Por desgracia el día continuó como cualquier otro, las clases no eran nada del otro mundo y sin mi bully molestándome todo el tiempo, pude concentrarme sin mayor problema. Bueno, podía concentrarme excepto por los momentos en los que pensaba en Maya y como la había dejado por su cuenta una vez más, no poder ayudar a mi amiga me hacía sentir terrible, y ese sentimiento solo se volvía mucho peor con todo lo que podía escuchar de mis compañeros de clase. Creí que no era para tanto y que con no darle importancia al final del día podría saber lo bien que le fue a Maya, sin embargo, las cosas no están sucediendo como me gustaría.
No quise darle mayor importancia está mañana cuando lo noté, después de todo que pasen esas cosas con los anuncios o carteles es algo normal. Sin embargo, aunque hacer eso fuera "normal" no significaba para mi que fuera algo lindo o correcto, ni mucho menos estaba de acuerdo con que las cosas fueran más allá de los anuncios para comenzar ahora a esparcir rumores sobre la chica de cabello rosa que había en una de las explanadas de la escuela. Nada de eso me gusta en lo absoluto, pero por mucho que me desagraden esas cosas, no estoy seguro de que puedo hacer para cambiarlo.
Me sorprende lo rápido que se pueden esparcir rumores dentro de la escuela; antes todo el mundo hablaba sobre esa extraña chica de último año, después yo mismo fui tendencia por todo el acoso escolar que sufría a manos de Ricardo, el siguiente rumor tuvo que ver con la desaparición del antiguo bully y como nadie tiene idea de donde puede estar o que le habrá sucedido, y por desgracia la última tendencia se encuentra con Maya a tan solo unos días de haber llegado a la escuela.
Ella fue una de las últimas alumnas en ingresar al colegio, y entre todas parece ser la más llamativa; por su peculiar forma de hablar, por su cabello rosado, por haberle dado los cinco al maestro frente a toda la clase y por intentar abrir su propio club escolar apenas llegar a la escuela. Todos esos rumores acerca de la chica de nuevo ingreso parecían ser buenos, si le podemos llamar "buenos" a los rumores, pero el enfoque que esos rumores han tenido a lo largo del día cada vez me hacen sentir peor por lo que Maya está haciendo, y aún peor por lo que podría implicar para Maya en su día a día en está escuela.
-¿Oíste eso? Dicen que la chica nueva quiere abrir un nuevo club escolar-
-Sí, está mañana ella me dio un panfleto suyo pero la verdad es que no me interesaba esa cosa rara. Intenté darle mi número y ella tuvo el descaro de rechazarlo, así que yo tiré su basura de anuncio cuando no miraba-
Una chica del salón hablaba con su amigo, ambos se burlaban de forma maliciosa del esfuerzo que estaba haciendo Maya por abrir su club sin detenerse a pensar o considerar como es que ella se podría sentir al oír todo eso. La chica solo me parecía algo mezquina al esparcir más rumores sobre Maya y reírse de lo que escuchaba, pero oír que ese chico tiró a la basura los anuncios de Maya me hizo enojar, y también me hizo recordar los muchos anuncios hechos a mano que encontré en el camino a mi salón de clases, todos tirados en el suelo, la basura o las jardineras de la escuela. Maya debió tardar más tiempo en hacer todos esos anuncios, que el tiempo que gastaron los chicos en la escuela para tirarlos por donde sea, algo que de solo pensar me hace sentir lástima y preocupación por todo el esfuerzo de Maya que era cruelmente despreciado.
Por un momento pensé en confrontar a ese chico y decirle que se disculpará con mi amiga, pero parecía enorme, de solo verlo sabía que yo me ganaría otra paliza y que realmente no ayudaría en nada a mejorar el problema de Maya. Por lo que no tuve de otra más que tomar mis cosas y salir del aula para ir a mi siguiente clase.
