Arturo era un adorable niño pequeño que vivía con sus padres, aunque pasaba la mayor parte del día con su niñera o estando solo; para Arturo esto no era un problema, el niño era maduro y entendía muy bien que sus padres tenían que trabajar para tener su casa, comida y muchas cosas bonitas; el niño de verdad que comprendía esa parte a la perfección, sin embargo, en muchas ocasiones no dejaba de sentirse solo o descuidado por mamá y papá.
Uno de tantos ejemplos fue su deseo de aprender a andar en bicicleta; donde sus padres no dudaron en comprarle una bicicleta excelente, con muchas velocidades y del color favorito del niño, por desgracia para Arturo ninguno de sus padres tenía tiempo para enseñarle a andar en bicicleta, y aunque su niñera se ofreció a enseñarle, el chico esperaba que su padre o su madre pudieran pasar algo de tiempo con él para enseñarle a usar su nueva bicicleta, y una vez que aprendiera, demostrarle a sus padres lo rápido que podía ser manejando su bici.
En uno de sus paseos regulares por el parque, algo llamó la atención del niño, pues sin previo aviso ni recordarlo, ahora en el parque había un lindo pozo de los deseos; estaba hecho con piedra y parecía algo antiguo, Arturo había estado justo ahí muchas veces y estaba seguro de que no lo había visto, sin embargo como todo niño curioso, Arturo pidió una moneda a su niñera para lanzarla al pozo, esperando que su deseo se haga realidad.
A la mañana siguiente cuando despertó, Arturo pudo darse cuenta que su deseo se cumplió, aunque lo hizo de una forma diferente a la que imaginó.
El chico deseo "saber andar en bicicleta y que todos me vean", pensando que si era muy bueno usando la bicicleta sus padres le pondrían algo de atención. Sin embargo, el deseo de Arturo se cumplió pero no enseñándole a él a usar la bicicleta o haciendo que sus padres le prestarán atención, lo que sucedió por culpa de su deseo fue que el niño despertará en otro cuerpo, en el cuerpo de una hermosa ciclista profesional que sabía andar en bicicleta a la perfección y que también era el centro de atención en cada una de sus competencias.
Alberto no estaba contento con el resultado, pues él nunca deseó convertirse en una niña ciclista, aunque llamarla a ella de esa forma era un gran error que en poco tiempo Alberto Aprendió.
El nombre de la chica era Karla, una soltera de cabello oscuro, con largas y fuertes piernas, además de un buen trasero debido a tantos años entrenando duro; ella tiene 27 años, 20 años más que Alberto, y era una ciclista profesional desde corta edad; quizás Karla no era tan conocida como cualquier atleta masculino, pero en su campo, ella era toda una profesional cuya belleza solo se podía comparar con su habilidad.
Aún así, la belleza de Karla no era algo que le interesará a Alberto, lo que realmente llamó la atención del chico fue la bicicleta de Karla; una asombrosa bicicleta profesional monocromática; la bici era la más cara y mejor equipada que había en estos momentos, y aunque la bici que le compraron sus padres era increíble, la bicicleta de Karla era super increíble en opinión de Alberto.
Encantado con la bicicleta de Karla, Alberto se armó de valor para intentar andar en bici, dándose cuenta que podía manejar como todo un profesional, o más bien, como toda una profesional al haber conservado las grandes habilidades de ciclista que tenía Karla; quizás el niño no entendía como hacía lo que hacía, pero podía hacerlo y eso era más que suficiente para sentirse feliz de andar en bicicleta por su cuenta.
Después de su primer paseo en bicicleta, Alberto comenzó a pensar que el deseo que le cumplió el pozo de los deseos no era tan malo, y aunque él no pensó convertirse en una niña, ser una niña grande a cambio de ser tan bueno usando la bicicleta le parecía justo.
Desde entonces han pasado varios meses donde Alberto se acostumbró a ser mujer, aprendió a cuidar de si misma, comenzó a actuar más femenina y ha madurado de forma asombrosa para vivir su vida como Karla, una bella ciclista profesional que siempre intenta mejorar. Volver a su cuerpo hace mucho dejo de estar en sus planes, pues el chico no está dispuesto a perder su genial bicicleta, ni su hermoso cuerpo, ni la atención de todo mundo para volver a ser un niño pequeño cuyos padres apenas recuerdan su existencia, ¡Ahora como una ciclista profesional todo mundo la mira! Y eso es mucho mejor que tener unas vagas miradas sin atención por parte de sus padres.
Por otra parte, la antigua Karla tampoco tiene interés en regresar a su cuerpo, pues ahora como un niño pequeño sin mucha supervisión puede vivir una vida libre de preocupaciones, dedicando todo su tiempo a recuperar sus habilidades como ciclista; como mujer ella no tenía tantas oportunidades como los hombres, pues más que por su habilidad, buscaban a Karla por su belleza, algo con lo que siempre estuvo en desacuerdo; puede que Karla no tenga la menor idea de porque un día despertó en el cuerpo de un niño pequeño, pero no dudó en sacarle ventaja, tomando la identidad de Alberto para entrenar desde pequeño y volver a convertirse en profesional; está vez siendo un ciclista profesional que espera tener mucho más éxito y reconocimiento, tal como le pidió a un curioso pozo de los deseos.
Vaya suerte xd
ResponderBorrarComo usted dice, 222.
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muy buena historia
ResponderBorrarGracias por decirlo, anónimo. Una más de sus peticiones que ya están por terminar.
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Genial historia 🚴♀️
ResponderBorrarGracias, anónimo. Está es una de las peticiones de la comunidad, así que me alegra la disfruten.
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