muy distinta a la que ya tenían, al mismo tiempo que mi trasero me hormigueaba, al igual que se ponía más redondo y más pesado, mucho más de lo que me gustaría imaginar.
En el momento que mi trasero y mis caderas dejaron de crecer pensé que todo había terminado, pero por desgracia no fue así, y aquel hormigueo en mi trasero se intensificó un poco más al sentir como algo me crecía en la parte más baja de la espalda antes de llegar a mi trasero. Cuando esa cosa terminó de salir de mi, pude sentir como se movía y como la punta tenía un poco de pelo que me hacía cosquillear los glúteos y los muslos.
Luego los cambios comenzaron a presentarse en mis piernas, las cuales no solo se volvieron más pequeñas y de grandes muslos, también se volvieron extremamente débiles hasta el punto de no poder mantenerme de pie por mi mismo y hacerme caer de rodillas en esa noche fría y oscura.
Después de que mis piernas, mi trasero y mi cintura se modelarán de una forma muy distinta a la mía, mis brazos le siguieron al perder mucho de su musculo hasta volverse pequeños brazos delgados y finos, dejándome sentir en mis diminutos hombros algo caía sobre ellos, ese "algo" no era otra cosa más que mi nuevo y largo cabello que no dejo de crecer hasta llegar a mis hombros donde pude apreciar el color albino que tenía y un enorme flequillo que podía cubrir mis ojos por completo para bloquearme la vista.
A pesar de que no podía verlo, y a la fecha sigo sin poder verlo, estaba seguro que en esos momentos mi rostro también se transformó en un bastante distinto, con facciones más finas y suaves, que según las personas que me ven o hablan de mi, son facciones muy lindas y muy pervertidas cuando estoy siendo ordeñada. Un rumor horrible y humillante que suelo escuchar de mi, es que mis expresiones se vuelven más pervertidas cuando me ordeñan, y entre más lasciva sea mi expresión mejor sabor tendrá lo que produzco, algo que bajo ningún concepto me gustaría poner a prueba o descubrir la realidad.
Otra cosa más que cambio en mi cuerpo y que no quiero averiguar cuanto fue que cambio, fue mi pecho, que con una creciente picazón en los pectorales, estos empezaron a aumentar más y más su tamaño, volviéndose muy grandes y suaves, con los pezones duros por el frío y sintiendo como la brisa nocturna pasaba sobre ellos haciéndolos sacudir de manera exagerada. No sé si es por su gran tamaño o alguna clase de rasgos extraño de mi nueva raza, pero el tamaño de mis pechos parece irreal al igual que la formaba en que se mueven a cada "paso" que tengo que dar.
Para el momento en que todo mi cuerpo se transformó en una forma femenina, de la nada comenzó a aparecerme "ropa" que poco o nada ayudaron a sentirme menos humillada o protegida del inmenso frío de la noche. El atuendo que en mi cuerpo apareció era cuando menos patético, constando solo de un par de calcetas largas y unos guantes que casi llegaban a mis hombros, ambos de color blanco con manchas negras por todos lados para imitar el aspecto más clásico de una vaca
Todavía acostumbrándome a la escaza ropa ajustada que apareció en mi cuerpo, sentí como algo más aparecía en mi cuerpo, era un poco duro y grueso, además con el viento emitía un sonido, por lo que entendí que ahora yo estaba utilizando un enorme y grueso collar con un aún más grande cencerro que siempre anuncia mis movimientos o cada paso que pueda dar.
Por último, sentí aparecer algo más sobre mi cabeza, y aunque sigo sin poder ver que tengo puesto realmente, asumo que estoy utilizando la misma tiara que había desechado aquella noche oscura. Es un presentimiento que no puedo ignorar, y aunque de verdad me esfuerzo en no pensarlo, cada tanto vuelve a mi cabeza la idea de que esa tiara que encontré y tiré es la responsable de cambiar mi vida para siempre.
Una vez que mi transformación terminó, y aunque no del todo, ya estaba en condiciones de mover mi cuerpo... estando de rodillas y apoyándome con las manos, pero incluso si era gateando, al menos ya podía moverme por mi cuenta.
