Estaba desesperado, pero sobre todo estaba profundamente arrepentido. Por cumplir con mi capricho no sabía el enorme problema en el que me estaba metiendo ni lo horrible que era mi idea de robar un cuerpo de una linda chica asiática como las que siempre fantasee, pensé que ser una mujer sería maravilloso por lo que al tener la oportunidad, no dude en tomarla.
Durante un viaje que hice en ese continente, una vieja mujer afuera de un templo me obsequio un amuleto mágico con el cual yo podría poseer por completo el cuerpo de la persona, mientras que la pobre víctima se quedaba atrapada para siempre dentro de mi cuerpo. Lo único malo con este supuesto objeto mágico es que yo no podía escoger libremente a la persona que quisiera robarle el cuerpo, sería cuestión de suerte, por lo que incluso si cambiaba de cuerpo, nada me garantizaba que sería un cuerpo que me agradará.
Aún así decidí intentar usar ese objeto, y para evitar problemas con la persona que se quede atrapada en mi cuerpo, tome la decisión de usar el objeto justo antes de comenzar mi vuelo de regreso a casa. Una vez que el avión cerró sus puertas y se nos informó que el viaje comenzaría para volver a mi país, utilicé el objeto, dejando al azar el cuerpo que a partir de ese momento se volvería mío pero asegurándome de que sea quien sea que se quede con mi cuerpo, no pueda hacer nada para intentar recuperar su vida o interponerse en mis planes.
Por fortuna, mi plan funcionó tal como lo imagine; el objeto mágico sirvió de verdad y yo me quede en el país asiático como una bella mujer de este lugar; por desgracia mi suerte y mi plan solo sirvieron hasta ese momento, y aunque pude cambiar de cuerpos con una hermosa joven asiática, después de eso todo fue en picada.
El cuerpo del cual me apodere no estaba nada mal; tenía una larga cabellera castaña, con pechos grandes para las mujeres de este país, delgada, con baja estatura y una linda cara; para ser honesto el cuerpo que ahora era mío era bastante promedio en la mujeres de este país, pero eso no le restaba importancia a la fascinante oportunidad de volverme una mujer como siempre desee. Sin embargo, de inmediato me di cuenta que su linda carita era lo único bueno que tenía esta mujer.
Después de darme cuenta que el intercambio de cuerpos realmente funcionó, me di cuenta que estaba sentada en una plaza con un pequeño bolso para dormir y otro bolso con escazas cosas personales, además estaba rodeada de chicos y chicas por igual en la misma situación, apenas dejando espacio para que las personas pudieran transitar por la zona.
Había escuchado de este tipo de personas alguna vez, pero no pensé que yo me convertiría en una de ellas al tener el cuerpo que siempre soñé.
Al parecer esta joven no tenía dinero, no tenía familia, no tenía amigos y tampoco tenía ni quería un trabajo, literalmente ella era una cara bonita que decidió vivir en las calles hasta que alguien se digne en escogerla para sacarla de este lugar y darle un hogar. Suena absurdo, pero es lo que ella decidió hacer tal como todas las personas que viven en este lugar; desde chicos que escaparon de casa, hasta chicas dispuestas a volverse esposas o novias dedicadas a hacer feliz a quien decida mantenerlas, tal como eligió hacer esta chica, y tal como tuve que hacer yo al quedarme atrapado con su vida.
Vivir en las calles hasta que alguien me recoja no estaba en mis planes al volverme mujer, pero con cada día que pasaba la situación solo parecía peor para mi, y aunque la compañía no era tan mala, no me apunté a nada de esto cuando decidí intercambiar de cuerpos.
Sin más remedio, tuve que comenzar a esforzarme en estar lo más linda posible y coquetear de forma muy directa con quienes pasaba para intentar que me eligieran y así cambiar mi destino. Por desgracia, mis intentos de coquetear con las mujeres que pasaban por aquí fue un rotundo fracaso, ninguna mujer quería estar con otra mujer, muchas veces ni siquiera volteaban a verme, por lo que de la peor manera posible entendí que mi objetivo no podía ser estar con otra mujer, y que si de verdad quería salir de esta situación, tendría que conseguirme a un hombre.
Me tomó muchos días de dormir en las calles, comer lo que había, bañarme cuando pudiera y humillarme ante hombres y mujeres por una oportunidad de mejorar mi deprimente situación, la cual finalmente parecía tener un cambio para mejor cuando un apuesto hombre se me acerco.
