Despertaba por la mañana con un montón de frío de pies a cabeza, con un intenso dolor en todo el cuerpo y los rayos del sol golpeando mi cara cegándome por un instante, me gustaría seguir durmiendo hasta tarde como había planeado pero nada parecía estar a mi favor; a pesar de que me movía todo se sentía muy frío y duro, buscaba mis cobijas por la cama pero no las encontraba, mi última opción era levantarme en busca de mis cobijas y cerrar la cortina para que el sol no golpeara más mi cara y así seguir durmiendo, pero apenas intente levantarme sentí un jalón que me llevó contra el suelo; el jalón me obligó a despertar por completo y darme cuenta de todo el cambio en mi cuerpo al ahora tener enormes pechos al aire y que me rebotaban, además de un largo cabello dorado que cubría mi visión. Sin embargo, las cambios que veía en mi cuerpo solo hicieron que una aterradora idea llegará a mi cabeza: una promesa por cumplir a la que nunca imaginé me tendría que enfrentar.
-No, no, no, no, ¡No! No puede ser, ¿¡Cómo me descubrió!? ¿¡Cómo lo consiguió!? No lo sé, solo sé que debo escapar de aquí-
Viendo mi cuerpo convertido en el de una mujer y conmigo muy cerca del suelo, recordé por completo la noche anterior: ayer estaba con mi novia, vine a pasar el rato con ella y aunque mi idea era irme a casa, terminé dormido con ella. Supongo que mientras yo dormía, mi novia no desaprovecho la oportunidad de cumplir con su extraña fantasía de convertirme en una chica.
Por si cambiar de sexo de la noche a la mañana no fuera suficientemente problemático, no pude evitar recordar que ella no me haría esto por un simple capricho, ella me había advertido, o más bien amenazado sobre transforme en mujer si hacía una estupidez. Por desgracia, la estupidez sí la hice, ¿pero como rayos fue que ella lo descubrió?
Hace casi un año tuve la oportunidad de engañar a mi novia varias veces durante un viaje, estuve con muchas chicas hermosas y vaya que lo disfrute, incluso cuando mi novia me descubrió no puedo decir que estaba arrepentido del todo. Sin embargo, no estaba dispuesto a perder a mi novia por un simple error, y después de suplicar y dar la mejor actuación de mi vida pude convencerla para no terminar conmigo. En ese momento no pensé que fuera la gran cosa, solo una amenaza vacía o un sermón para que ella no se viera como una completa idiota al darme una nueva oportunidad, pero ahora que lo estoy viviendo, sus palabras aparecen en mi cabeza como si hubieran sido dichas hace solo un momento.
"Yo te estoy dando otra oportunidad porque te quiero, y si la aceptas, estás prometiendo ser honesto conmigo. Si me vuelves a fallar, yo te prometo que te convertiré en mujer y te haré pagar muy caro por todo lo que me hiciste: por romper tu promesa y por engañarme dos veces" esas son las palabras exactas que mi novia me dijo hace un año, y ahora que yo he sido convertido en mujer, me doy cuenta de lo en serio que ella estaba hablando.
Maldita sea, en ese momento solo acepté la promesa porque pensé que era una chica tonta que perdonaría cualquier cosa, pero ahora me doy cuenta de lo loca que está por haberme convertido en una mujer, y por haber descubierto mi última aventura de alguna manera.
Sé que lo había prometido y en realidad mi relación con mi novia estaba yendo bastante bien... pero quería probar algo diferente, incluso intenté negociar con mi novia que me dejará hablar con una chica solo una vez, algo a lo que ella se negó y provocó que yo fuera con la chica a espaldas de mi novia hace algunas semanas. Y como ya había ido con esta otra chica una vez, pensé que ir un par de veces más no sería problema, solo para estar satisfecho y volver a estar feliz con mi novia para siempre.
Mientras recordaba todo lo que había pasado con mi novia, intentaba quitarme el collar con correa que seguro ella me colocó cuando yo dormía. Por si tener un collar digno de una mascota fuera poco, mi novia también ató los pies a su cama, por eso al intentar levantarme me caí, y sin importar mis esfuerzos en quitar los nudos, el progreso era demasiado lento. De verdad que me esforcé en quitar los nudos, tirando, jalando hasta intenté morderlos para quitarlos más rápido, pero todos esos métodos fueron inútiles, quedando a merced de mi novia cuando entró a la habitación.
