-¡Te va otro cliente, Adelena!-
Oía gritar a mi jefe, escuchando a su vez como los pasos de un hombre nervioso se acercaba hasta mi cuarto privado; complexión delgada, cabello largo, sin barba o algún rasgo que demuestre ser peculiar, un cliente más del montón que a menos que venga todos los días yo olvidaré en cuanto se marche de aquí; nada fuera de lo habitual, pero no por ello lo hace menos desagradable para mi.
-Oh, qué mujer, su cuerpo es tan lascivo y sexy, no puedo esperar más a que-
-Guarda silencio, escoria. No tienes derecho de hablarme. Tirate al piso-
Contesté con desprecio en cuanto oí los comentarios sobre mi cuerpo, que sin importar lo muy acertados que fueran no eran mi culpa, cuando reencarne en este lugar no pedí ser una mujer, menos ser una tan alta y fuerte en comparación del promedio, por lo que sumando eso al diminuto atuendo que estoy usando para "mi trabajo" en este lugar, no puedo negar que tengo una imagen sexy y provocativa para toda la clientela, una bola de pervertidos atraídos por mi físico, por mi atuendo y por mi personalidad.
Oía gritar a mi jefe, escuchando a su vez como los pasos de un hombre nervioso se acercaba hasta mi cuarto privado; complexión delgada, cabello largo, sin barba o algún rasgo que demuestre ser peculiar, un cliente más del montón que a menos que venga todos los días yo olvidaré en cuanto se marche de aquí; nada fuera de lo habitual, pero no por ello lo hace menos desagradable para mi.
-Oh, qué mujer, su cuerpo es tan lascivo y sexy, no puedo esperar más a que-
-Guarda silencio, escoria. No tienes derecho de hablarme. Tirate al piso-
Contesté con desprecio en cuanto oí los comentarios sobre mi cuerpo, que sin importar lo muy acertados que fueran no eran mi culpa, cuando reencarne en este lugar no pedí ser una mujer, menos ser una tan alta y fuerte en comparación del promedio, por lo que sumando eso al diminuto atuendo que estoy usando para "mi trabajo" en este lugar, no puedo negar que tengo una imagen sexy y provocativa para toda la clientela, una bola de pervertidos atraídos por mi físico, por mi atuendo y por mi personalidad.
Al despertarme en este extraño cuerpo, en un mundo aún más extraño, no me enteraba de nada; ni de que ocurría en este sitio, ni como o porque terminé aquí, y menos podía entender como es que acaba convertido en una mujer alta, poderosa y con un látigo en mano para defenderse de las adversidades de este lugar.
Desperté en medio de un bosque con poca ropa y ese látigo con el cual me abrí paso ante las criaturas de fantasía que se ponían en mi camino, la mayoría eran criaturas inofensivas que se iban apenas me defendía. Sin embargo, el cansancio y el hambre eran mayores cada día, hasta pensé que podría morir de hambre o de fatiga si no encontraba una forma de volver a la normalidad, o al menos una forma de cuidar de las necesidades de mi nuevo cuerpo.
Cuando pensé que todo estaba por terminar al no poder ahuyentar a una chica slime, mi suerte cambió con la repentina llegada de un hombre que no solo me salvó del peligro, también me dio comida y donde dormir para recuperar mis fuerzas, algo que agradecí mucho en aquel momento.
En cuanto recuperé un poco de mis fuerzas pude hablar con ese sujeto, quien me hablaba sobre vivir aventuras, criaturas mágicas, un rey demonio y muchas cosas dignas de la mejor serie de fantasía, y que lejos de seguir siendo fantasía para mi, ahora eran parte de mi realidad en este mundo al cual no me quería enfrentar.
Le explique al hombre que yo solo era un hombre común y corriente, que no era una aventurera o algo por el estilo, que solo quería recuperar la vida que ya conocía, y que estaría muy agradecido si él podía hacer algo para ayudarme.
Para mi sorpresa, el hombre me creyó con mucha facilidad, incluso me dijo que no era raro oír de reencarnaciones, transformaciones o toda clase de cambios provenientes de la magia y las maldiciones, por lo que mi caso era uno más en este lugar. No obstante, tal como sucedía con muchos "reencarnados", volver a su cuerpo y a su mundo no era tan sencillo, y que a consciencia de ese hombre, él no conocía nada que haya sido capaz de volver a la normalidad, por lo que no podría ayudarme tanto como me gustaría.
Lo único que podía hacer por mi era cuidarme unos días más para que yo siguiera mi camino, o por el contrario, volverme una más de sus empleadas. Resulta que ese hombre era un aventurero retirado, que no tuvo mejor idea que ganarse la vida con una especie de burdel para todo tipo de especies y criaturas en este lugar, por lo que si yo no quería arriesgarme la vida en aventuras, él podría darme trabajo en su lugar para ganarme la vida en un trabajo para el que nunca hay descanso.
Tuve que pensarlo bastante en realidad, hacer ese tipo de trabajos no me generaba ninguna emoción o placer, pero morir a manos de alguna criaturas extraña de este lugar era mucho peor. Incluso si ahora yo era mujer, no quería ser sometida y sumisa noche tras noche, lo cual despertó una idea retorcida por parte del antiguo héroe, y es que gracias a mi físico poderoso, gran altura, cuerpo definido y el látigo que me había protegido estos días, el viejo aventurero me sugirió volverme una dominatrix en su burdel.
