lunes, 24 de marzo de 2025

¡Mamá no deja de molestar!: El acuerdo

    La cena estuvo bien, fue tranquila, supongo. Mamá no habló conmigo, pero tampoco me insulto o busco más problemas al compartir la mesa, dejando solo un silencio incomodo entre ella y yo, estoy seguro de que podía cortar la tensión con un cuchillo, pero ya había tentado mucho a mi suerte el día de hoy, así que mejor no hacer alguna tontería que pudiera arruinar mis planes.
    Después de la cena donde mamá ni siquiera me agradeció, le pedí permiso para ir a preparar la bañera de su habitación. No me importó dejar mi cena a la mitad, solo le pregunte si podía entrar a su habitación para prepararle la bañera mientras yo terminaba de cenar y limpiaba tanto la cocina como el comedor a la vez que ella hacía lo que quisiera, una oferta que no rechazó. De hecho, me hizo sentir como si fuera lo mínimo que pudiera hacer por ella.
    Ahora que lo pienso, mi cena apenas tuvo sabor. Quiero decir, no soy mal cocinero, al menos no como para tener problemas con mi matón. Sin embargo, por todos los nervios que tenía sobre nuestro acuerdo apenas pude saborear la cena, comiendo por obligación más que por gusto o elección. Si la ansiedad tuviera un sabor, estoy seguro de que a eso sabía mi cena, ni siquiera la primera vez fue tan difícil compartir la mesa con mamá, pero a pesar de no disfrutar ni de la comida ni mucho menos de la compañía, supongo que comer algo me mantenía un poco distraído, como si se tratará de un momento de paz antes inevitable de la batalla.
    Cuando terminé mi cena, fui a revisar la bañera, por fortuna todavía había jabón por lo que solo tuve que seguir las instrucciones, añadir algunos aceites y dejar que la bañera se llenará con agua caliente para dar como resultado un montón de burbujas que cubrían toda la superficie de la bañera junto con un aroma agradable en cuanto se entrará al baño.
    Con la bañera lista, le dije a mamá que ya podía darse un buen baño, algo que sin agradecer aceptó y se metió a la bañera. Para ese momento yo seguía sin poder tener un descanso, puesto que tuve que volver a la cocina para limpiar los platos, cubiertos y hasta la mesa, y posteriormente volver a la habitación de mamá para volverla un pequeño spa para ella.
-Ni siquiera hice esto por mi verdadera madre... cuando la traiga de vuelta, intentaré ser un mejor hijo para ella-
    Susurré esas palabras mientras la nostalgia me invadía, sé que solo han pasado unos días desde que mi bullly robó el cuerpo de mamá, pero han sido unos pocos días tan intensos que se sienten como largas semanas en las que no he podido encontrar la forma de recuperar a mi madre. Me gusta creer que soy capaz de recuperar a mamá y la prometedora vida estudiantil que me esperaba sin mi bully de por medio. Sin embargo, han sucedido tantas, tantas cosas, que no he podido hacer nada para ayudar a mamá; no he podido hablar del tema con mi bully, no he encontrado alguna pista en casa; quizás en la escuela pueda averiguar algo, pero para eso necesito investigar un poco más; de alguna forma lo voy a lograr.
-Las cosas van a mejorar, de alguna forma van a mejorar-
    Intentaba convencerme de esa idea para sentirme mejor, o al menos sentirme un poco menos ansioso de lo que ya estoy.
    Puse sábanas limpias en la cama de mamá, encendí una enorme vela aromática que tiene en un rincón de su habitación, también utilice mi celular para poner el primer vídeo de música relajante que encontré, y solo me quedo esperar a que mamá saliera de su baño de burbujas para comenzar con la verdadera parte complicada de nuestra apuesta.