-Veo que ya despertaste, y con muchas energías, Jeanne. Te ves tan hermosa-
Oí decir a mi novia al abrir la puerta y verme desde arriba con una sádica expresión en la cara. Quizás era porque yo estaba tirado a lado de la cama, pero cuando mi novia entró se veía enorme, era más alta que yo, y su presencia era imposible de ignorar, haciéndome sentir aún más pequeño a mi que intentaba ocultar con vergüenza las nuevas partes íntimas de mi cuerpo usando los brazos.
-C-c-cariño, yo-
-¿En serio tienes el descaro de decirme así, imbécil? Ya veo porque te interesaba tanto ese "juego", sin duda te queda ser una perra-
Ella ni siquiera me dejó hablar, estaba completamente furiosa y no tenía duda de que sabía la verdad, aun si ella no lo había dicho, era una situación que me lo daba a entender y mis oportunidad de escapar parecían cada vez más escazas.
-Bien, creo que ya sabemos porque estas así. Si no hubieras roto tu promesa, yo no tendría que estar cumpliendo la mía-
-¿¡Cuando rompí la promesa!? Todo debe ser un error o malentendido, solo quítame la correa y hablemos, ¿Si? No hace falta que me conviertas en hombre todavía-
Al negar los hechos ni siquiera yo podía creer por completo mis palabras, ¿pero que más podía hacer? No estaba dispuesto a aceptar un castigo injustificado, por lo que no tenía más remedio que intentar mentir o convencer a mi novia de que ella estaba exagerando.
-¿Quieres que te quite la misma correa que le pusiste a esa chica? Puede que no la veas, pero es la misma, ella me la dio, lo único que yo hice fue modificarla para que no te la quites y ponerle una plaquita con tu nombre: Jeanne-
-P-pero yo me llamo...-
-Jeanne, te llamas Jeanne. Tu otro nombre y vida quedaron en el pasado cuando volviste a fallarme. Algo me decía que no te diera otra oportunidad pero quería creer en ti, confiaba en ti, y me decepcionaste, otra vez-
Era difícil decir algo o argumenta para librarme de este problema, mi novia interrumpía mis palabras en cada ocasión y por lo que ella decía, mi novia ya había conocido a la otra chica, por lo que hablar demasiado solo haría que mi castigo fuera mucho peor.
-Perdón-
Dije en voz baja y agachando la cabeza, después de pensarlo por minutos, no había mejor elección. Si no había palabras suficientes para hacerla creer que es un malentendido, solo me restaba intentar ganarme su piedad como la última vez para volver a la normalidad.
-¿Me engañaste dos veces y eso es lo que vas a decir? Como sea, no esperaba nada de un mentiroso y una disculpa no cambia las cosas, ni cambiará el hecho de que yo sí cumpla mi promesa-
Con eso dicho pudo ver como mi novia buscaba algo fuera de mi vista, oculto del otro lado de la puerta y que posteriormente puso frente a sus pies. Ella tenía consigo un maletín oscuro que al abrirlo reveló todo su contenido para juegos de adultos, enfocado especialmente en juguetes para las chicas, ella se dio el placer de tomar algunas de esas cosas pervertidas, mirarlas con detenimiento y luego hablar conmigo.
-Me pregunto ¿Cómo se usará todo esto?, algunas pocas cosas las he visto y aún más pocas cosas he utilizado, sabes que no me gustan las cosas rudas pero a ti sí, ¿verdad, cariño? Así que compré todas estas recomendaciones y cosas que tú querías probar conmigo, para que ahora tú y yo las probemos en tu nuevo cuerpo, señorita. Así que, ¿Con cuál te gustaría empezar?-
En ese maletín había de todo, la mirada de mi novia era una más que maliciosa, disfrutando de la mera idea de humillarme con todos esos juguetes que definitivamente yo quería utilizar, pero no en mi propio cuerpo.
El pánico comenzaba a apoderarse de mí, me costaba creer que mi novia en serio llegaría tan lejos por un pequeño error, y antes de que pudiera decir cualquier cosa para evitar este injusto castigo, mi novia volvió a tomar la iniciativa.
-¿No puedes elegir? Entonces lo haré yo. Empezaremos con esto, aquí están las orejas y ya tienes puesto el collar, así que solo falta ponerle la cola a la perra. Tú sabes muy bien donde va-
Del maletín sacó todo lo que había usado para engañarla con esa otra chica. El atuendo era idéntico al que le puse a la otra chica, y de verdad quiero creer que solo es parecido y que no es el mismo que utilizó la otra chica cuando pasamos la noche haciendo ese juego de rol pervertido, solo que entre más tiempo lo miro, más humillado me siento y la incertidumbre se vuelve aún más grande, haciéndome rogar porque yo ni utilicé el mismo atuendo pervertido que usó la chica con quien engañe a mi pareja.
