lunes, 4 de noviembre de 2024

¡Mamá no deja de molestar!: Primer cena

-¿Donde está la jodida cena? ¿No ves que tu madre se muere de hambre, mocoso?-
    Un suspiro se me escapó de los labios al escuchar a "mamá" gritarme para que me diera prisa al preparar nuestra cena mientras ella plácidamente descansaba en la sala de estar.
    Aún no puedo aceptar que esto es realidad, me cuesta creer que en verdad mamá ya no está, y que su cuerpo y lugar está Ricardo, mi antiguo acosador. Sin embargo, eso fue lo que pasó, Ricardo entró a mi habitación abriendo la puerta de una patada, y diciendo que de ahora en adelante, él será mi "mamá" y que me haría pagar por haber enviado su cuerpo anterior a la escuela militarizada.
    Incluso después de que Ricardo confesó eso, yo no le quería creer, pero la horrible paliza que me dio y que todavía me duele, hizo más sencillo para mi comenzar a creer lo que él decía. No sé si yo soy muy débil, mamá es mucho más fuerte de lo que parece, o incluso si Ricardo conserva algo de su fuerza, lo único de lo que puedo estar seguro es que no pude defenderme de la paliza que él me dio mientras se reía y me recordaba que a partir de ahora era mi madre.
    Ricardo no dejó de castigarme hasta sentirse satisfecho, sacando a puños y patadas todo el resentimiento que tenía guardado en contra de mi por haberlo enviado a la militarizada, y una vez que él se quedo tranquilo, suspiró, se arregló el vestido y me dio 2 horas para prepararle la cena.
    Después de descansar en el suelo por un rato, me levanté, fui directo a la cocina y comencé a preparar la cena mientras evaluaba mis opciones ante este problema.
    Puede que Ricardo sea idiota, pero no es tan idiota. Si me dio una paliza y se siente tan confiado en mi contra, es porque dentro de casa no hay nadie más, solo somos... solo éramos mamá y yo, así que en este lugar, aquí y ahora, Ricardo es quien pone las reglas.
    Por si fuera poco, ¿A quien podría pedirle ayuda? Mamá era mi única familia, no tengo algún amigo de confianza ni puedo acudir con algún adulto responsable, después de todo, ¿Quién me creería si les digo que mi antiguo bully robó el cuerpo de mi mamá para seguirme atormentando? Terminaré en el psiquiatra si voy diciendo eso a todo mundo, en especial si Ricardo es más astuto y finge ser mamá delante de las demás personas.
-Es cierto.... Dentro de casa, y cuando estemos a solas, Ricardo puede hacer conmigo lo que le plazca. Sin embargo-
-¡OYE!¡MUERO DE HAMBRE!¿Estás preparando la última puta cena o por que te demoras tanto!?-
    Una vez más Ricardo me gritó desde la otra habitación para que me diera prisa con la cena y volviera a mi triste realidad, una que tras esa pequeña idea que debo poner a prueba, puede que no sea tan mala como parece.
-Al fin. Por un momento pensé que necesitarías que te rompiera los huevos en la sartén para que te dieras prisa, ¿Qué voy a cenar?-
    En el momento que salí de la cocina con los platos listos, Ricardo se puso de pie, caminando de forma acelerada pero con cierta elegancia que recordaba de mi madre para sentarse a la mesa en espera de su plato, uno el cual no tuve más remedio que poner frente a ella junto con sus cubiertos tal como si yo fuera su mesero.
-Preparé un poco de arroz blanco con carne asada, la ensalada es de ayer por si también quieres eso, y también hay un poco de limonada-
    Ricardo vio la cena por unos momentos, sin quitar esa mirada fulminante que parecía tan extraña en mamá.
-No me gusta la limonada, tráeme una gaseosa, y también tráeme un poco de pan-
    No pidió, Ricardo ordenó más cosas para la cena.
-A mamá no le gusta el pan-
-A mi sí, y no pienso comer sin un poco de pan para acompañar mi arroz. Acostúmbrate a los nuevos gustos de tu madre y obedece si no quieres otra paliza-
