En mi escuela se quiere hacer a los estudiantes muy respetuosos, con castigos ejemplares por infligir alguna norma. Sin embargo, eso no me importó cuando tome la decisión de espiar a las chicas de mi salón mientras estaban en los vestidores.
Mi plan era perfecto; salir minutos antes de acabar la clase para esconderme en un casillero que nunca se utiliza, para poder espiar a las chicas mientras se desnudaban y luego se ponían el uniforme de natación para la misma clase que era la siguiente, en cuanto todas salieran esperaría un poco y haría lo mismo en el vestidor de hombres sin que nadie me viera. Todo mi plan iba bien y disfrute mucho de poder observar a cada una de mis compañeras en ropa interior o incluso menos ropa hasta que el desastre comenzó, todas y cada una de ellas salieron de los vestidores con su traje de baño, con excepción de una, la chica más callada y desapercibida de la clase tenía tanta vergüenza de que las demás la vieran que se quedaba escondida hasta que todas se fueran para poder cambiarse.
En cuanto salí, dio un tremendo gritó que hizo volver a las demás y que fuera descubierto en el acto por todas las chicas, para que en poco tiempo llegará la directora, ella le pidió a las chicas que salieran a su clase y que en unos minutos llegaría yo.
Todas obedecieron sin rechistar y cuando finalmente quedamos solos empezó a regañarme pero eso fue solo la punta del iceberg, el castigo era mucho peor, ejemplar para los pervertidos como yo según la directora.
Me entregó un bikini rojo con cadenas el cual me ordenó ponerme y que de no hacerlo, no solo informaría a mis padres, sino también sería expulsado y todas las escuelas de la ciudad serían comunicadas de mi conducta deplorable. Sin más remedio tuve que hacerlo pidiéndole privacidad a la directora para hacerlo, la cual se me fue negada por hacerle lo mismo a mis compañeras sin tener el valor de hacerlo de frente.
Era muy humillante hacerlo pero me di media vuelta para desnudarme y empezar a ponerme el bikini; en un comienzo me quedaba enorme y tenía que sostenerlo con mis manos para que no se me cayera pero por alguna razón mi cuerpo fue cambiando haciéndome crecer, dándome una larga cabellera negra con piel bronceada y lo más increíble pero aterrador de todo, un par de enorme pechos y un gran culo que parecían ser capaces de reventar el traje de baño en pocos segundos, me quedaba tan ajustado ahora que podía ver como se remarcaban mis pezones y sentir con desagrado y placer como el traje se atoraba entre mis nalgas.
La directora me explico que era un traje especial que le daba un cuerpo así a quien lo usará y que con eso empezaba mi castigo, ahora tenía que integrarme a la clase de natación con mis compañeros que ya sabrían todo lo del castigo, al igual que el resto de la clase, quienes a su vez iban a esparcir el rumor por todo el plantel sobre quien soy y que me sucedió.
De nuevo quise negarme, pero con la misma amenaza y añadiendo que sino lo hacía toda la escuela me vería así todo el día, fue capaz de convencerme. Ahora estoy atrapado en este cuerpo sin saber que hacer, todas las chicas dicen rumores de mí y que soy un pervertido por espiarlas y por usar este tipo de atuendo en un cuerpo tan lascivo. Mientras que todos los chicos solo babean por mi nuevo cuerpo que podrán disfrutar con lujo de detalle por toda la clase de natación sin que yo pueda opinar, ahora que estoy de lado de las chicas sin ser una de ellas, sin duda es horrible pero es mi castigo por el resto de la clase por espiar a las chicas.
Créditos a quien correspondan. |
Buena historia espero que tenga una segunda parte
ResponderBorrarGracias, próximamente la habrá.
ResponderBorrarexquisita
ResponderBorrarMuchas gracias por comentar, Diana. Hace tiempo no te leía pero me da gusto hacerlo otra vez.
Borrar-Nero.