lunes, 16 de diciembre de 2024

¡Mamá no deja de molestar!: Lo que sea

-Debo hacer algo... no puedo ser tan patético, no puedo defraudar a Maya-
    Todo el camino a casa me estuve lamentando por lo que hice. o mejor dicho por lo que no hice, recordar lo amable que fue Maya conmigo y como me sonreía solo me hacía sentir peor al recordar que yo no estuve ahí para ella. Sé que apenas la conozco, recién fue su primer día en la escuela, pero de entre todas las personas ella ha decidido estar cerca de mi y darme su confianza, la cual he defraudado al no apoyarla con su club.
-Mañana le compraré el almuerzo... espera, ya no tengo dinero para el almuerzo... entonces debería preparar un poco más de comida... ¿y si Maya lo rechaza?... No, es imposible que ella haga eso... aunque después de haberla dejado por su cuenta no me sorprendería que Maya no quiera pasar más tiempo conmigo-
    Intentaba pensar en algún cambio o solución, debía haber alguna manera de enmendar mi error para no perder a mi primer amiga de la escuela. Sin embargo, cada que intentaba pensar en una solución, mi mente ya tenía varios inconvenientes a dicha alternativa, repitiendo el proceso una y otra vez hasta que llegué a casa. Después de chocarme varias veces contra muros o poster por venir perdido en mis pensamientos. 
-¿Cómo podría disculparme con Maya?-
    Me pregunté al buscar las llaves para abrir la puerta principal, entrando en casa y anunciando mi llegada como hacía todos los días, solo que mi "Ya estoy en casa" no fue respondido por dulces palabras de mi madre que me invitaba a pasar a la cocina para cenar, en lugar de eso hubo una respuesta cruda y hasta un poco deprimente.
-¿Y a mi que me importa que ya hayas llegado? No, de hecho sí me importa. Tengo hambre, así que prepara algo de comer, "hijo"-
    La suave voz de mamá ahora era una voz cargada con molestia que no venía desde la cocina, venía desde la sala de estar donde me puse rojo de la vergüenza al ver en que situación se encontraba "mamá".
-¿¡Qué haces así, Ricardo!?-
-¿Qué pregunta de mierda es esa, idiota? Estoy relajándome viendo el juego, me perdí muchos partidos por tu culpa, así que cállate y cocina a menos que quieras que yo misma te mande a la cocina-
    Cuando entre a la sala de estar pude ver la falda de mamá tirada en el suelo, los tacones y el saco a pocos pasos de distancia y el cuerpo de mamá estaba tumbado en el sofá viendo la televisión de la manera menos femenina que podía imaginar; los pies estaban sobre el sofá, algo que mamá odiaba que yo hiciera ahora su cuerpo lo hacía; con la blusa abierta casi por completo dejando a la vista su vientre plano y sus grandes pechos; por si eso fuera poco, estaba sentada con las piernas abiertas por lo que dejaba muy poco a la imaginación gracias a la posición y casi estar desnuda usando poco más que lencería. Si yo alguna vez hubiera intentado estar así de cómodo en la sala de estar, mamá no hubiera dejado de regañarme y estaría castigado un buen tiempo, por lo que ver a mamá actuando de una forma tan diferente a como ella es, solo es un recordatorio más de que ella no es mi madre, es mi bully que disfruta de atormentarme. Tan dedicado a hacerme la vida imposible, que no tuvo reparos en convertirse en una mujer para seguir humillándome.
-¿A que estas esperando?, ¿De verdad quieres que te recuerde quien está a cargo? Es tu última advertencia, mocoso-
    Sabiendo que Ricardo no sería paciente conmigo, solo asentí y salí corriendo a la cocina para preparar la cena. Desde anoche pensé en algo rápido para cocinar, muchos ingredientes estaban listos desde ayer, por lo que en poco más de media hora la cena estaba servida para mi falsa madre.
-No estuvo tan mal, idiota. Pero no te creas la gran cosa, todavía tienes mucho por mejorar en la cocina, y si quiero comer algo en especial, más te vale saber prepararlo-
    Tal como la última vez, de una forma cuando menos peculiar, Ricardo disfrutó de la comida que preparé, utilizó sus manos y su ropa para limpiarse las moronas de comida alrededor de los labios antes de extenderme su plato.
-Dame un poco más-
