martes, 24 de diciembre de 2024

¡Mamá no deja de molestar!: Bonus "Tregua Navideña"

    Vaya, hoy día es Navidad y creo que será una de las peores. Lo más seguro es que el año nuevo también lo pase de una forma deprimente tal como ahora, mirando la televisión hasta tarde sin compañía y sin nada interesante que hacer.
    "Mamá" está dormida en su habitación, no compró regalos ni preparó nada especial para este día, la cena tuve que prepararla yo y aunque intenté hacer algo especial, seguro que no es ni la mitad de bueno de lo que hace mamá... quiero decir, seguro no es ni la mitad de bueno de lo que hacía mamá, y pasar la navidad sin ella es algo que no pensé viviría tan pronto, mucho menos de la manera que lo estoy haciendo.
-¿Qué debería estar haciendo Maya ahora? Ella es muy linda y popular, seguro que ella tiene un montón de planes interesantes y divertidos para la Navidad-
    Suspire y me deslicé sin ánimos por el sofá, cerrando los ojos y pensando en mi encantadora compañera de cabello rosa que seguro vive estás fechas de forma maravillosa.
-Apuesto a que ella recibe muchos regalos de sus familiares o de sus amigos... quizás hubiera sido buena idea darle un obsequio antes de vacaciones... aunque sería mucho mejor si ella me diera un regalo a mi, como un intercambio o algo así-
    No me interesaba mucho tener un regalo costoso, el simple hecho de saber que le importo a Maya lo suficiente como para hacerme un regalo me haría muy feliz. Aunque claro, no puedo pedir algo así, si hasta estos momentos se me ocurrió a mi darle un regalo ella, y a pesar de haber tenido esa idea, al pensar en ¿Qué clase de regalo podría gustarle a Maya? No tengo ni la menor idea.
-Tal vez unas cartas de Tarot o una bola de cristal... eso me parece muy extraño, pero creo que a ella le podría gustar-
    Comencé a pensar algún regalo perfecto que pudiera hacer para Maya, solo que tan pronto como tenía una idea en mente, me deprimía y la rechazaba al pensar que era demasiado raro, que no le gustaría a ella o que yo no tenía dinero para hacer esa idea realidad.
    Estuve un buen rato pensando que podría regalarle a Maya, y después de eso empecé a imaginar ¿Qué clase de atuendo usaría Maya para estas fechas? Supongo que usaría ropa muy elegante, como un vestido rojo o algo así. No, conociendo a Maya usaría un "Ugly Sweater", entre más extraño mejor para divertirse cada que lo vea... Aunque, si por alguna razón, ella usará algo especial para Navidad, puedo imaginarla a la perfección usando un atuendo de rojo de Santa para sonreír y hacer felices a todos quienes la rodean.
-Si tan solo no fuera una fantasía...-
-Oye... oye... oye-
    Podía escuchar la dulce voz de Maya, vestida de forma adorable y navideña mientras se acercaba a mi con un regalo en sus manos. Yo estaba muy emocionado y confundido ante su presencia, en especial porque ella no dejaba de llamar mi atención cada vez más fuerte.
-Oye... Oye... ¡OYE, IMBÉCIL!-
    Un gritó proveniente de la linda Maya me hizo reaccionar, abriendo los ojos para volver a la realidad y preguntar.
-¿En que momento me dormí?-
    Espera, yo estaba viendo la televisión en el sofá de la sala de estar, estaba mirando una película navideña que pasan cada año, la película recién estaba empezando... así que, ¿En que momento me quede dormido que ya casi ha terminado la película?
-¿A mi que me preguntas, imbécil? Cuando salí de casa ya estabas dormido, y en otras circunstancia ni siquiera te habría despertado-
    Me respondió "mamá" de mala gana para ponerme al corriente de mi situación, una en la que me había quedado dormido fantaseando con una linda noche de Navidad.
-No es de extrañar, solo era un sueño-
    Un suspiró escapó de mis labios, sintiéndome decepcionado al pensar que todo lo que me imaginaba era demasiado bueno para ser cierto, ¡Sorpresa! En verdad era demasiado bueno para ser cierto, nada de lo que pensé sucedió. Y aunque me gustaría lamentarme un poco más por las fantasías que no se cumplieron, la presencia de "mamá" frente a mi me hicieron volver a la realidad... o mejor dicho me hicieron cuestionar si lo que veía era real.