-Supongo que llevabas algo de razón, ese baño se sintió muy bien, aunque ahora huelo como a putas rosas o algo así-
    Un enorme suspiro lleno de alivió se escuchó mientras el vapor caliente del baño se extendía hacía la habitación de mamá, ella había salido de su baño de burbujas un poco antes de lo que imaginé, pero su cuarto estaba bien decorado para crear un ambiente sencillo y tranquilo como el de un spa, supongo.
    Lo primero que hice al ver la puerta abrirse fue ponerme de pie a los pies de la cama, esperando a que mamá diera el visto bueno de la decoración. Sin embargo, cuando el vapor comenzó a disiparse y yo pude ver a mamá, de inmediato me di media vuelta y me cubrí la cara, puesto que de todas las cosas que podía esperar, no pensé que tendría una imagen tan descarada justo frente a mi.
-La próxima vez no le pongas ese perfume de nena a la bañera, no quiero oler como una nena-
    A pesar de la tranquilidad en sus palabras, yo no podía estar nada tranquilo, algo que ella notó de forma instantánea, aprovechando la oportunidad para burlarse de mi tal como siempre hacía en la escuela por las cosas más pequeñas.
-¿Qué paso, perdedor? ¿Tanto te avergüenza de ver a una mujer? Sabía que eras patético, pero no me imaginé que lo fueras tanto-
    Sus burlas me hundían un poco, por desgracia para mi la vergüenza era más como para siquiera mirarla o responder.
-Perdón.... yo... yo no esperaba verte de esta forma-
    Apenas y logré tartamudear, a lo que sin darme tiempo mi molesto bully respondió.
-¿Y cómo demonios esperabas darme un masaje, idiota? Hay que tocar y masajear los músculos, y para hacer eso, la ropa sobra- 
    Lo que decía tenía sentido, de hecho era lo que debía de hacer.... pero aunque fuera la forma correcta de hacerlo, tener a mamá frente a mi de esta forma lo volvía mucho más difícil de lo que pensaba.
-¿Y que estas esperando? Tú mismo pediste este acuerdo, tú fuiste quien lanzó la oferta, ¿Y con solo mirarme ya te diste por vencido? Por mi no hay problema, solo recuerda que incluso conmigo convertido en una mujer, tú eres quien siempre estará a mis pies-
    Cuando la puerta del baño se abrió y todo el vapor desapareció, mamá salió "lista para su restort" usando solo una toalla de baño para cubrir su cuerpo; parecía un muy pequeño y ajustado vestido blanco; sosteniendo la toalla sobre sus pechos para hacerlos ver más grandes de lo que ya son; con el largo de la toalla cubriendo su cintura como si de un vestido muy ajustado se tratará; y por último con la parte inferior de la toalla cubriendo poco menos de la mitad de sus muslos, no dejando nada a la imaginación ya que casi todo en ella se podía apreciar.
     Por si su belleza fuera poca cosa, parecía que el baño de burbujas le vino de maravillas, mamá parecía radiante y llena de energía, y de no ser por las malvadas y maliciosas expresiones en su cara, podría jurar que ella es mi verdadera madre y no mi bully que le robó su cuerpo de alguna manera.
    Su corto cabello rubio estaba un poco húmedo y goteando agua de la bañera sobre sus hombros, recorriendo todo su cuerpo y provocando que la ajustada toalla que la cubría se viera aún más ajustada, mamá se veía hermosa, rejuvenecida, con un buen aroma y que podría cautivar a cualquier hombre... cualquiera menos yo, ya que bajo cualquier contexto que lo imaginé, la situación solo es rara, confusa y humillante. Ya sea que tenga a mamá o a mi bully frente de mi, yo no estaría cómodo, y sus palabras solo lo hacían peor para mi, por lo que la idea de abandonar la apuesta se cruzó por mi cabeza.