    Me exigió con la expresión molesta que parecía inamovible del cuerpo de mamá desde que ese problemático robó su cuerpo, forzándome a levantarme de la mesa y cumplir con su orden. A pesar de la forma en que exigía las cosas, poder levantarme de la mesa era un alivio, estar en la misma mesa que Ricardo era tenso y me hacía sentir nervioso todo el tiempo, por lo que cada que me levantaba de la mesa era una oportunidad de relajarme y recuperar el aliento para intentar soportar un poco más de tiempo a Ricardo.
-Aquí tienes-
    Él tomó el plato sin darme las gracias, volviendo a comer en un silencio tenso que solo era interrumpido por el sonido de los cubiertos. En este incomodo silencio podía encontrar la oportunidad perfecta de hablar con Ricardo sobre algo que quiero hacer, pero de lo cual necesitaré su permiso para lograrlo.
    Yo de verdad quería apoyar a Maya, quería pasar el tiempo con ella y quería unirme a su club del cual ni siquiera me dijo cual era el tema, quería disfrutar un poco de mi vida como estudiante y para cumplir con todo eso, debía armarme de valor y hablar con mi acosador, quien ahora ejerce todo su poder sobre mi tal como la "madre" que ahora es para mí, así como yo soy su "hijo" para ella.
-D-disculpa... R-Ricard-
-NO me llames así, ya te dije que soy tu madre-
    Interrumpió mis palabras sin siquiera voltear a verme, concentrado en su comida y dejando de lado como es que me sentía o lo que intentaba decir. Me costó todo el camino a casa y gran parte de la cena tener el valor necesario para hablar del tema, y antes de que pudiera decir algo al respecto, ya me estaba haciendo dudar de mi mismo.
-L-lo siento... mamá... ¿Cómo te fue en el trabajo?-
-¡Horrible!, ¿Qué esperabas que dijera? No me gusta trabajar, pero es mejor hacerlo que estar en la calle-
    Mi penoso intento de aligerar la conversación había fracaso, una vez más Ricardo me interrumpió, haciéndome sentir más pequeño de lo que ya soy y haciendo que el arrepentimiento creciera más y más. Con su forma de hablarme bastaba para sentirme como un idiota y que todo lo que hiciera sería inútil, o que sería cuestión de tiempo para agotar su paciencia y que pasará a las manos como antes ya había hecho.
    Lo sé, era una pésima idea, intentar pedir algo a Ricardo era como un suicidio. No había forma de que mi bully pudiera ser amable conmigo por una vez, no había manera de hablar o negociar con él, y no se me podía ocurrir ninguna forma en la que él estuviera dispuesto a dejarme estar hasta tarde en la escuela, pero aún con esa horrible realidad en mi contra, no sé que me sucedió cuando en voz baja murmure.
-¿Puedo unirme a un club?-
    Cuando dije esas palabras estaba sorprendido, no creí que de verdad fuera a decirlo, y Ricardo también parecía sorprendido por lo que hice, haciendo que mi bully dejará de comer un momento para mirarme por primera vez desde que llegué a casa.
-¿Qué dijiste, imbécil?-
-N-no... n-nada, y-y-yo no dije-
-¡Por favor! Por supuesto que dijiste algo, maldito. Que tenga el cuerpo de tu vieja madre no me hace sorda, así que ten lo necesario para repetir tus palabras, mocoso insolente-
    Su forma de hablar era grosera, fulminándome con su pesada mirada, todavía no me hacía nada pero ya podía imaginar como esta noche sería horrible por culpa de Ricardo, quien tal como un depredador, parecía saborear a su presa. En esos momentos intentaba pensar ¿Qué era peor? Si no respondía, Ricardo me molería a golpes por no obedecerlo, pero si obedecía y repetía mi petición, creo que también me golpearía además de que se burlaría de mi y negaría mi petición.
-L-lo siento... yo... y-yo me preguntaba... yo me preguntaba si ¿me darías permiso para unirme a un club después de la escuela?-
    La mirada pesada e intimidante de Ricardo no desapareció. Apoyó sus brazos sobre la besa y usó su mano derecha para sostener su barbilla mientras me miraba.
-¿Cómo por que debería darte permiso, imbécil? No gano nada dejándote correr por la escuela lejos de mi, ¿sabes?-
    Su respuesta fue cruel y directa, no muy alejada de lo que me imaginaba fuera a pasar. Por mucho que me pesará admitirlo, "mamá" tenía razón, ella no ganaba nada dejándome estar en un club escolar después de las clases, y aunque yo podía hacer algo para solucionar ese problema, la solución dependía por completo de mamá.
