Margaret tenía una preocupante sospecha de que su amado novio Jackson le estaba engañando. Esta idea en serio que le preocupaba y quitaba el sueño por las noches, pues con tanto tiempo de conocerse y con la idea de ir más lejos en su relación que solo un noviazgo, la joven Margaret no estaba dispuesta a aceptar que su novio le estuviera engañando con alguien más.
Así que pidió ayuda a su amigo Jason para espiar a su novio en una fiesta y así descubrir si le engañaba o no.
Jason aceptó ayudar a su amiga, pensando que simplemente tendría que esconderse o que ni siquiera lo conocía su novio para espiarlo sin problemas pero no, resulta que Jackson no solo conoce a Jason, también conoce a todas las amigas de Margaret, por lo que espiarlo sería una tarea imposible sin ser descubiertos.
La única solución que encontró Margaret, fue un hechizo mágico que transforma a un hombre en una mujer, así que transformar a Jason en una mujer sería la oportunidad perfecta para espiar a Jackson.
Jason no estaba muy contento con la idea de volverse mujer, aun si era algo temporal, pero terminó por aceptar al tratarse de un favor muy importante para su amiga, y que muy en el fondo tenía curiosidad.
De esa forma, Jaqueline estaba más que lista para ir a una fiesta, donde Margaret sabía que estaría su novio.
Una vez que el hechizo hizo su efecto, Jason se había convertido en Jaqueline, una joven de cabello oscuro, que usaba un mini vestido escotado y ajustado para no desentonar en la fiesta a la que iba de infiltrada.
Jaqueline aún no se acostumbraba a su cuerpo, a llevar un vestido, que a cada paso sintiera el aire recorrer su bella piel, ni a tener que llevar todo en un bolso debido a que su precioso vestido no tenía ningún bolsillo ni nada por el estilo.
Y cuando Jaqueline pensaba que la cosa no se podía poner más rara, entró a la fiesta, donde la trataron como a toda una mujer: la parte donde invitan tragos era muy buena, y no dudo en sacar provecho de quienes le invitaban algo, lo que sí era algo incómodo era cuando querían que bailará, bailar con otras chicas no era problema pero con los hombres; esas manos en su cintura eran tan raras, pero no tan raro como cuando alguien tocaba su trasero, si la tocaban con sus manos era más tolerable pero cuando "aquel" compañero de todo hombre se restregaba por su buen trasero, Jason sentía escalofríos.
No pasó mucho tiempo para que Jason se pasara de copas, al parecer el cuerpo de Jaqueline no era tan resistente al alcohol por lo que sus efectos fueron más rápidos y efectivos en ella que en su versión masculina.
Jason llevaba un buen rato bebiendo, lo suficiente como para olvidarse de su objetivo en la fiesta, al menos hasta que lo tuvo de frente.
Delante de él, o mejor dicho de ella, estaba un tipo enorme, musculoso, guapo, fornido y que más que invitarla a bailar, ya la estaba llevando a la pista. Jason por un momento no supo que hacer pero su nueva parte femenina tenía curiosidad de ver que tan lejos pensaba ir el novio de su amiga.
La respuesta a su curiosidad fue bastante lejos, demasiado lejos.
-¿Cómo dijiste que te llamas?-
-Ja...jaqueline...soy...soy Jaqueline-
Respondió con obediencia una Jaqueline totalmente perdida en el placer, desnuda, sintiendo placer de sus pechos al ser besados, y aun más placer por el falo que la penetraba tan duro que le hacia complicado hablar sin soltar un montón de gemidos de por medio.
-Muy bien, Jacky, síguete moviendo así y te garantizó que está cogida rápida contigo, será mejor que todo el tiempo que he sido novio de tu amiga Margaret-
Muy en lo profundo de su ser, Jason sentía vergüenza de aquellas palabras y de lo que estaba haciendo, y que seguiría haciendo, pues no se iba a resistir al montón de placer que le daba Jackson, Jaqueline no se pensaba resistir.