-¿Entonces te rindes? Si lo haces, más te vale no pedir una oportunidad más otro día ni olvidar cual es tu lugar, idiota-
    Mamá dijo al salir por completo del baño, caminando alrededor de mi como un depredador acechando a su presa, o tal como hacía mi bully para intimidarme cuando estábamos en la escuela, era parte de su rutina, una de la cual nunca me pude liberar por mi cuenta, y de la que parecía que está vez no sería la excepción ya que sin pensarlo agache la cabeza mientras soportaba su presencia cerca de mi.
-Supongo que para no olvidarlo, me quedaré con está porquería-
    Al oír esas palabras, mi cabeza se movió por si sola, descubriendo que "la porquería" de la que mamá hablaba, en realidad era el anuncio que hizo Maya para su club, y que al verlo cada vez más maltratado y en peor estado, no pude quedarme más tiempo agachado y sintiendo lástima por mi situación.
-¡Lo haré!-
    Dijo en voz alta, lo suficiente como para llamar la atención de mamá.
-Q-quiero decir, me tomó por sorpresa... pero lo haré, puedo seguir con la apuesta-
    Mi voz era nerviosa, esforzándome para que no temblará con cada palabra que a duras penas salía de mi boca.
-¿De verdad vas a hacerlo? ¿En serio tienes lo necesario para cumplir la apuesta? No tienes que esforzarte tanto, perdedor. Ya hiciste mucho sin desmayarte al verme así, puedes irte antes de que sea demasiado tarde-
    A pesar de lo tentadoras que podía ser esas palabras, yo me las arreglé para negar con la cabeza, parándome firme y señalando la cama.
-Cuando gustes... podemos comenzar-
    Definitivamente mi bully no se veía contento al darse cuenta de que no me podía doblegar, al menos no todavía, y aunque su cara lo decía todo, él no dijo nada más, quitándose la toalla y acostándose boca abajo en la cama para comenzar el masaje.
    No estoy seguro de donde saque valor para afrontarlo, pero lo hice, y ahora que lo tenía de espaldas me sentía un poco más tranquilo. Quiero decir, tener a "mamá" de espaldas a mi tampoco era lo mejor, no era una vista que disfrutará en lo más mínimo, de verdad que no la disfrutaba, pero tenía que soportarla para continuar con nuestro trato.
-¿Así está bien?-
    Me preguntó mi bully al ponerse cómodo sobre la cama.
-Sí, así está bien. Vamos a comenzar. Primero: quiero que te relajes... concentrate en la música de fondo... respira lentamente... intenta averiguar cual es el aroma de la vela-
-¿Qué tonterías son esas? Dijiste que me darías un masaje y no aceptaré menos que eso-
    Como era de esperarse, no perdió el tiempo en ponerse a discutir, viéndome de reojo para intentar meter presión, algo que funcionó solo un poco, obligándome aún más a estar concentrado en el tema.
-Y eso haré, pero estos pasos te ayudarán a sentirte mejor. Si quieres no tomamos este tiempo como tiempo de masaje, pero te juro que funcionará-
    No muy convencido de mi respuesta, mi bully suspiró, lo que tomé como una señal de que podemos seguir adelante.
-Muy buen... como te decía; respira, relajate, también puedes cerrar los ojos, todo esto te ayudará a sentirte mejor-
    A regaña dientes, vi como el cuerpo de mamá cerraba los ojos y hundía su rostro sobre la cama, su respiración se volvía más tranquila, su cuerpo perdía un poco de tensión y podía escuchar su relajada respiración acompañada de la música de fondo. Después de todo internet no mentía, y lo poco que pude investigar estaba funcionado, aunque sea un poco "mamá" parecía más relajada. Sin embargo, eso solo era el inició.
    Deje que mamá disfrutará del silencio por unos momentos antes de comenzar el siguiente paso, mirando con mucha atención su espalda y tomando valor para llevar mis manos sobre la misma; la parte complicada la dejaría para el final, y para dar inicio al masaje, empezaría por los hombros y la espalda alta.
