Jugando a la casita

 -Oye, Sergio, ¿No cree que ya es momento de ir más en serio con nuestra relación? Antes éramos amigos pero ahora somos marido y mujer, tú te quedaste con la mejor parte al ser hombre pero ahora yo soy mujer, soy tu esposa, y tengo ciertas necesidades ahora-

Decía con bastante insinuación por la mañana, Joel, quien ahora como una joven y sexy mujer, intentaba llegar a un momento más íntimo con su nueva pareja. Sergio, su antiguo amigo y actual esposo, no estaba muy seguro de eso todavía pero con cada día que Joel, o mejor dicho Lilian le provocaba, estaba más y más tentado en cumplir con su deseo.

Llevaban casi un mes desde que el intercambio de cuerpos se llevó a cabo; Sergio en el cuerpo de David no había tenido mayor problema para acostumbrarse a su nueva vida; quien había tenido más complicaciones era Joel, ya que al volverse una mujer llamada Lilian, tuvo que aprender a ponerse y quitar el sostén, ir al baño, cuidar su cuerpo y mucho más, donde lo más complicado ha sido controlar sus impulsos hacia su pareja.

Puede que en todo el mes que llevan en esos cuerpo robados, la pareja de amigos solo enfrentará 2 problemas constantes.

El primero, eran esos impulsos femeninos de Lilian hacia su esposo; al principio pensó que simplemente era algo más amistoso al buscar abrazos o estar cerca de él pero en poco tiempo, Joel fue mucho más directo con Sergio, pidiendo afecto que iban desde abrazarla al dormir, besarla, tocarla y finalmente algo de intimidad la cual pide de forma cada vez más tentadora como ahora, que Lilian despierta a su amado esposo sentada encima de él, vistiendo lencería oscura que sabe que le gusta y que parecía finalmente dar resultados.

-Deja de llamarme Sergio, recuerda llamarme David, si quieres que haga feliz a mi esposa Lilian, ella debe llamarme y tratarme como a su esposo-

-Oh, cierto. Lo siento, David, no volverá a pasar pero ya no me hagas esperar más, ¿si? Has feliz a tu esposa-

Con mucha emoción y mordiéndose los labios, Lilian  finalmente se sentó en las piernas de su pareja, restregando sus pechos en él, estremeciéndose cuando David hábilmente le desabrocho el sostén, y dispuesta a besarlo hasta dejarlo sin aliento. La puerta se abrió.

-Puta madre, no de nuevo-

Decía casi jalando su cabello, llena de frustración una Lilian que sin más remedio tuvo que bajarse de las piernas de su pareja, misma que no se veía muy contenta de la situación que ya alguna vez había pasado, no en un momento tan íntimo como ese pero si que era una constante molestia que siempre era por parte de la misma persona, su hijo y antiguo amigo Andy.

-Chicos, ¿Qué están haciendo?-

Preguntó el niño de 9 años, con una mirada incómoda sobre los aparentes adultos, que tampoco estaba contentos con la llegada del menor.

-Nada, ¿Tú que haces aquí? Ya te dije que no puedes entrar sin tocar. Además deja de decirnos: chicos, Joel o Sergio-

-Sí, ella tiene razón. Ella es Lilian o mamá y yo soy David o papá, ¿Entiendes, hijo?-

La pareja de seudo adultos intentaban razonar con el pequeño Andy, quien no se mostraba de acuerdo con la situación que vivía desde hace un mes.

-Pero ustedes no son mamá y papá, son Sergio y Joel, ustedes robaron los cuerpos de papá y mamá y ahora ellos están en sus cuerpos de niños en el internado-

Todo lo que dijo Andy era verdad, eso molestaba aún más a la pareja de niños problemas que habían llevado a cabo un plan de lo más complejo para huir de sus problemas.

Hace un par de meses, Andy de 9 años, junto a sus padres David y Lilian, de 29 y 28 años respectivamente, se mudaron al vecindario. Era como cualquier otro vecindario, cuyo único "problema" era un par de niños problema llamados Sergio y Joel, de 12 y 11 años.

Andy siempre fue muy tímido y reservado para hacer amigos, y cuando por fin empezó a socializar, lo hizo con unos chicos que no eran tan buena influencia a ojos de su madre, quien le prohibió a su hijo juntarse con los otros niños.

Sin embargo, esa restricción llegó bastante tarde, pues los niños rebeldes habían convencido a Andy de robar una prenda de ropa de cada uno de sus padres; robando así unas bragas de su madre, y una camisa de su padre.

Esas prendas las robó y entregó a sus "amigos" quienes usaron la ropa para un hechizo que Sergio conocía y estaba dispuesto a utilizar para salvarse a él y su amigo de un terrible castigo.

