martes, 17 de diciembre de 2024

El cumpleaños

    Cuando pedí este deseo por mi cumpleaños 21 no pensé que se fuera a volver realidad y es que no pensé que en verdad fuera posible transformarse en una chica asiática hermosa tal como lo soy ahora.
    Este increíble regalo se lo debo a mi amiga Melisa, ella siempre ha cuidado de mi y tenía ganas de hacer algo bonito por mi, por lo que no conforme con organizar mi fiesta de cumpleaños, ella también quería darme un regalo de cumpleaños que volviera este año y está fiesta la mejor para mi.
    Le dije a Melisa que ella ya estaba haciendo mucho por mi, que sea lo que sea que me regalará yo iba a apreciarlo, y que de hecho esperar un regalo además de la fiesta me parecía demasiado. No obstante, poco le importaron mis palabras a Melisa que no dejó de insistir por un regalo asombroso que yo quisiera para que ella me hiciera feliz. De verdad intente pensar algunas cosas pero todo parecía muy sencillo o cotidiano, hasta que en un tono bromista le sugerí que me a menos que pudiera convertirme en una linda chica para pasar el tiempo juntas, no se me ocurría ningún regalo u objeto especial para hacer más entrañable mi cumpleaños
    Por un momento pareció que Melisa estaba pensando seriamente en mi petición, así que me burle un poco e insistí en que solo era una broma, que no intentará alguna locura para el día de mi cumpleaños, pero ya era demasiado tarde. Cuando advertí a mi amiga que solo era una broma, ella me mostró una sonrisa, susurró unas palabras que no pude entender y después de dar un fuerte aplauso, mi cuerpo ya había cambiado.
    Después del aplauso que dio Melisa una enorme neblina me cubrió de pies a cabeza y en el momento que la neblina se disipo, mi cuerpo ahora idéntico al de una chica de acuerdo a mis preferencias. Era como si hubieran visto dentro de mi cabeza a mi tipo ideal de chica y en base a eso, mi cuerpo se había convertido en todo lo que me gustaba de una mujer.
Créditos a quien correspondan.
    Al ver mi cuerpo me di cuenta que llevaba unas zapatillas negras, junto a unas medias hasta los muslos con un estampado muy particular, me gustaba ver en las chicas pero ahora ser yo quien vestía algo así se sentía un poco penoso, en especial porque mis medias tenían el mismo estampado atrevido y sugerente que mi falda. Por fortuna el resto de mi ropa era más normal, una blusa de tirantes negra en la que apenas podían entrar mis pechos, los cuales a simple vista creo que son mucho más grandes que los pechos de mi mejor amiga. Por último me di cuenta de que mi rostro estaba bien maquillado, dándome una imagen linda y juvenil, acompañada de un peinado de dos coletas a mi nuevo cabello castaño y largo. 
    Me veía asombrosa, me sentía muy linda, y aunque era muy extraño llamarme a mi mismo "linda" en estos momentos podía soportar dicha vergüenza con tal de seguir mirando y disfrutando el aspecto que me había concedido Melisa.
    Mi querida amiga sonrió al ver lo contenta que yo estaba por mi nueva imagen, y mientras yo me veía en el espejo, ella me explicó que conocía de un hechizo capaz de convertirme en una mujer y que todos creyeran que yo siempre había sido una mujer. También me explico que no debía preocuparme, que el hechizo era temporal y más allá de unos días todo volvería a la normalidad, pero hasta que ese momento llegará, en lugar de ser Elías, yo sería Eli. Algo que en realidad me gustó.
    Sin darme la oportunidad de decir algo al respecto de mi cambio de cuerpo, Melisa me tomó de la mano y me arrastró fuera de casa para ir al sitio donde sería mi fiesta de cumpleaños.
    Al principio me daba vergüenza que las personas me viera, sentir sus miradas sobre de mi o escuchar las palabras que tuvieran para dedicarme, además tuve que detenerme en seco más de una ocasión cuando sentía mi falda levantarse por el viento o mis pechos sacudirse demasiado por lo rápido que nos movíamos, todo eso era muy vergonzoso a la vez que emocionante, por lo que sin importar como me sentía, decidí seguir avanzando y disfrutar del momento que Melisa me había preparado.
    De esa manera, con una mezcla de intensas emociones dentro de mi, Melisa y yo llegamos hasta el lugar donde ella había organizado mi fiesta de cumpleaños; había un montón de globos y de flores, además de lindas decoraciones, por no decir que había muchas personas invitadas a las que les tenía mucho aprecio, y que ellas correspondieron mis sentimientos al darme abrazos, darme obsequios y felicitando lo linda que me veía. Recibir elogios dirigidos a una chica era un poco raro para mi, además algunos regalos eran maquillaje o vestidos que de poco me servirían después de un par de días, celebrar mi cumpleaños como una chica era bastante diferente a mi experiencia como hombre, pero esa diferencia era tan encantadora que no me pude resistir a ser el centro de atención de una forma bien distinta a la que conocía.