-¿Estoy soñando?-
-No lo sé, si quieres puedo darte un puñetazo para ver si despiertas, tonto-
    No, no estaba soñando. Una respuesta tan dura y sarcástica solo podía ser obra de mi nueva madre, quien en lugar de consolarme o incluso bromear con pellizcarme para comprobar si sigo soñando, ella ya estaba lista para darme un puñetazo que me devolviera a la realidad o me mandara al mundo de los sueños, lo que pasará primero.
-No... muchas gracias, "mamá". Es solo que..-
-¿"Solo que", idiota?-
-Bueno... ya sabes...-
-No, no lo sé. Así que di lo que piensas o calla de una buena vez-
    "Mamá" intentaba pasar por alto un enorme detalle, un enorme y ajustado detalle rojo que me daba algo de miedo mencionar y provocar su furia. 
-¿De verdad no estoy soñando?, ¿En verdad existen los espíritus de la Navidad?-
    Ante mi pregunta pude ver a "mamá" apretar el puño y los dientes, aumentando su expresión de fastidio y un leve sonrojo en la cara para responder.
-¿Puedes dejar de hacer el imbécil por un día? No estas alucinando. De verdad estoy usando esta porquería, no tienes idea de como batalle para entrar en esta cosa-
    A pesar de tenerla en frente y saber que no estaba soñando, me costaba creer lo que mis ojos veía. Podía ver al cuerpo de mamá usando un vestido navideño; era rojo con detalles blanco, unas campanas doradas de adorno en el escote que se combinan con su anillo dorado, con una gargantilla roja y pendientes a juego; el vestido tenía los hombros descubiertos y parecía mucho más pequeño de lo que debería ser, sus grandes pechos destacaban aún más por la atrevida ropa navideña que utilizaba y que dejaba poco o nada a la imaginación; por si el escote no era suficiente, el vestido era ajustado para presumir de sus caderas con una falda muy corta que apenas llegaba a la mitad de sus muslos; era un atuendo navideño y atrevido, algo que mamá jamás usaría en vida, y que a juzgar por la expresión en su cara, incluso Ricardo está teniendo problemas con su vestido.
-¿N-no... no tienes frío?-
    Pregunte mirando de pies a cabeza a "mamá", quien sin perder su expresión frustrada desvió la mirada y respondió.
-Me estoy muriendo con este jodido frío-
    Ante esa respuesta tan segura y orgullosa, no pude evitar empatizar con él. Sé que no tenemos la mejor relación pero más allá de la vergüenza que implica usar algo tan descubierto, de solo ver a mamá ya podía sentir frío... y algo más ante su presencia.
-¿Por qué estás usando eso? No recuerdo que mamá tuviera algo así entre sus cosas...-
    Mi pregunta no tuvo una respuesta buena, ella solo se frotó las manos en la cara unos instantes antes de decir lo que íbamos a hacer.
-Quiero que calientes la cena, que te calles e inventes la mejor historia sobre mi durante la cena. En cuanto terminemos de cenar me largo y más les vale no estar fastidiando-
    Entendí lo de calentar la cena, pero el resto de cosas que mamá me ordenó eran confusas, estaba a punto de preguntar a que se refería cuando ella me entregó un par de regalos.
-¿Para mi?-
-No, idiota. Son para que lo lances a la chimenea-
    Me sentí avergonzado por preguntar eso, pero recibir un par de pequeños regalos de Navidad me tomó por sorpresa, en especial por ser regalos de "mamá", quien después de responderme de forma sarcástica agregó.
-De hecho, no son para ti. No del todo; el regalo en papel rojo es para mí y tú me lo tienes que dar-
-¿Y el regalo envuelto en papel negro?-
    Mamá desvió la mirada antes de suspirar.
-Es para nuestra invitada que está esperando afuera-
    Oír eso me puso alerta, alguien estaba fuera de casa e iba a entrar, por lo que "mamá" y yo debíamos actuar como si de verdad nos quisiéramos y fuéramos una familia funcional.
-Avísame cuando esté caliente la cena, hasta entonces mantén entretenida a nuestra invitada... y toma esto, Feliz Navidad, mi pequeño hijo idiota-
    Con una sonrisa burlona mamá me entregó un billete de 20 dólares y se fue a su habitación, creo que intentaba mantener una imagen ruda e imponente pero su cuerpo temblando por el frío y los altos tacones la traicionaba mientras se marchaba.
    Sin más remedio, deje el regalo de mamá debajo del árbol artificial, mantuve el otro regalo en mis manos y abrí la puerta para encontrarme a un verdadero milagro de Navidad.
