martes, 20 de junio de 2023

Un intercambio agobiante

-¿Otra vez? ¿Ya tengo otra llamada de la pesada de mi tía? 5 minutos, solo quiero que me deje tranquilo 5 minutos-
Decía con una paciencia cada vez más corta mientras más sonaba el teléfono de mi tía pasando de llamadas a mensajes sin parar. Tal como ahora, qué al no contestar la llamada de mi tía, ella no deja de enviar mensajes para asegurarse de lo que estoy haciendo a cada momento, algo que me resulta molesto cuando menos.
-Tía, no puedo responder a las llamadas, estoy en el gimnasio tal como me lo ordenó. Y antes de que me lo diga, no estoy hablando con nadie, no he entrado al baño de chicas ni mucho menos estoy explorando su cuerpo-
Un largo suspiro salió de mis labios después de enviar una nota de voz que en cuestión de segundos fue respondido en mensajes de texto con más indicaciones que solo me agobiaban.
-Estoy usando sus leggins azules y el sostén deportivo... Me siento algo raro pero no he tenido problemas, espero seguir así, ya casi termino su rutina-
Respondí una vez mediante una nota de voz, qué fue respondida de inmediato una vez más. Creo que mis notas de voz duran más tiempo que el tiempo que mi tía tardan en contestarme, lo cual hace mi día aun más agobiante, intercambiar de cuerpos con ella fue lo peor.
Mi tía Frida es una hermosa y soltera mujer en sus 30 años, tiene un bue trabajo, un lindo departamento, un cuerpo de ensueño y el dinero suficiente para comprarse los caprichos qué quiera. Sin duda ella era mi primera y mejor opción para intercambiar de cuerpos conmigo, su sobrino José de 16 años.
El intercambio fue a la perfección, fui a su casa y sin mentiras o engaños, hice un hechizo qué cambio nuestros cuerpos durante 24 horas.
Yo estaba muy contento de tener su cuerpo, pensaba irme de fiesta, manejar su auto y comprar lo que quisiera, ser una mujer adulta por completo.
Sin embargo, mi tía desde mi cuerpo supo detenerme al amenazarme con romper con mi novia y arruinar mi reputación en la escuela, familia y amigos.
Nunca me había parado a pensar en que mi tía se iba oponer tan fuerte a que yo me divirtiera con su cuerpo incluso si ella estaba atrapada en mi cuerpo pero, si yo abusaba de su cuerpo y de su vida, ella haría lo mismo con la mía, algo que sinceramente me derrotó.
Estaba listo para quedarme en su casa las próximas 24 horas pero no conforme con no dejarme hacer lo que yo quiera, mi tía me obligó a hacer todas sus labores del día, yo me quise negar pero con la misma amenaza qué hizo antes, fue suficiente para convencerme de obedecer y llevar a cabo su rutina del día.
Desde entonces han pasado cerca de 6 horas en las que estoy altamente monitoreado por mi tía, quien no deja de mandar mensajes, hacer llamadas y pedir evidencias de que no estoy haciendo nada inapropiado con su cuerpo. Tal como ahora, qué me obligó a ir al gimnasio con su cuerpo, pero sus constantes llamadas y mensajes no dejan de interrumpir la rutina qué debo hacer.
-¿Qué me falta? Un par de maquinas y cardio, debería terminar en menos de 30 minutos y después iré a su casa en autobús...Digo, si no me dejaste usar tu auto, al menos pudiste darme dinero para un taxi-
Una vez más, mi tía no perdió tiempo al responder, diciendo que no pondría en riesgo la vida de ambos y su auto por mi capricho y que ir en autobús era lo más seguro, además parte del castigo.
Así seguí hablando con ella varios minutos, al punto que mejor me hice a un lado para quien quiera use las máquinas y yo no esté estorbando.
La conversación con mi tía no llegaba a nada bueno para mi, pude negociar qué este incidente sería un secreto siempre y cuando hiciera toda su rutina diaria bien, algo que hasta ahora estoy logrando aun si ella no para de interrumpir; es bastante molesto pero si con ello me libro de más problemas, no tengo de otra más que soportarlo.
-¿Qué? ¿Otra vez? Es muy raro tomarme fotos así pero vale, si eso quieres lo haré-
Un ligero suspiro combinado con vergüenza escapó de mis labios mientras intentaba dar una buena pose frente a la cámara y el espejo.
Yo nunca me tomaba fotos pero ahora, mi tía vigila donde estoy y como me veo mediante fotos. Como resultado, en esta últimas 6 horas me he tomado más fotos que en los últimos 6 meses.
Pero no tengo más opciones, debo obedecer por completo a mi tía hasta que se revierta el intercambio, y una de las tantas cosas que tengo que obedecer es llevar su día tal como ella lo haría, y todo eso que no paro de repetir. Demonios, de tanto oír su sermón y que es lo que debo de hacer, yo mismo no dejo de repetirlo.
-Listo, ¿Ya? Me viste y no tengo nada de malo, tía. Así que, por favor, déjame terminar tu rutina qué aun tengo muchas cosas que hacer fuera del gimnasio, ¿si?-
Yo pedí con amabilidad justo después de mandarle la foto.
Su respuesta fue decir que me veo muy bien en su cuerpo, y que tengo 15 minutos para terminar de usar las maquinas, otros 15 minutos de cardio y 5 minutos más para tomarme una foto y regresar a casa.
No puedo decir que es un buen trato pero sí puedo decir que pudo ser mucho peor.
Es inútil pelear con ella, discutir solo me quitara más tiempo, así que me daré prisa con su rutina diaria del gimnasio para volver a su casa y, ¿Quién sabe? Tal vez mi tía se apiade de mi y me deje disfrutar su cuerpo, o cuando menos, me deje descansar de su agotador día a día.
Créditos a quien correspondan.


4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. No es nada, adsd. Muchas gracias por comentar y espero te guste está pequeña historia.
      -Nero.

      Borrar
  2. Respuestas
    1. Muchas gracias por comentar, Isaak. Me alegro que le guste la historia y espero verle comentar en alguna otra ocasión.
      -Nero.

      Borrar