Para mis siguientes clases la dinámica no fue distinta, las cosas eran tranquilas, casi aburridas, y en cada una de mis clases al menos había una persona hablando acerca de Maya y sus intentos de formar un club, hablando desde la simple curiosidad por la chica de cabello rosado, al igual que hablando de forma maliciosa por el simple hecho de poder hacerlo y meterse con ella.
-¡Oye! ¿Dónde estabas? Pensé que solo irías por algo de beber, ¿Por que te tardaste tanto?-
-Lo siento, chica. Es que vi algo realmente interesante, ¿Quieren oírlo? Tiene que ver con la chica nueva-
El grupo de chicas rubias y bien vestidas de mi salón dejaron de echarle la bronca a su amiga, para invitarla a sentarse con ellas y les contará el último rumor acerca de la chica nueva, algo que intenté escuchar de forma discreta al suponer de que chica nueva estaban hablando ellas.
-Al parecer la jefa estaba regañándola-
-¿La jefa del consejo estudiantil?-
-¿Pues quien más, chica? Obvio la presidenta. No pude escuchar mucho, pero creo que la presidenta le pidió a la nueva que "recoja su basura", y también le dijo que quite los anuncios que pegó por la escuela-
Todas cruzaron miradas entre ellas, con algunas riendo y otras dando reacciones exageradas antes de que la chica rubia de los rumores siguiera contando lo que vio.
-La presi es de temer cuando se enoja, pero creo que solo le dio una advertencia. Es la nueva después de todo, la próxima vez no tendrá tanta suerte-
Con decepción el resto de chicas suspiró y dijo su forma de ver la situación.
-Buuu, ¡La presi debió castigarla o algo así! A nosotras nos ha regañado más por menos-
-¡Eso! ¡Eso! La presi es una dramática con nosotras, ¡Debería expulsar a la nueva!-
-Bueno... creo que te emocionaste con eso, chica. No diría que expulsarla pero sí castigarla, eso sería más justo-
Las chicas siguieron cotilleando sobre un "castigo" digno de la chica nueva quien debía de estar recogiendo sus anuncios en estos momentos. Al saber ese último rumor pensé que debería ir a buscar a Maya, ayudarla a recoger sus anuncios o quizás hablar con la presidenta para que Maya no se meta en problemas. Tenía tantas cosas en la cabeza para ayudar a mi amiga, que para cuando tomé mis cosas para salir del salón, el maestro estaba justo por entrar al aula.
-¿A donde crees que vas? Regresa a tu asiento, jovencito. Mi clase está por empezar, tuviste tiempo para ir al baño o tontear en los pasillos. Ahora a tu sitio-
-Lo siento es que olvide-
-Una pena que hayas olvidado algo. Ahora vuelve a tu sitio y asume las consecuencias de tus acciones-
El profesor no me dio oportunidad de reclamar, me bloqueó el pasó y me exigió volver a mi asiento, lo cual de mala gana obedecí. Durante su clase intenté ir al baño, pero apenas levantarme de mi lugar ya me estaba diciendo frente a toda la clase que me sentará y me callará, algo que sin más opciones tuve que hacer mientras oía las burlas de mis compañeros al ser reprendido por el profesor.
Apenas pude prestar atención a su clase, todo el tiempo estaba pensando en Maya, y en cuanto sonó la campana que indicaba el final de la clase, tomé mis cosas para salir a los pasillos de la escuela y buscar a mi nueva amiga...
-Por que todavía somos amigos, ¿Cierto?-
Me pregunte con una mezcla de vergüenza y ansiedad, recordando como Maya me llamaba su compañero y me invitaba a confiar en ella en cada ocasión. Y yo por mi parte, no paraba de dejar tirada a Maya, por lo que la idea de no ser un buen amigo para ella cada vez aparecía más en mi cabeza, y si después de este día ella no quería volver a tenerme cerca, era algo que con todo el dolor dentro de mi aceptaría.
