sábado, 21 de septiembre de 2024

La futura suegra 6

-Buena tarde, señorita Lauren, ¿Cómo amaneció?, ¿Adolorida quizás?-
    Preguntó de forma burlona y maliciosa la antigua Lauren apenas abrir la puerta de la mansión, donde ella se sintió lo suficientemente cómoda para entrar sin mi permiso y ponerse cómoda en el salón.
    Por mi parte cerré la puerta tras de ella y camine en silencio, por mucho que odiará admitirlo ella tenía razón, y después de la apasionada noche que viví con Matt todo el cuerpo me duele; las piernas, las rodillas, el trasero y las caderas, incluso tomé unos analgésicos que Lauren guardaba, y aunque sí que me ayudaron, no fueron capaces de curar por completo el dolor que siento en todo mi cuerpo.
-¿Sin respuesta? Supongo que es vergonzoso hablar de que aún a su edad tiene ese tipo de actividad, ¡Vi como cabalgaba como una maestra! Hasta por un momento sentí envidia de haber robado tu cuerpo-
    Aunque ella se burlaba de mi, yo permanecía tranquila, sin darle la satisfacción de enojarme o responder desde el enojo, algo que Lauren pareció notar y que le hizo buscar otra forma de molestarme.
-¿Quieres algo de beber, Mathius? Tengo agua, té y quizás algún refresco-
-Que aburrida eres. No, no quiero nada de eso-
    Respondió de mala gana al mismo tiempo que yo me sentaba en el sofá justo frente a él.
-Esta bien, ya que dejamos las formalidades de lado me gustaría saber algunas cosas. A lo largo de estos seis días que he estado en tu antiguo cuerpo creo haber conseguido la mayoría de respuestas, pero por muchas vueltas que le di, hay preguntas que no supe responder. Si estás de acuerdo, me gustaría saber esos detalles sobre tu plan, Lauren-
    Ante mis tranquilas palabras, Lauren me veía con incredulidad, como si sospechará de mis verdaderas intenciones y por lo cual intentó ganar algo a cambio de la verdad.
-¿Y cómo por que debería ayudarla, señora?-
    Mirando al suelo, o más bien, a mis pechos ligeramente caídos y parte del suelo, pensé unos momentos antes de responder.
-Por que si me dices la verdad, tendrás la bendición para casarte con mi hija, y pagaré por su boda-
    Mi declaración tomó por sorpresa a la antigua Lauren solo un momento, pues al instante siguiente aquella maliciosa sonrisa que conocí desde el primer día volvió a aparecer en mi anterior rostro.
-¿En serio? Al venir aquí imaginaba obtener su bendición, señora, pero patrocinar la boda con su hija es mejor de lo que esperaba. Acepto su oferta, Lauren-
    Dijo extendiéndome la mano como muestra de compromiso, algo que acepté, estrechando su mano mientras le corregía con una amable sonrisa.
-Señorita Lauren, por favor. Debes ser amable, chico-
    Mi burlona y elegante respuesta no hizo feliz a la antigua Lauren pero ella no se quejó y en su lugar siguió con nuestra conversación.
-¿Qué quiere saber?-
    Su pregunta era directa, pero negué con la cabeza.
-Antes de eso quisiera estar segura de si todo lo que sé es correcto, ¿le molesta si hago un resumen?-
-¿La abuela quiere recordar las cosas como en sus novelas? Esta bien, supongo que puedo darle ese gusto-
    Una vez más Mathius intentaba sacarme de mis casillas, pero mi sonrisa no desaparecía ni le respondía de forma agresiva, en su lugar organicé mis ideas para comenzar a decirle todo lo que sabía hasta el momento.
-Comenzando por lo evidente; el cambio de cuerpos estaba planeado, todo este "juego" lo planeaste desde hace mucho, y aunque querías que pareciera "un juego justo", desde el principio estaba amañado para que tú ganarás; tenías cámaras vigilándome todo el tiempo y mientras me vigilabas, tú en mi antiguo cuerpo movías tus piezas para quedarte con Giselle; de cierta forma lograste tu objetivo, pero no como lo tenías previsto, ¿O me equivoco?-
    Mathius chasqueó la lengua en respuesta, poniendo mala cara y desviando la mirada.
-Hasta ahí vas bien, Lauren-
-Señorita Lauren-
-... Hasta ahí vas bien, señorita Lauren-
    Después de corregirlo me sentí un poco más tranquila, lista para comenzar a preguntar las cosas realmente importantes.