     Sabía que discutir con Ricardo era inútil, por lo que suspire una vez más, al saber que tendría que dar un paseo por lo que él quiere para su cena.
-¿Qué crees que haces, perdedor?-
    Me preguntó confundido Ricardo cuando extendí mi mano.
-Necesito dinero para comprar lo que quieres, ¿Puedes darme algo de dinero?-
    Mi petición pareció ofender a Ricardo, lanzándome una mirada llena de desdén, la cual vino acompañada de un poco de dinero. Por horrible que él sea, supongo que tiene un poco de sentido común o mucha hambre como para darme dinero.
-Ni se te ocurra tardar, alimaña. Te estaré esperando- 
    Con ese último "te estaré esperando" resonando en mi cabeza, salí de casa para hacer las compras que pidió Ricardo. A pesar usar las mismas palabras y tener el mismo cuerpo, ese "te estaré esperando" que dijo, era muy diferente a cuando lo decía mamá; ella siempre era cálida conmigo y me esperaba para comer juntos, algo que ahora se siente tan distinto cuando lo dice de forma grosera Ricardo y me espera solo porque yo debía traer lo que él quería para disfrutar de la cena.
    Pensando en como podría solucionar mis problemas, recuperar a mi madre y soportar el día a día con Ricardo, hice un viaje rápido hasta el super mercado más cercano para comprar todo lo que me había pedido y volver a casa.
-Supongo que estuvo bien, apenas mejor que la comida de la escuela. Y no sabe como los almuerzos que te robaba-
    Murmuró Ricardo al terminar de cenar lo que preparé, haciéndome sentir un poco aliviado de no estar en más problemas, aunque no pude dejar pasar por alto su "agradecimiento" por la cena.
-Es porque los almuerzos los hacía mi madre. Yo puedo cocinar algo, pero no soy tan bueno como ella ni conozco tantas cosas-
-Bueno, la práctica te hará mejorar. Después de todo, a partir de ahora tú te vas a encargar de las labores del hogar-
    Oír eso fue decepcionante, pero no me sorprendió. Quiero decir, después de darme una golpiza, Ricardo me mandó a cocinar y a comprar cosas que él quería, por no decir que aún si tenía el cuerpo de mi mamá, él era algo completamente opuesto a la palabra "femenino".
-¿De verdad piensas quedarte aquí?-
    Pregunté desde el otro lado de la mesa, haciendo que Ricardo me mirará con atención. Tener su mirada sobre mi me hizo sentir algo nervioso, pero ya que había hablado, no tenía más remedio que terminar de decir lo que pensaba.
-Lamento mucho haberte enviado a la escuela militarizada, solo quería que me dejarás tranquilo. Ta te vengaste, ya me diste una paliza con el cuerpo de mi madre y tomaste el cuerpo de mamá, incluso así, te di de cenar... ¿De verdad piensas quedarte con el cuerpo de mi madre?-
    Por un momento pensé que Ricardo se levantaría de su lugar para golpearme, que me gritaría o me lanzaría los cubiertos como castigo por lo que dije. En cambio, su dura mirada se mantuvo sobre mi durante unos segundos, moviendo sus dedos contra la mesa y provocando un suave sonido con sus uñas que solo me hacía sentir más ansioso e impaciente de saber que es lo que él diría, o peor aún, lo que él diría.
-Como si una jodida disculpa arreglará lo que hiciste.. o lo que yo hice-
    Antes de que pudiera preguntarle algo más, Ricardo se levantó.
-Ya te lo dije, yo soy tu madre Brenda y deberías comenzar a acostumbrarte a eso. Me quedaré el tiempo que yo quiera para atormentarte por enviarme a la escuela militarizada, ¿lo entendiste?-
    Sin mucho que pudiera hacer, solo me limité a asentir, lo cual provocó que Ricardo suspirará y limpiará su boca usando una de las mangas del vestido que llevaba puesto.
-También lo dije, a partir de ahora tú te harás cargo de cocinar, limpiar, lavar la ropa y lo que sea que tenga que ver con las tareas que antes hacía tu madre. No pienso cargar contigo, así que parte de tu castigo es hacer todo eso, más cumplir cualquier capricho que se me pueda ocurrir-
