jueves, 8 de junio de 2023

Ser los de siempre

-Vamos... Por favor, cierra... Debe ser una broma, no hay forma de que mi talla cambiará en una semana...estoy segura de que se encogió o algo así-
Decía la pelirroja, antes llamado Lance pero conocido ahora como Lacey. Él junto a sus amigos vivían en un pequeño departamento compartido donde había una regla por encima de las otras entre todos ellos, era extraña ya que comenzó como una broma pero terminó por volverse algo realmente importante y parte de su rutina. 
Al no cooperar con la renta, limpieza o cuidado del hogar por un mes, le tocaba volverse una chica y dedicarse al hogar por completo durante el próximo mes, eso era como una medida disciplinaria que se ponían para que ninguno se colgará del esfuerzo de los otros y que hasta la fecha les había resultado muy efectiva.
De los 5 chicos que habían hecho el juramento de obedecer esa regla, los 5 en al menos una ocasión se había convertido en una chica linda que vestía lo que los demás le decían para cuidar de la casa y se comportaba como los hombres querían sin importar lo vergonzoso o humillante que eso fuera.
Esto era posible ya que ellos tenían una pócima secreta que los convertía en mujer, la pócima daba efectos según la cantidad que bebieran por lo que entre más bebieran más tiempo serían una chica. 
Sin embargo en una de sus últimas fiestas todos despertaron en su versión femenina sin recordar nada de lo que había pasado o que habían hecho para terminar así. Ellos no se asustaron puesto que todos ya habían estado como chicas alguna vez, aunque si les preocupaba un poco ¿Qué hicieron para terminar así? y ¿Cuánta pócima bebieron cada uno? ya que donde la guardaban estaba por completo vacía y ahí tenían dosis guardadas para años según la ocuparán.
Sin más opciones tuvieron que quedarse así un tiempo hasta volver a ser chicos sin embargo ya había pasado poco más de un mes y todos seguían en su forma femenina, cosa que ninguno antes había experimentado.
Lance fue el primero en sentirse extraño de todo el grupo, decía que su cuerpo estaba diferente a las otras veces y que un poco de su personalidad se había vuelto más sumisa y temblorosa, tal como siempre le pedían ser cuando era una chica. Pero ahora podemos ver cómo sufre un nuevo cambio, con respecto a su ropa ya que desde la semana pasada había reventado unos sostenes y tuvo que tomarse medidas para otra ropa el tiempo que la necesitará. No obstante, apenas pasó una semana y sucede lo mismo y su querido atuendo predeterminado de limpieza ya no le cierra por sus enormes pechos y caderas, tenía suerte de que todavía no se hubiera reventado al intentar ponérselo o peor, que la dejará semi desnuda al romperse cuando lo vestía su hermoso cuerpo.
-Chicas ¿Pueden venir a ayudarme? Por favor, no logro cerrar esta cosa-
Pedía la chica con una voz temblorosa que seguía intentando vestirse e ignorando sin querer que todas sus amigas estaba tras de ella viéndola y pensando en la situación.
-¿No les parece raro? Nunca había cambiado nuestro cuerpo antes, tampoco nuestra personalidad ¿Por qué ahora?-
Decía Frank, o por ahora como chica, Franky la albina del fondo y teniendo una respuesta de la pelimorada Carly, antes llamada Carlos.
-Seguro es porque la usamos más tiempo del usual, cuando volvamos a ser chicos no debería afectar y estaremos como siempre-
-¿Y volveremos a ser chicos? Teníamos dosis para un muy buen rato y no sabemos cuanta tomó cada uno ¿Qué tal si tomar mucha nos feminizaba por completo? -
Preguntaba con algo de temor la pelinegra Sophia, también conocida como Marco, recibiendo una respuesta por parte de la chica de más abajo de todas, la castaña Luan que cuando hombre se llama Luka.
-No, no, no, no puede ser posible...quizás todo está en la mente de Lacey, ya saben, como que se está volviendo loca o sugestionando, algo así como cuando ves una peli de terror y todo te da miedo-
Un crujido se escuchó, la parte trasera del vestido que usaba la pelirroja se desgarro, mostrando la tanga roja que llevaba y aumentando en ella su preocupación por lo que sucedía.
-Chicas, por favor ¿Dónde están? No me puedo ni mover-
-Ya vamos, Lacey, espera un poco-
Dijo la castaña de forma que su voz sonará más lejos para luego seguir hablando con sus amigos a espaldas del afectado por su ropa.
-Bueno, sí, su cuerpo ha crecido un poco pero no significa que nos quedemos así, con algo de suerte iremos volviendo a la normalidad en los próximos meses, al menos alguno y si en verdad nos vamos volviendo mujeres hay una pócima que nos invierte a chicos ¿No es así?-
Los otros tres chicos que espiaban asintieron con dudas y diversas opiniones por lo que la castaña siguió hablando.
-Perfecto, entonces no hay de que preocuparse por lo que sucede, volveremos a ser los de siempre en algún momento-
-Ok...entonces resuelto esto ¿No vamos a ayudar a Lacey? -
Pregunto la albina ya que todas, incluso ella estaban muy atentas viendo el creciente cuerpo de su amiga atrapado en el vestido pero ninguna hacía nada por acercarse para auxiliarla.
-Claro que la ayudaremos.... en unos minutos ¿No? -
-Sin duda, solo unos minutos más, sería divertido ver que hace si su vestido se hace añicos por su cuerpo... que envidia-
De nuevo todos asintieron para disfrutar un poco más del creciente y sexy cuerpo de su amiga, demostrando que aún estando en un cuerpo de chicas seguían siendo los mismos de siempre, despreocupados y que disfrutaban de ver un buen cuerpo femenino si tenían una oportunidad y en ese momento no había ninguna otra opción mejor que el de la pelirroja.
Créditos a quien correspondan.

2 comentarios:

  1. Entretenida, un poco de seguír pero me gustó

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias por comentar pero ¿Cómo que un poco de seguir?¿Difícil de seguir o que hubiera otra parte?.

      Borrar