La oscuridad que parecía interminable de repente cambió, cegándome por un instante cuando una puerta se abrió y me mostró a quien en este mundo se convirtió en "mi amo", un apuesto y musculoso granjero que tras acariciar mi cabello, puso una cuerda en mi collar y me forzó a salir del oscuro establo donde yo aparecí, revelando para mi un mundo de fantasía lleno de criaturas fantásticas e historias maravillosas.
Por desgracia, una vez más, esas cosas espectaculares no eran para mi, ya que al reencarnar en este mundo lo hice como una chica monstruo del tipo vaca, por lo cual mi mejor y único atributo es producir leche deliciosa que ayuda a crear pociones curativas y platillos muy sabrosos.
Desde entonces no estoy muy segura de cuanto tiempo ha transcurrido, estimo que han pasado algunos meses debido, unos tres meses, y aún con todo ese tiempo viviendo como una chica vaca más del ganado, no he podido acostumbrarme a esta vida, y dudo mucho que algún día pueda aceptar esto como mi vida.
Yo quiero volver a ser un humano, sé que me quejaba del trabajo pero lo que me sucedió me parece excesivo, yo no pedí nada de esto, y por muchos elogios que me hagan las personas del pueblo o el granjero, me rehusó completamente a aceptar que el resto de mis días voy a pasarlos como una chica vaca tetona que anda semi desnuda por todo el pueblo para ser ordeñada frente a todo el mundo.
No quiero seguir saliendo desnudo cada mañana para que un montón de desconocidos vean mis tetas casi tocar el suelo o mis caderas balancearse, tampoco deseo que toque, azoten o acaricien mi cuerpo sin siquiera preguntarme, más de una vez han azotado mi trasero o jalado mi cola sin que pueda detenerlos, ya que apenas moverme o intentar hablar el granjero jala de mi correa para obligarme a estar en silencio mientras trabaja con mi cuerpo.
Lo peor es el trabajo, odio que el granjero me toque y me ordeñe como si nada... sé que soy su pertenencia ahora, y también sé que discuto con el todo el tiempo por intentar escaparme o negarme a "trabajar", pero a pesar de todas esas protestas diarias y que le digo que no me ordeñe frente a todo el mundo. Cuando él pone sus manos en mis pechos para acariciarlos y después de preparar mi cuerpo tirar de mis pezones, no puedo evitar soltar un montón de gemidos, estremecerme, disfrutarlo, pedirle que sea más duro conmigo y finalmente comenzar a dejar salir la leche más cotizada por todos en el pueblo. Sin importar cuanto me intente negar, a la hora de la verdad no puedo evitar disfrutar demasiado ser ordeñada, es el placer más grande que he experimentado en ambas vidas, me pone la mente en blanco y me hace babear y sonreír mientras agradezco al granjero por ordeñarme y a los clientes por beber mi producto. Dándome la oportunidad de volver a pensar con claridad hasta varios minutos después y repetir el proceso, tal como sucede ahora.
Esta mañana el granjero y yo salimos a nuestro recorrido habitual, y después de nuestra pelea habitual, y después de hacerme babear por todo el placer que me produce ser ordeñada, finalmente estoy volviendo a pensar con un poco más de claridad hasta antes de llegar con el siguiente cliente ansioso de beber mi leche deliciosa y especial.
Al pensarlo, definitivamente no quiero quedarme con esta forma de vida en la que soy una chica monstruo de ganado, pero al dejarme llevar por el placer de ser ordeñada, pensar que puedo dejar de experimentar este placer es algo que de igual forma me aterra.
Tarde o temprano, en algún momento en el futuro, encontraré la forma de recuperar mi vida y volver a la normalidad en mi mundo real, tal vez si logró escapar y hablar con alguna bruja o criatura mágica de este lugar puedan ayudarme, o si logro quitarme la tiara de la cabeza tal vez pueda volver a la vida que conocía, pero hasta que logré encontrar la forma de recuperar todo eso que perdí, no tengo más remedio que disfrutar y no perderme por completo en el inmenso placer que siento gracias a ser una chica vaca. Sé que será complicado, en especial porque con cada día el placer parece aumentar, pero si no sucumbo completamente al embriagante placer que me produce ser ordeñada para que todos en el pueblo puedan beber de mi deliciosa leche y jugar con mi cuerpo, si no me rindo ante todas esas cosas maravillosas, estoy segura de que en algún momento dejaré de ser una vaca lechera más en este mundo para volver a la normalidad.
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