miércoles, 7 de diciembre de 2022

ADNcente

-Ah, ¿de nuevo volvió a crecer? Si apenas lo corte ayer...lo peor es que no solo eso ha crecido...me pican, me pican mucho-
Se decía al despertar la rejuvenecida Ana, una adolescente que sufría de los beneficios y consecuencias de la pubertad desde hace ya unos meses.
Llegados a cierta edad, los niños y niñas empiezan a tener muchos cambios físicos y hormonales, en las niñas que se vuelven señoritas como Ana hay muchos cambios: ensanchamiento de sus bellas caderas, el desarrollo de sus senos, el crecimiento de vello corporal en todas partes, tener algunos días difíciles cada mes y cientos de cosas más que cada joven y señorita viven de una forma distinta.
Esta mañana al despertar, Ana se dio cuenta de que el cabello oscuro que tenía y que había cortado a la altura de sus hombros, nuevamente le cubría la mitad superior de su pequeña espalda, llegándole a la altura de los broches de su oscuro sostén. Mismo sostén que sin importar cuanto le gustara o lo cómodo que fuera, estaba a punto de cambiar y es que o lo cambiaba ella por uno más grande a la brevedad, o sus mismos pechos en crecimiento se encargarían de reventar la prenda íntima en cuestión de días.
Ese sostén no era lo único que tenía que cambiar, pues más de algunas braguitas ya son muy infantiles para la joven Ana, al igual que hay sostenes que ya ni siquiera van a cerrar, hasta otras prendas como blusas, faldas y vestidos tendrán que cambiar por algo mayor o de unas tallas más, ya que con el crecimiento de sus caderas, pecho y hasta algunos centímetros de altura, el guardarropa de la joven requiere un cambio urgente.
-De haber sabido que mi cuerpo cambiaría tanto, ni siquiera hubiera comprado tanta ropa. Aunque la idea era comprar lo mínimo, pero llegando a la tienda no me pude resistir y toooodooooo me parecía tan lindo, que compre demasiado. Estoy segura de que eso pasara de nuevo-
Gastar tanto dinero en ropa y cosas lindas antes no le hacía mucha ilusión pero ahora si que la hay, y aunque sentir picazón en sus pezones por su constante crecimiento, como las bragas se ajustan demasiado a sus caderas y trasero, o hasta darse cuenta de cómo algunos lugares que antes no tenían vello ahora lo tienen, son cosas que vienen de la mano con su crecimiento.
Un cambio y crecimiento erróneo que ha vivido desde hace unos meses, y al que se ha acostumbrado increíblemente rápido, a pesar de tener días complicados como este.
André era un joven adulto que había ahorrado durante mucho tiempo para verse mucho más masculino. Para ello acudió a una clínica especializada en las hormonas pero no tan buena en la parte administrativa.
André ingresó al hospital para un tratamiento hormonal masculino, que le daría más músculo, un carácter más duro, vello facial y en su pecho, hasta algunas mejoras en la apariencia y resistencia de su compañero.
Sin embargo, cuando el hombre despertó del tratamiento hormonal, ya era una señorita. El tratamiento hormonal fue equivocado y en vez de recibir el tratamiento masculino, recibió el tratamiento femenino, el cual tenía resultados garantizados de por vida.
En otras palabras, en lugar de ganar enormes pectorales, ganó lindos pechos en crecimiento, puede que nunca tenga barba o bigote pero su cuerpo lo compensa con una brillante y larga cabellera, en vez de que su virilidad masculina creciera, su nueva intimidad está muy cerca de experimentar lo que cada mujer pasa una vez al mes. Y cientos de cambios más que tendrá que vivir como mujer, pues no sólo cambió de género, también lo hizo en edad, retrocediendo los años suficientes para volver a pasar por la pubertad, solo que esta ocasión la vivirá como una niña que se vuelve una señorita. En cuerpo y pensamiento.
-Sí le veo el lado bueno a esto, al menos podré comprar más ropa linda para que León se fije en mí-
La idea de que León, un chico de su clase, se fije en ella hace que su corazón lata con fuerzas.
Desde que volvió a la escuela, está vez como mujer, se dio el amor a primera vista entre Ana y León. Este último no sabe los sentimientos de Ana, ya que lo último que queda de André había intentado negar el amor que sentía por otro hombre.
No obstante, mientras su cuerpo se feminiza día con día, la mente de André, rápidamente se vuelve más la de Ana al estar enamorada.
Gracias al tratamiento hormonal equivocado, André dejó esa vida de joven adulto atrás para aceptar está nueva vida como Ana; una adolescente común y corriente, que asiste a la escuela como cualquier otra, sintiendo los cambios íntimos que toda chica siente durante la pubertad, enamorándose por primera vez de un chico de su nueva edad y esforzándose por tener una buena y feliz vida tal como la que, por un accidente de ADN, tuvo que dejar atrás pero que esta dispuesta a volver a vivir esta vez como mujer. Aunque claro, para llegar a ser una buena mujer, primero tendrá que pasar por la pubertad.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario