-¡Oh! Ella es genial, tiene grandes cuernos, un cabello corto que no tape su vista además de un buen rabo y piernas sexys y poderosas, ¡Ella lo tiene todo!-
-Muchas gracias por decirlo, sus piernas se ven así porque es una gran atleta, es muy difícil que se canse y es más veloz que muchos de mis mejores caballos-
-¿En serio? Pero no sólo importa su eficacia, también importa su apariencia ¿Puedo tocar?-
-Adelante-
Hasta ahora me mantuve en silencio escuchando la conversación de la ovejita consentida por el granjero y un cliente más que interesado en tenerme, algo que realmente no me desagradaba, por lo que de forma obediente me acerque al granjero y levanté un poco mi blusa para que él pudiera tocar todo lo que quisiera. Además de en mis piernas, parecía muy contento de mi vientre plano y marcado, se notaba su interés en mis capacidades físicas y mi excelente forma atlética, algo que se volvió normal para mi desde que comencé con este nuevo estilo de vida.
¿Cuándo fue que comencé con esto con exactitud? No lo recuerdo muy bien, pero yo diría que fue al poco tiempo de reencarna como una chica monstruo en este mundo de fantasía.
Lo último que recuerdo de mi anterior vida es que yo era un chico algo ordinario, pero mi mayor característica era mi afición a los deportes, era bastante bueno por lo que puedo recordar. Por desgracia, recuerdo vagamente estar involucrado en un accidente de tránsito y lo siguiente que recuerdo, es haber despertado en este lugar.
Desde el momento en que me desperté, lo hice en este cuerpo; era un cuerpo pequeño y de aspecto delgado, con la piel bronceada y que no solo no era un cuerpo de hombre, tampoco era un cuerpo completamente humano; yo había despertado en el cuerpo de una mujer, o al menos en parte mujer, puesto que mi nuevo cuerpo tenía rasgos de un animal; más tarde lo confirmaría, pero tenía rasgos de antílope o algo parecido a juzgas por los cuernos en mi cabeza, la pequeña cola esponjosa a mi espalda; la preferencia por hierbas en mi alimentación, además de unas piernas muy fuertes con las que podía correr a gran velocidad y saltar de maneras que nunca podría hacer sin ayuda de algún equipo deportivo.
Todos estos cambios eran muchos y muy confusos para mi, despertarme como una semi-chica en un mundo digno de la fantasía no estaba en mis planes. Sin embargo, apenas me desperté, una linda chica oveja regordete me ayudó a acostumbrarme a todo esto. Yo nunca le dije algo sobre mi vida anterior, sobre la idea de haber reencarnado y traté de convencerla de que solo tenía problemas de memoria, algo que ella pareció aceptar pero no creer. De todas formas, ella siempre fue amable conmigo, me cuidado desde que llegué a este mundo y aunque siento que ella sospecha que hay algo raro en mi, nunca ha intentado presionarme para decirlo, limitándose a ayudarme a lidiar con esta forma de vivir.
Esa linda y gordita chica oveja fue quien me confirmo que yo era una chica monstruo de clase antílope, y que si no tenía un sitio donde ir, ella podía ofrecerme vivir en la granja donde ella trabajaba. Fue sincera conmigo, y dijo que técnicamente yo tendría una vida como ganado, pero salvo algunas reglas, en dicha vida de ganado yo no tendría que preocuparme por nada más allá de entrenar y hacerme muy rápida, puesto que en este mundo mágico, parece que las carreras de antílopes son muy populares, por lo que si me esforzaba podía tener una vida maravillosa como chica monstruo al ser campeona de esas competencias.
Tenía mis dudas sobre esa oferta tan generosa, parecía tan buena que debía ser una mentira, en especial porque según la chica oveja mi cuerpo tenía las condiciones perfectas para ser toda una promesa, algo que yo misma descubrí cuando tras solo calentar los músculos y esprintar un poco, ya había recorrido una distancia ridícula para cualquier atleta profesional. Por lo que sin nada que perder y mucho que ganar, acepte la oferta de la ovejita para unirme a su establo de chicas monstruo.
Al principio era muy vergonzoso para mi no solo ser una chica, ser una chica monstruo que no sigue y no viste como las humanas normales, yendo muy ligera de ropa para no entorpecer mis entrenamientos. Había ocasiones donde humanos y monstruos se detenían a mirarme por un buen rato mientras calentaba o cuando ya estaba sudando, quedando a la vista de todos por casi todo mi entrenamiento sin poder hacer mucho al respecto.
Con el tiempo pude acostumbrarme bastante a las miradas lascivas y de admiración por mi cuerpo, adaptarme y mejorar según las nuevas capacidades de mi cuerpo de chica monstruo, saludar a quienes se acercaban a echar un vistazo cuando entrenaba, y terminé por acostumbrarme a casi no usar ropa porque se sentía como una molestia cada que me movía. Entre todas las cosas nuevas, sin duda la mejor era ser cuidada y consentida por el granjero y la ovejita, puesto que a cambio de seguir entrenando duro para las competencias brutales de las chicas antílope, ellos se encargaban de cumplir hasta el más pequeño de mis caprichos, una atención a la que no me podía negar.
Después de meses de arduo entrenamiento y de acostumbrarme a mi nueva vida, mi cuerpo se había moldeado por completo para cumplir con mi tarea, me había convertido en toda una chica dura lista para ganar cualquier competencia de quien deseará comprarme y valorarme.
Ahora mismo, la ovejita que es la segunda al mando del granjero, esta terminando de cerrar un trato increible con el mejor postor; si él me compra pasaré a ser de su propiedad, y aunque será una lástima despedirme del granjero, la ovejita y las criaturas que conocí aquí mientras yo entrenaba día con día; no puedo negar que la idea de competir con otras chicas monstruo y ganarles es sumamente emocionante; podré tener mejores desafíos cada vez, dejaré de vivir en un corral para tener un mejor hogar y quizás me vuelta mucho más popular de lo que ya soy.
Honestamente no había pensado en convertirme en un atleta en mi vida pasada, pero en está vida mágica donde he reencarnado como una chica monstruo, dedicar mi vida a las competencias para ganar, ser adora y ser super popular, es algo muy emocionante.
Me distraje mucho en mis pensamientos, creo que el postor está decidido en comprarme, y eso me hace muy feliz porque yo estoy lista para dar lo mejor de mi y volverme toda una chica monstruo en este sorprendente mundo donde reencarne.
Créditos a quien correspondan. |
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