-L-lo sé... pero de verdad quiero unirme al club... p-por eso... ¿No hay nada que pueda hacer para tener tu permiso, mamá?-
    Por un leve momento la expresión llena de molestia en mamá pareció estar sorprendida por mis palabras, y entendiendo por completo lo que estás significaban, una sonrisa arrogante y maliciosa apareció en su cara al momento de responder.
-¿Qué quieres decir con eso, mocoso insolente?-
    Ricardo no era la persona más lista, pero hasta él pudo darse cuenta de como la situación era perfecta para seguirse aprovechando de mi, humillándome de paso al obligarme a decir que significaban mis palabras. Fingir inocencia siendo un bully enorme y musculoso era molesto, pero ahora que fingía inocencia con una expresión arrogante en su cara, en la antigua cara de mamá, me hace sentir emociones extrañas a las que será mejor no prestarles mucha atención.
-Y-yo... yo de verdad quiero unirme a un club escolar... ¿Hay algo que pueda hacer por ti para que me des permiso de unirme al club?... haré lo que sea-
-¿Lo que sea?-
-... Sí, lo que sea....-
    El rostro de mamá cambió de nuevo a una expresión nueva para mi, era una gran sonrisa maliciosa, parecía disfrutar demasiado de tenerme atrapado y de humillarme al ofrecer "lo que sea" a cambio de algo que ella podía darme sin ningún problema. Puede que ahora tuviera el cuerpo de una madre soltera rubia, pero incluso con ese cambio, se notaba demasiado que Ricardo disfrutaba de tener tanto poder sobre de mi.
-Lo que sea... lo que sea.. lo que sea-
    Murmuraba Ricardo con una enorme sonrisa, disfrutando de jugar conmigo, de molestarme para su entretenimiento y pensando en que podría hacer para castigarme está vez. Honestamente sea lo que sea que me pudiera pedir, sabía que no podía ser bueno. A diferencia de su acoso normal donde él pasaba por encima de mí, está vez yo le di, le suplique por hacerme lo que sea, con tal de tener su permiso para unirme a club, una oportunidad que una persona como él nunca iba a desperdiciar.
    Un sudor frío pasaba por mi espalda, las piernas me temblaban y no podía dejar de mover las manos o desviar la mirada en cualquier dirección que no fuera "mi madre", quien después de pensarlo por unos minutos, hizo crecer aún más su sonrisa al soltar su petición.
-¿Sabes algo? Usar tacones es una jodida molestia. Descubrí que puedo caminar con ellos, pero son de lo peor; los pies te duelen, debes mantener el equilibrio todo el tiempo, cada maldito paso que doy suena por toda la oficina y si usos esas porquerías es por obligación-
    El cambio de tema me tomó por sorpresa, pensé que Ricardo estaba a punto de decirme que es lo que él quería para dejar que me uniera al club en la escuela, pero en su lugar comenzó a hablar de lo difícil que es utilizar los tacones de mamá. Mamá era pequeña incluso con tacones, por eso le gustaba usar tacones alto todo el tiempo, algo que parecer ser todo lo contrario para Ricardo que al terminar de quejarse, hizo retroceder su silla, su sonrisa se ensanchó y levantó uno de sus pies para acercarlo a mi.
-Quiero que me des un masaje, perdedor-
    Mamá me mostraba una sonrisa descarada al decir su exigencia; podía ver sus lindas piernas desnudas, su cintura destacaba mucho por la ajustada ropa interior que llevaba puesta, incluso sus pechos se veía diferentes.... quiero decir, no es que vea a mamá de esa manera todo el tiempo, pero han pasado tantos años desde que mamá se mostraba tan ligera de ropa, ni por accidente le gustaría algo de esto, pero en los últimos días he visto cada vez más a mamá en ropa interior... y por eso me he comenzado a dar cuenta de más cosas de su cuerpo que quedaban ocultas bajo su ropa. No solo tiene una cara linda incluso con esa malvada sonrisa, su cuerpo parece más joven de lo que en realidad es, hasta podría parecer mi hermana mayor... incluso sus pulseras en las muñecas, el anillo en su dedo y el esmalte en sus uñas de manos y pies, había tantos detalles de mamá que había pasado por alto a lo largo de los años, y que ahora Ricardo me obligaba a mirar día con día para castigarme y a su vez darme cuenta de estos cambios.
-¿Perdón?-
