viernes, 13 de septiembre de 2024

Brittany y Bruno

-¡Bruno!, ¡Bruno!, ¡Bruno!, ¡Ya te dije que no quiero verte solo en mi ropa interior!, ¡Ponte la ropa que te elegí y vete a tu habitación mientras busco como volver a la normalidad!-
    No pedía, exigía a gritos Brittany, sin conseguir que su hijo Bruno le obedeciera o siquiera le prestará algo de atención.
-¡Bruno!, ¿Me estás escuchando?-
    Preguntó un poco más molesta Brittany, mirando a su hijo quien no se dignaba en mirarla de vuelta, más bien el niño solo veía el espectacular cuerpo de su madre y de un momento a otro hizo algo que avergonzó por completo a la mujer.
-¡Ya te dije que no estés tocando ahí!-
    Brittany, dentro del cuerpo de su hijo, se lleno de vergüenza y usaba sus nuevas pequeñas manos para hacer que su propio cuerpo de mujer dejará de estrujarse los pechos, y una vez que lo consiguió, Bruno solo se volvió a reír para seguir jugando con el cuerpo de su madre.
-Hablo en serio, jovencito. Estarás castigado si no me obedeces-
    Amenazó una vez más la mujer, que con horror se quedó sin palabras ante la fría y cínica respuesta de su hijo ladrón de cuerpos.
-Ya cállate, mamá. Vete de mi cuarto, no molestes-
-¿Qué dijiste, Bruno?-
-Que te calles, mamá. Y quiero que te vayas de mi habitación-
    El niño no solo tuvo el valor de responder a su madre, también le señaló la puerta y le chasqueó los dedos para que ella se diera prisa en marcharse, lo cual solo despertó aún más la furia de aquella humillada mujer.
-Bruno, creo que se te está olvidando que eres mi hijo, y que yo soy quien da las órdenes aquí. No voy a permitir que me vuelvas a hablar así, y si se te ocurre contestarme o levantarme la voz te arrepentirás por mucho tiempo-
    La madre estaba haciendo su mejor esfuerzo para no disciplinar físicamente a su hijo, explicando lentamente la situación y amenazando con un castigo ejemplar una vez que ella volviera a la normalidad. Sin embargo, todo ese acto de la mujer, solo hizo que su hijo pusiera los ojos en blanco, para momentos después dedicarle una mirada llena de arrogancia cuando se ponía de pie.
-No, mami. A ti se te está olvidando que ahora yo tengo tu cuerpo, así que yo mando en esta casa y se hará lo que yo diga. Si tienes un problema con ello, vete a tu habitación-
    Bruno ahora en el cuerpo de su madre, utilizó las mismas amenazas que usaba su madre con él todo el tiempo, algo a lo que la mujer no supo como responder, balbuceando la primer cosa que llegó a su cabeza.
-¡Bruno!, ¡Soy tu madre y me tienes que respetar!-
    El niño de manera burlona miró alrededor de la habitación, agachándose para estar a la altura de su antiguo cuerpo mientras estrujaba sus nuevos pechos.
-No, tú eres Bruno y yo soy tu madre, ¡estas cosas enormes son de una mamá! Y ahora que yo soy mujer, tú tienes que ser un buen niño y me tienes que respetar-
    Las palabras de Bruno terminaron cuando él despeinó el cabello de su antiguo cuerpo, un pequeño e infantil cuerpo de un niño de 10 años donde ahora estaba atrapada su madre de más de 40 años.
-Bruno, ya te dije que te pongas ropa, que dejes de tocar mis pechos y que me devuelvas a mi cuerpo, ¡tienes 5 segundos para obedecerme o si no.... ¿Bruno?, ¿¡Bruno!?, ¿¡Qué estás haciendo!?-
    La mujer intentaba sonar intimidante, amenazando con dureza a su hijo para que le obedeciera. Sin embargo esa técnica no iba a funcionar más ya que ahora Bruno tiene un cuerpo más grande y fuerte con el cual fácilmente podía tener bajo control a su madre, demostrándolo en el momento que tomó la muñeca del chico para obligarlo a caminar con ella.
-Te estoy castigando, mamá. Si tú no me obedeces, estarás castigada, así es como tú me enseñabas-
    Brittany intentó oponerse, pero incluso después de tirarse al suelo, no pudo evitar la marcha de su antiguo cuerpo que la arrastraba hasta una habitación.
-No saldrás de aquí hasta que te disculpes, hijo-
    Dijo con una gran sonrisa Bruno al encerrar en su antiguo cuarto infantil a su antigua madre.
-¡Bruno!, ¡No puedes hacerme esto!, ¡Estarás en muchos problemas cuando recupere mi cuerpo!-
    Gritaba con vergüenza y desesperación Brittany, que no pudo hacer nada más que quejarse y golpear la puerta de su nueva habitación donde estaría castigada hasta que se disculpe con su nueva madre.
-No vas a recuperar tu cuerpo, mamá. Ni siquiera sabes como lo perdiste, así que acostumbrarte a ser mi hijo, Bruno-
    Brittany se quejaba y golpeaba la puerta al mismo tiempo que intentaba recordar todo lo que sucedió para terminar de la forma que ahora estaba.
    Ella es una madre soltera que a pesar de su edad conserva una muy buena figura, pasando más tiempo en el gimnasio y en el salón de belleza que con su hijo Bruno, a quien siempre castigaba o trataba de forma muy estricta cuando el niño intentaba llamar su atención.
    Esta mañana no parecía ser diferente, con la madre dejando a solas a su hijo mientras ella se iba al gimnasio. Bruno no quería quedarse solo, pero a su madre poco le importó lo que él quería, dispuesta a irse al gimnasio hasta que su hijo volvió a llamarle la atención.
    La mujer ya estaba lista para castigar a su hijo y mandarlo a su habitación, así que cuando el niño le regaló "una bebida" a su madre para el gimnasio, la mujer la bebió justo frente al chico y de inmediato averiguó que algo tenía esa bebida.
    En cuestión de segundos Brittany estaba dentro del cuerpo de su hijo Bruno, a su vez Bruno estaba en el cuerpo de su madre Brittany divirtiéndose a costa de la humillación total de la mujer, quien no ha tenido más remedio que quedarse en casa para lidiar con su hijo como pocas veces ella hacía.
    Por desgracia, Brittany muy tarde se ha dado cuenta que no bastaran gritos, amenazas o castigos para solucionar este problema, pues ahora que estaba atrapada en el pequeño cuerpo de su hijo, era víctima de los mismos castigos que ella utilizaba con Bruno.
    Ahora la mujer tendrá un tiempo en su habitación para reflexionar que fue lo que su hijo le dio de beber para robarle su cuerpo, y tratar de pensar en una forma de volver a la normalidad. Sin embargo, ella debería darse prisa en encontrar una solución, pues mientras Brittany está castigada, su hijo Bruno en el cuerpo de la mujer ya se está poniendo muy cómodo con el poder obtenido al convertirse en mamá y los beneficios de un cuerpo adulto que ahora puede explorar; comenzando por toda la ropa sexy que su madre usa, conociendo cada detalle de su nuevo cuerpo, y con algo de suerte, hasta podrá aprender a utilizar el juguete escondido en la habitación de su madre con el cual se relaja todas las noches.
Créditos a quien correspondan.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por todo lo que haces me encanta tu trabajo espero que sigas complaciendo nos con cada nueva historia un saludo cordial buenas vibras

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  2. Me encantas las historias de madres e hijos, mas si son pequeños. Gran trabajo

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