    Con eso en mente, tomé uno de los varios aceites que había en el cuarto de mamá y tras un largo suspiro, lo deje caer lentamente en su espalda.
-¿¡Qué demonios estás haciendo, imbécil!?-
    El silencio desapareció de un momento a otro, y mi supuesta madre que parecía a punto de quedarse dormida, de repente saltó de la cama mientras me gritaba y amenazaba con el puño en alto. Por mi parte, en cuanto la escuché gritar de la forma más femenina posible retrocedí, y en cuanto miré que volteo en mi dirección sin importarle que estaba desnuda, yo me cubrí la cara para no mirarla.
-¡Perdón! ¡No sé que hice pero lo lamento!-
    Dije sin atreverme a mirar a mamá, al menos no por completo, puesto que uno de mis ojos veía que ella no se acercará para darme una paliza o algo por el estilo, encontrando en su lugar una expresión que era difícil de poner en palabras por la mezcla entre ira.. y lo que parecía ser vergüenza.
-¿Cómo que no sabes que hiciste, imbécil? ¡Seguro que lo hiciste a propósito! ¿Qué mierda me pusiste?-
-P-perdón... solo era aceite... puedes leer que es para masajes-
    Con timidez di mis razones y extendí el pequeño frasco de aceite a mamá, que de mala gana lo leyó y chasqueó la lengua, sin poder ocultar su expresión ni por un momento.
-Debiste decirlo.... No estaba lista para eso-
    Creo que mi bully intentó sonar mandón o intimidante, pero con la expresión que llevaba por toda la cara, creo que por primera vez no pude sentir tanto miedo de mamá como yo imaginaba... creo que por primera vez realmente parecía una mujer.
-Lo siento de nuevo, no creí que te fuera a avergonzar-
    Ambos nos dimos cuenta de esas palabras, no sé porque lo dije, yo quise decir "asustar" no "avergonzar", quise disculparme de inmediato e instintivamente me cubrí la cabeza, pero antes de que pudiera hacer algo, mi bully ya me estaba respondiendo.
-¿¡Avergonzar!? ¿¡Avergonzar!? ¡A MI NADA ME DA VERGÜENZA, IDIOTA! Y QUE TE QUEDE BIEN CLARO-
    Me gritó dándose la vuelta hacía mi, a lo que yo no dude en darle la espalda para no mirarla. 
-No me dio vergüenza ni nada por el estilo... solo que... ¡Solo que el aceite estaba muy frío!-
    Sus palabras, aunque con lógica, no sonaban muy convincentes, y si bien yo no iba a contradecirlo, parece que él mismo quería creer por completo lo que decía. 
-¿Eres más idiota con cada día? Vengo de bañarme con agua caliente, y tú de repente me lanzas un jodido aceite frío a la espalda, ¡Ni siquiera me avisaste! Y si vuelves a hacer algo sin decirlo, juro que te reviento con todo lo que encuentre a mi paso-
-Sí, lo siento, lo siento mucho. Te juro que no volverá a pasar-
    Él ni siquiera había terminado de amenazarme cuando yo ya estaba pidiendo perdón y prometiendo que no volvería a cometer ese error, uno el cual también me hizo reflexionar aún más. No era el mejor momento para pensarlo con detalle, pero tal como pasó con el dolor en el cuerpo de mamá, mamá no era fanática del frío, y si ese aceite de verdad le pareció frío, mi bully comparte más cosas de las que imaginé con el cuerpo de mamá.... quizás, y solo quizás, por accidente había encontrado algo útil para defenderme de mamá... solo tenía que ponerlo a prueba en cuanto tuviera una oportunidad.
    La enorme ira y vergüenza de mi bully fueron disminuyendo con el tiempo, volviendo a darme la espalda, y después de unos segundos volviendo a acostarse para seguir con el masaje.
-Empieza de nuevo desde el comienzo, es tu castigo por ser un "hijo" imbécil-
    En realidad apenas habían pasado unos minutos desde que comenzó el masaje, así que iniciar de cero era un castigo piadoso para lo que había sucedido.