    Fue lo único que pude responder después de oírla, escuche sus palabras pero me costaba creerlas, pensé que era una broma de mal gusto o algo por el estilo, que solo quería tomarme el pelo antes de darme una orden aún peor, estaba esperando algo más degradante, y ese algo nunca llegó.
-¿Además de perdedor eres sordo? Por eso no soporto a los idiotas como tú. Lo diré una vez más, y de hecho, por idiota agregaré más detalles: quiero que me des un masaje en los pies cada día después de trabajar, no me importa lo que hagas en el club o a que hora llegues a casa, si haces algo idiota y no vuelves por mi mejor. Lo único que me importa es que cada día donde yo trabaje usando estos malditos tacones, tú tendrás que ponerte de rodillas frente a mi y darme un masaje de pies mientras veo la televisión. También debes dejarme la cena lista porque yo no pienso cocinar, si fallas en darme un buen masaje y dejarme la comida lista, me encargaré personalmente de ir por ti cada día a la escuela para traerte a casa-
    A pesar de la sonrisa en su cara, la sonrisa no me daba confianza, era cruel y maliciosa de muchas formas; Ricardo estaba listo para castigarme e ir por mi a la escuela, y seguro que no sería nada lindo; tal vez no podría golpearme o regañarme, pero ya podía imaginar muchas formas en las que él podría humillarme al ser una madre preocupada que va por su hijo a la escuela; eso me haría el hazmerreír de todos y pasaría de lidiar con el acoso de Ricardo, a tener que lidiar con el acoso de todos los que se enteren de lo que sea capaz de hacer "mi madre" al ir por mi a la escuela. Apuesto a que ni siquiera Maya seguiría siendo mi amiga después de eso, y pensar en perder a Maya o que incluso ella me molestará sería lo peor en el mundo.
-P-pero... n-no crees... ¿no crees que es un poco injusto?-
    Dije con la cabeza gacha y sin mirar a Ricardo, quien comenzó a reír a carcajadas, haciéndome sentir mucho peor.
-¿Y qué? No estás en posición de poner exigencias, perdedor. Tú necesitas algo de mi, y yo estoy pidiendo algo a cambio de hacerte un favor-
    Como era de esperarse, Ricardo no estaba dispuesto a negociar, no tenía razón alguna para negociar, él podía poner las reglas que quisiera y yo podía decidir si aceptarlas o no... ahora que lo pienso, en algunos momentos ni siquiera tengo opinión y solo me queda aceptar hacer lo que él quiera, y está ocasión donde yo tengo la última palabra, solo me deja decidir a mi para humillarme aún más en el proceso.
-S-si... si acepto... ¿al menos podrías ponerte la ropa?-
    Mi tímida petición solo hizo que Ricardo se creciera, que usará un tono más burlón y condescendiente mientras movía los dedos de sus pies y se encargaba de destacar los atributos de mamá que me negaba a mirar.
-¿Qué pasa, pequeño idiota? Ya te dije que deberías agradecer que uso mi ropa interior en vez de estar desnuda. Además, ya que lo hablamos, ¿Tú madre era una pervertida o así es la lencería de todas las mujeres? Es pequeña y muy ajustada, siento como se mete en mi trasero o en mi cintura, además que algunos sostenes hace lucir más grandes mis pechos. Si me quito estas cosas, podría estar más cómoda, ¿no lo crees?-
    Al decir todas esas cosas incomodas y vergonzosas, solo me quede en silencio desvirando la mirada de mamá, hasta que por pura suerte me di cuenta que Ricardo intentaba desabrochar su sostén frente a mi.
-¡Por favor no lo hagas!, ¡Muchas gracias por usar eso frente a mi!-
-¿Cómo dijiste?-
    Me pregunto con una enorme sonrisa mientras yo podía sentir todo mi rostro ponerse rojo por la pésima elección de palabras que hice.
-¿Ves como sí eres un pervertido? Ahora me das un poco más de asco, perdedor. Agradecerle a tu madre por andar en lencería frente a ti, como si andar de esta forma lo hiciera para tenerte contento, idiota. Ninguna chica se sentiría cómodo estando así contigo presente, eso te lo aseguro-
    Sus palabras me dolieron más de lo que esperaba, y no podía argumentar nada en contra de ello ya que nunca había tenido una novia, mucho menos una imagen real tan cercana con una mujer... y por si eso fuera poco, la única "excepción" a mi falta de contacto con mujeres, era tener a mamá en lencería frente a mi... y ni siquiera era mi madre, era mi bully que disfrutaba de humillarme al usar a su antojo el cuerpo de mamá. Entre más lo pensaba, más deprimente era mi situación con las mujeres y el nulo acercamiento que he tenido a ellas en todos estos años. No me gustaba reconocerlo, pero en este caso particular, ser llamado "perdedor" no era algo tan equivocado.