-¡Ahí estás, compañero! Maya pensó que tu madre estaba bromeando, pero de verdad estabas sin hacer nada en este día, ¡Arriba esos ánimos festivos! Navidad es una vez al año y no deberíamos desaprovecharla-
-¿Maya?-
-¡Por supuesto!, ¡Maya es Maya!, ¿Quién más si no, compañero?-
    Pregunto con una enorme sonrisa en el rostro para seguir hablando y tomar el control de la conversación.
-Verás, compañero. Maya estaba buscando un regalo que había olvidado, en el camino Maya se encontró con tu madre y decidimos hacer compras de última hora juntas. Por desgracia, Maya no encontró lo que quería, ¡Pero encontró este lindo vestido!, ¿Te gusta?-
    Lo que llevaba puesto Maya no era lo que yo había pensado, era algo mucho mejor que le iba de maravilla; Maya tenía un largo vestido negro con detalles en color rojo, a simple vista parecía muy cálido y el detalle en el cuello con un adorno de muérdago me pareció muy ingenioso; completando su atuendo navideño con un clásico gorro rojo digno de Santa Claus.
-S-sí... sí, te queda muy bien-
    Respondí tartamudeando y tratando de no parecer muy nervioso, mientras que Maya sonreía con orgullo y seguía contándome que fue lo que sucedió.
-¡Maya se alegra de oír eso! Maya no hubiera podido comprarlo sin ayuda de tu madre-
-¿Mamá te ayudó?-
-Sí, ayudó a Maya un montón. Los atuendos navideños estaban en promoción, dos por el precio de uno, así que Maya decidió comprarse este lindo atuendo y compró uno para tu madre, el atuendo de tu madre también es muy lindo, ¿no te parece?-
    Bueno, no sé si "lindo" sería la palabra adecuada, pero no quería romper la ilusión que tenía Maya al contarme sobre su encuentro navideño con mamá, quien entre más avanza la historia, más parece que no supo como deshacerse de Maya sin intimidarla y terminó cediendo a todo lo que ella quería.
-Por cierto, compañero. Tu madre dijo que estaba bien que Maya se quedará a pasar el rato... pero Maya comienza a tener frío... ¿Puede Maya pasar o Maya tiene que cantar villancicos para que la dejen entrar?-
    ¡Maldita sea! Estaba tan concentrando viendo a mamá en su atuendo navideño y escuchando la historia de Maya que olvidé por completo dejarla pasar. A diferencia de mamá ella está mucho más abrigada, pero tenerla tanto tiempo en la puerta de casa es grosero.... es solo que....
-¿Qué pasa, compañero?, ¿De verdad quieres escuchar a Maya cantar? Maya no es la mejor cantante, pero sabe muchos villancicos, Maya podría cantar algo si te hace ilusión... ¿O será que Maya interrumpe algo? Si es así-
-¡Lo siento mucho! Por favor pasa-
-¡Okidoki!-
    Ante la idea de que Maya se pudiera marchar mi reacción fue inmediata, disculpándome con ella por divagar en vez de darle la bienvenida a casa. Maya no pareció pensar mucho en eso, solo sonrió y aceptó la invitación. Me hubiera gustado escucharla cantar, pero aunque ella no cantó todo un villancico, al entrar en casa pude escucharla tararear una de las canciones más populares en Navidad.
-Muchas gracias, compañero. Maya espera no estar causando problemas, además Maya no vino con las manos vacías-
    Maya me entregó una bolsa con chocolates y golosinas, era un lindo detalle de su parte que podríamos compartir después de la cena. Sin embargo, lo que de verdad me sorprendió fue recibir un regalo de buen tamaño por parte de mi amiga.
-Maya espera que te guste, fue una recomendación de tu madre. Maya está ansiosa por ver tu reacción, compañero-
    Escuchar que mi regalo era una recomendación de mamá me hizo temblar por un momento... Él no sería tan despiadado para hacerme una broma cruel en Navidad utilizando a Maya, ¿verdad? La verdad es que tenía miedo de averiguarlo, pero me daba más miedo decepcionar a Maya así que intenté darle la mejor sonrisa al tomar su regalo para abrirlo.
    Al tomarlo pude sentir que era algo muy suave y liviano lo cual me hizo relajar lo suficiente como para abrir el regalo, extenderlo, mirarlo, y finalmente mostrar una pequeña sonrisa al ver mi obsequio. 