-¿Esos libros mágicos en verdad nos hicieron intercambiar de cuerpos? Todo el tiempo creí que así era, para mi era importante recuperarlos para volver a la normalidad. Sin embargo, no he tenido oportunidad de leerlos-
    El chico pareció dudar de responder, quizás aún tenía sus dudas sobre porque hacía esa pregunta, pero manteniéndose fiel a su palabra, él me respondió.
-Sí, uno de esos libros funciona de verdad... es difícil lograrlo, pero sin duda uno de esos libros es el responsable. En otro momento podría decirle el nombre, pero no hoy ni mañana-
-Comprendo tus reservas al responder, chico-
    Dije con una ligera sonrisa antes de pasar a mi siguiente pregunta.
-Entonces la magia o hechizo o lo que sea que hiciste de verdad funcionó. No obstante, no lo hizo como tú querías, ¿Cierto?-
    La frustración en el rostro de Mathius era un poco más evidente, pues parecía que su plan maestro era más simple de lo que él imagino, y tener tantos aciertos de mi parte no le estaba gustando.
-No... no sé si fue mi error o culpa de "él". La idea era que el cambio también alterará tu mente...-
-Al decir eso te refieres a los "impulsos femeninos", ¿No es así?-
    Interrumpí sus palabras y pude ver como asentía.
-Sí, la idea es que esos impulsos femeninos te volvieran loca... quería que te volvieras una adicta al sexo y fuera de hombre en hombre para que no me dieras problemas en mi nueva vida, pero como sabemos, no salió como quería-
    Con esas palabras dichas por Mathius mi cabeza se llenó de pensamientos comprometedores, viéndome a mi misma sucia y utilizada por muchos hombres a la vez. Sinceramente era tentador, era encantador, y quizás en otras condiciones un futuro así para mi hubiera sucedido, pero gracias a alguien pude evitar ese destino y controlar mis deseos femeninos... o al menos controlar gran parte de ellos.
Créditos a quien correspondan.
-Matt cambió los planes por completo-
    Mathius suspiró en respuesta y se dejó caer en el respaldo del sofá.
-¡Por supuesto! Sabía que ese imbécil estaba enamorado de mi, pero pensé que solo era otro joven pervertido del montón y terminó causando muchos problemas a mis planes-
    Aunque escuchar como llamaban imbécil a mi novio no me gustó para nada, intenté mantenerme diplomática para no arruinar la conversación. Además, si que había algo que podía decir sin perder la elegancia.
-Matt es único, tú mismo lo comprobaste-
-No exageres, señora. Solo tuviste suerte, lo vi una sola vez para dejar los libros en la librería.... y de todas las posibilidades, ese mocoso se volvió a cruzar en mi camino al salvarte-
    Esas palabras me hicieron dar una pregunta más.
-¿Usted planeó que me acosaran en la librería?-
-Por supuesto que no, solo tuviste mala suerte por estar en el camino de ese imbécil. Ni yo podría haber planeado eso, ni mucho menos pude planear que un mocoso universitario se metiera en una pelea para ir a tu rescate-
    La frustración en la forma de hablar de Mathius era evidente, lo cual me hizo soltar una pregunta realmente mezquina.
-¿Celos?-
-Ya quisieras, abuela-
-Solo quería esta segura-
-Pensaba llevarte a ver chicos o incluso enviarlos a mi mansión, pero debido a tu universitario los planes cambiaron. Sí, fue frustrante no corromperte por completo, sin embargo gracias a ese mocoso no creo que quieras volver a la normalidad, ¿o si?-
-No lo sé, aún tengo algo de tiempo y no ganó nada respondiendo tus preguntas. Eso esta fuera del trato-
    Respondí con una elegante sonrisa ante su provocación, cada vez era más sencillo, solo tenía que sonríe y verme bonita para sacar más y más de sus casillas a Mathius que intento burlarse de mi o sacarme información sin mucho éxito.
-Volviendo al tema, tú plan era volverme una rubia idiota adicta a los penes, tal como la verdadera Lauren, pero solo pudiste ver como alguien me enamoraba... No era lo que tenías en mente, y aún no tienes garantía de que no intenté volver a mi cuerpo, por eso estás tan frustrado y precavido-
    Esta vez no respondió, aunque realmente no me importaba, yo ya tenía la información que quería sobre mi antigua vida, así que solo faltaba responder a un tema en particular.
-¿Tú odias o amas de una forma muy retorcida a mi hija?-
    La pregunta pareció confundir un poco a Mathius, así que me tomé la molestia de explicar.