    La declaración de Ricardo era fuerte, a pesar de decirlo en el pequeño cuerpo de mi mamá, era un poco intimidante al menos para mi, y aunque la idea de tener tantos deberes extra no me emocionaba, no tenía de otra más que obedecer.
-¿Qué quieres?-
    Me pregunto sin suavizar su tono cuando levanté la mano, casi como un niño pidiendo permiso para hablar, y una vez que me fue concedida la palabra, sin poder mirar a Ricardo le hice una pregunta que me preocupaba.
-Esta bien... me encargaré de todas las tareas del hogar... pero ¿Tú seguirás trabajando?-
    Ricardo no pudo ocultar su reacción, parecía confundido, totalmente ajeno a mi pregunta que no parecía tener sentido para él a juzgar por las expresiones que me mostró.
-¿Trabajar?¿De que estas hablando?-
-Mamá es quien paga la renta, los gastos del hogar, la comida, gasolina, cuidado del auto y cualquier otra cosa que imagines. Ella es la responsable, la única responsable aquí-
    Para mi sorpresa, Ricardo parecía pensar en lo que dije, peleando un poco por quitar su rubio cabello de frente a su ojos antes de responder.
-Entiendo por donde van los tiros. Así que si no trabajo y no traigo dinero, no solo te estoy jodiendo a ti, también me estaría arruinando a mi-
    Al decir eso, Ricardo suspiro, abrió las piernas y se deslizó por la silla de una forma muy poco apropiada para la dama que era mi mamá.
-Joder, ¿Cómo no lo había pensado? Lo último que necesito es quedarme en la calle mientras me veo como una mujer-
    ¿En serio no lo había pensado? Supongo que no había pensado que haría después de darme una paliza, pero también puede que sea más idiota de lo que esperaba. No es que se haya olvidado de un pequeño detalle, olvidó por completo que ahora no es un estudiante irresponsable, y que en el cuerpo de una mujer adulta, tiene que hacerse responsable como una mujer adulta. Por lo que sí, incluso si yo ayudo en casa, "mamá" aún debe de trabajar y traer el dinero a casa.
-Esta bien, supongo que yo trabajaré. Si voy a ser Brenda, tendré que hacer el trabajo que ella hacía, ¿A que se dedicaba?-
-Mamá es oficinista. A veces hace horas extra como secretaria-
    Al oír mi respuesta una pequeña sonrisa apareció en el rostro de mamá. Ver esas expresiones mezquinas y maliciosas en su cuerpo aún era algo difícil de aceptar eran reales, pero lo eran, ya que solo es el cuerpo de mamá, pero Ricardo no es mamá.
-Cosa sencilla. Puedo con eso para mantenernos con vida. En algún momento tendrás que enseñarme más sobre esta casa y sobre tu madre, idiota. Más te vale no mentirme o lo lamentarás-
    Tras amenazarme una vez más, Ricardo me dio un golpecito en la cabeza, limitándome a bajar la mirada hasta que él dejó de molestar.
-Odio levantarme temprano por las mañanas, así que más te vale despertarme para que vaya a trabajar. Además comienza a preparar tus almuerzos, porque yo no voy a cocinar para ti-
    Resignándome un poco más a mi nueva vida tras cada minuto en compañía de Ricardo fingiendo ser mi madre, yo sabía muy bien que todo esto solo era el inicio de un problemático día a día para él y para mi a partir de ahora. De cierta forma estamos atrapados juntos por nuestra nueva relación, y aunque en casa Ricardo tiene todo el control y el poder, prometo que encontraré la forma de hacer que se arrepienta de haber robado el cuerpo de mi madre e intentar tomar su identidad. Esto no se puede quedar así, y de alguna forma, haré que todo muy pronto vuelva a la normalidad.
-Pon esto con la ropa sucia, hijo-
    De repente algo cayó sobre de mi, haciéndome dejar mis pensamientos a un lado para averiguar que sucedió. Tomé lo que había sobre mi cabeza y lo extendí, sintiendo su suave fragancia, su calidez y notando el color naranja con un poco de comida y de polvo.
    Cuando me di cuenta de que lo que sostenía en mis manos, ya era demasiado tarde, yo ya había echado un vistazo para encontrar a Ricardo caminando en lencería hacía la habitación de mamá.