    Se trataba del "Ugly Sweater" más horrendo que haya visto; de colores chillones verdes, rosas y amarillos en diferentes patrones que apenas parecían tener una forma navideña, incluso tenías unas luces que se prendían y apagaban por todos lados, lo único "bueno" es que parecía ser caliente, pero no muy cómodo. Sin embargo, era el primer regalo que recibía de una chica que no fuera mamá, y siendo un regalo sincero e inocente que me hizo Maya, este feo suéter navideño lo guardaría con mucho cariño. 
-¿Te gusta?, ¿Te gusta?, ¿Te gusta?, Maya hizo una buena elección, ¿verdad? Maya ya quiere verte utilizándolo, ¡Brillarás tal como un árbol de Navidad!-
    La idea de ser un árbol viviente de Navidad no me emocionaba del todo, pero con la gran sonrisa de Maya era difícil decirle que no.
-Me encanta, Maya. Muchas gracias... si tan solo-
    Después del regalo que me dio Maya, me sentía mal de no tener nada para ella. Sin embargo, en ese momento recordé las palabras de "mamá" y el segundo regalo envuelto en papel negro que hasta ahora mantenía cerca de mi. No era ninguna garantía, está vez tenía miedo de ser yo quien daba un regalo horrendo a Maya como para arruinar su noche, pero creyendo en el espíritu navideño y "confiando" un poco en "mamá", extendí el pequeño y delgado regalo hacía Maya.
-Y-yo... yo también preparé algo para ti... e-espero te guste-
    Los ojos de Maya brillaron al saber del regalo que había para ella y su gran sonrisa creció aún más al sostener en sus manos el regalo.
-Muchas gracias, compañero. ¿Maya puede abrir su regalo?-
    Tras un breve momento suspiré, espere que sucediera lo mejor y asentí, por lo que Maya no perdió más tiempo y abrió su obsequio.
-¡Es perfecto!, ¿Cómo sabías que Maya estaba buscando este maquillaje?,¿Acaso el destino te lo dijo?-
    El regalo en manos de Maya era una paleta de colores de maquillaje. Yo no era un experto en esas cosas, pero a juzgar por la reacción de mi pelirosa amiga, era justo lo que ella estaba deseando para esta Navidad. Seguramente "mamá" lo compró cuando Maya estaba distraída... Acerca del motivo por el cual lo compró y por que me permitió quedarme con el crédito de este regalo me parece un misterio, ¿un milagro navideño?
-Es maravilloso. Después de la cena podré probarlo en Maya, ¿Crees que tu madre deje que Maya la maquille? También podríamos cantar villancicos juntos, o jugar con fuegos artificiales... aunque Maya no tiene consigo, Maya supone que será fácil conseguirlos, tu mamá estará de acuerdo, ¿verdad?-
    La emoción de Maya no se podía contener, disfrutando de su regalo, de la compañía y de este día tan especial, su alegría era contagiosa, lo suficiente como para que "mamá" utilice lo que ella eligió y con el ánimo suficiente para hacer muchas cosas más está noche. Hacer lo que ella quería estaba bien, sin embargo una última pregunta de Maya me hizo reflexionar.
-¿Qué hay de ti, compañero?, ¿Hay algo que te gustaría hacer para disfrutar de la Navidad?-
-No, en realidad estoy en blanco. Esta Navidad es mucho mejor de lo que esperaba, y creo que con tus ideas podrá ser aún mejor-
    Respondí con calma y mucha sinceridad, pues después de haberme quedado dormido con ideas tan pesimistas sobre la navidad y el futuro año nuevo, la realidad es distinta a lo que me esperaba. Quizás no es lo que yo quería, pero no es tan malo como imaginaba, y ya que las cosas parecen marchar muy bien, espero seguir con esta noche de paz en compañía de Maya... y quizás también en compañía de "mamá".
-Ponte cómoda, Maya. En un momento serviré la cena y llamaré a mamá. No sé si este toda la noche con nosotros, pero prometió que cenaríamos juntos-
-Espera un momento, compañero-
    Estaba a punto de entrar a la cocina para calentar la cena y después llamar a mamá para que pudiera abrir sus regalos y pasar una noche los tres juntos, cuando Maya me detuvo con su dulce voz para decir algo que una vez más me haría sonreír.
-¿Qué pasa, Maya?-
-Casi olvido decirlo, ¡Feliz Navidad!, ¡Maya les desea unas felices fiestas!-

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