Ese hombre estaba dispuesto a pagar muy bien por mi compañía, y aunque el dinero era muy tentador, tuve que rechazarlo al decir que me gustaría algo más serio, lo cual llenó de intriga al apuesto caballero. No pensé que pudiera llegar tan lejos, así que no sabía muy bien como responder a sus preguntas, por lo que terminé diciendo que me gustaría convertirme en una esposa hogareña algún día y ser leal a mi marido, lo cual hizo sonreír al hombre y acariciar mi mejilla mientras decía que él estaba dispuesto a volver mi sueño realidad si me convertía en la esposa que él quería.
Él estaba dispuesto a tomarme como su novia por unos días, si la cosa funcionaba podría extenderse más tiempo, y si las cosas mejoraban, estaría dispuesto a tomarme como su esposa, la idea era muy simple y directa, pero para llegar hasta una boda o tener un anillo, yo tendría que poner mucho esfuerzo de mi parte o de lo contrario él me devolvería a las calles para seguir buscando una buena esposa o una mujer buena con la que pasar el rato.
Sin nada más que perder y una buena vida por ganar, decidí aceptar su oferta, yendo consigo a su casa donde mi tiempo de prueba como su novia comenzaría y determinaría si algún día podría volverme su esposa.
No deje mi vida como hombre en otro país para volverme una asiática que se queda en casa haciendo tareas domésticas, pero dada mi situación no tenía otra alternativa, por lo que lavar y planchar la ropa, preparar la comida, tener limpia la casa y consentir a mi novio eran mis tareas de cada día, haciéndome sentir más como una sirvienta privada y no como su novia... algo de lo que nunca me he podido quejar, ni siquiera por los ridículos y humillantes atuendos que él me hace utilizar para cumplir con mis deberes de novia.
Cuando vivía en las calles apenas tenía unos jeans desgastadas, algunas faldas y un par de vestidos, con maquillaje viejo y escaza ropa interior, por lo que ahora al tener "un hogar" y un armario lleno de ropa debería estar más agradecida... es solo que toda la ropa que tengo, en especial la ropa interior, no es más que lencería erótica y sensual para el deleite de mi novio... también sé que es parte de mi trabajo, ser una chica linda y cuidar de la casa es todo lo que debo hacer ahora, pero incluso sabiendo eso, usar este tipo de ropa todo el tiempo cuando debo limpiar es cuando menos humillante para mi.
Desde que llegué aquí tengo que usar toda clase de lencería; tangas, sostenes, medias de red, ligas, guantes largos, coordinados, faldas cortas, tacones altos y un largo más de cosas reveladoras a las que no terminó de acostumbrarme, en especial cuando mi novio llega y me encuentra en poca ropa, llenándome de halagos, besos y abrazos.
Aún con todo el tiempo vistiendo estas cosas reveladoras no me siento segura, pero es utilizar esta ropa tan llamativa para mi novio o volver a las calles, por lo que la elección que debo tomar es bastante obvia.
Han pasado algunos meses desde que ese dichoso objeto mágico me hizo cambiar de cuerpos, y aunque no hay ni rastros de ni anterior cuerpo tratando de encontrarme, no es que mi situación como mujer sea mucho mejor.
Todavía no me acostumbro del todo a la ropa interior transparente y ajustada, y apenas salgo de casa si no es con mi novio, pero al menos he mejorado en todas mis labores dentro del hogar y mi pareja parece cada vez más contenta cuando está conmigo. No quiero ilusionarme o hacerme falsas esperanzas, pero parece que él se está enamorando de mi, por lo que dejar de ser su sirvienta para volverme su esposa o cambiar un poco la dinámica de nuestra relación es algo inminente, ya ansío que ese cambio llegue porque esto de limpiar la casa mientras estoy semi desnuda no es algo tan emocionante como lo parece. Supongo que mi novio sí que disfruta de verme así, pero estar así durante horas para él no me emociona tanto a mi.
De cualquier manera, las cosas no han ido ni de lejos como yo espere al volver mi sueño realidad, pero tampoco han sido tan malas como podrían ser, ya no vivo en las calles, tengo un lindo hogar, ropa preciosa y una persona que trabaja día con día para mantenerme a su lado. No era la vida que imaginé, pero puede mejorar, quizás una vez que terminé mi tiempo de prueba como su novia nuestra relación también vaya a mejorar, y una vez que ese momento llegué podré comenzar a disfrutar un poco más de mi vida como mujer. No obstante, hasta que ese momento llegué, debo seguir utilizando la lencería favorita de mi novio para tener limpia la casa y preparar su platillo favorito; mi estofado le encanta, y la lencería blanca es su adoración, seguro que con hacer todo bien un poco más de tiempo, toda nuestra relación va a mejorar y así dejaré de ser su novia para convertirme en su feliz y orgullosa esposa.
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