Los lascivos azotes se oían con fuerzas al igual que mis gemidos ante cada embestida que mi culo recibía, totalmente inmovilizada y sumisa al placer que mi hombre me daba con tantas fuerzas para hacerme correr una y otra vez sin descanso, desde hace más de una hora como consecuencia de la desobediencia y de intentar hacer una escena contra "mi amo", quien no mostraba compasión al mostrarme cual es mi lugar a partir de ahora.
¿Cómo fue esto posible? Hasta hace unas horas solo era una visita a casa de mi novia, quien me confrontó con evidencias por haberlo engañado con alguien más. Incluso al ser atrapada, no quise reconocer mi error, y lejos de disculparme, intente convencerlo de que él era quien estaba cometiendo un error al llevarme la contraria, que debía disculparse de inmediato y que solo después de comprarme algo a la altura de la mujer que soy, pensaría en quizás perdonarlo. Estaba segura de que él se doblegaría ante mis amenazas, ¡Él siempre lo hace! O mejor dicho, siempre lo hacía para tenerme contenta, pero está vez no resultó como esperaba, y muy lejos de disculparse o de cumplirme mis caprichos, mi novio se mantuvo muy firme en su postura de disciplinarme porque dentro de su casa soy su mascota.
¿Cómo fue esto posible? Hasta hace unas horas solo era una visita a casa de mi novia, quien me confrontó con evidencias por haberlo engañado con alguien más. Incluso al ser atrapada, no quise reconocer mi error, y lejos de disculparme, intente convencerlo de que él era quien estaba cometiendo un error al llevarme la contraria, que debía disculparse de inmediato y que solo después de comprarme algo a la altura de la mujer que soy, pensaría en quizás perdonarlo. Estaba segura de que él se doblegaría ante mis amenazas, ¡Él siempre lo hace! O mejor dicho, siempre lo hacía para tenerme contenta, pero está vez no resultó como esperaba, y muy lejos de disculparse o de cumplirme mis caprichos, mi novio se mantuvo muy firme en su postura de disciplinarme porque dentro de su casa soy su mascota.
Como era de esperar, yo nunca sería sometida a tal ridiculez ni le dejaría a él ser quien lleve las riendas de nuestra relación, pero muy poco importó mi opinión una vez que él sacó ese viejo y extraño libro.
Recuerdo que después de nuestra discusión, mi novio con mucha confianza tomó el libro con una mano y comenzó a leer sus páginas, provocando así que todo el libro emitiera un intenso brillo que me asusto un poco. Un libro no tenía porque brillar, menos cuando él lo estuviera leyendo en un idioma que no entendí, y que cuando finalmente terminó su lectura y cerrará el libro, un montón de extraños sucesos comenzaron a suceder dentro de mi.
Era como si estuviera hechizada o algo así, estoy segura de que ese libro tuvo alguna clase de efecto sobre mi, porque en el momento que él dejó de leer, fue que me percaté de todas esas sensaciones en mi cuerpo.
Me sentí más dócil de lo que nunca imaginé, ver a mi novio era como ver a una imponente figura de autoridad frente a mi, y aunque hace unos momentos yo quería verlo de rodillas disculparse por acusarme de algo que sí hice, después de que él leyó todo lo que podía hacer era agachar la cabeza debido a la vergüenza de mis acciones, esperando a que él diera una orden o indicación para obedecer.... era muy raro y humillante de pensarlo así, pero era como una niña pequeña que hizo algo malo, y ahora quiere enmendar las cosas con su padre para que ya no esté enojado. De un momento a otro, mi novio dejó de verse como un debilucho al que podía dominar a completa voluntad, a alguien muy poderoso del cual debía sentirme agradecida por tener en mi vida, y que lo menos que podía hacer para él, era portarme bien.
Además de una extraña sumisión ante la presencia de mi novio, había algo más en mi, algo que ni en mis peores momentos había sentido... un deseo tan intenso... de hacerlo, que me daba vergüenza reconocer lo caliente que me sentía una vez que terminó de leer ese libro.
Sentía mis pezones duros, mi entrepierna ponerse húmeda, frotaba mis muslos el uno contra el otro con la cara toda sonrojada mientras hacía mi mayor intento de mantener concentrada y no ceder ante lo que mi cuerpo quería tan desesperadamente de un momento a otro.
Sentí que me faltaba el aliento, me costaba ver a mi novio, me costaba aún más pensar con claridad, y entre todo ese remolino de emociones tan intensas que sentía, vi como mi novio se acercaba para sujetar mi collar y comenzar a caminar hacía su habitación, cosa que en completa sumisión acepté, caminando en silencio detrás de él tal como una mascota haría al salir de paseo con su amo.
Dentro de su habitación, mi novio ya tenía prepara la siguiente parte de su "castigo para disciplinarme", puesto que consiguió un juguete muy especial donde me acercó, encadenó mis muñecas y tobillos, para posteriormente quitarme el pervertido atuendo que él mismo me colocó.
