Sergio era un hombre mayor, jubilado y con una mujer e hija a las que cuidaba con todo su corazón pero que como siempre pasa, mientras su mujer y él envejecían veían como su pequeña crecía pasando mil y un experiencias en el proceso.
Sin embargo, la joven Verónica creció tanto que llegó el día de mudarse de su casa para irse a la universidad a unas cuantas horas en auto. Ambos padres estaban muy orgullosos de ella pero a la vez tristes por su partida, su única hija después de tantos años se estaba yendo para seguir sus sueños, una mezcla de emociones que no pensaron sentir jamás y con las cuales, ahora que las sentían, no sabían del todo como lidiar.
A la madre de Verónica todavía le quedaban un par de años para trabajar y en general fue quien mejor aceptó la despedida de su hija, sintiéndose triste cada cuanto pero llevando su vida con normalidad.
Por otra parte, Sergio no tuvo la misma fortaleza, tenía muchísimo tiempo libre y por más que trataba de distraerse de alguna forma, siempre se acordaba de su pequeña hija a la que hostigaba por teléfono para saber de ella, cansándola con el tiempo y pidiendo que no llamara tan seguido porque muchas veces estaba en clases como para hablar al teléfono.
Ella regresaría para las vacaciones pero faltaban meses para eso y su padre no lo podía soportar, buscando por muchos medios la forma de seguir viendo a su hija sin ser una carga para sus estudios.
Así fue como encontró un anuncio que decía darle el poder de estar con cualquier ser querido, su precio era algo costoso y con instrucciones ambiguas pero al leer que su presencia no sería detectada por el ser querido llamó a la tienda para conseguir el producto.
Todo lo que tuvo que hacer fue depositar el dinero a la cuenta que le dijeron, dar sus datos personales y los de la persona que quería ver, con todos los arreglos y listo, el efecto sucedió de una forma que el mayor no esperó.
No sólo estaba con el ser querido, se había vuelto en el ser querido, Sergio estaba dentro del cuerpo de su preciosa Verónica quien parecía usar un extraño atuendo el cual mostraba demasiada piel y él, como su padre, no lo gustaría verla así. Claro que era su cuerpo y su vida pero la parte de arriba no le tapaba su abdomen y no sabía ni que pesar sobre su ropa interior, sin duda se veía hermosa pero no la veía con lujuria, al contrario nadie tendría que verla así por lo que buscaría ropa más decente que usar estando en ella.
El hombre llamaría a la compañía que le cambió de cuerpo con su hija para saber que hacer para volver a la normalidad pero eso lo haría mañana, por ahora quería ponerse al tanto de la vida de su hija y no había mejor forma de hacerlo que viviendo un día de su vida con el fin de cuidarla.
Al final, a Sergio le terminará gustando estar en el cuerpo de su hija.
ResponderBorrarSeguramente y puede que no sea él único que quiera quedarse así.
Borrarel padre salio muy pícaro quien lo diría, te podría pedirte una petición para una historia?
ResponderBorrarMuchas gracias por comentar, y siendo honesta, le tocaría una larga espera para ver su petición en el blog. Si no le molesta tener que esperar un tiempo, claro que puede dejarme una petición.
Borrar-Nero.