La escuela era enorme, había tantos edificios que era difícil saber en cual podría estar Maya. Por desgracia, sí podía saber en que edificios no estaba ella.
-Por aquí no hay nada-
Susurré al mirar las paredes de los edificios y los árboles cerca de los caminos, sin ningún tipo de cartel de Maya ni de su club, lo que me indicaba que todos esos sitios ya habían sido "limpiados" por Maya, y por lo que si quería encontrarla, debía buscar en los lugares que todavía tuvieran pegados los carteles que Maya hizo anoche, que estuvo pegando por toda la escuela durante el día, y que por desgracia se vio obligada a quitar antes de que terminará el mismo día.
-Una de las nuevas se está haciendo una reputación, ¿Sabes? Esa chica de cabello rosado, ¿Acaso no ha madurado? ¿Qué edad cree que tiene para teñirse el cabello de rosa? Parece una niña tonta y consentida-
Escuché decir a un estudiante detrás de mi, acompañado de una chica castaña que lejos de detener esos malos comentarios, solo los apoyaba y llevaba más lejos.
-¿Una niña consentida? Yo le llamaría idiota o bicho raro. Su cabello rosa ya es espeluznante, pero ¿La has oído hablar? Repite su nombre como una tonta sin parar, ¡Apuesto a que lo hace para llamar la atención!-
Los comentarios maliciosos de la chica provocaron la risa a carcajadas de ambos estudiantes que siguieron bromeando con cosas crueles sobre Maya.
-¿Verdad que sí? Solo es una mocosa que quiere llamar la atención. Seguro que como nadie la quería en su otra escuela por eso vino aquí. Si la ignoramos puede que también se terminé marchando de nuestra escuela-
-¡Eso! ¡Eso! ¡Hay que hacerlo!-
Aunque escuchaba esas palabras me costaba creerlas, ¿De verdad ellos serían malos con Maya solo porque pueden hacerlo? ¡No tenía sentido! No está bien eso, mejor que muchas personas lo sé.
Yo no creo haber hecho nada malo como para soportar a mi bully durante tanto tiempo, él solo se ensañó conmigo por alguna razón y no he podido quitármelo de encima hasta la fecha... pensar que Maya pueda vivir algo similar a lo que yo he vivido por ser quien es, es algo que me duele, me molesta, me aterra, me preocupa y me hace sentir de tantas maneras negativas, que aún con todo el miedo que recorre mi cuerpo, no quiero dejar que ella pase por algo como eso.
-¿Deberíamos hacer algo para darle una lección? ¡Eso le ayudaría a madurar!-
Sugirió la chica castaña, a lo que por primera vez y con decepción no fue apoyada por su pareja. No obstante, no la apoyó por ser una buena persona, lo hizo por temor de las consecuencias.
-No lo sé, hermosa. Eso suena a mala idea, ¿no recuerdas al gran bully de la escuela? Cuando sus bromas fueron demasiado lejos nadie volvió a saber algo más de él, no quiero que terminemos de la misma manera solo por jugar con la nueva-
Puede que nadie se pregunte ni intente ayudar a ese bully. Sin embargo, él fue una advertencia de lo que les podría pasar a los que se excedieran con "sus bromas" o "sus juegos", él se volvió un ejemplo de lo que no se debe de hacer, y por desgracia yo sé mucho más acerca de ese bully de lo que me gustaría reconocer.
-Entonces.. ¿Vamos a "ese edificio" donde nadie puede molestarnos?-
Creo que ya escuché demasiado, y ver lo que hace esa pareja antes de llegar al edificio X tampoco me ayudará, así que conteniendo lo mejor que pude mis emociones tenía que seguir buscando donde estaba mi amiga.
Con tantos edificios me tomó más tiempo del que me gustaría, y detenerme a escuchar los rumores no me ayudó en lo absoluto, pero cada vez había menos edificios por revisar, y antes de tener que recorrer cada uno de ellos, un sonido peculiar llamó mi atención, el sonido de papel siendo rasgado y doblado, al igual que el sonido de la cinta adhesiva siendo despegada de su sitio a la fuerza.