De solo ver el lugar donde recibiría disciplina todo mi cuerpo se estremeció de emoción, no había experimentado tal sentimiento antes, y no puse nada de resistencia en el momento que él me ató ni mucho menos cuando me desnudo para darme algo que deseaba de forma desesperada.
No puedo estar segura de si todo esto fue obra suya o el libro tuvo que ver, alguna clase más de duro y directo efecto de lo que sea que él intentó conmigo. Sin embargo, fuera todo mérito de mi novio o no, tengo que reconocer que ha sido la mejor noche de mi vida en la cual sacó su lado más salvaje y dominante para mi, que tal como su deseada "gatita sumisa", disfruté desde una nueva perspectiva tan placentera como degradante. Ni yo misma podría creer que era una mujer dominante que siempre le gusta llevar el control en estás situaciones, porque justo ahora y debajo de mi novio, no pude hacer más que gemir, disfrutar y pedir más de todo lo que él tenga para darme mientras escucho y obedezco cada palabra dada por mi amo.
-¿Vas a obedecer?-
Me pregunto con completa autoridad, a lo que con completa sumisión le respondí.
-¡Ah! Sí, sí lo haré-
Una nalgada me hizo retorcerme de placer, solo para recibir otra igual a los pocos momentos, sin detener ni un segundo las embestidas que me hacía suplicar por más.
-¿Si que? ¿Qué harás?-
-Obedecer a mi amo-
-Bien dicho, eres una linda y cachonda gatita, así que como premio podrás elegir si lo quieres dentro o fuera-
-¡Ah! Sí, sí lo haré-
Una nalgada me hizo retorcerme de placer, solo para recibir otra igual a los pocos momentos, sin detener ni un segundo las embestidas que me hacía suplicar por más.
-¿Si que? ¿Qué harás?-
-Obedecer a mi amo-
-Bien dicho, eres una linda y cachonda gatita, así que como premio podrás elegir si lo quieres dentro o fuera-
Algo que en otro momento nunca hubiera permitido, ahora me parecía la mejor recompensa, a la cual respondí de inmediato y sin ocultar mi entusiasmo.
-¡Dentro! ¡Dentro! ¡Lo quiero dentro, por favor!-
-¡Dentro! ¡Dentro! ¡Lo quiero dentro, por favor!-
No podía creer lo que de mi voz salía, hasta suplicaba por eso y lo pedía por favor, algo que en ningún otro momento haría, ahora lo hacía por culpa del buen sexo de mi novio, y muy seguramente por culpa de su libro también.
-Para ser la primera vez que intentamos por este lugar lo haces como una campeona, pero mi linda gatita lo tendrá todo a dentro y después seguiremos negociando como vivirás el resto del fin de semana para que no olvides la lección, ¿Entendido?-
Sintiendo como su miembro palpitaba dentro de mí y mis piernas me fallaban con la entrepierna totalmente húmeda, tuve otro orgasmo al sentir como mi amo terminaba en lo más profundo de mi, deteniéndose solo unos segundos antes de iniciar el siguiente round sin importarle que yo estuviera lista o no, eso también era parte de su ejemplar castigo.
-Para ser la primera vez que intentamos por este lugar lo haces como una campeona, pero mi linda gatita lo tendrá todo a dentro y después seguiremos negociando como vivirás el resto del fin de semana para que no olvides la lección, ¿Entendido?-
Sintiendo como su miembro palpitaba dentro de mí y mis piernas me fallaban con la entrepierna totalmente húmeda, tuve otro orgasmo al sentir como mi amo terminaba en lo más profundo de mi, deteniéndose solo unos segundos antes de iniciar el siguiente round sin importarle que yo estuviera lista o no, eso también era parte de su ejemplar castigo.
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Créditos a quien correspondan. |
Horas, después de largas horas de dura y severa disciplina por parte de mi novio, él finalmente se había quedado sin energía, algo que le tomó mucho más tiempo que a mi, que incluso si no podía estar de pie, no lo detuvo de seguir dándome un castigo que tal como buscaba, no podré olvidar con facilidad... Supongo que para bien o para mal, ni yo lo quiero olvidar.
Al menos una vez que terminamos, mi novio estaba dispuesto a soltarme del juguete en donde me metió para "negociar" como sería mi vida bajo las ordenes de mi amo siempre que estuviéramos en su casa, lo cual parecía sería mucho tiempo como compensación por haberlo engañado, algo a lo que por muchos motivos no me podía negar.
-De acuerdo, empecemos por algo sencillo: quiero que mi kitty cada que quiera hablar ronronee o diga "nya" al final de sus frases, eso la hará aún más linda y no olvidará tan fácil su lugar dentro de mi casa-
Aunque mi instinto buscaba pelear y quejarme de la petición de mi novio, por alguna razón me puse completamente roja ante sus palabras, necesitando un momento para armarme de valor y responder.
-Eso... eso... eso sería muy humillante...-
-Exacto, esa es la idea-
Mi intento de protesta fue cuando menos patético, después de eso no pude decir nada más para negarme a su cruel y unilateral decisión, dando pie a que él pudiera seguir aumentando sus exigencias.