-Usted sabe, Giselle me dijo que su madre le robaba a los novios y tenía miedo de que usted hiciera lo mismo conmigo, por eso siempre evitaba reunirnos. Aún así, Giselle la amaba, mi Giselle ama a su madre, pero no sabía si podía o no confiar en ella... De cierta forma Giselle se estaba protegiendo al no reunirnos, porque en el peor escenario, Giselle se quedaba sin madre y sin prometido. Y aún con eso, también hay otro motivo detrás de todo esto, ¿verdad?-
-¡Maldita perra pretenciosa!, a Giselle nunca le gustaron los chicos tontos... sin duda odio tener que lidiar con gente como tú...-
    Fue su tajante respuesta, la cual me dejaban imaginando algunas cosas que el mismo Mathius me iba a aclarar.
-No odio a mi hija.... la amo demasiado y no quería verla con cualquier idiota.... pero tienes razón, no es el único motivo... yo estaba celosa de ella. Si crees que mi hija es hermosa, deberías ver mis fotos de cuando yo tenía su edad, era mucho mejor en todo sentido, y perdí todo eso cuando quede embarazada-
    Explicó dejando salir un poco de su frustración contenida durante tantos años.
-Mi cuerpo es hermoso pero nunca volvió a ser el mismo tras el embarazo, y la muerte de mi marido no ayudó.... acostarme con los novios de mi hija me hacía sentirme joven otra vez, y ese es el motivo por el cual intercambie de cuerpos contigo: quería ser joven otra vez, pero no quería perder a mi hija, por muy linda que ella sea robar su cuerpo no era una opción, y aunque podía tomar muchos otros cuerpos, no podría estar tan cerca de mi hija como antes de que ella descubriera que me divertía con sus novios-
    Ser joven otra vez... esas palabas no dejaban mi cabeza, pero no podía perderme por completo en ellas, ya que Mathius seguía hablando.
-No fue personal, chico. No me interesa mucho ser un hombre, pero si para ser joven otra vez y estar con mi hija debo ser hombre, lo haré.... y debo decirlo, esta semana saliendo con mi Giselle, besándola y pasando la noche con ella desnuda en mis brazos ha sido la mejor semana que he vivido en muchos años-
    Una pequeña mueca apareció en mi rostro, pues por mucho que me estuviera esforzando oír eso me dolió. Todavía tengo sentimientos por Giselle, sin embargo, esos sentimientos son muy complicados al saber que ya no es mi Giselle, quizás nunca lo fue y ahora que ella está con alguien mejor recién me doy cuenta de esa realidad.
-Entonces querías sentirte joven otra vez y estar cerca de mi hija.... puede que tú plan fallará en algunos detalles, pero hasta este momento, no lo has hecho tan mal, muchacho-
    Respondí con calma, desviando la mirada para ocultar mi expresión afligida que rápidamente intente disimular.
-Una pregunta más. Te comprometiste a mis espaldas con mi hija, y le diste el anillo de sus sueños... ¿Qué sucedió con el anillo que yo elegí?-
    Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro antes de responder.
-Es una sorpresa para más adelante. Me niego a decir más al respecto-
-Entiendo-
    Susurré mientras me ponía de pie y caminaba para ponerme frente a Mathius.
-Solo tengo una pregunta más antes de terminar con esto-
    Sin levantarse de su asiento, Mathius me miró confundido y preguntó.
-¿Qué mas quieres saber, Laure... señorita Lauren?-
Créditos a quien correspondan.
    Lo pensé una vez más antes de tomar mi decisión, meditando seriamente sobre hacer esa declaración. Por un momento, solo por un pequeño momento titubee, pero al recordar en mi mente los días que he pasado con Matt, pude sentirme tranquila de mi respuesta.
-¿Qué planes tiene a partir de ahora?-
    La expresión de Mathius valía oro, creo que estaba preparándose para cientos de preguntas invasivas o agresivas, así que preguntar eso de forma tan casual lo desarmó por completo.
-¿A que te refieres, Lau... señorita Lauren?-
-Que cruel eres al obligarme a decirlo, ¿sabes? Pero esta bien...-
    Susurré y me armé de valor, inflando de aire mi muy pronunciado pecho antes de suspirar y extender la mano a Mathius.
-Has ganado la apuesta, Mathius. Cumpliste tu cometido, yo definitivamente no quiero regresar a mi cuerpo ni a mi anterior vida, quiero vivir mi vida como Lauren por el resto de mis días... lo único que me gustaría pedirte, es que seas amable con mi hija-
    La antigua Lauren parecía confundida e incrédula, ella dudaba de mis palabras, y sinceramente lo entiendo.