Di un par de pasos más en dirección del sonido, girando en la esquina del edificio y encontrando por fin a la persona que debí ayudar desde que comenzó el día... o quizás a quien debí ayudar desde antes para evitar que todo esto sucediera y así prevenir el mal momento que ella estaba pasando y que a juzgar por su cara, no podía ocultar.
Al ver esa expresión en Maya me sentí muy culpable, creo que si hubiera sido un mejor amigo, y quizás si la hubiera ayudado en el momento correcto, Maya no tendría esa expresión en la cara que me hace sentir avergonzado por lo cobarde que fui al esconderme y no ayudar a alguien que sí me ayudaría a mí.
Mi comportamiento fue lamentable, y puede que por mi falta de acción Maya haya pasado un mal momento, pero incluso si es un poco tarde, no quiero ignorarla más después de encontrarla recogiendo lo que con tanta dedicación había hecho.
-Con este sería el último volante... de este edificio...-
Sé que apenas conocí a Maya hace un par de días, ella no es de piedra, es una chica y seguro es mucho más sensible de lo que yo podría pensar. Y aún con todas esas cosas en la cabeza, no pude evitar sentir un nudo en la garganta y como el corazón me dolía un poco al ver por primera vez a esa chica de radiante sonrisa con una expresión llena de tristeza y amargura al deshacer algo que le había tomado tiempo y dedicación. Yo me sentiría muy triste, quizás molesto y frustrado por haberle fallado, y si tuviera que adivinar, sin duda Maya debía sentir todo eso y más, expresándolo por primera vez en un rostro sin su cálida sonrisa.
Su bolso escolar estaba bastante lleno y parecía pesado, seguro por todos los anuncios que tuvo que recoger después de haberlo colocado esta misma mañana, además Maya estaba un poco despeinada con algunas hojas en su uniforme y cabello, ¿será que también tuvo que recoger sus volantes tirados en las jardineras? Eso explicaría porque Maya se ve un poco desalineada. Ella se sigue viendo muy linda, pero no puedo negar la diferencia entre la Maya del primer día e incluso la sonriente chica pelirosa de esta mañana en comparación a la exhausta chica frente a mis ojos.
Con cuidado Maya dobló su volante y lo metió a la mochila, girándose para seguir su camino y limpiar el próximo edificio. Por desgracia para ella, y de cierta forma también para mí, nuestras miradas se cruzaron antes de que ella pudiera irse. Me hubiera gustado ser más genial o valiente y ser yo quien me acercará a Maya para ayudarla, solo que la impresión de ver a mi amiga triste y cansada me tomó por sorpresa, haciéndome dudar por un instante en el que ella volteó y se encontró a lo lejos conmigo, provocando que como costumbre, mi falta de iniciativa hiciera a Maya dar el primer paso.
-¿Compañero? ¿Qué estas haciendo aquí, compañero? Maya creyó que las clases ya habían terminado-
A mi amiga le tomó un momento reconocerme, mostrándose sorprendida antes de volver a mostrar esa gran sonrisa con la que cada vez me sentía más familiarizado. Sin embargo, está vez no podía alegrarme por verla sonreír, después de lo que vi, no podía creer que esa sonrisa de Maya fuera sincera para mi.
-¿Qué pasa, compañero? ¿Quieres que Maya y tú vayan juntos a casa? Maya lo lamenta mucho pero hoy es imposible para Maya, Maya está ocupada con su club y también Maya debe hablar con la presidenta estudiantil-
Aunque Maya intentaba sonreír y sonar tan amable como en todos nuestros anteriores encuentros, no podía creer que fuera cierto, no después de todos los rumores que escuché a lo largo del día ni mucho menos al verla esconder con tanto ímpetu esa expresión triste y cansada que tenía hasta antes de encontrarse conmigo.
