lunes, 10 de octubre de 2022

El tatuaje que cambio mi vida

Ricardo era un joven desempleado que recién había terminado sus estudios y que tras meses de intentarlo no había podido conseguir un trabajo, gracias a que las empresas pedían cosas ridículas para trabajar en ellas, dejándolo sin más opción que buscar una mejor oportunidad que simplemente parecía nunca iba a llegar. 
Lo peor de todo para él es que aún debe vivir con sus padres, teniendo que soportar sus reglas e ideas por ser su casa en la cual a pesar de ser un graduado todavía lo veían como un niño y en más de una ocasión lo trataban como tal. Obedecía a regaña dientes muchas veces, después de todo eran sus padres y en esos momentos no aportaba nada a la casa pero su plan desde años antes de graduarse era que una vez tuviera dinero irse de ahí lo antes posible para hacer su vida como quería. Un sueño que simplemente no podía realizar tal y como quería.
Sin embargo, tras una discusión padre e hijo el joven se cansó y en un acto de rebeldía decidió tatuarse, algo que por años su padre le había pedido y dicho que no hiciera, por no decir que lo tenía prohibido. Y justo aquella prohibición que tanto odiaba estaba a punto de romper, ni siquiera por querer un tatuaje de verdad, simplemente sus deseos de llevarle la contraria y molestar a su papá eran muchos más. 
Entró al primer lugar que vio y pidió un singular tatuaje de dos mujeres en su abdomen, donde aunque no siempre se vería resultaba más difícil y caro de quitar, así para que al cabo de unas horas en el estudio de tatuajes, estuviera listo para regresar a su vivienda y mostrar la tinta que había marcado su piel.
En cuanto llegó a su casa quiso molestar a su padre por el tatuaje pero un repentino y fuerte sueño lo invadió, esforzándose en llegar a su cama para dormir ahí.
Al despertar no podía creerse lo que pasó, se pellizcó y abofeteó un par de veces antes de entender que no era un sueño y que ahora era toda un mujer de cabello largo y oscuro, con grandes senos, buenas curvas, un físico delgado y con su tatuaje un poco más abajo de lo que recordaba. 
Ese cuerpo era un par de años mayor al que antes tenía como hombre pero no importaba, era una mujer de ensueño que cualquier hombre desearía tocar, y con ese cuerpo podía hacer montones de cosas, aprovechando desde el día 1 los beneficios de su nuevo aspecto.
Usando ropa de su madre para ir a buscar un empleo lo consiguió en el personal femenino donde antes fue rechazado, con su primer sueldo y unos ahorros que tenía desde hace años consiguió rentan un pequeño departamento en una residencia femenina cerca de su vieja casa y con lo que le sobró todavía pudo darse el lujo de comprar algo de ropa femenina para su nuevo cuerpo, en especial disfrutó de comprar la ropa interior que con su tremendo cuerpo mucho le hacía en falta los primeros días; así sus pechos además de pesar menos ya no eran tan obvios para los hombres y mujeres, y con el modelo de braga que usaba podía presumir su tatuaje, el tatuaje que cambiaría su vida por completo por algo mucho mejor.
Su vida independiente no ha sido fácil como era de esperarse, y adaptarse a ser una mujer tampoco era pan comido pero si ha sido mucho mejor en comparación de la vida que estaba llevando; ahora estaba libre de estrés y reglas absurdas de su padre, decidiendo libremente como y porque hacer las cosas, quizás ya no como lo haría si fuera hombre, pero hacer las cosas como mujer no estaba tan mal, Rita era su nuevo nombre e identidad en la maravillosa y sensual vida que un tatuaje le había obsequiado.

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