Antes yo era y vivía como un gato callejero, la vida no me trataba de maravilla al quedarme solo desde que tengo memoria, tenía que comer las cosas que encontraba en la basura y moverme de un lado a otro para evitar ser atrapado por algún animal más grande o algún humano malintencionado.
Un día lluvioso Gina me encontró, yo estaba dormido debajo de su auto y antes de poder huir, ella ya me tenía en sus brazos. Pensé morderla o rasguñarla, pero ella solo me acarició y dio calor, me dejó entrar a su hogar que también se volvió mi hogar y antes de darme cuenta, nos volvimos compañeros: yo cuidaba de la casa mientras ella estaba fuera y una vez que volvía, éramos inseparables, una vida tan buena que no pensé tener jamás.
Así pasaron los años y deje de ser un pequeño gatito, al igual que ella dejó de ser una pequeña humana, aunque creo que es un decir porque ambos aún si somos grandes de edad seguimos siendo pequeños en tamaño, en especial ella.
La vida iba de maravilla hasta hoy, cuando por perseguir una paloma subí al tejado y caí del mismo, recuerdo que mi humana salió de la casa para intentar que yo bajará e incluso recuerdo oírla gritar cuando caí pero después de eso todo se volvió confuso. Y aunque podía caer de pie, el lugar era tan alto que poco importaría y el destino sería cruel conmigo y mi querida compañera.
Pensé que había sido el fin, esa caída acabaría conmigo y quizás con mi amiga, pero al abrir los ojos estaba de nuevo en mi hogar, solo que todo era mucho más pequeño, o más bien yo era mucho más grande.
Tampoco tenía mi cola peluda, ni pelaje en todo mi cuerpo, mis ojos, orejas y olfato cambiaron drásticamente, tenía ropa puesta y dos pechos, junto a un largo cabello, caminaba en dos patas y tenía dos patas con pulgares, abriendo un mundo de posibilidades como para quitarme la molesta ropa con facilidad, aunque puede que no fuera tan buena idea porque sin mi pelaje el frío es mayor por todo mi cuerpo.
Todos esos cambios en mi figura eran extraños pero familiares de cierta manera, una que pude comprender al mirar mi reflejo, el cual ahora no era mío, era el reflejo de mi humana en la que por alguna razón yo me había convertido.
No sólo eso, después de un rato tratando de asimilar este cuerpo, me di cuenta que mi propio cuerpo estaba rondando por ahí. Actuaba tal como yo lo hacía, ¿Mi humana estaría en mi cuerpo? Ninguno de los dos podía hablar por el momento y por mucho que me esforzara en comunicarme con ella, mi cuerpo felino no parecía tener nada raro, y si lo tenía no podía decirlo o directamente no le importaba.
Tantas preguntas y tan pocas ideas de cómo ocurrió o cómo solucionarlo, solo sé que ahora yo soy Gina, soy humana y tengo que comportarme como humana y así como ella cuido de mí cuando más lo necesitaba, yo cuidaré de ella porque es mi compañera.
Realmente no sé si podré solucionarlo, o si hay una solución, solo soy un gato que se volvió una humana, y tengo mucho camino por recorrer pero lo único que sé y de lo que estoy absolutamente seguro es que pase lo que pase, no la dejaré, quizás Gina está en mi cuerpo y lo último que quiero para alguien tan buena, es que pase por cosas tan horribles como las que yo pase.
Me encargaré de cuidarla, si no puedo regresarnos a nuestros propios cuerpos, ten por seguro que no te abandonaré y haré todo lo posible para que tengas una buena vida. Tómala, si es necesario disfruta de mi tranquila vida todo el tiempo que sea necesario Gina, pero por ahora tomaré tu lugar y trataré de que todo vuelva a la normalidad, es una promesa, pequeña compañera.
Créditos a quien correspondan. |
Habrá parte 2?
ResponderBorrar