-Maya, ¿Estás en problemas con la presidenta?-
Pregunté al acercarme un poco con ella, viendo como mi amiga negaba con la cabeza.
-No del todo. La presidenta sermoneó a Maya, ella le dijo a Maya que no podía colocar volantes sin permisos autorizados y otras cosas técnicas-
-Eso no es justo, ¿Qué no hablaste con ella ayer? Se supone que ella-
-Maya habló con el encargado de los clubes escolares, pero Maya pasó por alto al consejo estudiantil-
¿Son cosas diferentes? No pude unirme a ningún club el curso anterior por culpa de mi bully, y sinceramente no le presto atención al consejo estudiantil, así que quejarme sobre cosas que no sé era la peor forma en que podría ayudar a mi amiga, eso solo me haría sonar más idiota de lo que ya me siento con todo esto.
-Pero aún así... quitar todos tus volantes...-
-No te preocupes, compañero. Son cosas que pasan, de los errores se aprende, ¿No lo crees? Maya suele aprender mucho más de esa manera-
Una vez más, Maya intentó sonreír sin parecerme muy convincente, en especial porque su mirada parecía más concentrada en los volantes que tuvo que quitar que en en estar hablando conmigo.
-Aunque digas eso, Maya... Quizás si hablo con la presidenta podríamos-
-La presidenta está ayudándome, compañero-
-¿Perdón?-
Maya asintió varias veces al responder.
-Sí, la presidenta regañó a Maya por no seguir las reglas del comité escolar, y también le dijo a Maya como debe postular su club, cuantos integrantes necesita, los espacios disponibles para pegar anuncios y hasta esta ayudando a Maya a recoger sus volantes para pegarlos como es debido en los sitios asignados cuando Maya presente los permisos necesarios-
¿De verdad la presidenta estaba ayudando a Maya? A juzgar por la expresión de Maya, yo debo verme muy sorprendido, y me ahorró la necesidad de preguntar más sobre la presi.
-Da vergüenza admitir que Maya se emocionó e hizo muchos volantes, hasta la presidenta estaba sorprendida por todo lo que hizo Maya en poco tiempo, y después de sermonear a Maya y orientarla para abrir su club, ella se ofreció en ayudar a Maya a recoger sus volantes. La presidenta se está encargando de los edificios principales, los más grandes de todos, mientras que Maya ha estado recogiendo sus anuncios de los edificios más alejados, las áreas verdes... y claro, los que Maya ha encontrado tirados-
Supongo que más tarde deberé conocer a la presidenta y darle las gracias por ayudar a Maya. Hay muchos rumores sobre la presidenta; tanto buenos como malos, pero si ella cuidó de Maya, ¿Qué tan mala puede ser en verdad? Sea como sea, conocerla será un reto para enfrentar después, ahora lo más importante para mi es otro tema.
-Lo lamento mucho, sé que te esforzaste en esos anuncios-
Maya me miró con una expresión confundida, y tal como haría un cachorro, ladeó la cabeza antes de sonreír, o intentar sonreír.
-Sí, Maya se esforzó... muchas gracias por notarlo, compañero-
-Lamento que no todos pudieran apreciar tu esfuerzo...-
-Bueno, son cosas que pasan, compañero. Maya piensa que todas las personas son distintas, y así como Maya tenía el derecho de expresarse y hacer algo que le gustaba, otras personas estaban en su derecho de no corresponder los gustos de Maya-
La respuesta de Maya era lógica y tenía todo el sentido del mundo, las personas somos distintas... pero aún así... aún así...
-Aún así no les da derecho de menospreciar tu esfuerzo-
¿De verdad lo había dicho? A juzgar por la mirada llena de sorpresa de Maya, sin duda esas palabras salieron de mi boca, y aunque me temblaran las piernas al hablar, era muy tarde para echarme atrás. Ya había dejado a Maya por su cuenta una vez, no lo haría otra vez.
