martes, 18 de marzo de 2025

Problemas de otro tiempo

-Lo haces excelente, mucho mejor de lo que esperaba. Sabía que tener una mujer negra no sería inútil después de todo, hasta una estúpida e inferior persona como tú es capaz de tratar a un hombre adecuadamente. Adelante, si continuas haciendo un buen trabajo con tu sucio cuerpo puede que te de un aumento-
    Decía aquel hombre golpeando directo a mi orgullo masculino mientras yo estaba desnuda y a sus pies cumpliendo con la orden de que chupará su miembro, cosa que por mucho que no quisiera hacer, tenía que hacer, ya que ahora yo era "inferior" a él, por no decir que soy de su propiedad. Por esas mismas razones no tuve más remedio que desnudarme al instante frente a él para ponerme de cuclillas y obedecer la orden. Su pene rápidamente se puso duro cuando me vio quitándome la ropa y creció en mi boca cuando comencé a utilizarla para darle placer al presionar mis labios alrededor de su falo y movía mi lengua para hacer un trabajo mejor para "mi dueño".
    Todo mi cuerpo se sacudía al hacer este humillante acto, especialmente mis pechos que por mucho que odiara admitirlo, se habían puesto duros por el sexo oral que estaba dando mientras me sujetaba de la hombría del señor al que sirvo y doy placer, mirándolo hacía arriba con una expresión dócil en mi rostro o cuando menos no desafiante para evitarme más problemas.
    A juzgar por sus reacciones que veía desde mi inferior posición, podía decir que lo estaba disfrutando, ya sea por el buen trabajo que hacía con mi boca o por el simple hecho de que él disfrutaba de humillarme, cosa que hacía cada que podía. Por fortuna para mi, está vez tenía mi cabello amarrado para que no me estorbe en mis labores, porque de no tenerlo atado, lo más seguro es que mi señor me tomaría del cabello para marcar el ritmo que él desea para sentirse mejor sin importarte que yo pudiera soportarlo o no.
    A pesar de la denigrante posición en la que estoy, siendo la "sirvienta" de piel negra de este mezquino hombre, hasta hace poco yo no era una mujer, ni era una sirvienta, ni mucho menos pertenecía a esta época tan horrible que quedo grabada en los libros de historia.
    En estás condiciones me da vergüenza admitirlo, yo era un hombre blanco en sus 60 años y mi nombre era Jacob, dueño de una compañía multinacional que generaba dinero por muchas ciudades en todo el país, ganando un montón de dinero, reconocimientos y empleados felices que dedicaban su vida a hacerme más rico a cambio de las migajas de mi dinero. Todo era perfecto, y esperaba que muy pronto mi compañía llegará fuera del país para tener aún más éxito. Sin embargo, siempre tiene que haber un obstáculo en la vida, ¿No es así? Y ese obstáculo en mi vida vino en la forma de mi personal de limpieza.
    Al parecer, las mujeres de mi compañía se quejaban de que mi empresa era machista y racista, al no dar oportunidades laborales a las mujeres ni otras razas más allá de ser personal de limpieza, que no importaba si tuvieran muchos estudios o grandes habilidades, si era mujer o de otra etnia, todo lo que ofrecía mi empresa para ellas era ser personal de limpieza o probar suerte en otro sitio.
    Aunque no estaba de acuerdo con eso de "igualdad de derechos"  y otras cosas modernas que me parecen innecesarias, deje que algunas mujeres tuvieran otros puestos donde como secretarias ganaban un poco más de dinero por verse bonitas, llevar las copias y cafés a los trabajadores de verdad que hacer algo real en mi compañía.
    Por alguna razón, eso solo enfureció más a las empleadas, que poco a poco fueron menos al comenzar a cansarme de esas alborotadoras que solo querían hundir mi arduo trabajo, provocando ellas mismas que yo tuviera que tomar la decisión de despedirlas, algo completamente innecesario si ellas se hubieran limitado a cumplir y obedecer con lo que les pedía, como hacían las mujeres en mi época.
    Si de alguna manera no ha quedado claro, para mi todo eso que ellas querían era un problema, para mi no había ningún problema en separar hombres de mujeres, así como buenos de malos elementos, por lo que intenté ignorar sus quejas, luego les di la oportunidad de mejorar, y cuando pidieron aún más, tuve que ponerme firme y despedir a todas esas mujeres que no aportaban nada a la empresa, algo que con gusto volvería a hacer para salvaguardar la integridad y prestigio de mi compañía.
    Con este creciente problema, un buen día una vieja compañera de la universidad apareció en mi oficina, era imposible olvidarla; era de las pocas mujeres que entró a la universidad en esa época, y además de terminar la licenciatura, también completó una maestría y doctorado, por lo que además de ser hermosa, estaba bien capacitada a pesar de ser una mujer.