Tuve que pensarlo bastante en realidad, hacer ese tipo de trabajos no me generaba ninguna emoción o placer, pero morir a manos de alguna criaturas extraña de este lugar era mucho peor. Incluso si ahora yo era mujer, no quería ser sometida y sumisa noche tras noche, lo cual despertó una idea retorcida por parte del antiguo héroe, y es que gracias a mi físico poderoso, gran altura, cuerpo definido y el látigo que me había protegido estos días, el viejo aventurero me sugirió volverme una dominatrix en su burdel.
Me quede un poco asqueado ante la idea, aunque no sería sometido, eso de someter a hombres pervertidos tampoco me hacía ilusión, hacerlo con otros hombres no estaba en mis planes ni en esta ni en la anterior ni en mi futura vida, pero por desgracia ese hombre era demasiado bueno con sus palabras. El antiguo aventurero supo endulzarme el oído, supo que decir y encontró la manera de motivarme, darle una oportunidad a esto, decir cuanto ganaría noche con noche al cubrir este trabajo donde solo debía azotar con mi látigo a algunos sujetos que deseaban ser castigados y humillados de forma física y verbal. Aún recuerdo algunas de sus palabras exactas a las que todavía no encuentro como refutar puesto que él tenía toda la razón: "Te pagarán por ser cruel y despiadada cuando estés con ellos, y sin importar que les hagas, cada vez te irá mejor."
Esas palabras junto con el hecho de tener donde vivir y comer fueron todo lo que hizo falta para que aceptará este trabajo, al menos por ahora.
Ha pasado un mes desde que empecé a trabajar, y aunque casi acabó con el dueño cuando me obligó a ponerme este ridículo, lascivo y apretado traje, debo admitir que es todo un éxito.
En cuestión de días se esparció el rumor de que al fin había una dominatrix en este poblado, misma que no dudaba en mostrar su repulsión, castigar y dar órdenes en privado a todos sus clientes, siendo especialmente dura con los hombres pervertidos que día con día iban a visitarla.
Recuerdo que los primeros días tenía miedo de poder lastimar a los clientes o que se tomarán a mal lo que sea que fuera a decirles. Sin embargo, para mi asco y desgracia, cada cosa que yo hacía solo hacía que los clientes estuvieran más pervertidos y satisfechos conmigo, ¡Estaban como locos! Y sin importar cuanto intentará ser más dura con ellos, todos y cada uno de ellos solo pedía que fuera aún más lejos, un montón de causas perdidas ante las que me tuve que rendir y cumplir con sus más lascivos deseos.
Sin embargo, y sin importar que hago esto día con día, de verdad que me cuesta creer como es que hay personas que disfrutan de todo esto. En este lugar y en muchos más hay súcubus, slimes, elfas, chicas vaca y todo tipo de razas para cumplir con todo tipo de deseos, y entre todas las posibilidades, Adelena la dominatrix ya se ha labrado un nombre al cumplir con cientos de fetiches y deseos a los clientes de estos lares.
Supongo que es un poco más sencillo para mi cuando trabajo con mujeres, supongo que disfruto un poco más de jugar con estas pervertidas, las mujeres me siguen pareciendo muy atractivas aunque ahora yo sea una de ellas, pero sin importar lo lindas que sean, hay momentos en este lugar donde se vuelven locas, unas asquerosas pervertidas que solo yo puedo dominar, tal como sucede con hombres y criaturas mágicas a las que yo pongo en su lugar. Algo que no me hace sentir precisamente orgullosa o contenta.
Al pensar en esto justo estoy trabajando con un cliente medio desnudo, aunque yo no puedo presumir de tener mucha ropa que me cubra, mi cliente esta tirado a mis pies, emocionado y salivando en cuanto sacudí mi látigo para castigarle, algo que solo lo hizo estar aún más ansioso por su supuesto castigo.
-Pobrecito. De verdad que me das asco, eres repugnante-
Dije viéndolo con lástima y siendo sincero desde el fondo de mi corazón, teniendo una respuesta igual o más sincera que la mía de su parte.
-¡Sí! Lo sé muy bien, por eso merezco un castigo,¡Castigue me!-
Di un pequeño suspiro y puntapié al tipo que sintió el golpe por mis duros tacones, aceptando eso como una pequeña nimiedad en comparación de su castigo principal.
-Tú no me das órdenes, las doy yo y me aseguraré de que lo entiendas-
Con un triste suspiro más y algo de sudor recorriendo mi cuerpo por los sucesivos clientes, estaba listo para despachar a uno más hasta que aprendiera su lección o a mí me dejará de parecer repugnante, lo que sea que fuera a pasar primero en las próximas 3 horas que dura la sesión.
Dije viéndolo con lástima y siendo sincero desde el fondo de mi corazón, teniendo una respuesta igual o más sincera que la mía de su parte.
-¡Sí! Lo sé muy bien, por eso merezco un castigo,¡Castigue me!-
Di un pequeño suspiro y puntapié al tipo que sintió el golpe por mis duros tacones, aceptando eso como una pequeña nimiedad en comparación de su castigo principal.
-Tú no me das órdenes, las doy yo y me aseguraré de que lo entiendas-
Con un triste suspiro más y algo de sudor recorriendo mi cuerpo por los sucesivos clientes, estaba listo para despachar a uno más hasta que aprendiera su lección o a mí me dejará de parecer repugnante, lo que sea que fuera a pasar primero en las próximas 3 horas que dura la sesión.
![]() |
Créditos a quien correspondan. |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario