-Al fin te encontré, ya es momento de que te rindas ¿No?-
Preguntaba la joven de cabello rosa, quien cerca de un parque finalmente arrinconó a una chica parecida a ella para detenerla, amarrándola de pies a cabeza con unas cuerdas entre forcejeos débiles de la menor.
La menos intentaba resistirse y volver a huir pero no tenía donde correr y una vez que la mayor la sujeto todo se terminó, no había forma en que una niña le ganara a la fuerza de la más grande, quien una vez la terminó de someter la cargo en sus brazos para irse como si se tratará de algo normal todo lo que hizo.
-Hirma, en serio que ya fue suficiente, no creí que estuvieras tan loca como para hacerme esto-
-Vamos, cielo, no debes ponerte así de molesto, solo quiero que estemos juntos por siempre-
Respondió la joven dando un beso en los labios de la chica que cargaba en sus brazos, quien no tuvo de otra más que recibirlo a pesar de su descontento.
-Pero yo no, no quiero que sigamos juntos y tampoco ser una niña, regrésame a la normalidad-
-Es imposible, no hay forma de volverte a la normalidad. Cuando te convertí en chica pensé que sería suficiente para poder quedarnos juntos pero aun así te resistías a mí y todo el amor que te quiero dar, espero que de esta forma nunca vuelvas a escapar. Bueno, en realidad si que puedes intentarlo pero eres mucho más fácil de volver a capturar-
La estudiante de preparatoria hablaba con el tono más dulce del mundo, lo que iba perfecto con su imagen de niña buena y que fue lo que hizo empezará a salir con Toni de quien terminó perdidamente enamorada.
Sin embargo, con el tiempo el chico se dio cuenta de lo loca y obsesionada que estaba ella con él, era aterrador y por esa razón quiso romper con Hirma. Pero ella no aceptaría separarse de su amado y buscó como permanecer juntos sin importar como, encontrando una solución en forma de hechizo con el cual podía modificar su cuerpo o el de otra persona para siempre.
Una noche mientras Toni dormía, ella entró por la ventana y le aplicó el hechizo, viendo como rápidamente el chico alto, bello y perfecto se convertía en una niña pequeña, linda y perfecta muy parecida a Hirma.
La joven pensó que si lo hacía más pequeño y débil podría tener a su ex novio para siempre y un tiempo fue así; ella lo cuidaba, le daba de comer e incluso le enseñó a verse muy linda y que debía decirle "Hermana" un pequeño complejo que le hizo desarrollar lo hermosa que era Tami, su increíble hermana menor.
Sin embargo en ocasiones Tami intenta escapar del "cielo" que tiene por hogar gracias a su hermana mayor pero no importa cuántas veces escape, Hirma siempre da con su hermanita y la lleva de regresó, aunque eso está a punto de cambiar.
-Por cierto Tami, últimamente has intentando escapar bastante y eso me duele. Yo cuido de ti y hago lo que sea para que seamos felices, si sigues actuando como una niña grosera tendré que castigarte pero por ahora tendrás 2 meses de tareas dobles, tu ropa tendrás que lavarla tu misma y se acabó lo de tener tu propio cuarto, a partir de ahora dormiremos en la misma cama y misma habitación-
-No...yo no quiero nada de eso, no es justo-
Replicaba la menor quien empezó a sentir como las manos que la sostenían empezaban a acariciarla de una forma tétrica pero esperanzadora, teniendo un extraño efecto tan positivo que era casi incoherente con la situación.
-No es justo lo que tú haces, por eso estarás castigada...aunque si complaces unos caprichos de tu gran hermana mayor podemos reducir tu castigo, ¿Te parece bien? Estoy segura de que así es?-
La mayor le guiño un ojo a la menor, hasta ahora Hirma se había mantenido muy al margen de una buena hermana mayor y no la tocaría de formas atrevidas en un buen tiempo pero nada le impedía ver a su querida hermanita solo en ropa interior, bañarse juntas, que usará sus pechos o piernas como almohada en algunas ocasiones y muchos deseos sucios más, deseaba con todo su ser hacer cada uno de esos pensamientos que tenía una realidad, todos eran sólo una pequeña parte del amor que ella tenía y que de ahora y para siempre seguiría creciendo gracias a su hermanita que nunca se iría.
De que su hermanita nunca se vaya, Hirma se encargará por el resto de sus días.
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