Maldición, fui una idiota descuidada, ¿Una idiota descuidada? Esto es perfecto, mi cerebro también se vio afectado por esa cosa, como si automáticamente quisiera ir más acorde con mi nuevo y frágil cuerpo de niña, cuando mucho joven o adolescente.
Yo era un buen hombre que trabajaba en misiones de encubierto, como un detective básicamente; tomaba lo que mis jefes me pedían u observaba a quienes me pedían y listo, es el trabajo más cercano a espía que podría haber hoy en día y a pesar de llevar años haciendo lo mismo no fue suficiente para salvarme de esta trampa.
Tenía como misión robar los planos que tenía una gran empresa, con ellos podía detener por un tiempo sus planes, para darle tiempo suficiente a mi empresa como para meter a todos los rivales a la cárcel, demostrando todas sus falsificaciones.
Sin embargo no fue así y cuando me escabullí, cerca de la mitad de mi camino, se activó un sistema de seguridad lleno de trampas, tantas que por más que lo intenté me era imposible pasar por ahí sin caer en alguna.
Pero eso no fue todo, un extraño gas morado empezó a salir de la ventilación y pensando en que este sería letal, al intentar cubrirme el rostro para que no lo respirara, termine activando una de las tantas trampas que me atrapó con unas esposas al techo.
Mi misión secreta de detective falló, me atraparon y me convirtieron en esto; en cuanto el gas se disperso ya no era el imponente hombre de antes, dejándome ahora como una chiquilla disfrazada de forma extraña, incluso mi ropa se adapto a este pequeño cuerpo y lo odiaba, era tan vergonzoso y humillante estar de esa forma sin poder hacer nada para defenderme.
Otra cadena salió del techo atrapando mis pies y levantándolos, parecía que era un animal recién cazado, mostrando las bragas que ahora llevaba bajo mi diminuta falda.
En esta posición podía ver que mis piernas tenían unas largas botas que las cubrían casi por completo, mis brazos tenían unos guantes largos y que se ajustaban, la falda por mi posición ya no cubría mi trasero, dejándome sentir como el aire entraba de lleno hasta mis bragas. Todo es tan humillante que no se puede poner peor, o eso me gustaría creer, ya que la situación si que puede y va empeorar. Después de todo, estoy en la base del enemigo, así que será cuestión de tiempo para que vengan por mí y me castiguen por lo que intentaba hacer. Una simple y lógica consecuencia tras haber fallado mi misión.
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