viernes, 16 de junio de 2023

Muñeca en venta

Saúl era un chico torpe y descuidado que fue a una vieja tienda de antigüedades para matar el rato, todo bien al principio aunque la dueña del lugar no estaba muy conforme de que llevara tanto tiempo ahí sin comprar nada.
Todo quedó arruinado cuando por su culpa, un comprador tiro al suelo una preciosa muñeca de porcelana que de inmediato se quebró en mil pedazos. Él se quiso disculpar pero tanto el hombre como la dueña estaban furiosos, una disculpa no compensaba los miles de pesos que acababa de destruir. Pero no todo estaba perdido, la mujer se disculpó con el hombre y le pidió volviera mañana para mostrarle una nueva muñeca que estaría a la venta, la cual juraba él iba a amar al punto que olvidaría todo el problema con la muñeca que se rompió.
De mala gana el hombre aceptó y se fue, mientras Saúl seguía disculpándose con la señora que esperó a ver qué nadie estuviera para sacar unos polvos que sopló a la cara del chico y luego a los restos de la muñeca.
Desde ese instante Saúl se quedó petrificado sin poder hablar o moverse, viendo un poco como los restos de la muñeca empezaban a deshacerse y acercarse a él.
Sentía como el polvo se expandió por todo su cuerpo, cambiándolo por completo sin poder hacer nada al respecto, salvo esperar que aquel extraño momento terminará, sin ser consciente de que forma iba a terminar.
La dueña del lugar volvió con una bolsa de la cual primero saco un espejo para que Saúl pudiera verse. Ahora él era una réplica gigante, de carne y hueso de la muñeca que había destrozado.
La mujer luego le saco la ropa de chico para ponerle una tanga morada junto a una blusa corta, después la peinó y maquilló dejándola aún más detallada que la de porcelana.
Todo esto Saúl lo vivió y sintió sin forma de hacer nada, como era maquillado y vestido tal cual como con una muñeca, incluso recibiendo nalgadas que él podía sentir y sufrir por ellas sin hacer un solo ruido o mueca en forma de protesta.
Para terminar, la mujer le pegó una etiqueta justo en la nalga y la sentó en un lugar a la vista de todos.
Ahí se quedó toda la noche y al día siguiente tuvo que soportar que muchas personas lo vieran, tomarán fotos o que incluso algunos traviesos la tocaran para ver qué tan realista era la muñeca en venta.
Hasta que llegó el hombre de ayer, fascinado por aquella réplica mejorada de la muñeca de porcelana la cual compró sin dudarlo a pesar de un precio más elevado que el anterior.
Con la venta hecha la dueña entrego la mercancía al hombre y le hizo una confesión, originalmente la muñeca estaba pensada para ser una sexual y que llevaba varios conjuntos eróticos para cambiarla, de igual forma ella no juzgaba así que si quería probar que tan buena era en la cama la muñeca o simplemente quería cambiar su atuendo, era decisión del hombre, después de todo ella recupero lo invertido, él consiguió una muñeca mucho mejor que la destruida y Saúl debía alegrarse por conseguir ser vendida a un buen hombre que la cuidará como la muñeca que es.
Créditos a quien correspondan.

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