miércoles, 12 de octubre de 2022

Sakura

Yo solía ser el dueño de un pequeño taller automotor en la ciudad que vivo, toda mi vida había hecho el mismo trabajo por lo que era excelente en ello, además cuando tenía algunos problemas en la reparación no dejaba que mi reputación se ensuciara y me encargaba de dejar tan jodido el auto que nadie pudiera repararlo sin preferir querer comprarse un auto totalmente nuevo porque le saldría más barato que reparar el malogrado.
Sin embargo, un día llegó un hombre al que había atendido hace ya varios meses, él me había traído un auto de lujo que simplemente no podía creer tener en mi taller pero le sucedió algo que no entendí y que por más que busque nunca tuve idea de que le paso. Finalmente, con el dolor que me ocasionaba hacerle eso a tan hermoso auto, le destroce tanto como pude la maquina que cuando su dueño volvió solo me dio las gracias por haberlo intentado, un pequeño pago y con una grúa se llevó su auto por lo que creí que había sido todo de él.
No obstante, ahora que él volvió lo hizo en el mismo auto que juré era imposible de reparar, el hombre reafirmo mis palabras, me dijo que fue un milagro que lo pudieran reparar ya que un idiota destrozó toda la maquinaria sin razón aparente, dejándome bien en claro que fui descubierto y que si aquel hombre estaba ahí, no era con las mejores intenciones.
Intente persuadirlo para que no dijera nada a nadie, que le daría lo que fuera sin rechistar para ello y él aceptó exigiendo algo que creí imposible, dijo que sí tanto me importa mi orgullo de hombre él quería eso, por lo que me disparó con una pistola muy extraña antes de que siquiera pudiera pedir que no lo hiciera. Por un momento pensé que iba a morir, todo el cuerpo me dolía y me desmaye, en ese momento pensé que morí pero no, y al despertar fue claro que no morí. Sin embargo, ese hombre cumplió su palabra y se llevó lo que más quería, mi hombría. Cuando desperté era una joven de aspecto asiático, con cabello largo y castaño además de una ropa similar a las que usaban las modelos en mis calendarios de mecánico que tenía por todo el lugar.
Fue muy difícil para mi aceptarlo, era muy humillante estar así pero desde entonces tuve que continuar con mi vida. Para empezar me di el nombre de Sakura y explique ser una joven que se mudo recién y se dedica a lo automotriz, tomando el lugar que mi "yo" hombre había dejado, mientras hacía toda mi nueva identidad también aprendía a usar mi cuerpo, la fuerza no era la misma que cuando hombre pero no había duda en que era más precisa, rápida y entregaba mejores resultados que antes, algo bueno entre todo lo malo a decir verdad.
Aunque tuve que hacer un cambio drástico en mi taller, siempre tenía las puertas abiertas para quien llegaran conmigo pero con mi actual cuerpo el trabajo era más difícil, todos los hombres me observaban e invitaban a salir pensando que sería una chica fácil, seguro que mi ropa les da malas interpretaciones pero por ridículo que suene, con esto me es mas fácil trabajar y moverme pero claro a los tontos dueños de los autos eso ni les importa, estoy segura que les interesa más verme a mi que a sus autos, es más, ahora me pregunto si alguna vez yo le hice lo mismo a una chica y espero que no porque sencillamente es horrible tener las miradas encima todo el tiempo. 
Perfectamente me podría aprovechar de ello y cobrar un poco más por cómo me exhibo pero no, de haber sido honesto antes ni siquiera estaría en esta situación así que esta nueva vida mejor llevarla con honestidad y algo de decencia si me es posible, por muy difícil que eso suene, al menos Sakura la mecánica lo quiere intentar.

2 comentarios:

  1. Está buena está mini historia

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    1. Muchas gracias por comentar, me alegra saber que este tipo de historias es de su agrado.
      -Nero.

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