viernes, 9 de diciembre de 2022

Samantha 1

La mañana había comenzado como cualquier otro día, en la vida de Samuel, un joven de 18 años que vivía una vida tranquila, y que por alguna misteriosa razón, está mañana despertó como una mujer.
Estaba desnuda por lo que fue fácil ver todo su nuevo cuerpo; pechos de modesto tamaño, una cintura bien formada, con un trasero pequeño perfecto para su baja estatura, con un cabello rubio y un rostro bastante parecido al de Samuel, quien al verse al espejo pensó que se veía como su madre cuando era joven, o quizás si hubiera tenido una hermana gemela, se vería exactamente como Samuel se veía ahora.
Sin entender que había pasado, y sin nadie en su hogar a quien pedirle ayuda, simplemente tomó algo de la ropa que un día olvidó su madre en el departamento; poniéndose así unas bragas negras de encaje, con un sostén que le quedaba algo grande, un liguero y un vestido rojo que sin duda, se le viera por donde se le viera, Samuel ahora era toda una chica.
Una vez vestida, Samuel tomó sus llaves y su móvil para ir a casa de su amigo, Lucas. Lucas y él eran amigos de toda la vida, y Samuel estaba seguro de que sí a alguien podía contarle lo que sucedió y le creería, es Lucas.
En cuestión de minutos, Samuel llegó a la casa de su mejor amigo y tocó la puerta, siendo abierta no por Lucas, sino por su padre Leonardo.
-Hola, señor, ¿se encuentra Lucas? Llevo un rato llamando y no contesta-
-Lo siento, le llamaron del trabajo y estará unos días fuera, puede que sea joven pero tiene bastante responsabilidad. Y disculpa que sea tan directo pero, ¿Quién eres tú?, ¿eres su novia? Si gustas puedes entrar mientras intento localizarlo-
Samuel entró en la casa de su amigo y habló como siempre hacia con su papá, recordando muy tarde que ahora no era Samuel, era una mujer y necesitaba presentarse como una ante el padre de su amigo.
-Lo siento, no quise ser grosera. Soy Samantha y no, no soy novia de Lucas, solo soy una amiga de la escuela-
Samuel estaba muy nervioso y dijo lo primero que se le ocurrió, algo que pareció ser suficiente para engañar a Leonardo, quien seguía preguntando cosas a Samantha.
-Oh, lo siento. Como sabías mi nombre pensé que tú y mi hijo tenían algo, y ya sabes-
-No se preocupe, señor. Pero no es así, a decir verdad a mi me gustan los hombres mayores-
Un silencio invadió la habitación por un momento, pues en esa conversación tan trivial que estaban teniendo tuvo una respuesta por parte de Samuel que ni siquiera sabía porque había respondido con eso.
-Y-yo lo siento mucho, señor. Creo que me tengo que ir-
Con una enorme vergüenza, Samuel se levantó del sofá y agachó la cabeza dispuesto a irse, después de todo se había insinuado al padre de su mejor amigo, quien llevaba ya muchos años soltero desde que la madre de Lucas había muerto.
Samuel pensó que dijo algo realmente inapropiado, especialmente por saber de la situación y por eso quería irse. Sin embargo, Leonardo la detuvo tomando su mano.
El ambiente dio un giro total de la situación, ya que lejos de molestar a Leonardo, este último dio un beso a Samantha, tomándola por sus caderas y comenzando a ir más allá.
Le quito el vestido para ver su bello cuerpo unos momentos, al menos hasta que la propia Samantha se puso de rodillas y bajó la cremallera de Leonardo, revelando su duro miembro que no dudo en llevarse a la boca.
Samuel estaba muy confundido, no entendía como acabó de rodillas chupando la polla de otro hombre. Pero justo eso estaba haciendo como una experta, disfrutando de cada centímetro en su boca, la cual no parecía cansarse de ese momento, queriendo que durará para siempre y estar mucho más tiempo con Leonardo, quien después de varios minutos estaba a punto de terminar, expulsando toda su carga en lo más profundo de la boca de Samantha, quien trago todo sin rechistar.
Fue así como ambos se desnudaron y caminaron hasta la habitación de Leonardo, donde Samantha seguía con la iniciativa al cabalgar la verga como una experta, mientras conversaba con el padre de su amigo.
-Para ser tan joven tienes mucha experiencia-
-Muchas gracias, señor. Creí que por ser tan joven no me daría una oportunidad-
-Sí te soy honesto tenía mucho tiempo sin sexo o una pareja, estoy algo oxidado pero algo en ti me resultó tan familiar, que no me pude negar, y estoy feliz de no haberlo hecho-
El hombre dio un profundo beso a Samantha, al igual que una nalgada que la hizo sonreír con lujuria, para mover con más energía sus caderas.
Gemidos, jadeos y el sonido de la piel chocando una con la otra eran todo lo que se oía en la habitación en esos momentos.
Y así fue, hasta que una pregunta rompió el silencio de la habitación.
-Samantha, ¿te gustaría salir conmigo? Sé que apenas y nos conocemos, y que soy alguien mayor pero no lo sé, me gustaría pasar más tiempo contigo-
-¿Habla en serio, señor Leonardo?-
Preguntó con incredulidad la rubia que no descuido ni un momento el ritmo que sus sentones tenían, oyendo un suspiro por parte de Leonardo quien respondió.
-Perdón, no debí decirlo pero me pareces tan linda y estamos en medio de esto. Si es algo de una vez, solo finge que no dije nada pero si te gustaría algo mas, yo-
En ese momento Samantha interrumpió la torpe declaración del mayor para robarle un beso en los labios, viéndolo directo a los ojos y con mucho cariño y picardía, para decir.
-Por supuesto que quiero salir con usted, señor. Me estas volviendo loca y quiero conocerte mucho, mucho más, ¿Qué tal si después de esto vamos a comer? No traje mi bolso pero la próxima vez invito yo-
-¿Invitar? Para nada, Samantha, yo soy el hombre de esta relación así que yo pagaré lo que quieras, también te compraré un bolso y todo lo que quieras, ¿esta bien? -
Esas palabras mucho más seguras de Leonardo resonaron en Samuel, quien recobrando un poco de su consciencia, se daba cuenta que desde que entró a casa de Leonardo se había comportado como una mujer, incluso estaba teniendo sexo y aceptó salir con el padre de su mejor amigo, quien la trataba como a toda una dama.
Y aunque todas estas cosas daban vueltas en la cabeza de Samuel, dio un beso más al hombre con quien tenía sexo, diciendo con confianza.
-Esta bien-
Ante todo lo que su pareja le decía, y dejando para después, preocuparse de su situación.


4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias, Rin. Me atrevería a decir que este tipo de historias son de tu agrado; no suelo hacerlas a menudo, pero estaré trayéndolas un poco más.
      -Nero.

      Borrar
  2. Respuestas
    1. A estas alturas ya salió la parte 2,3 y 4 con el final de Samantha, espero las haya leído y sean de su agrado, y también si no le gustaron, siéntase en confianza de comentarlo. Ya estaré encantada de leerlo.
      -Nero.

      Borrar