    Al menos esa humillación hizo que Ricardo dejará la idea de quitarse la lencería, volviendo a ponerse cómoda en la silla y extender su pie hacía mi una vez más.
-¿Qué estas esperando? Es mi única oferta: dame un masaje en los pies todos los días al volver a casa y ten la cena lista para mi, si aceptas eso, podrás unirte a tu preciado club. Y si fallas, haré que estés tan avergonzado como para no dar la cara en tu club o en la escuela nunca más-
    Su oferta no era buena, era un trato totalmente desequilibrado a favor de Ricardo, y lo único que podía hacer en estos momentos era aceptarlo o no.
    Me quede en silencio unos minutos, mirando al suelo, pensando en que debería hacer, si de verdad valía la pena humillarme y castigarme tanto por la posibilidad de unirme a un club o si mejor debía buscar una forma de compensar a Maya por dejarla plantada. Ricardo no me daría mucho tiempo para decidir, su sonrisa arrogante se estaba desvaneciendo para volver a la expresión de enojo que siempre tiene, después de hacerlo esperar no se veía nada contento de mantener el pie en alto para que cumpliera con su exigencia.
    Yo no podía hacerlo, no podía decidir en estos momentos, y aunque el riesgo era enorme, sin tener el valor de mirar a la cara a Ricardo le susurré.
-¿Puedo decidir mañana?-
    La mirada de Ricardo en el cuerpo de mamá cambió una vez más, se volvió una expresión cansada más que molesta, como si estuviera fastidiada. Bueno, no me sorprendería que de verdad estuviera cansada a estas alturas, pues después de tanto insistir, mi decisión fue pedir más tiempo para decidir.
    "Mamá" se quedo en silencio unos instantes, suspiró y respondió.
-No podía esperar menos de un mediocre y jodido perdedor-
    Espetó de una forma llena de resentimiento y molesta, como si estuviera decepcionada de lo que hice... en realidad yo también me sentía un poco decepcionado de lo que hice, y por un momento pensé en cambiar mi decisión, pero cuando mamá se dio cuenta de que yo intentaba decir algo levantó la mano para interrumpirme.
-Cállate. No me hagas perder más mi tiempo, déjame disfrutar de mi cena-
    Cuando la voz de mamá dijo eso, no me quedaron más ánimos para discutir ni para mirarla a la cara, por lo que solo me volví a sentar en mi sitio para terminar mi cena mientras mi corazón se llenaba de arrepentimiento, en especial al pensar ¿Qué le diré mañana a Maya? Honestamente no lo puedo responder.
    El buen sabor de la cena que preparé quedo arruinada por todo lo que sentía, por las intensas y distintas burlas a las que me sometió Ricardo, y por la falta de coraje que yo tenía para tomar una decisión, ¿En serio la vergüenza de tocar los pies de "mamá" cuando estuviera ligera de ropa era suficiente para sentirme de esta manera?¿Ese castigo era tan malo como para alejarme de Maya? Si no puedo hacer algo tan simple como tocar a Ricardo en estos momentos, ¿Cómo puedo aspirar a recuperar mi vida y a mi madre? Había tantas preguntas dentro de mi cabeza que antes de poder notarlo, el sonido de los cubiertos sobre el plato me hicieron reaccionar.
-Termine. Lava los platos, limpia la mesa y no te olvides de cocinar para mí el desayuno- 
    Fueron las nuevas ordenes de "mamá" al momento de levantarse de la mesa, dejando un desastre a su paso y dándome una vista trasera de ella difícil de ignorar. Intentaba no mirar su cuerpo cuando ella se iba, pero unas últimas palabras se quedaron conmigo antes de que mamá se fuera.
-Tienes está noche para pensarlo. Mi oferta termina mañana, perdedor. Si no cumples con lo que pido para mañana después del trabajo, considera el asunto terminado-
    Mirándome con lástima y molestia, Ricardo suspiró, se dio la vuelta y se marchó. Dándome una última oportunidad de enmendar mi error y decidir si unirme al club de Maya vale la pena o no para soportar la próxima humillación que tiene en mente mi bully personal.

