domingo, 15 de enero de 2023

12 Regalos de navidad: Cuarto regalo

-¡Oh por Dios! ¿¡Qué me ha pasado!? ¡Me he vuelto una anciana! Espera, está voz, este cuarto, no me digas que ¡Me he convertido en mi tía!-
Gritaba la joven Juliana al verse por primera vez en el espejo con su nuevo cuerpo, el cuerpo de su tía Alicia.
Juliana siempre admiró, y hasta envidio un poco a su tía Alicia, ella era una mujer solitaria pero con mucho dinero; tenía una casa enorme, muchos autos, sirvientes, y sin problemas lo que muchas personas ganaban de salario en su trabajo durante un año, Alicia lo ganaba en un día. Puede que de su aparente perfecta vida de Alicia, solo hubiera un par de problemas; el primero es que estaba sola, no tenía esposo, hijos, amigos ni una mascota que le extrañará, quizás a que se concentró tanto en ganarse la vida, olvidó hacerse una vida. El otro problema era que ya empezaba a ser algo mayor, estaba cerca de sus 40 años, y aunque tenía muchos años por delante, la joven Juliana pensaba que ya había perdido bastante su tía.
Entre cosas buenas y malas, la joven admiraba a su tía y en la noche de navidad, deseo ser justo como ella, un regalo que Santa le cumpliría al pie de la letra con ayuda de una peculiar neblina violeta.
-Esta ropa, tiene un color idéntico al del humo que vi antes de dormir...Tía Alicia, para alguien de su edad usa ropa interior muy atrevida...y apretada, aunque siendo honesta no me desagrada-
Ya frente al espejo, Juliana veía como le quedaba la lencería de látex: unas calcetas unidas a un liguero, bragas y un corset, los colores fuerte de la lencería hacían relucir aún más la blanca piel de la mujer y su larga cabellera, algo que notó de inmediato Juliana, haciéndola disfrutar más de posar frente al espejo.
-Me pregunto, ¿Qué otra ropa tendrá para usted misma? Si con esto duerme, estoy segura que tiene mucho más escondido para usted misma, y lo voy a encontrar-
La joven estaba lista para empezar a husmear en el cuarto de su tía Alicia, deteniéndose de golpe al pensar que estaba mal, meditó un poco sobre ello hasta que llegó a una conclusión.
-Sería malo si Juliana revisa las cosas de Tía Alicia pero ahora yo soy Alicia, su casa, su dinero, su ropa y su cuerpo, todo es mío, por lo que puedo tomar lo que quiera-
Parecía que la menor, igual de pronto que se asustó por estar en ese cuerpo, ahora disfrutaba de los beneficios que le daba, y con una chequera ilimitada, tomarle cariño al cuerpo de una mujer madura no sería tan problemático.
Juliana había deseado su mayor deseo esta navidad, ser como su tía, y aunque no se le cumplió como ella esperaba, al verla jugar con la ropa o pensar en que gastar un poco de su fortuna, Juliana parecía estar muy contenta de ser tal como su tía. 
Créditos a quien corresponda.


2 comentarios:

  1. buena historia de cambio entre sobrina a tía

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    1. Muchas gracias por comentar, Maxwell. Hacía tiempo no hacía un cambio entre sobrina y tía, así que me gustó mucho el resultado, espero que a ti también te haya gustado.
      -Nero.

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