-Hablo en serio... si te sirve de algo no lo hago por ti, lo hago por mi, ya que ahora que soy Lauren, estoy perdidamente enamorada de mi Matt. No quiero perderlo ni alejarme de su lado, y si debo ser una mujer viuda y vieja para estar con él, con mucho gusto aceptaré ser una mujer para estar con mi querido muchacho-
    Usando el mismo razonamiento que la vieja Lauren utilizó deje en claro que no lo hacía por ella, incluso no lo hacía del todo por Giselle, lo hacía por mi y mi nueva relación.
-Volverme una mujer vieja me aterraba, de verdad que la pase mal en su cuerpo los primeros días... pero desde que conocí a Matt todo ha mejorado; me he sentido amada y protegida, soporto que fuera una idiota con él, me defendió en cada ocasión y me ayudó sin siquiera pedirlo, Matt ha confiado ciegamente en mí y se ha ganado un cariño muy especial de mi parte... Nunca pensé que me podría enamorar de otro hombre, pero la realidad es que dejé de ser hombre hace unos días, ¿y sabe? Estoy realmente feliz de ser una mujer, de ser la mujer de mi Matt, y no pienso dejar a mi hombre tan fácilmente. Usted ganó, no tengo intención de ser Mathius ni un día más, quiero quedarme como Lauren y disfrutar de la vida a lado de mi universitario-
    Mis palabras parecían resonar en la anterior dueña de este cuerpo, quien de forma tímida acerco su mano con la mía, estrechándolas una vez más para finalizar con esta apuesta.
-¿De verdad?, ¿Lo dices en serio?-
    Preguntó sin agarrar muy bien mi mano.
-Lo digo muy en serio, Mathius. Conseguiste lo que querías, has ganado en tu juego y yo me quedo en tu cuerpo y tú en el mío. Hagamos de cuenta que esto nunca pasó, y tú siempre has sido Mathius y yo siempre he sido Lauren-
    El joven lentamente estrechó mi mano con una sonrisa nerviosa mientras yo sonreía muy contenta de nuestro acuerdo, en el cual había ganado mucho más de lo que imaginé, y que aún con mis ganancias, hacía falta extender un poco más mi racha ganadora.
-¿Tenemos un trato?-
    Pregunté sonriendo, consiguiendo que al fin Mathius se viera un poco contento y respondiera.
-Tenemos un trato, Lauren... ¿Qué estás haciendo?-
    La sonrisa de Mathius desapareció cuando nuestras manos se alejaron e inmediatamente yo me bajé el vestido para dejar a la vista de él mis enormes pechos que alguna vez él conoció muy bien.
Créditos a quien correspondan.
-¿Te gusta lo que ves? Son algo viejas pero muy grandes-
    Dije levantando mis pechos con mis manos, algo que hizo a Mathius sonrojarse y molestarse, tratando de subirme el vestido, cayendo en mi trampa tal como imaginé.
    Justo cuando sus manos tocaron el vestido bajo mis pechos, yo le di una fuerte bofetada; el golpe me dejó ardiendo la mano, tal vez le dolieron más a mis viejos huesos que a Mathius, pero ver su expresión molesta y confundida por lo que hacía era más de lo que pude desear.
-Listo, ahora soy yo quien puede chantajearte-
    Sus ojos se abrieron como platos ante mis palabras, llevando una de sus manos hasta la mejilla que golpee y luego mirando a una dirección donde apunte; señalé donde estaba la cámara oculta de Lauren, solo que en lugar de su cámara, estaba mi celular grabando toda nuestra conversación. 
-Debiste dar un último vistazo a las cámaras antes de entrar, Mathius. De haberlo hecho, podrías evitar que tuviera evidencia de ti "tocando de forma indebida" a la madre de tu prometida-
    Mathius se puso rojo en un momento, no sé si fue por la vergüenza o por la ira, pero él no podía ocultar su reacción y mucho menos podía reclamar en mi contra.
-¡Eso es jugar sucio!, ¡Giselle nunca creerá eso!-
-Bueno, quizás, pero tengo el vídeo de como me tocaste y mi muchacho universitario tampoco estará feliz de ver ese video. Incluso si eres mayor que él, estoy segura de que puede darte una paliza. No serías el primer imbécil en su lista-
    Seis días, viví seis días infernales por culpa de esta horrible persona, sus mentiras, engaños y chantajes, así que devolverme el favor con sus propios trucos me daba una satisfacción que casi igualaba lo bien que me sentía al estar en la cama con Matt.