    Aquella compañera llegó a la empresa ofreciendo su ayuda para mediar la situación, pedía un puesto en mi compañía como asesora para poder mediar la situación con las trabajadoras, mejorar la imagen de la empresa y hacer que mi dinero creciera todavía más en poco tiempo. Sus estudios, diplomados y constancias eran certificados de garantía sobre lo que ella podía aportar a la empresa si le daba la oportunidad, cosa a la que rotundamente me negué porque no había forma de que una mujer como ella pudiera lograr por su cuenta, acusándola de inmediato sobre que todos esos reconocimientos académicos los había logrado al acostarse con doctores y maestros muy aventureros al mezclarse con una mujer tan particular como lo era ella, por lo que en bajo mi supervisión como dueño de la compañía, el mejor puesto que le podía otorgar era como jefa de intendencia.
    Esos comentarios enfurecieron por completo a mi ex compañera de piel oscura, quien con un largo suspiro dijo algo sobre como personas como yo y esa clase de pensamientos hacen un gran daño a la sociedad, que quizás en otra época eran aceptados o hasta bien vistos, pero que hoy día no, que pensar de esa manera solo me traería problemas y que sentía mucha lástima por las personas que "tenía que lidiar con un hombre del siglo pasado". Ante semejante falta de respeto hacía mi persona, llamé a seguridad para que la escoltarán afuera, algo que por desgracia no hizo falta ya que ella se limitó a darme las gracias por mi tiempo y salir de mi oficina acompañada de cerca por los guardias.
    En ese momento sentí que yo era el ganador, quien tenía dinero y una empresa era yo, solo tenía que buscar nuevos empleados para que todo siguiera el curso natural de la vida, creí que el problema ya se había terminado, pero recién ahora me doy cuenta de que eso solo fue el inicio de mis problemas y que quizás mi forma de pensar no era la indicada, ya que a la mañana siguiente de ese evento, no desperté ni en mi casa, ni en mi habitación, ni mucho menos en mi propio cuerpo.
    Cuando me desperté, yo estaba en una pequeña choza de madera vieja, sobre una pésima cama que parecía caerse a pedazos, con sábanas delgadas e incomodas que provocaban picazón en todo mi cuerpo. Por si esa humillación fuera poca, bastó con mirar alrededor para ver que mi lamentable choza solo tenía unas pocas prendas gastadas de mujer junto a escobas y trapos para hacer la limpieza.
    Al ver la ropa de mujer, tuve un horrible presentimiento por lo que baje la mirada, dándome cuenta que yo estaba usando un viejo camisón que cubría casi todo mi cuerpo, por lo que de inmediato me lo quité para confirmar lo que tanto me temía, mi nuevo cuerpo no solo era el de una mujer, también mi piel tenía un tono más oscuro del que jamás me gustaría tener, haciendo que fuera difícil para mi decidir que era lo peor y más degradante de mi aparente nuevo aspecto.
    No me gustaba la idea, pero tuve que vestirme con esa vieja y gastada ropa que había en mi miserable habitación, usando ropa interior blanca y muy distinta a las que usan las mujeres hoy en día, junto con una falda verde que me llegaba hasta los tobillos, unas botas de cuero grandes y viejas, con una blusa de un blanco desgastado cuyas mangas llegaban hasta mis muñecas, terminando de vestirme al usar una especie de trapo en la cabeza para mantener atado mi largo y oscuro cabello de mujer.
    Con aquella humillante vestimenta tuve que salir de esa asquerosa choza, solo para encontrarme con un mundo diferente, uno del cual recuerdo por los lejanos libros de historia junto a los relatos que mis familiares más viejos me contaban sobre como era el mundo en sus tiempos; sin autos o televisión, mucho menos celulares o wi-fi; las personas se movían en carruajes o con caballos por caminos de tierra; con vestimentas tan extrañas y antiguas como la mía, con mujeres usando faldas largas, corsets y dejando apenas a la vista la piel, y con hombres usando pantalones blancos, grandes cinturones y solo algunos de estos, usando abrigos teñidos de color que despertaban el interés del resto de las personas. Todo era tan raro como impresionante, me sentía atrapado en otra época, misma en la cual me vi obligado a tener una nueva perspectiva de vida, cuando descubrí que en este tiempo y en este lugar, todavía era posible comprar a una persona como si fuera una mera propiedad.
    Aún recuerdo como en mi primer día aquí, un hombre blanco me ordenó cocinar y limpiar para él, algo a lo que no solo me negué, también le respondí y me intenté marchar, cosas que me enseñaron por primera vez la terrible desigualdad a la que muchas personas fueron sometidas en esa época, y que de cierta manera, es un problema que persiste a la fecha.