    Una vez más di instrucciones a mamá para que pudiera relajarse, concentrarse en el dulce aroma de la veladora, cerrando los ojos para no preocuparse por lo que la rodea, dando ideas con las cuales podría despejar su mente y regular su respiración, para que después de unos minutos, le informará que echaría un poco de aceite en su espalda para seguir con el masaje, algo que ella aprobó después de insultarme. Pude ver como su cuerpo se estremecía un poco cuando el aceite caía sin más en su espalda, pero está vez no se quejó, ni gritó ni mucho menos puso una expresión tan entrañable como hace unos momentos.
-Joder... es mejor de lo que pensé-
    Escuché su suave susurró acompañado de un suspiro lleno de alivio cuando pasaba mis manos sobre sus hombros, haciendo que el aceite se esparciera sobre ella, moviendo con cuidado mis dedos y mis manos para masajear a mamá.
    Alguna vez le había dado un masaje a mi madre, pero siempre estaba sentada en el sofá o de pie, nunca se me había ocurrido preparar toda una experiencia de spa para ella... ni mucho menos pensé tener a mamá en las condiciones que "ella está" ahora, y que por desgracia, tendré que acostumbrarme hasta recuperar a mi verdadera madre.
    Mis manos pasaban con cuidado sobre sus hombros hasta llegar a sus brazos, pasando más veces de las necesarias en un intento de quemar tiempo, algo de lo cual parecía no darse cuenta mi matón. Después de eso, mis dedos bajaron un poco más sobre su espalda, matando el tiempo al hacer todo lo que se me ocurría sobre su espalda alta, evitando las partes más cercanas a sus pechos.
-Pon más aceite, idiota. Yo lo pago-
     No podía cuestionar a "mamá", así que con su indicación dada, yo obedecí, colocando un poco más de aceite en su espalda, haciendo que ella soltará otro suspiro mientras su espalda cada vez tenía un mejor aroma y un lindo brillo como resultado del exceso de aceite que poco a poco absorbería su piel.
    Los minutos transcurría, y por fortuna estaba exprimiendo todo el tiempo posible para evitar las partes más "femeninas" en el cuerpo de mamá, en un abrir y cerras de ojos, había gastado poco más de la mitad del tiempo recurriendo los hombros, los brazos, el cuello y la espalda alta de mamá. Por lo que no pude protestar cuando ella finalmente pidió algo más.
-¿Qué no piensas ir más abajo? Te estas tardando, idiota. Y usa más de ese aceite, no quiero que me toques con tus sucias manos-
    Me costaba creer que sus palabras sobre mis manos fueran ciertas, puesto que por casi 30 minutos no se había quejado. Sin embargo, me ahorré ese comentario, suspiré y me preparé para tocar su cintura y su espalda baja, no sin antes intentar poner un poco más de ese aceite de mamá.
-¿Qué espera? Te cobraré el tiempo que no hagas nada-
-Perdón, es que, se terminó el aceite-
    Por un breve momento mamá abrió los ojos, e imaginando las quejas que ella daría, me anticipe al mostrar otro frasco de la misma marca pero con un color distinto.
-Este esta casi nuevo, parece que solo lo usó una vez, ¿Esta bien si continuamos con este aceite?-
-Cuando vayas por las compras recuerda comprar ese otro aceite-
    Con su peculiar forma de estar de acuerdo, seguimos con el masaje de espalda, poniendo un poco más de aceite que de nuevo hizo estremecer a mamá y hacer que soltará un pequeño y raro suspiro. No quise ponerle mucha atención a eso, por lo que continúe con lo que sería la parte más complicada del masaje de espalda.
    En está ocasión mis dedos pasaban con cuidado por el contorno de su columna, acariciando con delicadeza la cintura de mamá, podía ver como ella se estremecía cada que mis dedos tocaban sus delgadas caderas, algo que por el bien de los dos quise ignorar.