-Hagamos esto de forma sencilla, Mathius: quita las cámaras de mi casa, ni una palabra o truco barato más para intentar joderme, asegúrate de cuidar muy bien a mi hija y trabajar duro para cumplir con todos sus caprichos, ¿Por qué sabes algo? Después de que pagué la boda, se acabó tu dinero: Yo soy Lauren y esta mansión es mía, y la multimillonaria herencia de mi esposo también es solo para mi. Se acabaron los lujos en tu vida, tendrás que trabajar todos los días para pagar la renta, la comida, y cuidar de mi hija, ¿Te quedo claro?-
    Sembrar confianza en Mathius solo para destrozarla de la forma más aplastante eran bellísimo; ahora yo podía chantajearlo en cualquier momento, por no decir que acabó de arruinar sus planes si quería vivir de su antigua herencia, no más lujos ni casa bonita, Lauren tendría que trabajar todos los días por primera vez en sus dos vidas si quería llegar a final del mes, esta mujer lleva años viviendo del dinero de alguien más, así que nada me emociona más que imaginarla trabajar todo el día para intentar llegar a fin de mes en su nueva vida.
-Esa herencia es mía...-
    Susurró con la cabeza baja, a lo que yo corregí.
-Era tuya, pero ahora yo soy Lauren y todo esto que ves aquí, me pertenece, ¿Y sabes algo más? Ni siquiera cuando muera verás algo de esto, porque todo se lo daré a alguien más-
    Mathius de inmediato entendió a que me refería y negó con la cabeza.
-¿Le dejarás todo a Matt? Es imposible, no puedes darle una herencia a alguien con....-
    El propio prometido de mi hija detuvo sus palabras al darse cuenta de la situación.
-No me jodas... ¿en serio estás pensando en eso?-
-Como te dije antes, no ganó nada respondiendo tus preguntas, así que no lo haré, pero si tú quieres que pagué tu boda con mi hija. Dime, ¿Aceptas mis últimas condiciones?-
    Una vez más le extendí la mano, la misma mano que abofeteo su mejilla ahora estaba frente a él para aceptar mi trato y dar por concluida nuestra disputa. 
    Mathius negó con la cabeza, incluso creo que sonrió solo por un momento antes de tomar mi mano y aceptar el trato.
-Bien jugado, maldita. Acabas de cerrar el trato de tu vida, haré lo que dices y me llevó el secreto a la tumba, más te vale hacer lo mismo, bruja-
    Dijo sin ocultar su hostilidad hacia mí, pero sabía que no podía hacerme nada, ambas lo sabíamos; tenía vídeos, tenía pruebas, tenía el dinero y tenía amor, tenía mucho más de lo que ninguna de las dos imaginó, y aunque perdí la apuesta con la vieja Lauren, sin dudar gané la guerra contra Mathius.
-Cielos, por hoy esta bien pero más te vale tratarme como una dama frente a mi hija, y sobre todo frente a mi novio-
    Dije con una sonrisa tranquila, caminando hacía la puerta donde Mathius me siguió en silencio.
-Fue un placer conocerte, Mathius. Es lindo saber que mi hija tiene un buen novio y estaré ansiosa por ayudar con los preparativos de su vida. Solo recuerda que no iré sola a la boda, espero no sea un problema que lleve a mi novio como acompañante-
    Con esa orgullosa declaración solo hice que Mathius agachará la cabeza y saliera de casa totalmente derrotado.
-Lo tendré en mente, señorita Lauren-
    Con todos los problemas resueltos sonreí al despedir a Mathius, cerrando la puerta de mi mansión y quitándome el vestido para caer casi desnuda en el sofá.
-Una boda... espero que la boda de mi hija sea hermosa-
    Susurré con alegría pensando que todos mis problemas habían terminado para dar inicio a la organización de una boda, de la cual hablaría con mi adorable Matt una vez que llegará a casa. Tuve que sacarlo un rato de casa para que Mathius bajará la guardia y sin duda funcionó, pero ahora que estaremos solos y sin las cámaras, estaré esperando a mi novio en la sala para darle una bienvenida que nunca olvidará para celebrar nuestra relación, y por supuesto, celebrar el compromiso de mi pequeña hija Giselle.
Créditos a quien correspondan.

2 comentarios:

  1. Poco a poco llegamos al final de está hermosa historia

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    1. Usted lo ha dicho, Chimada. La próxima semana es el último capítulo de está historia que espero haya podido disfrutar de principio a fin.
      -Nero.

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