-P-Perdón por decirlo en alto... solo que... hay otras maneras de mostrar nuestras diferencias.... que a otros no les gusten lo que a ti te gusta, no les da derecho de hacer lo que quieran... las cosas deberían ser distintas de otra manera-
¿Distintas de otra manera? No sé si esa era la forma correcta de expresarlo, al decirlo de inmediato me sentí arrepentido y también sentí como mi cara se ponía colorada por la vergüenza de mis palabras sin un sentido claro, las cuales hicieron que el rostro de Maya pasara del asombro a una pequeña y gentil sonrisa, mucho más sinceras que sus sonrisas de hace poco.
-Sí, Maya también cree que las cosas deberían ser distintas de otra manera, pero es lo que hay. Por eso Maya actúa a su manera, y las demás personas pueden actuar a su manera, ¡A cada uno le toca ser responsable de sus acciones a su manera!-
Parecía que el entusiasmo de Maya había vuelto por un momento, quizás mi pequeña charla le ayudó un poco, pero yo aún no estaba satisfecho, todavía no había hecho nada por ayudarla realmente, ni mucho menos me había hecho responsable de mis acciones, y así como me quejaba de esas personas que se burlaban de Maya a sus espaldas, ¿Qué me hace diferente a mi al hablar con ella y dejarla por su cuenta? Yo todavía no hacía nada.
-Maya, lamento mucho no haberte ayudado-
Dije tratando de que mi voz temblará lo mínimo posible al hablar con mi amiga que de inmediato comenzó a negar con la cabeza.
-¿Otra vez con eso, compañero? Maya no-
-Lamento no acompañarte ayer o no ayudarte con el club, y lamento mucho que las cosas no hayan salido tan bien el día de hoy-
-No te preocupes, compañero. Maya lo entiende, Maya sabe que tienes cosas que hacer y no tienes que disculparte, además Maya también cometió sus errores, Maya no está molesta y Maya piensa que no deberías preocuparte tanto-
-Aunque lo digas de esa forma, me gustaría ser de más ayuda... lo primero que debo hacer es disculparme, y luego debo resolver un último problema. Maya, ¿Puedes darme uno de esos? ¿Puedo llevarme uno de tus panfletos?-
Pregunté señalando su bolso lleno de los anuncios que hizo, que colocó y que quitó, todo en menos de un día entero.
-Compañero, no tienes que comprometerte en ayudar a Maya, ¡Maya estará bien! Las cosas saldrán mejor mañana, ¡Un mal día no detendrá a Maya de abrir su club!-
-Entonces, ¿Puedes darme uno?-
Pregunté una vez más al extenderle mi mano, y aunque era tan vergonzoso como para desviar la mirada, tuve que decir.
-Yo ayer tuve un mal día con mi madre, muchos días malos en realidad, pero déjame hacer las cosas mejor hoy para que mañana sea un mejor día para los dos-
Al escuchar mi temblorosa voz decir esas palabras, pude sentir como todo el rostro me ardía de la vergüenza, incluso Maya parecía avergonzada, después de escuchar mis palabras y quedarse en silencio, vi como toda su cara se teñía de rojo por un momento antes de sacudir la cabeza para volver a estar más concentrada en la conversación.
-¿Estas seguro de esto, compañero? Maya no quiere obligarte a hacer nada-
Me recordó una vez más mi amiga, a lo que con más calma le respondí.
-No me estas obligando a nada Maya, solo quiero echarle un vistazo-
Ahora que lo recuerdo, ella no me ofreció un anuncio suyo está mañana, intentando pensar por Maya, quizás no quería forzarme de nuevo a unirme a su club, pero está vez es un poco distinta para los dos, porque no me está obligando ni nada por el estilo, un poco tarde, pero he tomado mi decisión. La mejor decisión, y la que debí haber elegido desde un principio.