Resulta que tras varios años de hacer travesuras y maldades, Sergio y Joel serían enviados a un internado por una larga, muy larga temporada. Y aunque intentaron hacer que sus padres les dieran otra oportunidad, ya habían dado muchas y era una decisión que se tomó desde hace tiempo. Por lo que su último recurso, era robar cuerpos de algún adulto para seguir con sus vidas, siendo los mejores candidatos para tomar sus cuerpos y sus vidas, los padres del niño nuevo del vecindario.

Todo su elaborado y complejo plan salió a la perfección gracias a Andy, quien sin saberlo entregó los cuerpo de sus padres a sus supuestos amigos. Aunque aquel "intercambio secreto" duro muy poco, después de todo Andy notó que papá y mamá se comportaban tal como Sergio y Joel, y aunque con los días intentaban mejorar u ocultarlo, el cambio resultaba obvio para su hijo.

Los chicos en cuerpos adultos, intentaron ser "buenos padres" consintiendo al niño y comprándole todo lo que quería, cosa que en serio hizo feliz a Andy por tiempo pero no para siempre, por lo que fue cuestión de tiempo para que sin importar cuanto gastarán sus padres en juguetes, lo único que él quería era a sus verdaderos padres, negándose a tratar a sus viejos amigos como si ellos fueran sus padres y peor aún, interrumpiendo a cada momento de su día para preguntar cuando volverían sus padres. Que el niño Andy interrumpiera justo en un momento tan privado, fue un golpe de mala suerte para los ladrones de cuerpos, que estaban cada vez más cansado de lidiar con el menor.

-Andy, déjame ser muy claro como para que hasta tú lo entiendas: O nos empiezas a tratar como mamá y papá a nosotros dos, o te enviamos al internado con tus verdaderos padres hasta que seas mayor de edad y dejes de ser nuestro problema-

Amenazó una Lilian agotada de estarse reprimiendo por culpa de Andy, quien más de una vez la había descubierto tratando de seducir a "papá" pero está vez es la que más lejos había llegado y que también había arruinado.

-Pero quiero que papá y mamá estén aquí, no ir yo con ellos-

Protesto el menor que estaba poco flexible a escuchar, algo que hizo a David unirse a la conversación.

-No importa que quieras, nosotros tampoco queremos cuidarte todo el tiempo pero preferimos soportarte a tener que estar en el internado. Tu madre ha sido bastante clara: y obedeces y te quedas con nosotros, o sigue molestando y te enviaremos al internado con tu papá y mamá, quienes no estarán nada contentos de saber que son unos niños por tu culpa-

Andy solo agachó la cabeza y apretó los puños, respondiendo pero no con palabras, al salir de la habitación cerrando la puerta de golpe tras de él.

Después de tan tenso momento, Lilian no perdió la oportunidad de ir a los brazos de David, quien sin dudar apretó el trasero ajeno mientras conversaba con ella.

-Sigo creyendo que debimos enviarlo de inmediato al internado-

-Bueno, tal vez sea mi nuevo instinto materno hablando por mí pero démosle algo más de tiempo, sin él no hubiéramos tenido esta oportunidad, ¿No lo crees?-

Decía Lilian abrazando con fuerza y restregando sus pechos en el cuerpo de su esposo, quien se veía bastante contento por el acto.

-¿Y si nos vuelve a interrumpir?-

-En ese caso, definitivamente lo enviaremos al internado, siempre podremos tener otro hijo más adelante-

-¿Hablas en serio, Joel?-

Preguntó con sorpresa Sergio, viendo a su esposa quien ni se inmutaba ante ese momento de tensión.

-¿Qué tiene? Soy una mujer después de todo, y debes de llamarme Lilian, así como yo te llamo David. Son nuestras nuevas vidas y podemos hacer lo que queremos con ellas, ¿No te parece? Ya sea teniendo un hijo, comprando golosinas o simplemente tener algo de diversión como mamá y papá mientras jugamos a la casita, al final, es todo lo que hemos estado haciendo-

Sergio pensó un momento esas palabras mientras era conducido a la cama, donde finalmente aceptó lo que había dicho Lilian, quien también estaba a punto de llegar más lejos con su momento privado.

-Solo aguanta un poco más, no quiero que vuelva a molestar, sopórtalo 5 minutos más y después haremos todo lo que desees, querida-

-De acuerdo, es un trato, cariño-

Con un beso más, y los 5 minutos más eternos, ambos chicos problema estaban más que dispuesto en dar el siguiente paso que consolidará su nueva vida como familia.