En retrospectiva nunca lo hizo, su cuerpo sumisa y obedientemente salió a bailar con aquel hombre, quien le tomó por las caderas, dio nalgadas y finalmente se llevó a un cuarto vacío para quitarle la ropa y poder tener sexo con ella. Un sexo tan bueno como para hacer la mente de Jason un caos.
-No digas eso, Margaret es mi amiga...ella es tu novia...-
-Y vaya amiga y novio tiene, ¿No? Pero también es culpa de ella, Margaret nunca tuvo sexo conmigo, por eso llevo meses viendo a chicas fáciles como tú para algo de diversión-
-Yo no soy....una cualquiera...soy su amiga-
-Sí, su amiga que se está cogiendo a su novio. Vamos, Jacky, ¿en serio quieres hablar de esto ahora? Mejor hablemos de esto una vez que te deje bien rellena-
Jason usando lo que le quedaba de voluntad intentó negarse, salir de ese lugar y disculparse con su amiga Margaret pero el placer era tanto que no solo no paro, empezó a moverse con mayor fuerza y a suplicar por más caricias del novio de su amiga.
Las horas pasaron, e incluso cuando terminó la fiesta, Jaqueline y Jackson se siguieron revolcando hasta quedar satisfechos, recuperando el aliento al estar recostados y abrazados sobre el mismo sofá donde habían estado cogiendo un buen tiempo.
Solo hasta que los deseos más profundos de Jaqueline fueron cumplidos, fue que Jason recuperaba algo de consciencia sobre lo que hizo.
Cuando abrió los ojos, se vio abrazando al novio de su amiga, quien no estaría para nada contenta de saber lo que pasó. Sin embargo, Jason se lo diría.
De esa forma se soltó del abrazo y empezó a buscar por la habitación sus cosas; no encontraba su bolso pero si sus tacones y el vestido negro que le había prestado su amiga. Estaba a la mitad de ponerse el vestido cuando recordó que también debía ponerse un bra y sus bragas, cosas que tampoco encontraba.
-No importa si no lo encuentro, de todas formas iré con Margaret-
Se decía a sí misma la pelinegra cuyas palabras y tanto movimiento parecían haber despertado al novio de su amiga. Este le saludo y mandó un beso, el cual fue respondido con indiferencia.
-Vaya, ahora tan fría conmigo cuando anoche no dejabas de gemir mi nombre-
-Fue un accidente. Iré a decirle a Margaret, puede que me odie por lo que hice pero ella me importa mucho más-
-Ya veo, tuvimos un montón de diversión a noche, ¿No te parece?-
-Vaya que sí-
Respondió con sarcasmo la actual chica.
-Y ambos lo disfrutamos, ¿No?-
A esa pregunta, Jason ya no respondió, aunque sabía muy bien la verdad.
-¿Y si nos fugamos?-
Al oír esas palabras todo el cuerpo de Jason se tensó, dejando de lado su búsqueda para poner atención a lo que Jackson sugería.
-Tengo un departamento compartido en una ciudad cerca de la playa. Margaret no lo conoce así que tú y yo podemos ir a pasar unos cuantos días solos por ahí-
Nuevamente Jason no respondió, pero tampoco dejaba de escuchar con lujo de detalle la oferta que le estaba dando Jackson, un tipo que resultaba tan astuto como bueno en la cama.
-Vamos, será divertido conocernos, verte en bikini, tener sexo en la terraza, podemos hacer de todo y la mejor parte es que Margaret nunca se va enterar, al igual que no se va enterar de todo lo que hicimos anoche, ¿Qué dices? Hay que dejar a esa idiota atrás y solo ser tú y yo, preciosa-
Jason lo pensó fríamente unos segundos, y con una maliciosa intención, Jaqueline sonrió.
Valla, sabía que era mi turno pero no la esperaba tan rápido jsjs, me encanta Nero, estoy ansiosa de ver la segunda parte, me encanta como barras los detalles, en especial los explícitos jsjs, muy bien trabajo, estaré atenta para ver la parte 2
ResponderBorrarMe hace feliz saber que te está gustando Jessica, para diferentes historias, diferentes estilos. Y tengo que adelantarte que la espera no será muy larga antes de una segunda parte.
Borrar-Nero.