Siempre juntas

-Oye, oye, oye, es encantador. Soy un encanto, no me molesta para nada la mujer en la que me he convertido, ¡Lo amo!-

Decía con total confianza y seguridad, llevando mis manos hasta la cabeza, disfrutando de la sensación de tener tetas de un buen tamaño que se mueven a cada leve movimiento a pesar de mi joven aspecto.

Mi nombre es Daniel, aunque un buen tiempo seré Daniela, junto a mi grupo de amigos que ahora son mis amigas tras visitar con éxito a esa bruja extraña con un montón de inseguridades.

-¿Lo ven? Les dije que funcionaría, eso de cambiar de género era posible con magia y ahora somos hermosas mujeres. Y lo mejor de todo es que nos salió gratis, solo tuvimos que fastidiar un rato a esa pequeña bruja con anteojos-

El orgullo de mi rubia amiga Cristina, antes conocido como Cristofer, era tan notorio como su cuerpo; con su rubio cabello y grandes atributos, junto a unos ojos dorados, hasta parece una chica extranjera de película y la satisfacción de tener ese cuerpo y lo que hizo para conseguirlo, lo deja muy en claro.

-¿Están seguros que fue la mejor idea? Pudimos haber ahorrado un poco y pagar a la bruja por el cambio de sexo qué nos hizo-

Argumentaba la pelirosa del grupo, con la tetas más grandes y un aspecto de lo más sumiso, perfecto para Esteban, qué ahora como mujer es llamado Stephanie.

-Vamos, no tiene nada de malo. Además no sabíamos si sería verdad o no, ¿Qué tal si pagábamos todo lo que la bruja quería y era una estafa?-

Yo decía con arrogancia y satisfacción sin dejar de ver tanto mi nuevo cuerpo como el de mis compañeras.

-¡Cierto! Lleva razón, mejor nosotros la estafamos qué ella a nosotros; solo tuvimos que fastidiar un poco en su local antes de darnos lo que queríamos para que nos marcháramos-

Cristina y yo estábamos más que satisfechos con lo que hicimos. A pesar de que todos teníamos curiosas por ser chica cuando menos un día, no estábamos dispuesto a pagar todo lo que esa bruja quería, así que conseguirlo gratis nos vimos de maravilla. Aun así, Stephanie tenía sus dudas.

-No estoy segura... Creo que podemos meternos en problemas, además esa bruja ni siquiera parecía bruja, ¿Sabes? Tal vez deberíamos ir a arreglar la situación. Marie, ayúdame a convencerlos-

En ese momentos todos volteamos a ver a la chica de cabello blanco, la única del grupo que no había dicho ni una palabra y que estaba ensimismada de explorar su cuerpo.

-Claro, no podía ser de otra forma, el genio del grupo investigando todo para quitarle la magia-

Cristina dijo con algo de malicia para molestar, o más bien, intentar molestar a Mario, quien ahora como Marie, parece tener trabajando su mente más que nunca.

-No es magia, es ciencia. Una qué todavía no puedo comprender, y aunque la metodología no fue la más apropiada, no me importaría quedarme de esta manera hasta descubrir con funciona; la magia es ciencia qué aun no comprendemos, y ya que "la magia" para cambiar nuestro sexo existe, debo averiguar como, incluso yo podría volvernos a la normalidad con el tiempo de investigación suficiente-

Esas palabras sentenciaron todo, Cristina y yo sonreímos con alegría, Marie seguía al pendiente de su cuerpo que era el más pequeño de todos, y Stephanie suspiraba.

-Bueno, ya que cumplimos la meta de volvernos chicas, ¿Qué es lo que haremos?-

Pregunte con confianza, recibiendo respuestas diversas de todas mis amigas.

-Yo me voy al laboratorio, para entender la ciencia, seré mi propio sujeto de pruebas. Sé que dije "sujeto de pruebas" pero es la palabra correcta de llamarlo. No pude evitar notar que siguen hablando como chicos y eso no es lo que somos ahora, les recomiendo apegarse a su nuevo nombre de mujer, y referirse a si mismas y a nosotras como mujeres, ya que eso somos, ¿entendido? Tengo algo de ropa preparada, no es la gran cosa pero nos servirá para no estar desnuda y comenzar con esta etapa nueva de vida. Si me necesitan, ya saben como contáctame-

Así, tras ese largo y metódico discurso, nuestra Marie se puso algo de ropa y se marchó del peculiar sitio que la tímida bruja había dejado para esconderse tras una puerta, que a su vez hizo sonar más puertas.

-No es de sorprender, él... Ella siempre es tan precavida, nos ha sacado del apuro, sería un verdadero problema andar desnudas por la ciudad. Yo también me marchó, hay algo en mente que no puedo sacar de mi cabeza, así que estaré ocupada pero pueden llamarme si necesitan algo-

Stephanie intentó ponerse varias faldas y blusas pero no todo lo quedaba bien, sus grandes atributos destrozaban la ropa o dejaban demasiado a la vista, haciendo que optara por un vestido sencillo antes de irse a donde quiera que tuviera en mente.

-Eso nos deja a nosotros dos, amigo... Cielos, es difícil quitarse el hábito-

-Bueno, llevamos apenas un rato como chicas, no es de sorprender qué hablemos en masculino todavía, Cristina-

Yo reía ante los errores de mi amiga, quien me rodeaba con uno de sus brazos y dejaban nuestros pechos muy cerca los unos de los otros, algo extrañamente agradable en realidad.

-Sí, tienes razón, Daniela. Por cierto, ¿Tienes un plan en mente como esas dos?-

Me pregunto con una malicia correspondida, la cual aumento en ambos al darle mi respuesta.

-Bueno, sí que tengo un plan pero prefiero estar a solas para ello, si sabes a lo que me refiero-

-¡Un inicio grandioso! Y seremos amigas y todo eso pero entiendo, yo también preferiría algo de privacidad así que, ¿estamos en contacto?-

-Por supuesto, siempre estaremos juntas, así que cualquier cosa estoy al pendiente-

Así, Cristina y yo usamos lo que sobraba de ropa para vestirnos y tomar nuestros propios caminos. Y si bien, estaremos descubriendo lo que se siente ser mujer, cada una por su cuenta y a su manera, siempre estaremos juntas para echarnos una mano, las amigas son para eso, ¿no?

¿Cuál ruta comenzaran? ¿Marie, Cristina, Daniela o Stephanie?

Créditos a quien correspondan.