-No... No lo hagas...por favor-
Suplique una vez más, que tal como las veces anterior, no conmovió a mi novia ni le quitó su maliciosa sonrisa del rostro.
-Puedo y lo haré, una promesa es una promesa, y como te dije, yo sí cumplo mis promesas. No obstante, no lo haremos aquí, no pienso ensuciar mi habitación contigo nunca más. Iremos a un motel que hay varias calles abajo, ese que ya conoces tan bien-
Cada que mi novia tenía ocasión me golpeaba con insultos y sobre todo con hechos de los que no podía defenderme, puesto que ese motel que mencionaba era el motel donde había estado pasando el rato con la chica de mi aventura. Creí que era pequeño y discreto, ni siquiera es la primera opción en la ciudad, pero de alguna forma mi novia lo descubrió y hará de ese pequeño paraíso mío un sitio donde castigarme.
Sin más que decir ella empezó a guardar todos los juguetes y prendas eróticas en su maletín, tomando todo lo necesario para llevarme al motel. Cuando ella preparó sus cosas, se acercó a la correa para desatarla, pensé que ese era el mejor momento para escapar, el único intento que tendría para huir, era mi última oportunidad, y aún así, simplemente me quede quieto en el suelo viendo como ella tomaba mi correa para arrastrarme consigo.
-Espera, ¿Piensas llevarme desnuda hasta el motel?-
Le pregunté con timidez aún en el suelo.
-Por supuesto, y más te vale que camines o jalare de tu correa las veces que sea necesario-
-¿Y si alguien nos ve?-
-A mi me da igual que te vean. Y si es la policía simplemente te dejaré atrás o algo así, no podrás hacer nada, dudo que la policía crea que una chica sin historial como yo fui capaz de volver mujer a un hombre y dominarlo como a una perra para ir al motel. Suena ridículo, ¿No lo crees? Apuesto que sí dices eso, a quien llevarán presa es a ti, y no creo que en la prisión te traten mejor que como yo lo pienso hacer-
Por muy horrible e irreal que fuera así era la situación, ahora que mi novia lo decía, incluso si escapaba de alguna manera, nadie creería en mi, pensarían que soy una mujer loca y si debo elegir entre la cárcel, el manicomio y mi vengativa novia... Es difícil decidir cual de todas es la opción menos mala para mi.
¿Alguien podría ayudarme? No tengo forma de comprobar mi identidad, no tengo nada de valor más allá de mi cuerpo, si pido ayuda ¿Qué me garantiza que van a ayudarme y no ser más maliciosos que mi novia? Entre más pienso en las posibilidades peor me siento, y me hace sentir que solo tengo una manera para seguir adelante, incluso si es en pésimas condiciones.
-¿Vas a seguir perdiendo el tiempo, perra tonta? Ya date prisa, toma el maletín y camina, Jeanne. Si no lo haces, te pondré tu cola y orejas ahora mismo para que sufras un poco más al caminar-
Esa terrible amenaza me hizo reaccionar, tener una cola en el trasero con la cual caminar era una experiencia que me quería evitar, así que me puse de pie, tomé el maletín con ambas manos y lo sujete contra mis pechos para intentar ocultar un poco la desnudez en mi cuerpo mientras mi novia en silencio caminaba varios pasos por delante de mi, tal como una dueña que lleva de paseo a su mascota.
Al estar en está situación, convertido en mujer y a merced de mi novia, no puedo dejar de creer que es un castigo excesivo para el pequeño error que yo cometí, tanto al engañarla como al romper nuestra promesa. Ya aprendí la lección, no debería romper una promesa, no hace falta que ella cumpla la suya para que yo entienda mi error. Sin embargo, no importa lo que diga, lo que piense o como me sienta, la única realidad aquí y ahora es que estoy desnuda, sujetando un enorme maletín con cosas pervertidas para ir a un motel, donde mi novia hará todo lo posible con mi nuevo cuerpo de mujer para que nunca me olvidé de lo importante que es cumplir una promesa.
Muy buena historia, bien merecido lo tiene por andar de mujeriego y engañar a su novia, espero disfrute ser una chica jaja
ResponderBorrarMe alegra leer su punto de vista y que haya disfrutado de la historia, Drako Conner. Muchas gracias.
Borrar-Nero.
Sería muy gracioso que la razón por la cuál ella conoce a la otra chica, es porque ahora son pareja jaja
ResponderBorrarCiertamente es una idea interesante, OlvTG. Aún así espero haya disfrutado del desenlace que hice para esta historia.
Borrar-Nero.