-... De acuerdo, compañero. Maya te regala uno de sus anuncios sin compromisos, ¿Esta bien? Maya confía en su compañero-
Tal vez era un poco tonto de mi parte, pero en cuanto Maya me entregó su anuncio, lo tomé con cuidado, lo guardé con precaución en mi mochila, y con el corazón muy acelerado, tuve que decir adiós.
-Compañero... Maya no quiere juzgarte, pero ¿No verás el anuncio de Maya?-
-Lo siento mucho por eso también, Maya, y lamento no quedarme ayudarte, ¡Perdón por todo en estos días! Ya voy tarde a casa y mamá va a matarme, pero las cosas estarán mucho mejor mañana, ¡Te lo prometo!-
Creo que después de mucho tiempo, por primera vez levanté la voz para decir algo bueno... Y eso me gustó, y siempre y cuando Maya no piense que estoy siendo un completo idiota por mi forma de actuar, creo que valdrá la pena hacer esa promesa tan fuerte para ella y para mi.
-Nos vemos mañana, Maya. Adiós-
Maya parecía a punto de decir algo más, pero no me detuve para escucharla, en cuanto sujete bien mi mochila comencé a correr hacía casa, está vez no con miedo de ver a "mamá", está ocasión había una emoción aún más grande que el temor y no quería desaprovechar esa sensación.
-Espero que esa sensación aguante hasta que vea a mamá-
Me susurré al salir de la escuela, tomando la ruta que me llevará cuanto antes a casa, y donde apenas entrar mientras intentaba recuperar el aliento, me encontré con la misma bienvenida hostil de los últimos días.
-Llegas más de media hora tarde, imbécil. No juegues conmigo, porque no tendré problemas en demostrarte quien está a cargo-
Como ya se estaba volviendo costumbre, en cuanto cruce el umbral de la puerta para entrar a casa pude escuchar a "mamá" desde la sala de estar, donde ella estaba semi desnuda mirando la televisión; su cabello rubio desordenado, con una mirada fría y fulminante, con la mitad de su ropa de trabajo tirada alrededor de toda la habitación, y con ella en lencería oscura y una blusa semi abierta que dejaba a la vista su sostén de encaje. En otras condiciones verla así me hubiera hecho cerrar los ojos por la vergüenza, o su mirada intimidante me hubiera hecho retroceder, pero solo por está vez, hice todo lo posible para no doblegarme de inmediato ante ella y su fuerte presencia.
-Espero que no te unieras a ese tonto club a escondidas, si me entero que lo hiciste, no habrá quien te salve, idiota-
Sus amenazas eran fuertes, pero hoy yo estaba inspirado, no perdería tan fácilmente, no acabaría esto como "mamá" quería, y aunque el desafío ni siquiera había comenzado, daría lo mejor de mi para estar a la altura del problema.
-No, no me he unido al club... pero quiero hacerlo, y para hacerlo, quiero aceptar tu trato-
Pensé que decir esas palabras llenaría de satisfacción mezquina a mamá al conseguir humillarme justo como ella quería. Sin embargo, su mirada apenas cambio apartándose solo un instante antes de volver al televisor.
-¿El trato?-
-Sí... voy a hacerlo, de verdad voy a hacerlo, si tú me dejas unirme al club, te masajearé los pies todos los días en cuanto llegue a casa, lo prometo-
Pensé que recordarle los detalles de nuestro acuerdo y prometer que cumpliría con sus exigencias haría que "mamá" finalmente mostrará su lado más mezquino para disfrutar de la situación. En cambio de eso, la mirada fría, cansada y desinteresada de mamá no cambió, ella solo dejó de mirarme, concentrándose por completo en mirar la televisión, murmurando unas palabras que echaron abajo todo el entusiasmo que tenía para enfrentarme a este problema.
-Mala suerte, imbécil. Ese trato ya expiró-
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