-¿Por que me lanzaste el vestido? Tienes tu cesto de ropa sucia en tu cuarto, ¡No andes semi desnuda por la casa, por favor!-
    No recuerdo la última vez que la vi, seguro que fue hace muchos años cuando todavía era un niño pequeño, pero ver a mamá con tan poca ropa era cuando menos vergonzoso. Sé que era el cuerpo de mi madre, su ropa y su lencería... pero saber que la persona dentro del cuerpo de mamá y que usaba su lencería no era ella, lo hacía todavía más vergonzoso y complicado para mi.
-¿Por que no? Es mi casa, yo pago la renta, así que usaré lo que quiera, ¿O acaso eres un pervertido que fantasea con su madre? Sabía que eras patético, pero no pensé que lo fueras tanto-
    Sin voltear a verme por completo, Ricardo me daba la espalda, dejándome ver su enorme trasero bajo las bragas naranjas, su delgada cintura que siempre era un punto fuerte en mamá, presumiendo su espalda y su sostén a juego, un cuerpo que hacía muchos años no veía, y donde lo único que no era lindo o hermoso en ella, era su mirada con la cual parecía lista para matarme en cualquier momento que quisiera.
-No soy un pervertido.... pero ver a mamá así es vergonzoso...-
    Intente protestar a Ricardo, sin poder dejar de mirar el bello cuerpo que ahora él tenía, su cabello rubio, su lencería ajustada, la belleza que mantenía a pesar de su edad y el anillo dorado que llevaba en una de sus manos.
-Si te molesta, más motivo para andar en calzones. Agradece que no este desnuda por mi casa, hijo-
    Me reprendió una vez más, aprovechando por completo la gran ventaja que ella tiene sobre de mi.
-Me iré a la cama, mocoso. Lava los trastes, limpia la mesa y no olvides despertarme para ir a trabajar. Fue un placer cenar contigo, "hijo"-
    Con esas ordenes dadas y sus sarcásticas palabras, "mamá" se despedía, dándome las "buenas noches" más inusuales que jamás pensé experimentar, pero que serán parte cotidiana de mi nueva vida con ella. Al tener esta interacción y mientras limpio la mesa, no dejo de pensar que mi vida escolar va a mejorar sin Ricardo de por medio. Sin embargo, no me puedo dejar de preguntar ¿Cómo será mi vida en el hogar con mi nueva madre? Supongo que esa respuesta solo el tiempo me la dirá.

8 comentarios:

  1. Muchas gracias por continuar la historia! Está tomando un rumbo muy interesante y genial

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    1. Muchas gracias, anónimo. Tal como prometí, está historia se estará actualizando cada dos semanas, ¿Y por cuanto tiempo? Es algo que probablemente deje decidir a la comunidad.
      -Nero.

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  2. Me gustó que le dieras continuación y de una gran manera está historia tiene un muy buen potencial

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    1. Primeramente espero que está historia tenga bastantes continuaciones, Chimada. Serán cada dos semanas e intentaré que sean buenas para el tipo de historia que quiero contar está vez.
      -Nero.

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  3. Es magnifico, necesito saber cuando y como seguira esto

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    1. Gracias por decirlo, anónimo. La historia se estará actualizando cada dos semanas, los días lunes si no hay imprevistos. Sobre como seguirá la historia, lo dejo a su imaginación.
      -Nero.

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  4. ¡Me esta encantando la historia, espero ansioso saber cómo continuará, excelente trabajo!

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    1. Muchas gracias. Por lo que veo está historia les ha gustado más de lo que pude imaginar, eso me hace muy feliz.
      La próxima actualización será en dos semanas.
      -Nero.

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