    Además de su columna y su cintura, mis manos también se paseaban por su espalda baja, negándose rotundamente a llegar a su trasero, una zona que quería evitar tanto como me fuera posible tanto con mis manos como con la mirada. 
    Me imaginé que tocar esas partes del cuerpo de mamá sería complicado. Sin embargo, no pensé que hacerlo sería tan difícil como lo estaba experimentando.
    Ella no decía nada, mi bully no mediaba palabra alguna, pero su cuerpo era todo lo contrario; podía ver como se movía a cada momentos; se sacudía cuando tocaba sus caderas, se estremecía cuando me acercaba demasiado al final de su espalda; si tocaba algo con mucha fuerza ella se retorcía; y con cada momento que transcurría, podía oír suaves sonidos provenientes de los labios de mamá; y por algunos instantes, estoy seguro de que su expresión estaba tan roja como si aún estuviera dentro de la tina caliente.
-¿T-todo bien?-
    Me anime a preguntar después de un buen rato, algo a lo que mi madre no dudo en responder de una forma mucho menos grosera de lo que estaba acostumbrado.
-Por supuesto.... ¿O tienes algún problema? Dímelo para ponerme de pie-
    Si era una amenaza, no era tan amenazante como antes, ni siquiera me miraba al decir eso, y hasta donde yo podía ver, su cara tenía una expresión de vergüenza y placer, que ojala me hubiera evitado mirar.
-Te pondré más aceite, ¿Esta bien?-
    Ella asintió sin decir más, por lo que puse una generosa cantidad de aceite sobre su espalda que mamá notó de inmediato, moviendo su cuerpo al sentir el aceite que se esparcía sobre ella.
    La idea al ponerle todavía más aceite era lograr que ella se relajará, pero parece que conseguí todo lo contrario porque más que nunca su cuerpo se movía, sus caderas, sus brazos, incluso sus piernas, de milagro no se daba la vuelta para evitar el contacto con mis manos, y sin embargo cada vez que me detenía por unos segundos, ella volvía a decir que todavía le quedaba tiempo de masaje y que no me detuviera, creo que lo estaba disfrutando demasiado, y el motivo por el cual era tan bueno para ella no podía comprender ni cuestionarlo, solo pude quedarme en silencio tratando de evitar la vergüenza e incomodidad de tener a mamá con esa expresión sumisa en la cara y retorciéndose por el placer que le daban mis manos.
-¿Qué hora es?... ¿Y-ya terminamos?-
    Me preguntó mamá al levantar la cara de la cama, mirando alrededor para ubicarse e intentar volver a la realidad.
-No es tarde, te quedaste dormida unos 15 minutos. Tú tienes la última palabra, pero creo que deberías vestirte e ir a la cama-
    Le recomendé a mamá que con una expresión adormilada me veía a lo lejos limpiando las cosas que use para su masaje.
-¿Qué me hiciste?-
-Esa pregunta es rara... Yo no te hice nada salvo lo que acordamos....-
    Ignorando que mi bully utilizó la peor elección de palabras posibles, suspiré para decirle que sucedió después de que ella se durmió.
-Diría que te dormiste faltando unos 10 minutos del masaje. No sé si lo recuerdas, pero te puse aceite de masaje en la cintura y más abajo, en algún punto dejaste de quejarte o de dar ordenes, te llamé pero no respondiste. Supongo que ahí fue cuando te quedaste dormido, pero te juro que yo seguí masajeando hasta que se cumplió la hora, después de eso te puse una cobija en la espalda y empecé a limpiar todo-
    Como pocas veces, mi bully parecía estar de acuerdo con lo que yo decía, mirando como su cuerpo desnudo estaba cubierto por una cobija, revisando la hora en su teléfono y viendo como muchas cosas del improvisado spa ya estaban limpias en su lugar.