-Otra cosa que quiero es que siempre me llames "amo", nada de apodos o usar mi nombre, si lo haces serás castigada-
Una vez más intenté hablar, estoy segura de que moví mis labios, pero de mi boca no salió palabra alguna.
-Además, el amo tiene total control sobre su mascota, así que él decide que comer, vestir, hacer y como cuidar de su gatita-
Una de sus manos, la misma con la que tantas veces me azotó hace poco, ahora acariciaba mi barbilla con cariño tal como haría cualquier persona al mostrarle afecto a un animal del hogar. En otro momento le hubiera quitado la mano de un golpe o lo hubiera mordido, pero en está ocasión solo pude levantar la barbilla y acercarme a su mano para que él me mimará de una forma muy distinta a la habitual. Cuando me di cuenta de eso y como lo disfrutaba, intenté retroceder, pero el daño ya estaba hecho y mi novio había sido testigo de cada una de mis reacciones.
-Por último, y no por eso menos importante: cualquier intento de desobediencia al amo, por muy pequeño que parezca, deberá y será castigado como el amo quiera. Por está ocasión el castigo fue uno bastante íntimo, pero no esperes que siempre sea tan amable contigo-
¿Eso fue ser amable conmigo? Tengo todo el trasero adolorido, las piernas temblando y apenas recuperé el aliento. Si a eso lo llama "ser amable", la sola idea de enojarlo de verdad o recibir un peor castigo, hacía que mi cuerpo temblará y que la idea de ser "una buena gatita" se sembrará más y más dentro de mi cabeza tal como una doctrina que se debe obedecer al pie de la letra y sin realizar cuestionamientos.
-No te preocupes, gatita. Si te portas bien, recibirás caricias, podrás dormir en mi regazo, te compraré cosas lindas y disfrutarás mucho de tus días en mi apartamento, pero no te portes mal, porque no tendré problema en encerrar a mi gatita traviesa dentro de su juguete favorito por todo el fin de semana-
De solo pensarlo pude sentir como mi piel se erizaba, y por mucho que me humillará reconocerlo, ser una linda y obediente gatita para mi novio sería cosa mucho más sencilla que soportar la vergüenza y dureza de su castigo al dejarme expuesta dentro de nuestro juguete que tanto placer me ha dado está ocasión.
Con las reglas establecidas, el amo se acercó un poco más a mi y se agachó para mirarme a la cara.
-¿Alguna objeción, Kitty?-
Incluso si la había, no es como que pudiera decirla, no tenía objeciones en estos momentos, por mucho que me doliera, me humillaría y me sometería a sus reglas. Sin embargo, solo una vez más pude hablar, y lo hice para preguntar algo que de no tener respuesta, no me dejaría tranquila por el resto de mis días.
-¿Cómo?-
-¿Perdón?-
-Cómo me descubriste?-
Aún si eran pocas palabras, me tomó un gran esfuerzo poder decirlas. No obstante, ese esfuerzo fue respondido por una burlona sonrisa de mi novio.
-Si lo dices de forma correcta, quizás tengas respuesta-
Toda mi cara se tiñó de rojo al oír eso, puesto que sabía de sobra a que se refería mi pareja. Fue un debate breve dentro de mi, el cual tuvo la respuesta que mi novio deseaba.
-¿Cómo... cómo me descubriste... nya?-
Contra todo mi orgullo y buen juicio, dije justo lo que mi pareja quería, "recompensando" mi esfuerzo con unas cuantas caricias más.
-Solo fue un truco de magia, Kitty-
-¿Un truco de magia?-
-No tienes de que preocuparte, pero si quieres saber los detalles, tendrás que ser una buena gatita por lo que queda de visita-
Sin dejarme responder, mi novio me desató y me metió a la bañera, donde cuidadosamente me limpió, me vistió y posteriormente me acostó sobre su regazo para descansar un rato. No era exactamente lo que quería como respuesta y recompensa, pero con todo el cuerpo cansado y adolorido, supongo que una siesta es necesaria para en otro día seguir descubriendo como él se dio cuenta de mi infidelidad, y como fue capaz de dominarme a completa voluntad. Solo espero ser capaz de hallar toda la verdad, antes de que este juego de ser su gatita llegué demasiado lejos, puesto que una vida como su gatita sumisa dentro de su apartamento es algo que difícilmente creo ser capaz de soportar.
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Créditos a quien correspondan. |
Mucho texto
ResponderBorrarAsí es, anónimo. Lo normal en una historia extendida es que tenga mucho texto, si prefiere historias más cortas podría leer algo de otro día de la semana, ya que los sábados y algunos lunes es donde dedico espacio a contenido más extenso.
Borrar-Nero.
Wooow me encanto la historia y espero que haya parte 2 por favor ❤️
ResponderBorrarEsta es la parte 2 .-.
BorrarGracias a ambos por comentar, justo este es el segundo capítulo, el anterior está la semana pasada y el próximo estará el sábado que viene.
Borrar-Nero.