10 comentarios:

  1. Me encantó muchísimo que el prota al fin tengo un poco de iniciativa y e de decir que no espera está parte tan pronto

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    1. Gracias por comentar, Chimada. También debo decir que el capítulo de está semana es una compensación por el retraso con el capítulo anterior. Después de este mes volveré al ritmo de actualizar cada dos semanas.
      -Nero.

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  2. Ya lo note, la mama fue poseida, aun que ojala termine cambiando de favor ricardo, no me agrada nada ver patas jaja

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    1. ¿En serio? Me gustaría saber que ha notado, anónimo. Y para saber si Ricardo cambia o no de opinión, tendrá que estar atento a la próxima actualización.
      -Nero.

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  3. Buen capitulo, pobre chico espero acepte el trato y lo soporte para que pueda unirse al club y estar con Maya

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    1. Me alegra que le haya gustado el capítulo, Drako Conner. Y sobre si acepta el trato o no, tendrá que seguir al pendiente de la historia.
      -Nero.

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  4. muy buena historia me esta gustando cada vez mas conforme pasan los capitulos

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    1. Me hace feliz saber que disfruta de la historia, anónimo. Todavía tengo mucho por delante con está historia, así que espero pueda seguirla disfrutando y estando al pendiente.
      -Nero.

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  5. Me gusta como le das sazón a estas historias

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    1. Gracias por decirlo, anónimo. De verdad estoy disfrutando mucho con está historia y me hace feliz saber que ustedes también.
      -Nero.

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