    Supongo que "mamá" seguía bastante dormida, pero fuera el motivo que fuera, no lo iba a cuestionar, lo importante es que ella parecía creerme y no me estaba echando la bronca por lo que hice o no hice. Por una vez no quería discutir, y dadas las circunstancias, no podía esperar un mejor resultado.
    Mamá se tomó un minuto acostada en la cama, posteriormente se sentó y cubrió su cuerpo con la cobija. A pesar de solo dormir poco menos de media hora, parecía que despertó de una siesta profunda y que le estaba tomando más de lo necesario volver a la realidad, algo que no cuestione ni presioné.
-¿Ya te dije que eres un bastardo afortunado?-
    Soltó al aire después de varios minutos sentada en lo que yo limpiaba su habitación.
-Sí... supongo que lo has dicho algunas veces-
    Ante mi respuesta hubo silencio, más silencio del que me gustaría, por un momento pensé que se había quedado dormido de nuevo y me vería obligado a ponerle algo de ropa y meterlo a la cama, pero mientras ya me hacía a la terrible idea de cuidar del cuerpo de mamá, pude escuchar un suspiro seguido de una indicación.
-No te creas la gran cosa por haber ganado esta apuesta... una apuesta es una apuesta....-
    No pude evitar mirar a mamá cuando dijo esas palabras con una expresión de enojo y frustración en el rostro, mostrándome el dedo medio seguido de extenderme su mano.
 -Dame la jodida pluma y largate de mi habitación. Por hoy has ganado tú, pero más te vale mejorar en los masajes... y no volver a utilizar ese raro aceite-
    ¿Hubo problemas con el aceite? Quizás por eso mamá solo lo usó una vez. No obstante, ese era problema del mañana, porque ahora todo lo que me importaba era darle una pluma a mamá para que firmará el permiso provisional para unirme al club de Maya.
-Gracias-
    Susurré con timidez cuando ella me arrebató la pluma con la mano izquierda y sostuvo el cartel con la mano derecha.
-Sí, sí, lo que sea. Solo recuerda que en el momento que lo arruines, se acabó el permiso-
    Con mucha habilidad mamá hizo su firma en el anuncio de Maya, me lo arrojó junto con la pluma e hizo un gesto de desdén con la mano para que me marchará.
-¿En serio hay gente que cree en esas mierdas? Es una idiotez.... Como sea, mientras no falles con tu parte, pierde el tiempo como quieras-
    Sin darme otra oportunidad para agradecer, mamá me volvió a decir que me fuera de su habitación, primer orden que disfrute de cumplir al salir de inmediato para sonreír, levantar el puño en alto y disfrutar de lo que sería mi primera victoria contra "mamá" y mi primer avance en recuperar cierta normalidad en mi vida.
-Lo logré.... en serio lo logré... puedo lograr esto-
    Me susurré con orgullo y alegría, saboreando por completo la victoria, la que esperaba fuera la primera de muchas más, y que ahora con un poco más de libertad no solo podré ayudar a mi amiga, también podré encontrar tiempo y espacio para buscar una forma de traer de vuelta a mi mamá.
-Ahora que lo pienso, ¿A que se refería "mamá"?-
    Me da algo de vergüenza admitirlo, pero hasta ahora no he visto el cartel de Maya. Es decir, tomé uno de muchos diseños que había, pero no me detuve a leer ninguno, tampoco lo miré cuando Maya me lo entregó y como recién lo he recuperado, apenas voy a averiguar de que se trata el club que Maya intenta volver realidad.
-Ahora entiendo... supongo que tiene sentido... eso explica porque es una tontería para mamá... pero creo que va muy bien con Maya-
    Mirando con una sonrisa la perfecta firma mi madre, la señorita Linda Liare, puedo decir que estoy un paso más cerca de unirme al club escolar que está creando mi valiosa amiga, la jefa y líder del futuro club de ocultismo.

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