Luisa y Felipe son una pareja que está de vacaciones, el destino fue elegido por la chica y lo mantuvo en secreto para sorprender a su novio quien aceptaría el lugar que fuera solo por el gran y profundo amor que sentía por su pareja.
Así la pelirosa, los llevo a una increíble playa paradisíaca, llegando muy temprano como para ser los únicos y poder disfrutar a solas del lugar, estacionando su auto poco antes de llegar a la arena.
-Luisa, este sitio es asombroso, de verdad te luciste aunque no se que ponerme...creo que empaque un traje de baño-
Decía el joven castaño que buscaba su ropa dentro de la maleta que había preparado pero cuya novia había llamado su atención con una oferta muy difícil de ignorar.
-Deja la ropa para después, ¡Hay que hacerlo!, atrápame si puedes-
-¡Oye, espera!-
Luisa entre risas tomo la maleta del chico y salió corriendo hacia la playa, claro que no sin antes haberse quitado la blusa quedando así con la parte superior del bikini.
El chico en respuesta cerró el auto y fue tras de ella por un rato, alrededor de 15 minutos corriendo hasta llegar a unas palmeras donde la chica esperaba algo cansada, pero sin duda menos que su novio quien tenía una menor condición física.
-Creí que nunca me alcanzarías, de verdad eres lenta-
-Muy graciosa...pero ahora que te atrapé yo jugaré contigo-
-No creo que eso suceda, hermosa-
-Bueno, Luisa, suficiente en llamarme como chica-
-Que tierna eres, y tonta, por estar corriendo ni siquiera lo has notado-
Felipe estaba muy confundido mientras Luisa solo sonreía por algo que solo su novia entendía, revelando que sucedía cuando se acercó a su pareja apretándole los senos.
-Supongo que aún no termina la transformación, estos pechos son muy pequeños todavía-
-Ah...¿Por qué tengo pechos?¿¡Y un bikini como el tuyo!?-
-Diría que el mío es un poco más atrevido pero entiendo tu punto-
Finalmente el joven descubrió que su sexo había cambiado, no terminaba todavía pero ya no había forma de volver a la normalidad, y la chica a base de caricias lo detendría el tiempo necesario para completarse la transformación; dándole la vuelta y explorando que tenía bajo el bikini.
-Oh, así que ya se fue tu amiguito ¿Cómo se siente tener vagina? Tú cara me dice que te gusta-
-P-para nada...yo no quiero ser una chica así que suéltame-
Felipe intentaba sacarle la mano a la pelirosa de ahí abajo pero sus piernas se volvían gelatina ante la sensación y apenas podía estar de pie por apoyarse con un árbol usando una de sus manos.
-Pero no hay forma de revertirlo, y aún si se puede, te dejaría por eso-
-¿C-cómo?-
-Veras, tú eres una experiencia, realmente me gustan las chicas pero quería saber cómo sería con un hombre... después de tanto siendo la activa, tener un hombre que me someta fue divertido solo un tiempo. Te amo Felipe pero no puedo tener sexo así, pensé en como volverte una chica para así seguir nuestra relación y gracias a esta isla el plan funcionó-
La pequeña falda que tenía el bikini impedía ver todo lo que sucedía pero sin duda Luisa era muy hábil con los dedos inmovilizando sin problemas a Felipe que intentaba procesar todo lo que se le había confesado.
-Entonces... además de volverme chica ¿Quieres que sea la pasiva?-
Soltó un fuerte gemido por lo que acababa de hacerle Luisa, misma chica que sonrió por lo conseguido gracias a sus dedos.
-No quiero, serás la pasiva... realmente no veo que te opongas-
-Es...solo porque no conozco este cuerpo...-
-Entonces deja que te ayude, ambas lo conoceremos a fondo, querida-
Tenían dos semanas de vacaciones y apenas en su primer día ya tendrían sexo, ciertamente, no como Felipe esperara pero eso poco importaba ahora, al paso que lo llevaba Luisa seguramente no sé quejaría nunca de eso y de haber visitado juntas la playa Mujeres.
Créditos a quien correspondan. |
Estuvo muy buena
ResponderBorrarUna vez más, muchas gracias por comentar, y perdona por no responder en su momento, Nick13Hollow.
Borrar-Nero.