    En consecuencia de mis actos, ese hombre me castigó al momento, no estaba nada contento con mi respuesta y me "enseñó mi lugar" a base de azotes en mi trasero y limitando mi comida durante unos días. Esas cosas nunca las había vivido, nunca pasó por mi cabeza que pudiera experimentar algo así, y por supuesto pensé que solo estaban exagerando las historias, pero al menos para mi todo esto es demasiado real, lo suficiente para que después de unos pocos intentos más, yo comenzará a ser más obediente y disciplinada con ese horrible hombre blanco que solo me trataba como si yo fuera un objeto, algo que me duele admitir, yo hacía de cierta forma con todas las mujeres que llegaban a mi empresa. Quizás nunca les puse un dedo encima ni me acosté con ellas, pero eso no significa que excluirlas, pagarles menos y limitarlas a verse bonitas y hacer la limpieza era un problema que no quería reconocer. Yo era un hombre problema y por ende, mi empresa también causaba problemas a muchas mujeres que solo querían ganarse la vida de manera justa.
    Tuvo que ser de la peor manera para mi, pero con todo el dolor en mi orgullo, no tuve de otra más que aprender a vivir en mi nueva posición, yo era una mujer "negra e idiota" que no sabía leer, ni escribir, ni hacer operaciones matemáticas básicas, lo único que "sí podía hacer" era la limpieza del hogar de ese hombre, lavarle la ropa, cocinar para él, y ahora hasta satisfacerlo hasta que mi amo se sienta contento.
    Con el tiempo atrapado aquí, mi espíritu se rompió un poco cada día, comencé a dudar de lo que hice en mi vida anterior y entendí que no había marcha atrás de este lugar, que alguna fuerza mística o astral o lo que fuera me castigó de esta forma por las acciones e ideas en mi vida antigua, y sinceramente no creo que haya una forma de solucionarlo por lo que debo acostumbrarme a que esta es mi vida ahora. Quiero decir, llevo meses aquí viviendo como una mujer negra en una época antigua, y aún después de aprender mi lección, no creo volver a despertar en mi anterior vida. A veces no hay segundas oportunidades o cosas tan buenas, por lo que día con día que despierto aquí, me hago más a la idea de que está es mi vida ahora y para siempre.
    Todo lo que me queda es aprender a hacer un buen trabajo como "sirvienta", casi todas las labores del hogar ya las hago a la perfección, sin embargo, la más importante que es complacer a este hombre todavía no la domino muy bien, soy una simple y tonta aprendiz que usará su cuerpo para tener feliz a su dueño las veces que este se lo ordene, con la esperanza de mejorar un poco en cada ocasión, y así quizás en un lejano día, ganarme mi libertad.
    Al verme obligado a hacer esto no puedo evitar ponerme sentimental y recordar que en algún momento mi yo pasado mataría por tener a una mujer así, obediente, sumisa y a su completa disposición para ordenarla en lo que sea. Nunca me imaginé que yo me volvería esa "mujer perfecta" de mis fantasías, que de perfecta no tiene nada, puesto que dedicar mi vida a satisfacer a su hombre no es para nada como lo imaginaba... Mi forma de pensar no era la que imaginaba... Muy tarde entendí que cometí muchos errores en mi vida pasada, y quizás estar atrapado en este cuerpo y en esta época era la única forma de que me daría cuenta de todos los daños y males que cometí... Si tuviera una segunda oportunidad, me gustaría enmendar todos los errores que cometí y de los que recién soy consciente... pero si nunca llega esa segunda oportunidad, no tengo de otra más que seguir con mi nueva vida en esta época y lugar.
Créditos a quien correspondan.

3 comentarios:

  1. Hola Nero, cuanto tiempo jsjs antes que nada me gustó la historia, creo que are algo similar en un futuro jsjs, y otra cosa, quería pedirte algo, te escribo por aquí porque por correo ya no puedo jsjs así si puedes me gustaría pedirte algo jsjs

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hola, Jessica. Ciertamente ha pasado un tiempo, espero que te encuentres bien y me alegra que te guste la historia.
      Una disculpa si me adelanto a lo que quieres decir, pero si se trata de una petición, no estaré haciendo eso en un largo rato. La vida no me da tiempo para más cosas.
      Si se trata de algo más, te estaré leyendo y respondiendo en cuanto pueda.
      -Nero.

      Borrar
  2. Jsjs si a pasado bastante, yo no eh podido ni siquiera leer o actualizar mi blog, lamentablemente la vida no deja jeje, pues si era justamente eso, una petición de cumpleaños realmente jshs pero lo entiendo, yo estoy igual con el tiempo, espero al menos ponerme al día con tus historias que se ven interesantes jshs, aún así gracias Nero y un gusto volverte a ver jshs 🖤

    ResponderBorrar