    De esa manera las horas pasaron rápido mientras me divertía, bailar con tacones fue un interesante desafío, también bailar rodeada de chicas fue una experiencia única, tener a mis amigos, familia y regalos maravillosos estaban haciendo de este cumpleaños el mejor en mi vida. Y cuando creía que las cosas no podían mejorar, al anochecer Melisa dio el anuncio de que la piscina trasera estaba abierta, por lo que mi cumpleaños se había convertido en una fiesta acuática en la que todos íbamos a participar, incluida yo, ya que un regalo extra de Melisa para mi era un lindo traje de baño que estrenaría en ese mismo momento.
    Después de una visita rápida al baño, mi atuendo ahora era un ajustado traje de baño de una sola pieza, con un encantador tiro alto que me ayudaba a presumir de mi cintura y de mis piernas, con las medidas correctas para hacerlo ajustado y cómodo a la vez, y así poder nadar en la piscina sin dejar de verme maravillosa durante el resto de mi fiesta.
Créditos a quien correspondan.
    Al día siguiente desperté muy tarde pero con mucha energía, aun con mi cuerpo de chica y en compañía de mi amiga Melisa quien se quedó a dormir conmigo en mi habitación. 
    De nuevo nos cambiamos de ropa y juntas fuimos a la sala para desayunar algo mientras bebíamos y charlábamos de la asombrosa fiesta de cumpleaños y regalos que ella me preparó. 
-Vaya noche, siento que tengo resaca, ¿Qué ha de ti, Melisa?-
-No te preocupes, soy buena con el alcohol y tú también lo eres, que ahora seas chica no te ha quitado esa buena capacidad tuya, pero hablando de eso ¿Qué opinas de todo lo que viviste, Eli?¿Fue un buen cumpleaños-
    Me preguntó con una linda y arrogante sonrisa mi querida amiga, quien ya sabía cual era mi respuesta, pero no la detenía de forzarme a admitirlo.
-La noche se puso aún mejor que el día y no me voy a cansar de decir que ha sido la mejor fiesta de cumpleaños de toda mi vida. Muchas gracias, Melisa. Pusiste la vara de medir muy alta, ¿sabes? ahora no sé que podré regalarte cuando sea tu cumpleaños-
    Dije con alegría al recordar todo lo que ella hizo por mi, darme cuenta de lo difícil que sería darle un gran regalo a Melisa después de esto, y que en cuestión de unos días mi cuerpo volvería a la normalidad.
-Bueno, se me ocurre que para mi cumpleaños me gustaría mucho tener presente a mi mejor amiga y tener una noche de chicas. Quizás cuando sea mi cumpleaños puedas volver a convertirte en Eli para celebrar juntas, amiga, ¿podrías darme ese regalo?-
    Al escuchar la petición de mi amiga, no pude evitar mostrar una enorme sonrisa al pensar que podría volver a ser una chica hermosa como Melisa en el futuro cercano, después de todo en apenas un par de meses sería el cumpleaños de mi amiga, y si ella quería que Eli pasará su cumpleaños con ella, yo estaría encantada de ser mujer otra vez para darle una noche digna de recordar, tal como ella hizo para mi.
-Por supuesto, amiga. Será todo un placer volver a ser Eli y planear un cumpleaños digno para ti, prometo que será tan bueno que mi cumpleaños parecerá cosa pequeña a lado del tuyo-
-No hace falta que sea tan grande, mientras pueda estar contigo y solo contigo, será el mejor cumpleaños que pudiera desear-
    Una de las manos de Melisa se deslizó por mi muslo, cambiando el ambiente amigable en la habitación por uno más profundo y sincero que no había experimentado con ella pero que no necesitaba de más palabras o acciones para poder comprenderlo. Como un hombre no me había dado cuenta de ello, pero ahora que la situación entre las dos ha cambiado un poco, creo que me doy cuenta de cual es el verdadero regalo que desea Melisa, y que como su amiga Eli, o quizás algo más, estaré dispuesta a cumplir su deseo tal como ella cumplió con el mío.
Créditos a quien correspondan

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias por decirlo, me alegra que le gustará está historia, Guera.
      -Nero.

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  2. Cómo me gustaría tener de esos regalos para mí cumpleaños sin duda un regalo inolvidable

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    1. Un regalo enorme, ¿verdad, Chimada? Espero le haya gustado la historia.
      -Nero.

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