Cuando vine a dar a este cuerpo por accidente, el cuerpo de mi vecina, estaba muy confundido, ¿Cómo es que terminé convertido en mujer? Me preguntaba eso todo el tiempo sin tener ninguna respuesta buena, hasta que con el pasar de los días terminé por rendirme, dejando de cuestionar como es que cambie de cuerpo, y dejando de buscar alguna clase de solución, centrándome por completo en vivir mi vida con este cuerpo. Y ya que este cuerpo de chica iba a ser mío de ahora en adelante, decidí que lo menos que podía hacer para aprovecharlo era hacer que luciera de la mejor forma posible, y para ello tendría que ir al gimnasio.
Mi vecina tenía buen aspecto, no era mi chica idea pero con algo de entrenamiento podría hacer que su cuerpo fuera de mi agrado, por lo que tener un buen aspecto y tonificar este cuerpo era la meta que me había puesto para disfrutar de ser una chica mientras también me acostumbraba a mi nueva vida.
Fueron largos meses yendo al gimnasio, buscando la mejor rutina, cuidando de mi alimentación al mismo tiempo que aprendía a cuidar de este cuerpo y mantenía su vida con ligeros cambios para que nadie se diera cuenta de que había una persona distinta controlado este cuerpo, puesto que parecía que la única persona consciente del cambio de cuerpos era yo, por lo que asumir la identidad de mi vecina era algo crucial para evitarme muchos problemas.
El tiempo siguió pasando y aprendí más de su vida, de mi actual vida y todo lo que la hacían característica, volverme una mujer soltera fue todo un reto pero con el tiempo aprendí a disfrutarlo y así con cierta alegría acostumbrarme a esta vida de mujer.
Dentro de todo este tiempo que he pasado adaptándome cada vez más a ser una chica, encontré un hermoso y muy pequeño vestido escondido en la parte más profunda del armario. Revisando con más detalle era un vestido que mi vecina siempre ocupaba cuando era un poco más joven y que por el tiempo dejó de utilizar sin tener el valor de tirarlo. Nunca había visto a mi vecina utilizar ese vestido, tuve que husmear bastante en sus viejas fotos para encontrar alguna foto donde lo vestía, y que guardará este vestido a pesar de los años, era algo difícil de ignorar para mí por alguna razón.
El vestido era negro, corto y escotado, me costaba imaginar a mi vecina usando ese vestido, pero ahora que yo tenía su cuerpo y que yo me había convertido en mi vecina, una extraña sensación me invadió y el deseo de utilizar ese vestido resonaba en mi cabeza. Antes de darme cuenta ese vestido se volvió una más de mis motivaciones en este cuerpo de mujer, ya que estaba decidido a entrenar y esforzarme en mejorar mi nuevo cuerpo hasta ser capaz de lucir ese vestido por primera vez.
Con esa motivación extra, han pasado meses desde que me convertí en mi vecina, yendo a entrenar todos los días para cumplir mi objetivo, el cual esta cada vez más cerca de ser una completa realidad. Esta mañana fui al gimnasio, me di una ducha al terminar el entrenamiento y tras dudarlo por unos minutos, tomé el valor de probarme el vestido al cual conseguí entrar finalmente, aunque por desgracia, todavía no era con el resultado que yo quería.
A pesar de que todo el entrenamiento hizo más delgado mi cuerpo y ya puedo entrar en el ajustado vestido, creo que gané un poco más de musculo del necesario, por lo que la imagen mental que tenía de mi usando este vestido es bastante diferente a la realidad.
El vestido es mucho más ajustado de lo que imaginaba, se pega a mi cuerpo y no deja nada a la imaginación, supongo que no tiene nada de malo llamarlo un vestido revelador, pero incluso si es su objetivo creo que justo ahora muestra demasiado; es un milagro que mis pechos sigan dentro del escote, mi trasero también se volvió enorme, al igual que mis muslos los cuales parecen ser capaces de romper las costuras del vestido en cualquier momento; ahora que me detengo a pensarlo, mi entrenamiento puede que no fuera el correcto y por eso terminé con un poco de musculo, el necesario para hacer que algún pobre chico se sienta intimidado. Sin embargo, al verme con este atrevido vestido, ser una mujer linda y fuerte no me desagrada. De hecho, creo que me siento mejor que nunca.
Poder utilizar este lindo vestido negro y ajustado iba ser una de mis pruebas definitivas para aceptar este cuerpo, y aunque fue de una forma diferente a la que imaginé, al verme en el espejo puedo decir con total seguridad que me siento feliz con este cuerpo y los resultados de mi arduo entrenamiento, estoy feliz conmigo mismo, y eso me parece un paso muy importante para aceptar mi cuerpo y vida como una mujer.
Al detenerme un momento a pensar en estas cosas, me doy cuenta que ya he cumplido uno de mis objetivos más grandes, pero haber cumplido este objetivo no me detendrá de seguir entrenando, seguir buscando ropa bonita y seguir aceptando la vida que ahora tengo un poco más con cada día. Haber cumplido ese objetivo significa que debo ponerme nuevos objetivos para seguir disfrutando de mi nueva vida.
A estas alturas no estoy seguro de si me gustaría o no volver a mi antiguo cuerpo de hombre, creo que mientras pueda seguir con este cuerpo fuerte y bello, seguiré cuidándolo y amándolo, si no lo hago yo mismo nadie más lo hará, así que seguiré mejorando para que cada día me pueda superar más y por supuesto, amar un poco más.
Créditos en la imagen. |
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